Partida Rol por web

Te despiertas tras horas y horas durmiendo, sientes que la saliva te llena la boca y discurre por la comisura de los labios, y tras estirarte en la cómoda cama de plumas por fin te levantas, casi cuando el sol se alzaba hasta el mediodía.

Cuando, tras vestirte y lavarte la cara, bajas a la taberna, la ves liberada del bullicio de la tarde anterior, las personas que estaban allí, esas  caras conocidas, ya no estaban. Tampoco ves la cara de Tymora, sino la de un joven muchacho que le sustituía al otro lado de la barra, un muchacho que no llegaría a los veinte años, rubio y alto, vestido con una camisa blanca holgada y unos pantalones marrones.

Se vistió de manera muy parecida a como iba el día anterior, falda larga, de color azul oscuro, camisa marfil y botas de cuero, no las de viaje, sino las que tenia más elegantes. También cogió su capa, pero la llevaba en la mano cuando bajó por las escaleras. Se había colocado el pelo de tal for que ocultaba sus orejas, decorando también ligeramente con un lápiz de ojos los suyos de un tono oscuro, y ocultó entre sus ropas el medallón que siempre lucía. Dejó también el estoque en la habitación, así como su instrumento, cogiendo únicamente la daga y su inseparable bolsa de color rojizo.

Cuando llegó a la planta principal de la posada esbozó una sonrisa agradable y se acercó a la barra buenos dias, soy Ammaranza se presentó con buen ánimo algo ligero por favor le pidió, pues no deseaba hincharse de comer, no era lo que tocaba ahora  y un poco de leche aunque le apetecía casi cualquier otra bebida que esa.

Esperó a que le sirviera antes de volver a dirigirse a él ¿sabes dónde está la biblioteca? Le preguntó con curiosidad me han dicho que merece la pena visitarla si te gustan los libros hablaba a la vez que comía, entre bocado y sorbo.

Cualquier biblioteca merece ser visitada, la de Nightshade pertenece a los magos y se encuentra en su torre, la mayor biblioteca del reino, bueno, aunque la entrada está en la torre, la mayoría de la biblioteca está dentro de la estructura de la ciudadela pero... si, en la torre del Archimago encontrarás lo que buscas.

El joven entra en el mostrador y saca una jarra con leche tibia y luego una ensalada de canónigos, pimientos, zanahoria y cebolleta, que aunque en un principio no tenía buena apariencia no te disgustó. - El invierno suele ser una época de escasez y de poca variabilidad, pero me sorprende la cantidad de ingredientes que tiene Tymora ahí dentro para vivir en este peñón helado. - Luego vuelve a salir con un par de manzanas que te deja en la mesa.

Dímelo si quieres algo más, Ammaranza... Por cierto, yo me llamo Riso, es un nombre gnomo.

La verdad es que si parece tener una buena variedad en realidad, en comparación con lo que Ammaranza había estado acostumbrada, aquello no podía catalogarse como amplía variedad, pero había que tener en cuenta los factores atenuantes, clima y lugar, por eso lo dijo, y porque también intentaba ser amable.

Sonrió al joven cuando dijo que siempre merecía la pena visitar las bibliotecas, no creía que ni el diez por ciento de la gente pensara como él, pero asintió, seguramente era un apasionado de los libros, lo cual le agradó.

¿Un nombre gnomo? Lo miró con una sonrisa divertida no pareces un gnomo le comentó mientras daba un mordisco a la manzana. Quizás el muchacho fuera más de lo que aparentaba, o tal vez hubiera una buena historia detrás. Si algo le habían enseñado era a no obviar pequeños detalles. Cualquier información podía ser de utilidad en el momento más inesperado.

Y no soy gnomo, mi padre me puso el nombre del médico gnomo que trató a mi madre cuando casi murió de sobreparto, salvándonos la vida a ambos... Yo no soy de por aquí, llegué hace poco tiempo, al igual que tú en busca de información en la biblioteca de Nightshade - El joven medía en torno a los seis pies de altura, y tenía una espalda ancha, músculos fuertes, pero sin embargo, gráciles movimientos mientras iba de un sitio a otro. - Pospuse mi investigación cuando Tymora me dijo que necesitaba que le echara un ojo a la taberna durante un día. Somos casi familia, su madre era hermana de mi tío por parte de padre... 

Por cierto, un tipo llamado Dovahkiin preguntó ayer por Eralissa y por ti antes de irse a dormir.

Tras una travesía que parecía interminable, y una situación de los más extraña te arropaste entre las cálidas mantas del Dragón Oxidado, perdiendo toda noción del tiempo. Cuando despertaste el sol lucía fuertemente por la ventana, era pasado el mediodía, te habías saltado toda la mañana de un día, pero el cansancio del viaje había desaparecido.

El primer pensamiento que tuviste fue el de ir hacia la habitación de Chandra para despertarla, pero tu hermana ya no estaba, la puerta, como la del resto de habitaciones vacías estaba abierta y allí no había nada más que el mobiliario.

