Partida Rol por web

La calma tras la tormenta

5.1 Secretos en los Caminos

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24/05/2012, 18:23
Wolfgang Ehrlichmann

Notas de juego

Hace tiempo que la interminable música había cesado su incesante resonar, y la mayoría de los parroquianos habían abandonado la estancia. Era la hora de cerrar el trato, por fin, tras muchas horas de vueltas y revueltas.

Tras algún tiempo hablando, y haber hecho las presentaciones, la conversación sigue hasta llegar al centro de la cuestión.

Como ya he dicho anteriormente, os ofrezco siete coronas de oro ahora, y siete mas cuando lleguemos a nuestro destino, la ciudad del lobo blanco.

La voz de la maga concuerda con su aspecto; a un tiempo es ligeramente queda y acariciante, pero en ella hay un deje frío, como cuando comienza a nevar y solo unos pocos copos disuaden a los más avispados de salir, pues comprenden que se puede desencadenar una ventisca.

Me dispongo a partir camino a Middenheim en la compañía de la primera caravana de mercaderes que lleve el mismo destino, cosa común, y que espero sea mañana o pasado a lo mas tardar. Vuestra misión seria simplemente protegerme a mi y a mis pertenencias de los peligros de Drakwald, pues si bien soy capaz de protegerme a mi misma no gusto de hacer ostentación de poderes mágicos a la ligera, y os he juzgado competentes para derribar a unos cuantos hombres bestia si se diera el caso.

Mi mirada se posa especialmente en la elfa, la que parece a priori más competente del grupo, aunque todos tienen el aspecto atezado que da la dura vida de aventuras.

Querría dejar especialmente claro que, a pesar de que tengáis, tal vez, un orden interno, yo soy la que esta al mando. A pesar de ello no esperéis que os controle constantemente, ni que de órdenes que entorpezcan vuestro cometido; habrá materias de las que sepáis más que yo.- enarco las cejas, preguntándome cuantas.- y no me gusta interferir, pero si juzgo algo, mi decisión es definitiva. Aparte de esto, os conmino imperiosamente a no tocar mis partencias, pues como comprobaríais se hallan protegidas, y no me gustaría perder a un hombre tan pronto.

Hago una ligera pausa para comprobar las reacciones de mis interlocutores, y tomar un ligero sorbo del brebaje que conocen como vino en esta taberna.

Os agradecería que estuvierais preparados para partir mañana a primera hora, aunque dudo que ninguna caravana viaje de noche, a nadie le gusta hacer noche en el bosque.

Estoy dispuesta a escuchar vuestras propuestas, pero antes de que lo intentéis, el sueldo no esta sujeto a negociación.

No tengo tiempo que perder; la soldada es buena, y yo no puedo permitirme más, si no aceptan tendré que aventurarme en el bosque con la compañía única del enano. Esperemos no tener que llegar a ello. Al menos parece que el estaliano es el típico vividor, que no desaprovecharía la posibilidad de vivir una aventura…

Mi mirada recorre de nuevo a los presentes, esperando sus palabras.

En un principio fueron 7 monedas. De las que al final no gastamos ninguna porque Gabriella se ocupó de todos los gastos de las consumiciones de la primera taberna (creo recordar)

AltDorf maravillosa ciudad, grande bien cuidada y llena de oleres peculiares sobre todo a ... mierda!? no pense que las cosas estuvieran tan mal dentro, supongo que ser la ciudad mas grande de este lado de las montañas tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Vamos a ver si almenos podemos buscar una posada que no huela tan mal y que sirvan un vino bueno. Vale me conformo con que el vino este pasable. Ademas esta noche tenemos que cogernos una buena, hemos tenenido una buena aventura con esta bruja y su pequeño amigo, y si el negocio me satisface quizas continuemos solo quizas...

Por el camino me veo atraido por un puesto que vende pequeños panecillos recien horneados, pregunto el precio y cojo 4, como siempre, uno se lo lanzo a Wolfgang el otro a Lollenda, uno me lo como y el restante lo guardo para mas tarde. Miro distraido los puestos y la gente pasando, cierto es que huele ligeramente hoguera apagada, pero no creo que se propagara demasiado en una ciudad tan grande, habra mucha guardia dispuesta para lo que se tercie, quizas demasiada para mi gusto y nuestros intereses.

