Partida Rol por web

Escucháis un gruñido y aparecen unos perros uno a banda y banda del camino con claras señales de agresividad en esta hora crepuscular. Más que hambrientos parecen muy cabreados y os miran con intenciones poco amistosas.

Tuka carga una flecha.
 

El gnomo hechicero, que se encontraba a punto de pulverizar los troncos con un conjuro flamígero, se pone en guardia con ambas manos alzadas asiendo su estrambótico bastón de madera de formas extrañas... dispuesto a atacar a cualquiera de los perros que se quisieran abalanzar sobre él.

El joven guerrero, al ver a los lobos, coge su escudo que lleva colgado a su espalda y se dispone para atacar.

Los perros son realmente rápidos y parecen muy agresivos y se lanzan a por los compañeros, uno se lanza contra Duric como un poseso y el otro intenta atacar a Janira.

Ambos perros consiguen morder a sus objetivos desprevenidos y sin sus herramientas de combate dispuestas.

Llegado su turno Tuka se pondrá en esa posición para disparar al perro y si no hay cambios en las posiciones que interfieran con el disparo. Tuka dice: "Voy a disparar, ¡Cuidado!" 

El perro consigue alcanzar a morder a Duric y este se queja de la mordedura.

¡Malditos chuchos! Rodear a estos chuchos, acabaremos con ellos. - Mientras descolgaba su escudo que llevaba en la espalda.

Con la espada, Duric lanza un golpe contra el perro que le había atacado.

El duro espadazo de Duric parte al perro en dos y queda entre estertores en el suelo.

Janira da un paso atrás y empieza a recitar unos versos para enaltecer el valor de sus compañeros:

- ¡Recordad el sacrificio de la legendaria Yasmin bint Faroud, predilecta de los Diez, que dio su vida para distraer a Zythrustianax, azote dracónico de la Sociedad, para proteger la retirada de decenas de aprendices pathfinders. Su acto de benevolencia es el paradigma de la cooperación en la Sociedad!
 

Llegado su turno Tuka se pondrá en esa posición para disparar al perro y si no hay cambios en las posiciones que interfieran con el disparo. Tuka dice: "Voy a disparar, ¡Cuidado!" 

Disparo al de nuestra lider y guia.

La flecha de Tuka sale muy desviada hacia atrás de dónde intentaba disparar.

Hogo se adelanta para atacar al perro restante con su Nodachi, pero no logra impactar al animal

Zatqualmie observó con atención a los sabuesos atacantes hasta que tuvo oportunidad de unirse a la refriega. El gnomo junto ambas manos y empezó a moverlas de forma muy frenética hacia uno de ellos emitiendo una especie de sonido de chispas que, un instante después, se convirtió en una especie de delgado rayo flamígero que dirigió hacia el perro.

El rayo del gnomo evitando impactar contra su compañero Hogo falla por muy poco, pues el no querer de dañar a su compañero no le ha permitido alcanzar al perro.

El perro evitando el rayo y viendo a Hogo que se adelanta para atacarle, le lanza un mordisco con su boca de afilados dientes y abundancia de baba en el morro. El perro alcanza una de las partes descubiertas por la armadura de Hogo y le hace una herida superficial

Solo queda un perro, a si que con su espada en alto va contra él y lanza un espadazo, intentando ser lo más certero para acabar con el perro en un solo golpe, como hizo con el otro.

Duric acierta su golpe pero esta vez no es tan terrible como la otra vez pero las palabras de Janira hacen que su brazo sea aún más poderoso en la lucha y consigue matar al perro de un golpe clavando su espada en el corazón del mismo.

Una vez concluido el combate, Janira deja de recitar las palabras de valor y se dirige a sus compañeros:

- Muy bien aspirantes lo habéis hecho muy bien, debéis intentar atacar más en equipo pero siempre ayudando los unos a los otros. Habéis defendido a los que tienen otras habilidades como Tuka con su arco o yo con el poder de mi palabra, no habéis dudado un momento en protegernos a los menos hábiles en el combate cuerpo a cuerpo, y muy bien Zatqualmie intentando lanzar un poder mágico contra el enemigo. Parece que eran perros rabiosos así que dejarme ver vuestras heridas por si acaso.

—La mía es tan solo una herida superficial. ¿Cómo estáis vosotros? —pregunta Hogo mirando a Duric y a Janira.

Duric se cuelga el escudo a la espalda y se echa la mano a la pierna donde le había mordido el perro.

- Mi herida no es muy grave, solo un pequeño mordisco. Janira ¿tú estás bien?