En la que el Puesto Comercial de Oleg se convierte en objetivo de Kressle y sus hombres.
Sandael cabalgaba en la oscuridad, esquivando a duras penas ramas y arbustos. Era peligroso hacerlo en esas condiciones, pero no tanto como quedarse en las cercanías del campamento del Río Espino donde los hombres de Lord Venado ya habían acabado con la vida de cuatro de sus compañeros. Bueno, a estas alturas ya deberían ser cinco, porque no es que hubiera dejado a Puñal en lo que se puede llamar una situación favorable.
Tiradica de Montar para no caerte, tiradica de Supervivencia para no perderte y cuéntame tus planes a corto plazo.
Sandael lloraba por el camino pensando en sus compañeros muertos, maldiciendo una y otra vez la idea de atacarles y al joven caballero que quiso negociar con los bandidos en lugar de sorprenderles. A duras penas se mantenía en el caballo mientras intentaba desandar el camino realizado buscando la manera más rápida de volver al campamento de Oleg.
Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Montar
Resultado: 2(+7)=9
Visto lo visto, en cuanto a supervivencia elijo 10.
Kressle y sus hombres prepararon los caballos, provisiones y armamento como para enfrentarse a un pequeño ejército. A él le habían dejado junto al fuego, desarmado y sometido a una estricta vigilancia. Kressle estaba tomando todas las precauciones posibles hasta estar segura de cuáles eran las intenciones de Puñal. Una vez realizados los preparativos los bandidos se echaron a dormir por turnos, montando guardias en las plataformas escondidas.
Al amanecer partiréis hacia el Puesto Comercial. Cuéntame tus planes a corto plazo.
Sandael llevaba el caballo a buen ritmo, siempre en dirección norte por lo que ella creía. La luna nueva dificultaba mucho la marcha y la orientación pero su conocimiento del bosque había mejorado bastante gracias a que ya se había perdido antes en el Cinturón Verde. Tras tantas horas de marcha empezaba a sentir el agotamiento y la falta de sueño pero afortunadamente la vegetación se iba haciendo cada vez menos espesa, dando paso a las llanuras en las que sabía se encontraba el Puesto Comercial de Oleg. Precisamente fue gracias a esto que pudo vislumbrar en la oscuridad a un grupo de jabalíes antes de que el caballo les arrollara. Eran enormes, como aquellos con los que ya se había topado en estas tierras.
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Encuentros
Dificultad: 5-
Resultado: 38 (Fracaso)
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Encuentros
Dificultad: 10-
Resultado: 1 (Exito)
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Encuentros
Resultado: 8
Tirada oculta
Tirada: 1d4
Motivo: Jabalíes
Resultado: 3
TS de Fortaleza CD14 para no sufrir 1d6 de daño no letal y decide cómo quieres afrontar el encuentro con los jabalíes.
Pues cuáles van a ser mis planes... iré con Kressle y participaré en el asedio ayudando a unos y otros (disparando con el arco sobre todo). En cuanto pueda haré mi tiradita de Sigilo, me pondré lo más cerca de la perra esa y la apuñalaré con saña visigoda. De momento, soy un siervo fiel, ya sabes...
Golgandur, de nuevo, hizo la misma pregunta que llevaba haciendo años:
- ¿Han pasado por aquí los orcos de la tribu del colmillo torcido?
Aunque en este caso no albergaba ninguna esperanza; si el matrimonio que regentaba el puesto comercial seguía vivo y con todos sus miembros, significaba que no. En su caso, preguntar sí era un esfuerzo - suponía ser mínimamente agradable, y eso para Golgandur significaba no cagarse directamente en los muertos de alguien...
¡Hola caracola! No sé si debía empezar yo, pero ahí va eso...
Gottfried Sunchaser se bajo del caballo en la puerta del Puesto Comercial, y entró a pie, saludando a sus residentes-. Que la luz de Sarenrae brille sobre vosotros, mi peregrinar por las Tierras Robadas me ha traido hasta aquí en este glorioso día. Si hay algo que pueda hacer por vosotros, buena gente, no dudéis en pedirlo. Mientras tanto, tan sólo os pido algo de comida para saciar mi apetito y un lugar en que dejar a mi montura, llevamos días en marcha y la pobre necesita un descanso.
Me apunto los conjuros del día, just in case.
Si es de noche, avisad, que mi clérigo muy listo no es, pero tonto o ciego tampoco...
En realidad debrías haber esperado a que yo os enviara el primer mensaje.
Hay una vigilancia férrea sobre Puñal, al que además tienen desarmado. Si quieres hacerte con una daga de forma subrepticia tendrás que superar una tiradica de Juego de manos para sustraérsela a algún bandido y una segunda tirada de Juego de manos para esconderla (con un bonificador +2 por tratarse de una daga). Si quieres puedes intentar montar alguna pantomima para facilitarte las cosas usando la habilidad de Engañar. En fin, a tu libre albedrío.