Mirando a Wolfgang - ¿Alguna posada? - tiene un buen ojo para estos sitios, tambien influye que me de un pairo uno que otro, asi sigo caminando maravillado de tanto lujo, y tantas casas.

Ahí nos gastamos el precio de esa comida.

Lollenda se levanta y, sin siquiera mediar palabra, o alterarse en absoluto, lanza la silla en la que se sentaba con una precisión milimétrica, acertando justo en la entrepierna de su anterior agresor, y haciendo que este caiga al suelo, sujetándose sus partes nobles con ambas manos, y con la cara pálida.

Hargin se gira un momento, y cuando vuelve a mirar a su rival, este ha desaparecido. Gabriella echa mano de su bolsa, para darse cuenta de que esta no está, así como de la Alvaro. Y el bretoniano también ha desaparecido.

Y ahí nos lo roban todo xDDDD

Seguís al director hacia el cuartel de Altdorf, donde no tardáis en daros cuenta de que los soldados, cientos de ellos, os vigilan nada más entrar, cuchicheando, y susurrando a vuestro paso. No obstante, confiados, seguís adelante. El Capitán os guía, a través del patio de armas del cuartel, un pequeño castillo bien defendido en el corazón de Altdorf, vigilando el mercado y el río que atraviesa la ciudad. No podéis dejar de advertir diversas jaulas con cadáveres en diversos estados de putrefacción, servidos en jaulas elevadas unos cinco metros sobre el suelo mediante cadenas, como un rico aparador para los cuervos, que se dan un festín con la carne muerta de los enjaulados. Diversos carteles de advertencia a los delincuentes terminan la decoración del lugar.

El Capitán os conduce a través de un portón que os lleva, tras subir unas escaleras y pasar un pequeño puente elevado, a un nuevo patio de armas. El Capitán da varios gritos y hace una señal. Los guardias que le acompañan os rodean, con sus lanzas. En apenas dos minutos, al menos una docena de guardias os apuntan desde diversos puntos con arcabuces.

-Bueno, perdonad la precaución, pero no quiero correr riesgos con la escoria peligrosa. Así que una maga, acompañada por una asesina elfa, un mercenario, un enano trastornado... No me lo trago. De todas maneras, da igual, ya he llamado a los agentes de la inquisición, ellos sabrán que hacer con vosotros. Amh, salvo tu.- Señala a Wolfgang. -El mentiroso y estafador Wolfgang Ehrlichmann... Se te busca por todo el Imperio, tu cabeza vale 15 coronas...-

Aquí nos detienen y nos lo requisan todo.

En la diligencia pueden viajar 9 personas justas: 6 en el interior, y 3 en el asiento de los cocheros del exterior. Vais muy justos, pero a Lazár se le puede proporcionar un caballo a parte para que vaya por delante de la diligencia y ejerza aquello que se le da tan bien :b Eso dejaría un hueco, pero sería conveniente llevar un conductor capacitado, puesto que viendo las hojas de los PJ-s he visto que casuálmente, el único que tiene la habilidad Conducir es precisamente Lazár. Con esto no quiero decir que otro no pueda conducir la diligencia, la habilidad conducir es básica y la puede llevar cualquiera, eso si, a la mitad de su característica de Fuerza.

Por lo demás, a los aventureros se les devolverá su equipo, y también se os dará comida para el viaje a todos, además de un edicto para los inquisidores en el que se obliga, por la ley de Sigmar, a las autoridades de los municipios pertinentes a ayudar y colaborar en todo lo que les sea posible al grupo. No se os dará nada más salvo petición expresa, aunque estará sujeto a juicio de logística el dároslo (pero por pedir, que no quede :b).

Y lo que no encuentro es si la Gabriella nos pagó o no las otras 7 monedas que se nos debía.

Por lo que en un principio deberíamos de llevar encima 6 monedas de oro y lo que sobrara de la comida que compramos al llegar a Altdorf.

