Partida Rol por web

Heinrich y Erwin caminaban por las calles de Altdorf. Heinrich iba de buen humor, tras haber tomado unas cervezas con los amigos. Ahora mismo no pensaba en nada que no fuera el catre, un descanso tras la jornada de trabajo. Por la mañana iba a ir a comprarse un par de botas nuevas, las que ahora llevaba ya habían sido arregladas demasiadas veces, y podía gastarse un dinero extra.

Qué bien voy a dormir hoy.
Mmmm -Erwin no era de la misma opinión, al salir de El cazador había visto un grupo de gente oculta entre unos barriles, no le había gustado esa gente, le daba mala espina.
¿No dices nada?
Estaba pensando...
¿En qué? ¿Pasa algo?
Cuando hemos salido de la taberna he visto a tres o cuatro hombres embozados, iban armados...no me gusta.
¿Piensas que esperaban a alguien?
Pienso que nos esperaban a nosotros.

Los dos hombres detuvieron su camino y miraron atrás. Sacaron las espadas un palmo de sus vainas y miraron tras ellos: nadie les seguía. Se miraron entre ellos.

¿Volvemos a por estos?
Sí...será lo mejor.

Ante la sugerencia de separarse de su camarada, Fredstad se muestra muy suspicaz y mira con otros ojos a la elfa.

Señorita, no pienso dejar solo a mi amigo, ahora los tres nos iremos al cuartel de la calle Heltz e informaremos a la guardia, allí estará a salvo.
Sí, esos tipos de ahí son de los que menean más las manos que al lengua. Tienen pinta de asaltantes.
Pues es hora de largarse. Ya nos agraderá más tarde nuestra ayuda, cuando estemos tranquilamente sentados en un mesón.

Los dos hombres retroceden un par de pasos más y se giran hacia el cuartel de la guardia, a unos quinientos metros en dirección hacia el río, esperando a que la mujer les siga.

¡Se van! Los dos hombres se van con la elfa, lejos de donde estáis vosotros, y mirando atrás, es evidente que os han visto y deciden alejarse de vosotros. Farmiekh les acompaña, no tenéis ni idea de lo que les ha dicho o de qué plan tiene en mente pero los hechos son estos: los tres se van calle abajo con las dagas aún en la mano.

En ese momento Farmiekh raja con su daga el cuello de Fredstad, quien cae al suelo estrepitosamente y una sombra negra brota de su cuello, impregnándolo todo.

Los hombres se van, y algo te alerta. Acabas de oir detrás de ti el inconfundible sonido de una espada saliendo de la vaina. Miras detrás de ti, no hay nadie, pero a menos de seis metros la calle hace esquina con otra. La misma por donde se han ido los dos amigos de Fredstad.

Farmiekh piensa:

Humanos duros de mollera parece que no quieren entrar al trapo, peor para ellos. Lo siento amigo, quizas me hubiese divertido más contigo pero será en otra ocasión, quizas Khaine te augure otro futuro, quien sabe.

Farmiekh saca sigilosamente su daga y apuñala por la espalda a su objetivo rebanandole el cuello. Y luego se coloca en posición de defenderse de su compañero, esperando que venga la caballeria.

Por un momento la rabia inhunda el cuerpo de Ibrahm al ver como su objetivo se aleja de ellos, tampoco está todo periddo, alomejor la elfa los conduce a algún lugar más apartado... que demonios, eso ha sido... muy eficaz, buena iniciativa de la elfa. Ibrahm se queda mirando por unos segundos el cuerpo de Fredstad mientras cae al suelo con el cuello rajado y la sangre sale de él, ahora nuestro momento.

Ibrahm se levanta de su lugar dirigiéndose hacia la elfa para ayudarla si fuera necesario, no creo que necesite mí ayuda ni la de los otros pero por si acaso, nada puede fallar hoy.

Maximillian observa que los dos sujetos se marchan, acompañados por la elfa. De repente, la joven saca una daga y degüella al sargento de aduanas. Su cuerpo inerte cae al suelo entre borbotones de sangre.

¡Maldición! piensa Maximillian, las cosas no estaban saliendo como él esperaba, pero al menos el objetivo había muerto. Era el momento de actuar con rapidez.

- ¡Seguidme muchachos! ¡Vamos a eliminar al agente de aduanas que queda con rapidez y a tirar el cadáver de Fredstad al río!.- les susurra.

El heredero de los Von Reinholn se levanta y, apoyandose en la caja que tiene delante, la salta mientras desenvaina su estoque con un siseo metálico. El joven se lanza corriendo hacia el enemigo que queda esperando que sus compañeros le sigan.

Tenemos que acabar con él rápidamente para que no cause alarma y podamos deshacernos del cadáver. Espero que la joven dama pueda entretener con su daga a ese tipo hasta que llegue la caballería.