Un buen detalle por parte de tu padre, el agradecimiento, aunque sea con una cosa aparentemente sin mucha importancia, es algo que siempre gusta sonría Ammaranza con facilidad, le cayó bien aquel muchacho de habla fácil, y comprendió cuando habló de Tymora que realmente hacia aquello por ella, no por lo que pudiera pagarle al igual que el tuyo al ayudar a alguien que es casi tu familia amplió la joven su sonrisa mientras continuaba disfrutando del desayuno y la compañía.

Pero su gesto se volvió suspicaz cuando Riso pronunció un nombre que trató de recordar, pero fue en vano.

No recuerdo a nadie con ese nombre ya no sonreía, no le gustaba ser buscada por desconocidos ¿Puedes decirme que aspecto tenía? Luego miró a su alrededor, como si temiera que alguien la estuviera acechando ¿Y sigue por aquí o dijo algo más?

Era un caballero, con armadura completa, ropas de color rojizo, que venía con una muchacha que no parecía de por aquí, vestida con algunos despojos de cuero... No se qué más decirte, llegaron algo más tarde que vosotras a la posada, justo cuando Tymora se había ido a dormir, y según cenaros se fueron a dormir.

La muchacha se ha ido esta mañana temprano, pero el tal Dovahkiin aún no ha bajado.

-Chandra.-Pienso nada más levantarme de la misma manera que lo llevo haciendo los últimos años.-¿Dónde estás, hermana?- Pero esta vez sé la respuesta, está en el cuarto de al lado.

Me levanto como una flecha y me visto la armadura. Tardo un rato, pero no me importa. Esta noche he dormido como hacía años que no lo hacía. Me ajusto mis armas a la cintura y la espalda y salgo hacia su habitación, encontrándola vacía. Entro y miro hacia todas partes, pero no está allí. Rápido como una bala, bajo hacia el salón de la posada.

Bajo las escaleras de la posada corriendo tan deprisa como puedo, echo un vistazo a la sala y me fijo en la semielfa y el chico de la barra.

-Alguien ha visto a la joven que me acompañaba ayer?-Pregunto dirigiendome a ambos.

Justo a tiempo, Ammaranza, ese era el caballero que preguntó por vosotras... ya no sabía qué más decirte para que supierais quién es.  - El muchacho se gira de nuevo hacia Dovahkiin - Tu hermana salió esta mañana, poco después de que amaneciera, pagó las dos habitaciones y las cenas de ayer y se fue... preguntó un buen sitio en el que podría encontrar un buen trabajo, y yo le dije que podría ir al Grifo Azul, en el barrio noble... Le dije que para entrar en el barrio noble necesitaría un pase, pero al parecer ella ya llevaba uno, proporcionado por el Gran Maestre de los Rantanos.

-Viva la comunicación.-Respondo mientras sonrío abiertamente.-Al menos está bien. Dioses, tratar con un dragón rojo era más sencillo. En fin.

-Soy yo el que preguntó por vos, señorita, en efecto.-Digo inclinándome.-Las palabras de vuestra compañera me intrigaron. ¿Sabéis dónde se halla en este instante? o en otro caso, ¿Podéis aclararme su significado?

Se refiere a:

- He oido tu intención de ayudar para evitar este injusto sacrificio. Aquí ya no podemos hacer nada, pero si quieres ayudar tal vez podamos hacer algo. Estoy alojada en el dragón oxidado. Si te interesa, podemos hablar allí más tarde.

La señora Eralissa partía esta mañana, al amanecer para hacer un trabajo... yo mismo le desperté, aunque se enfadó conmigo por ello - Dijo sonriendo - como no se despertaba tocando la puerta entré, para que no llegara tarde... No le costó nada sacar la espada.

-Lo imagino.-Digo con cierta sorna.-Parecía una mujer con Carácter. En fin, si sois tan amables de hacerle llegar un aviso, yo mismo he de atender un par de asuntos que me llevarán algún tiempo. Estaré en el exterior de la posada tratando de forjar un par de herramientas que necesito. Por otro lado... si vos, hermosa dama o vos, amable posadero, necesitáis que os fabrique o arregle algo de metal, es el momento de pedirlo. 

Dicho esto, espero unos instantes y salgo al exterior con mi voluminoso equipaje en busca de un lugar tranquilo donde encender un fuego y preparar mi forja.

Ammaranza se giró al oír la voz de otra persona en la taberna, al verlo lo recordó de inmediato, se había bajado del barco de los Rantanos con una muchacha peculiar, que al parecer había perdido, y que por lo que ha dicho Riso, tomar nota de que es un poco bocazas su hermana y ha dado toda la información de su paradero delante de una desconocida como yo.

Y es que escuchar siempre era bueno.