EDITADO POR EL JEFE: Álvaro tiene apuntado en su hoja 6 coronas de oro y 17 chelines. A ver si va a venir de ahí... Pídele la cartera, anda XD

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24/05/2012, 18:38
Wolfgang Ehrlichmann

- Cara, volvemos a Delberz, que es lo que deberíamos hacer, por eso de que dejamos tirada a Lollenda - Comienza sujetando la moneda con el puño cerrado. Normalmente había hecho alguna floritura como hacerla flotar entre los nudillos, pero no tenía el cuerpo para tonterías con los temblores que lo sacudían. - Cruz, vamos río abajo hasta que encontremos una granja, una cabaña de leñadores o un jodido puente. Cualquier signo de civilización al que nos podamos aferrar... - Con un gesto de desafío, coloca la moneda sobre el índice y la impulsa con el pulgar para que de unas cuantas vueltas en el aire. Cuando la coge con la derecha a la caída, cierra la mano en torno a ella y se golpea el dorso de la izquierda, con el reluciente metal atrapado entre las dos. - Que sea lo que Ranald quiera - Murmura antes de levantar la mano y ver el resultado

- Cruz... - Dijo sin estar del todo contento con el resultado.

- Tiradas (1)
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24/05/2012, 19:03
Lollenda

No - dijo tras unos minutos de silencio, tiempo que invirtió en recuperarse de la ultima punzada de dolor - puedo yo sola... gracias, muy amable - no sabía si le dolían las heridas o el orgullo por haber perdido sus pertenencias. Trató de seguir el ritmo del fornido hombre mientras estaba en silencio, inmersa en sus pensamientos... en su padre...

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25/05/2012, 02:13
Alvaro de la Mancha.

Mirando aquella moneda con una cruz, y volviendo a pensar en Lollenda.

-Bien echemosle un par de huevo y preparemos para seguir - esto era un momento dificil, y con pocos argumentos Quizas dos picaros en busca de fortuna aun pudieran sacarse las castañas de fuego. Aunque estuvieran cerca de una maldita guerra llena de sucios orkos, y en medio de un bosque.

Notas de juego

Menudo "flash-back" jeje¡¡ yo hubiera comentado que la inquisición nos levanto todo, pero luego nos lo devolvio, pero hasta ahi.

¿Podemos asumir que pasa un rato y la ropa esta relativamente seca?

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25/05/2012, 18:06
Gabriella Klara Von Hauss

Si, a veces a los celestes se nos muestran cosas que les son veladas a otros. De ahí la responsabilidad que recae sobre nuestros hombros, como en este caso impedir que las fuerzas del caos... - Se detuvo.

Me parece que ya he hablado demasiado, vayamos a sitio seguro y pongamos toda la información en común.

 

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26/05/2012, 10:36
Lazár Harish
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Tienes razón,dijo Lazár mirando al soldado, me encantaría estar en un bosque frondoso, siento lo de la sombra casi nos encuentran. Miro al suelo avergonzado de cometer un error tan de novato, mientras pensaba para sí no volver a ocurrir. Una cosa y el sistema de alcantarillado no podría llevarnos a la puerta norte lejos de las miradas de los orcos?dijo mientras seguía al soldado por las calles.

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27/05/2012, 11:20
Thalber de Wurtbad

Me encuentro en medio de una ciudad devastada por innumerables orcos, en un pequeño edificio que comparto con tres hechiceros y brujas, con un grupo cansado y herido y sin saber donde se encuentra el artefacto que busco. Todo un ejemplo de un digno liderazgo, me da a mi que Arztmann no es tan buen lider -pienso mientras los demás hablan.