Klins ve como los hombres se dan la vuelta y comienzan a alejarse. Momento el cual aprovecha la elfa para degollar a su objetivo.

Por todos los dioses que sangre fria tiene esa mujer.

Como siempre que la veía actuar una mezcla entre horror y fascinación acuden a la mente de Klins, estaba seguro que, llegado el momento, ella no dudaría en liquidar a cualquiera de sus compañeros si le convenia, a pesar de los años que llevaban juntos.

Klins escucha y ve como el resto de sus compañeros sale corriendo a por el soldado que queda en pie y supuestamente también en ayuda de la elfa, cosa que Klins duda que necesite excesiva ayuda, pero como no quiere ser menos desenvaina espada y sale corriendo hacia el objetivo.

Alerta, perceptible a todo sonido que se produjera, incluso el desenvaino de un filo, que se produjo muy cerca, más cerca de lo que pensaba.Siguió avanzando por la oscuridad de aquellos callejones, por detrás de las casas, hasta llegar al callejón donde le llevaba al camino que estaba siendo ocupado por su compañero Farmiekh y esos guardias junto con el objetivo a eliminar.Descabelladamente, la elfa, como era su trabajo, elimino de un corte seco al objetivo, abriéndole parte del cuello, del cual ahora rebosaba sangre, pero seguramente no era suficiente para calmar su apetito de lobezno.Había sido un corte rápido con su daga, un buen movimiento y seguramente había sido la mejor opción al ver que no le hacían caso o no le creían.Se acerca poco a poco, aún manteniéndose en la oscuridad observando bien la escena y analizando el momento.No había que precipitarse, que al contrario de sus compañeros, no se lo pensaban dos veces y acudían a ayudar a la elfa.

El se quedó quieto por dos simples razones.Una de ellas era la dignidad de aquella mujer, y la segunda se trataba de analizar el terreno.Podía escuchar los pasos de sus compañeros aproximándose.Aún quedaba otro tipo junto a Farmiekh y ellos claramente le superaban en número y en fuerza.Ahora había dos cuestiones, una de ellas era, ¿debía confiar en las habilidades de la elfa, o dejar de lado el respeto y el honor de un caballero de la oscuridad y ayudarla? Aún con el arma de su compañera sobre su mano decidía lo que debía hacer, ya que todo esto lo pensaba en cuestión de milésimas segundos.

Su única mano que quedaba libre, jugueteaba con un hacha lanzable, y eran sus dedos en los que confiaba, lo que harían eel rápido movimiento y demostraran una gran precisión.

Gunther Fredstad, el chivato, cae al suelo mientras se sujeta la garganta cercenada por la daga de la elfa. Su compañero, asustado, tarda en reaccionar y se aleja varios pasos de la elfa. Sus ojos antes temerosos y tímidos se muestran agresivos. Empuña con fuerza su daga y maldice.

¡Puta asquerosa! ¡Pagarás por esto! ¡No volveras...

Sus palabras se ven interrumpidas por la repentina carrera de los cuatro hombres que salen de entre los barriles, portando sus armas en la mano y con funestas intenciones para con su persona. De nuevo el temor le invade, temor por su propia vida y sin embargo pronto recupera la confianza.

¡Alto! ¡Alto en nombre del Emperador! ¡Agentes de aduanas!

Los sectarios sienten un escalofrío en el cuerpo, tras ellos aparecen dos hombres bien pertrechados y con las armas listas, una espada y un escudo con el sello imperial. Son los dos amigos de Fredstad, que por alguna razón han vuelto sobre sus pasos. Sin dudarlo ni atemorizarles la diferencia de número cargan contra Klins y el gigante Marcus, los dos más próximos a ellos. Marcus esquiva el ataque con facilidad, y Klins recibe un golpe tan leve que sólo le hace un insignificante corte en la ropa, sin llegar a tocar carne.

El joven noble pudo escuchar claramente en la noche el grito del agente de aduanas. Otros dos sujetos se unían a la fiesta, pero mucho mejor pertrechados que sus dos desafortunados compañeros. Además, habían logrado pillar desprevenidos a dos de los sectarios.

¡No, no, no y mil veces no! esto se nos está yendo de las manos, esos desgraciados no tenían que aparecer justamente ahora. Bueno, espero que Marcus y Klins puedan hacer frente a este nuevo reto.

Maximillian prosigue su carrera directo hacia el otro agente de aduanas, ridículamente armado con una daga, y que no sabe lo que le espera.

Mientras Ibrahm avanza hacia al elfa dos sombras aparecen a su espalda, al girarse puede ver como los otros dos soldados han aparecido de nuevo en la plaza y ahora atacan a sus compañeros, tendrán que morir, no hay otro remedio.