Buenos días saludó con educación y una sonrisa sin bajarse del taburete donde estaba desayunando cómo nuestro anfitrión Riso os ha indicado, Lady Eralissa ha partido esta mañana al amanecer la joven semielfa hablaba con voz dulce y suave, ni demasiado rápido, ni demasiado lento, y su acento tenía algo de cantarín.

Con respecto al significado de sus palabras aquí sonrió con un poco de condescendencia ya me gustaría a mí entenderla muchas veces, ella tiene unas ideas que suele olvidarse de compartir conmigo en multitud de ocasiones agachó la cabeza cuando recibió el cumplido del atareado viajero y abrió las manos demostrando su ausencia de armas, tanto en ellas como en su cintura gracias por el ofrecimiento de todas formas.

Dejó que el hombre saliera, y pidió a Riso que le guardara la habitación, pues de momento no tenía pensado dejarla. Había llegado el momento de ponerse en marcha.

De acuerdo, te guardaré la habitación para esta noche... Tengo que dejar de preguntar a la gente a dónde van, llevo toda la mañana dando mensajes a todo el mundo. - El posadero se acerca hacia tu mesa y recoge los platos que ya has acabado - Esta noche ya estará por aquí Tymora, le diré a ella que te guarde la habitación.

Gracias musitó Ammaranza mientras se ponía de pie y se despedía de Riso con un movimiento de la mano.

Nada más salir de la posada, se echó la capucha de la capa por encima de la cabeza, y con paso tranquilo, se digirió hacia el lugar donde se emplazaba la biblioteca, la Torre del Archimago. Debía admitir que sentía curiosidad por el mítico Vintur, pero debía centrarse en las peticiones que le había hecho Eralissa.

Eso sí, si podía entrar en la biblioteca y disfrutar de ella, se permitiría indagar un poco sobre sus propios asuntos, quien sabe, quizás encontrara algo interesante.

Con dichos pensamientos y un cierto optimismo, continuó su camino.

Caminas de un lado al otro lado de la plaza; aún no habías llegado al lado contrario de la plaza y creías que era algo más pequeña, no te diste cuenta de su inmensidad hasta que tuviste que ir a la puerta de la muralla interior que rodeaba la ciudadela y la torre del Archimago.

Esperabas que no hubiera guardia, tras la disolución de los Rantanos,y no te equivocabas, tras entrar en el distrito de la ciudadela no viste más que una sombra de lo que era el día anterior.

Nadie te impide continuar hacia la biblioteca, la función de esos guardias no parece ser la de impedir el paso, de modo que continúas hacia la puerta de la enorme torre. El diámetro de la torre es de más de sesenta y cinco metros en la base, algo menos en la cúspide.

La torre se levanta majestuosa, haciéndose visible desde lejos, mucho antes de llegar a la ciudad, y que fue levantada gracias a la magia muchos años atrás, antes de que se dispusiera de la tecnología no mágica necesaria para levantarlas, sin embargo, los avances, sobre todo Gnomos, en cuanto a tecnología, han hecho que a la magia le salgan rivales en ese aspecto, pero eso es otra historia.

Las primeras plantas de la inmensa torre, están reservadas a las biblioteca, la mayor del reino, donde se encuentra un inmenso registro bibliográfico, numerado y catalogado, y revisado anualmente a fin de que la información sea relativamente nueva. Tres plantas de la torre están destinadas a albergar la biblioteca, las cuales tienen diferentes niveles de conocimiento.

En la primera planta, a la que pueden entrar la mayoría de las personas, es la biblioteca de las Artes y Ciencias mundanas, donde se localizan numerosos tomos de geografía, naturaleza, religión, así como libros de cuentos. Estos libros están muy bien conservados, gracias al cuidado de los magos, que no permiten que los libros salgan de la biblioteca. En la primera planta, también hay una pequeña tienda, muy acogedora, en la que se venden los libros de los cuales hay numerosas copias, por donaciones del escritor o por que están desfasados, y se venden por un precio lógico para el valor del libro.

Dentro de la torre si que hay una unos soldados, con armadura y lanzas que custodian la torre y la seguridad de los libros, se trata de los Hijos del Hielo, de los que habías escuchado vagamente, vestidos con diferentes tonalidades de azul, desde el azul marino hasta el blanco

Después de haberse pasado casi toda la vida en Ganariel, había pocas cosas, arquitectónicamente hablando, que pudieran llamar la atención de la semielfa, pero aquella inmensa estructura lo consiguió, no sólo por su grandiosidad, sino por la forma en que estaba concebida.

Lo primero que hizo fue recorrer la biblioteca en su totalidad, siempre dentro de los lugares permitidos, no era el momento de crear ningún tipo de conflicto, con la capa en los brazos, ya que se le había quitado nada más entrar, y con evidentes gestos de asombro y curiosidad.

Intentó localizar las secciones de historia y personas famosas o algo por el estilo, ya que por ahí tenía la intención de realizar las primeras pesquisas.

En caso de encontrarlas, su siguiente movimiento sería ir a la tienda, para indagar por lo mismos temas.