Tras escuchar las palabras de Gabrielle el cazador de brujas suelta un bufido y ae planta frente a ella, sin poder controlar su ira -¡Maldita zorra manipuladora! Tres de sus hombres están al borde la muerte o muertos fuera de las murallas de la ciudad, otro murió en las mazmorras de la inquisición y tu, estúpida mal nacida, sigues ocultándonos información y manipulando a los que te rodean. Hemos luchado para salvarte la vida allí fuera -su mano señala una de las ventanas mientras la otra se acerca a la daga que guarda en su cinto-y tu nos ocultas información vital para la misión. ¡Este no es un puñetero juego de poder! Estamos luchando para salvar al glorioso Imperio de Sigmar, engreida mujer. Asi que ya es hora de que empiece a colaborar y nos cuente todo lo que sepa o me encargaré de que sufra tormentos horribles por traición y por dificultar la tarea de los defensores de Sigmar -concluye.

Acto seguido el siervo de Sigma se gira hacia la rata que es el lider del grupo, aún resentido por el dolor que le ha causado curándole las heridas -Espero que no olvides que esta mujer nos ha ocultado información y ha dificultado nuestra labor para salvar El Imperio -le exije a su impuesto lider -será mejor que salgamos de aquí cuanto antes, no podemos quedar aquí atrapados. Además este lugar huele a orines -finaliza guiñándole un ojo a Heinrich y lanzando una mirada a su manchada entrepierna.

Notas de juego

Primer mensaje, espero estar al nivel :)

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28/05/2012, 23:49
Katherina Müller

Katherina abrió muchísimo los ojos cuando las palabras de Thalber empezaron a escupir sobre la hechicera todo lo que, seguramente, tanto ella como el resto de sus compañeros, estaban pensando. Sin embargo, faltaba poco para llegar a la puerta norte y no era lugar para esos gritos, así que la sacerdotisa se limitó a pedir silencio, o a menos bajar el tono, con un solemne, serio y constante: Ssssssshhhhhhh... Silencio caballeros, habrá tiempo de echarnos en cara todo lo que os plazca cuando estemos a salvo...

A pesar del enfado totalmente justificado, la mujer sabía que habría tiempo de hablarlo todo si llegaban sanos y salvos a aquel lugar que parecía mantener su fortificación y seguridad, y para ello necesitaban no llamar la atención por las calles cercanas al lugar al que se dirijían. Quizá hubiera orcos en las inmediaciones.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Jajaja, ahí azuzando a Heinrich XD

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30/05/2012, 13:00
Gabriella Klara Von Hauss

La furia invadió a Gabriella- Escucha, ignorante, la información la acabo de ver hace solo unos minutos, y no olvides que yo estoy intentando salvar algo más que tu culo. La misión que tenemos es más importante que todos nosotros y de no fracasar el precio lo pagarán muchos inocentes. No por eso voy a cantar a los cuatro vientos una información que de caer en malas manos pueda conducirnos al desastre.

No olvides que mis servicios y los de mi orden tienen el mismo objetivo que el tuyo, detener esta maldad y ponerle fin

 

Notas de juego

Buen post, si señor

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30/05/2012, 15:33
Thalber de Wurtbad

Si, tienes toda la razón -responde Thalber a la hechicera con sarcasmo en un susurro, tratando de no llamar la atención-tal vez el enemigo pueda escuchar donde van a preparar ellos mismos dicho ritual y en que consiste. No podemos desvelarles esa información, con ella podrían hacer cualquier cosa, como preparar el ritual. ¡Ah! Si eso ya lo están haciendo.

El cazador de brujas le lanza una fría mirada de odio a la hechicera -Estamos en medio de una ciudad en manos de los orcos, no sería raro que murieses. Si nos ocultas la información se perderá con tu muerte. El guerrero de Sigmar se da la espalda, cansado de discutir y se coloca en el otro extremo del grupo. Si yo fuera el lider esa bruja cantaría, el fuego y el acero pueden hacer maravillas.

Notas de juego

Pensé que todavía estabamos en el almacén, eso me pasa por leer tantos mensajes seguidos.
Este ya si lo contextualizo bien.

Pd: si no me equivoco Lazár aún no está con nosotros.

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30/05/2012, 15:50
Gabriella Klara Von Hauss

Es usted un estúpido, pero bueno, eso seguro que no le viene de nuevo, sus padres debían decírselo a diario.

