Partida Rol por web

Marcus se sorprendiò con el ímpetu de los ataques que lanzaba el mutante, aunque no lo suficiente como para dejarse atravesar por el filo de su acero. Cuando la hoja de su enemigo se acercó siseando hacia él, no tardó en apartarse con astucia de su trayectoría, dejando libre la vía para el contragolpe. Apoyándose entonces en su pierna menos hábil, tomó impulso hacia adelante a la par que elevaba su puño derecho y lo descargaba contra la deforme integridad de su oponente.

Civiles había por la calle, ocupados en tapiar ventanas, ayudar a levantar barricadas o moverse nerviosos de un lado para otro ofreciendo ayuda pero sin hacer nada. Había batallones de criados haciendo eso, mientras las sirvientas correteaban llevando cestos con comida o manteniendo juntos a los niños, los cuales algunos lloraban y otros seguían obedientes lo que los adultos les decían.

Farmiekh se puso a escuchar silenciosamente un poco alejada de los demás normalmente por su condición de mujer la gente solia ignorarla y hablar claramente sin tapujos.

¡Los sacos de harina al sótano, los necesitaremos! ¡Dejad la vajilla del señor!

La ama de llaves se mostraba nerviosa mientras ordenaba a los criados que amontonaran provisiones en un sótano de una gran casa, no había rastro del dueño de la misma. El ama de llaves respondió a las preguntas de los sectarios.

Creo que le hemos visto, iba hacia la Plaza del Laurel, donde los cazadores de brujas quemaron esa posada de los cultistas, la guardia iba tras él. Supongo que será algún criminal, con ese aspecto de bruto, o un esclavo fugado.

¡Fred Borgan coge la carne no el pescado! El pescado no se conserva con este calor, ¿quieres comer trucha podrida?

- Sigamos entonces a los guardias puede que hallan dado ya con ese malnacido - dice Klins mientras la mujer está cerca

- Corramos pues - susurra Klins cuando se alejan un poco - creo que nuestro amigo va a estar en problemas dentro de no mucho.

Otra vez a la ofensiva, el corpulento Marcus lanzó un fuerte puñetazo que no logró direccionar con precisión, pero trás ese golpe vino a soltar otro de igual potencia con su mano siniestra en busca de aturdir con el impacto al mutante del Caos que luchaba como poseído por los demonios.

El puño golpeó la putrefacta cabeza del mutante, en lugar de golpear sobre un cráneo duro impactó sobre algún tipo de tendón o músculo, pero el efecto fue el mismo. El mutante soltó la espada y cayó de rodillas sobre el altar, para después caer sobre su hombro en el suelo. Inmediatamente los soldados se le echaron encima.

El combate había terminado, y otra vez Marcus había vencido a pesar de la ineptitud de los soldados de la guardia. Aprovechó entonces el momento de calma para recoger la espada soltada por su enemigo. Un arma adicional que no podía despreciar en la situación que vivía, aunque más no fuera luego un simple trofeo de guerra.

- ¿ De donde salió ese engendro ? - Se preguntó a si mismo mientras se apartaba discretamente de la escena para evitar convertirse en el foco de atención. Ya era tiempo para él de marcharse de aquél lugar, pero la curiosidad le llevó a esperar unos instantes más allí para averiguar por boca de los soldados y demás presentes cómo era que ese mutante había aparecido con furia en pleno templo de la diosa Shallya.

- Tenéis razón, démonos prisa. Habrá que ayudar a Marcus.- dice Maximillian a sus compañeros poniéndose en camino hacia el lugar indicado - la Plaza del Laurel-. - Estad preparados para intervenir. Si lo han capturado intentaremos hablar con los guardias y sobornarlos para que lo suelten. Si vemos que son demasiados les seguiremos para ver el lugar en el que lo han confinado y lo intentaremos liberar. Aunque quizá haya alguna esperanza de que aún esté libre.- les dice sin dejar de caminar.

El hechicero torció el gesto ante las vagas indicaciones de la ama de llaves. Le había molestado bastante no poder quedarse a inspeccionar los cadáveres "Quien sabe qué sagradas enfermedades contendría el fallecido Wolfgang..." y ahora tenían que guiarse por meras suposiciones. - Podría haber abandonado la plaza hace tiempo -se quejó- Creo que tengo un método más preciso para localizarle... sólo tenemos que seguirlas. Mirando en todas direcciones mientras seguían caminando, Blanch esperó a no ver a nadie en las cercanías para ir hacia un rincón y pronunciar unas pocas palabras mientras concentraba la energía del caos. - Quédate donde estés, vamos hacia ti.

Los guardias apresaron al mutante y lo llevaron de vuelta, atado al interior de la cortina. Algunos habían sugerido matarlo, pero las Shallyanas no aprobaban tal comportamiento en el interior del templo. Los hombres decían que no era nada extraño, que hace tres días en el edificio de al lado, unos rufianes invocaron el poder de un artefacto y que los que estaban allí mutaron al instante. Ese mutante era uno de esos hombres. El pobre sólo estaba tomando una cerveza cuando la chica agitó el objeto. Los cazadores de brujas decidieron, muy sabiamente, quemar el lugar.

Pero no fue lo único sobrenatural que ocurrió, nada más llevarse al mutante a rastras una nube de moscas entró por la puerta, y moviéndose como una plaga de langostas recorrió la estancia para desvanecerse. Marcus escuchó una voz:

Quédate donde estés, vamos hacia ti

Blanch conjura oscuros poderes y surge una nube de moscas que se eleva al cielo y avanza a gran velocidad. Instantes después, junto a la muralla, en el norte una columna luminosa de un blanco cegador asciende desde la tierra hasta más allá de los cielos y de lo que es capaz de alcanzar la vista. La columna se mantiene unos segundos para después desvanecerse en un brevísimo destello que ilumina el Mundo.

- Parece que ha funcionado, sigamos en esa dirección.-

dice Maximillian poniéndose en camino.

- Buen trabajo, Ibrahm-

agradece el joven noble al mago.