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: TS Fortaleza
Dificultad: 14+
Resultado: 4(+3)=7 (Fracaso)
Tirada: 1d20
Motivo: Actitud inicial de los jabalíes
Resultado: 10
Sandael intentó no alarmar a las bestias con una serie de susurros y movimientos suaves. A pesar de todo, los jabalíes estaban cada vez más nerviosos ante la presencia de aquella amazona que perturbaba su alimentación nocturna y empezaron a emitir alarmantes gruñidos que no auguraban nada bueno.
Tú verás lo que haces, no parecen haber entendido lo que has querido decirles.
Sandael viendo que no conseguía calmar a los jabalíes, se preparó para un posible combate mientras intentaba alejarse tanto ella como su caballo de los jabalíes haciendo el menor ruido posible.
Tirada: 1d20(+8)
Motivo: Sigilo
Resultado: 2(+8)=10
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: iniciativa
Resultado: 6(+3)=9
Saco el arco por si acaso.
La exploradora intentaba retirarse sin hacer ruido pero su caballo se encabritó. Los jabalíes reaccionaron violentamente y se lanzaron hacia el caballo. Los colmillos de aquellas grandes bestias se hundieron en el vientre del pobre animal, que cayó al suelo con las tripas abiertas y con él, Sandael.
Tiradica de Acrobacias CD 15 para evitar el daño de la caída (1d6) y tu turno.
-¡AAAAAHHH!- gritó Sandael al caerse del caballo, al levantarse del suelo pudo observar como los jabalíes masacraban a su caballo que Después de caerse del caballo y ver como lo descuartizaban tras haberse encabritado. Sandael huyó lo más rápido que pudo, dejando atras a su pobre caballo, sus pertenencias y lo poco de dignidad que le quedaba...
Tirada: 1d20(+6)
Motivo: Supervivencia
Resultado: 5(+6)=11
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: TS Fortaleza
Dificultad: 16+
Resultado: 18(+3)=21 (Exito)
Tirada: 1d6
Motivo: Daño no letal
Resultado: 1
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: TS Fortaleza
Dificultad: 18+
Resultado: 1(+3)=4 (Fracaso)
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: TS Fortaleza
Dificultad: 20+
Resultado: 12(+3)=15 (Fracaso)
Tirada: 1d6
Motivo: Daño no letal
Resultado: 5
Una figura delgada y larguirucha asoma por entre la maleza del bosque. Es un elfo de aspecto algo diferente, pelo largo totalmente blanco y unas extrañas marcas rojas alrededor de los ojos. Como si no hubiera dormido en varias semanas. Sin embargo su aspecto no denota fatiga o agotamiento. Lleva una espada larga envainada a la cintura, sus ropas, abundantes, aunque de baja calidad, tienen dibujados y bordados varios símbolos tribales, todo en combinaciones de azules y grises oscuros. Un petate ligero lo revela como un viajero aunque no parece que guarde demasiadas cosas dentro.
Con paso decidido se acerca hasta la entrada del fuerte, con una mezcla de curiosidad y respeto se asoma al interior.
- Espero que después de todo lo que he andado haya alguien por aquí…. – dice mientras deja su petate en el suelo.
Uhm... no sé, eso suena a que me tuvieran prisionero. Entiendo que tengan un ojo puesto en mi en todo momento para vigilarse las espaldas, pero que me tengan desarmado no me parece la situación lógica para alguien que se supone que pertenece a la banda de Lord Venado. Si aún así quieren tenerme desarmado esperaré hasta el momento del asedio a ver qué hacen, porque digo yo que en ese momento me dejarán algo para asaltar el castillo, aunque sea mi arco con mis flechas ¿me han robado mis pertenencias?
La última vez que te vieron armado te cargaste a uno de los suyos. Eso es como darle una pistola a un niño cualquiera o un martillo al mío. No, no te han robado tus pertenencias. Están en las alforjas de tu caballo, buien guardaditas. Es sólo que te tienen en periodo de prueba. Considérate bandido becario.
Lunar, 5 de Pharast de 4.710. Tarde.
Era el típico día primaveral al sur de Brevoy, fresco pero soleado. En el Puesto Comercial de Oleg se respiraba una calma placentera. En el patio, sentados en bancos junto a la hoguera se encontraban un enano con la cara cubierta con una máscara de metal, un elfo con síntomas de hemofilia y un tipo demasiado bronceado para esta época del año. Desde que habían llegado al puesto no hicieron más que intercambiar los saludos de rigor y lanzarse miradas furtivas intentando adivinar cuáles eran los motivos por los que tan singulares individuos se encontraban en este lugar, a las puertas del Cinturón Verde.
Oleg y Svetlana Leveton los habían atendido con la cortesía habitual, declinando la oferta de Godfried y negando a golgandur todo conocimiento acerca del Clan del Colillo torcido. No eran éstas tierras de orcos. Sólo faltaba. A pesar de su amabilidad se mostraban algo esquivos y habían prohibido a los viajeros acercarse al almacén que había en el centro del patio.
Y así trancurrió el día, entre moscas, estofado y desidia cuando una semielfa entró andando en el Puesto Comercial, casi arrastrándose. Tenía un aspecto lamentable y marcas de golpes en el rostro, los codos y las rodillas.