Estoy cansada de que me insulten y cuestionen, sera mejor que empiecen a valorarme, igual que hago yo con ustedes ¿Me han visto cuestionar su labor en algún momento?

Si la visión esta en lo cierto las cosas van complicarse mucho, pero mucho, mucho y van a necesitarme a mi y a los míos.

Necesitamos confiar los unos con los otros

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30/05/2012, 16:15
Thalber de Wurtbad

Que aún sigas con vida es una muestra clara de la confianza que los templarios de Sigmar han depositado en ti. Confianza que no ha sido devuelta por tu parte -contesta Thalber tratando de reprimirse.
Todo el mundo piensa que pueden darme lecciones, la bruja, esa rata que tenemos como lider. Si termino esta misión con vida necesito reflexionar, me he vuelto demasiado blando.

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30/05/2012, 19:59
Maul

Maul no se molesto en entrar a la conversacion, pese a que el habria sido mucho mas rotundo en sus argumentos respecto al tema....ocho kilos de acero imperial con forma de martillo de rotundo; despues de pasear por media ciudad corriendo de los orcos...ahora, solo ahora con otros tres canta mañanas se le ocurria eso...

La verdad es que estaba con Thalber en freir a la idiota esta y hasta cierto punto, se notaba que el jefe no estaba hecho para el campo...pero era listo, tenia una mala leche que tumbaba y ahora mismo necesitaban de ese punto de sacar la lengua a cualquiera....

En cualquier caso..Maul se concentro en el camino; un orco podia hacerles el dia redondo como no tuvieran cuidado con lo que hacian...

 

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03/06/2012, 10:10
Thalber de Wurtbad

Tratando de relajar el fuego que corre por sus venas, la llama purificadora que le pide que acabe con la bruja, Thalber busca con la mirada a su compañero más fiel, a Maelm.
Cuando encuentra al ave le hace varias señales para que le avise si encuentra algún grupo cerca de su camino, logrando de esa manera no caer en emboscadas.
Sigmar evitará que caigamos, nos protegerá con todos sus medios piensa Thalber mientras hace la señal del martillo en su pecho.

Notas de juego

La tirada con el penalizador consecuente no se si la haces tu, máster, o yo.

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03/06/2012, 21:00
Gabriella Klara Von Hauss

Si estás convencido de ello es que eres ciego. – Gabriella estaba realmente enfadada.

 Si estamos aquí es solo gracias a mi orden y a mi, gracias a ello estamos cerca de conseguir nuestro objetivo.  Yo os he guiado hasta aquí, yo puedo desvelaros el misterio de la otra visión que he tenido. De otra forma se habrían escapado como humo entre tus dedos

¿Es que acaso no ves que somos un engranaje de una misma máquina? Que solo si estamos todos unidos podremos poner fin a esto.

Retractos  de vuestras palabras ahora mismo  y reconoced  que mi labor en esta empresa es tan valiosa como la vuestra.

Por no decir más, imbécil -  consiguió reprimirse

Si no fuera por mi no tendríais ni puta idea de donde buscar, malditos incompetentes, ¿Y encima he de aguantar este trato? Hasta aquí hemos llegado

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04/06/2012, 15:59
Katherina Müller

- Es suficiente, COMPAÑEROS. - dijo con voz calmada la sacerdotisa de Sigmar, mirando tanto a Thalber como a Gabriella, dejando claro que en el término de "compañero" ambos tenían su hueco, su importancia para la misión y su pequeño protagonismo. Todos somos piezas únicas y valiosas en la lucha contra el Caos. Y luchar contra el Caos es lo único que ahora importa. LO ÚNICO.

Por muy enfadada que la mujer estuviera con la bruja, especialmente después de haber tratado de ayudarla en más de una ocasión, por sentir que les había ocultado una información que pudiera ser vital, Katherina no dejó que su ira se extendiese y dejase paso a la idiotez. Sacudió la cabeza y trató de azuzar a todos los presentes para llegar cuanto antes al lugar de reunión. Si la bruja tenía información importante o tenía el medio para conseguirla, había que tratar de mantenerla con vida, por mucho que les pesase.