Ibrahm se dirige hacia el soldado que esta junto a Klins, mientras avanza un murmullo sale de sus labios, un senzillo hechizo que le ayude en el combate contra el soldado imperial, hace varios días que no realizo ningún hechizo, necesito tocar de nuevo el poder.

Sabía que no estaba solo, y su actuación fue todo un éxito.Como si tuviera ojos en su espalda, esquivo el ataque del cobarde que le iba a atacar por la espalda, moviendo simplemente el cuerpo a un lado y evitando el ataque.Se da la vuelta y lo observa desde las alturas.A pesar de su tamáño era bastante ágil, y lo había infravalorado, y eso le causaría la muerte.Confiando en la habilidad de sus compañeros, dedica toda su atención a ese tipo.Desenvainando el hacha con un movimiento rápido, aparece por abajo directa al cuerpo de uno de quel batastardo, con la intención de clavársela en su cuerpo, y alzarlo sobre su cabeza con un mivimiento de media luna para terminar aplastándolo en el otro lado.

Farmiekh ataca al agente de aduanas aprovechando la distracción que le proporciona el joven noble. Pero el agente de aduanas demuestra estar en plena forma y esquiva sin problemas su acometida y se prepara para la acometida de Maximillian.

Maldita sea este combate parece que se va a alargar más de lo que esperaba.

Klins que estaba con la vista fija en el objetivo vió venir a su adversario demasiado tarde y su esquiva no fue todo lo correcta que debería haber sido, con el resultado de una herida, leve, pero herida al fin y al cabo.

Maldita sea mi estupidez, como pude no verlo llegar, pero esto no acaba aqui, espero que mis entrenamientos con la espada den su fruto, ahora es el momento de probarlo.

 - ¿Eso es todo lo que sabes hacer, soldadito?

Klins lanza una estocada directamente al pecho del adversario pero no está muy acertado en el golpe.

Choque de aceros y gritos de pelea. Son de lso pocos sonidos que pueden despertar al vecindario, y es lo que está ocurriendo. Algunas luces aparecen en las ventanas de las casas, y algunas cabezas tímidas se asoman a ellas. En dos puntos de la plazuela continúa la lucha.

En las escaleras Farmiekh y Von reinholn, luchan con el agente de aduanas junto al cadáver de Fredstad. Pero no aprece estar tan muerto, pues se mueve algo, unos tímidos movimientos que indican vida. Una vida a punto de extinguirse. El compañero se enfrenta a la nueva amenaza que representa el noble, haciéndole una herida en el pecho que en gran medida es amortiguada por la chaqueta de cuero.

Cerca de los barriles Klins , Marcus e Ibrahm luchan con los otros dos agentes de aduanas. armados con espadas y escudos representan una seria amenza, pese a la superioridad numérica de los sectarios. Viendo cómo el hechicero intenta tocarles con al amno sin éxito consideran más peligrosos a los dos hombres armados y centran sus esfuerzos en ellos, aunque con resultado favorable a los dioses oscuros. El choque de acero retumba en las paredes.

Farmiekh viendo el movimiento del cadaver decide acabar la faena ya que todo está saliendo claramente mal y pisa el cuello hundiendo su bota en la herida, al mismo tiempo que intenta una embestida hacia su rival.

Porque los dioses del caos son tan...caoticos? esto se supone que va a favor de ellos podian poner las cosas un poco más faciles - piensa Farmiekh mientras ve que incluso el hechicero está fallando sus ataques.

- Compañero - dice Farmiekh para no delatar nombres - deberiamos irnos cuanto antes, esto ha dejado de ser un asalto para robar dos bolsas de oro.

- ¡Arhg!.- grita el noble cuando la daga del agente de aduanas se introduce levemente en su torso. Por fortuna la herida es leve, aunque Max siente como la sangre corre por su pecho.

¡Maldito bastardo! pagarás por tu osadía... piensa al tiempo que lanza un certero mandoble que impacta contra su enemigo.

- Esperad bella dama, acabo con este pequeño contratiempo y nos evadimos.- le contesta a la elfa.

Tras eliminar a este agente de aduanas, cogemos el cuerpo de Fredstad y lo lanzamos al río, luego nos juntamos con Klins y los demás y les ayudamos a eliminar a los enemigos.

Klins animado por las palabras de su compañero, golpea una estocada a fondo en direccion al cuerpo otra vez, pero su oponente la logra esquivar sin ni siquiera interponer el escudo.

Nota mental, si salimos de esta entrenar más con la espada es increible que no podamos acabar con estos rivales tan debiles y les superamos en número. Por cierto, que estará haciendo el hechicero que no lo veo en combate?, podía ayudar.