- Y repito: no es lugar en el que hablar de esto, puede haber mil oídos enemigos escuchando tras cualquier pared. Démonos prisa y ya habrá tiempo para disculpas cuando estemos a salvo, señores y señorita. - comentó poniendo punto y final a su intermediación.

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04/06/2012, 16:20
Heinrich Arztmann

Heinrich había permanecido en silencio, sumido en negros pensamientos que no eran más que la expresión de su mente de los negros tiempos que corrían y los acontecimientos que se cernían sobre ellos. Tan horribles era lo que podía esperarles si fallaban, si algo se les escapaba, que no podía considerarse a sí mismo pesimista por pensar aquello. La cuestión era que, a pesar de su mente superior, de su agudeza afilada, poco podía hacer para salvar a su amado y odiado imperio con la pandilla de inconvenientes que le seguían de mala gana. Había forma de convencerles de que colaboraran más activamente, claro, pero dudaba que sus superiores comprendieran, fuera de tesitura, la acuciante necesidad que habría tenido en ese momento en el que hubiera utilizado... sutiles argucias, donde sutiles significaba afiladas...

Estaba acabando de hilar un plan perfecto, una respuesta, una solución en su mente, atando los pocos cabos que le restaban e hilvanando pistasque tenían, las (nulas) capacidades de sus indeseados compañeros y la situación en que se encontraban sumergidos cual pozo hediondo cuando una discusión le sacó de su ensimismamiento, de su retirada espiritual. Era Thalber, claro, quién si no iba a molestar de forma tan poco sutil, y discutía con la bruja, como no. A priori, las probabilidades de que algo así ocurriese eran superiores al cien por ciento. Es lo que pasa cuando juntas demasiados autoproclamados machos alfa -cabestros alfa era más genérico- y pretendías que colaborasen en algo que no llegaban a entender. Agitó la cabeza con desaprobación, que chasqueó varias veces. Las herramientas estaban para utilizarlas, y los mejores carpinteros no hablaban con su cincel para solicitar su aprobación.

Con voz tranquila añadió:

- Caballero, señorita, compórtense. Están ensombreciendo mi exultante optimismo por haber encontrado inesperados aliados y además, están quedando en mal lugar delante de los magisters. Estoy convencido que sus progenitoras les enseñaron a comportarse en público de la manera adecuada así que no les ofenderé intentando sustituirlas... ya saben lo que han de hacer. Si no acatan mi... consejo -la pausa era a propósito- tendré que demostrarles en que me diferencio de ellas. Y creanme, no tendré represalias al respecto porque habrá gente de rango -su mirada dejaba claro que se refería, entre otros, a los hechiceros- que podrá confirmar que estaban poniendo en riesgo una misión de capital importancia. En el hipotético caso de que llegaran a interesarse, claro.

Su tono se torno más suave, casi compasivo:

- Sé que están asustados y nerviosos. Hay fuerzas sobrenaturales y demoniacas presentes en quien sabe qué rincón, estamos rodeados de orcos sedientos de sangre y nos estamos enfrentando a algo que bien podría condenar nuestra esencia física pero también nuestro alma. Pero tenemos nuestra fe y nuestras armas, así que dejen de parecer una pareja de adolescentes virginales asustados perdidos en mitad de un bosque encantado

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04/06/2012, 21:04
Director (Akrabu)

Wolfgang lanzó al aire la moneda que sellaría su destino en aquel aciago momento, dejando su suerte en manos de Ranald, y este decidió por ambos hombres: Lollenda tendría que arreglárselas por si misma.

Los dos hombres miraron la moneda con tristeza, y luego se miraron entre ellos. Las miradas lo digeron todo, a ninguno le hacía gracia abandonar a su compañera, pero ya habían decidido dejar que Ranald los guiara, y a ello se atendrían. Además, pese a la punzada de dolor que sentían por el resultado, la cruda realidad se imponía a sus sentimientos: estaban perdidos, heridos, calados hasta los huesos, y ateridos de frío, y a eso se le sumaba la incertidumbre del destino de su compañera elfa, que bien podría haber acabado muerta, por lo que la decisión de volver atrás, por lo que ellos sabían, no solo podía ser peligrosa, sino también vana.

La decisión estaba tomada, seguirían en la misma dirección que la corriente del río, con la esperanza de encontrar ayuda, o refugio.

Notas de juego

¿Podemos asumir que pasa un rato y la ropa esta relativamente seca?

Si no váis a hacer nada más que esperar en ese rato, sí. Adelanto las manecillas del reloj, hago evolucionar el gripazo de Wolfgang, y un buen (pero buen) rato despues, os ponéis en marcha en dirección opuesta a Delberz. ¿Vamos con ello?

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04/06/2012, 21:05
Hathar, Caballero del Lobo Blanco

-Como quieras, elfa. Le respondió el hombretón, y acto seguido se encaminó a la zona de tiendas de campaña desplegadas por el campo de batalla, caminando a un ritmo que Lollenda pudiera seguir. Parecía que el hombre había captado algo más que el orgullo de su raza en la mujer elfa, y que sentía cierta afinidad con el espíritu combativo de Lollenda, por la que respetaba a la mujer.

Lollenda fué conducida de vuelta al enorme campamento provisional frente a las murallas de Delberz, y guiada a través de las tiendas hasta una bastante amplia, con la antrada abierta de par en par, y de colores apagados, acordes con los emblemas y escudos de los Caballeros del Lobo Blanco.

Hathar la invitó a pasar de un gesto, y Lollenda entró en lo que a todas luces era una tienda de víveres, una verdadera despensa para el campamento. Un pequeño grupo de hombres y mujeres harapientos, todos de aspecto civil, algunos con ensangrentados vendajes que tapaban heridas, hacía cola en el interior, frente a una mesa, en la que se sentaban dos hombres, tras los cuales se hayaban otros tres a modo de guardia de la tienda, armados con espadas que se encontraban envainadas, y vestidos con sencillos justillos de cuero y ropajes ulritas.

Hathar, le señaló desde la puerta al hombre de la izquierda sentado en la mesa, quien rondaba los cuarenta, y era de escaso pelo cano en la cabeza.

-Ahí... le dijo con seriedad. Gregory es uno de los encargados de administrar las provisiones del campamento, pero tiene mala fama. Ya he tenido varios encontronazos con ese hijo de perra otras veces, y el Capitán Thirag no lo tiene en buena estima. Sabemos que es un buitre de la guerra que se aprovecha de lo que sus socios encuentran en el campo de batalla, pero no pertenece a nuestra orden, y está fuera de la autoridad del capitán, de modo que sus influencias en la guardia Imperial lo han salvado siempre que ha viajado con nosotros y hemos tenido problemas con él. Algún día se le acabará la suerte a ese malnacido... tal vez sea hoy. Si algún buitre se ha llevado tus armas elfa, me juego la bebida de un mes a que él sabe algo.

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04/06/2012, 21:05
Soldado de la guardia

-Lo dudo. Le respondió el hombre, azuzándolo por una nueva calle mientras aceleraba el paso. No se nada del sistema de cloacas, pero Delberz no es una gran ciudad como Altdorf o Nuln. El sistema de alcantarillado no es gran cosa, y no disponemos de una enorme red de túneles para desaguar las calles como en las ciudades. Me supongo que los desagües más amplios estarán cerca del río, pero eso nos deja lejos de la puerta Norte, y aún así yo al menos no los conozco.

Los dos hombres corrían desesperádamente para adelantar a los orcos por calles paralelas, y entreveían a la tropa moviéndose por callejuelas aledañas, entre gruñidos, y ruidos de su gutural lengua.

-Por aquí... el hombre giró en la siguiente calle, y se lanzó a través de ella a toda prisa. Casi los tienen encima, tenemos que sacarlos del rumbo que llevábamos.

Girarón otra esquina, y aparecieron en medio de una desolada calle amplia en la que no veían más que innumerables destrozos, y algún cadáver.

-Ya deberían de estar... empezó a decir el soldado, y a media frase, al otro lado de la calle, aparecieron sus compañeros.

 

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