Partida Rol por web

Sin dejar perder ni un minuto comenzais la búsqueda del agua descendiendo por el escarpado borde del lago seco.

Swen no logra descender demasiado y no encuentra ni rastro de agua; Kenvent, a pesar de no llegar a demasiada profundidad, encuentra varios charcos dispersos de agua sucia, lo cual indica que hubo agua hace relativamente poco en el lugar. Erikand da con una ruta segura para llegar hasta el fondeo y desde allí puede ver cómo existen diversos estanques que, aunque verdosa, poseen bastante agua.

Aprovechando tus habilidades, logras descender por un sendero natural que llega casi hasta el fondo, donde te topas con uno de los estanques que también vió Erikand. Lo curioso es que el mayor de ellos parece estar habitado: Una docena de seres de pequeño tamaño y aspecto anfibio se mueven a su alrededor y también por sus aguas. Estas muy lejos para distinguirlos, pero aunque algunos parecen ir vestidos de alguna forma rutinaria, no parecen llevar armas o poseer ningún tipo de objeto civilizado.

Veo unas extrañas criaturas junto a uno de los estanques. Me oculto rutinariamente tras una roca y los observo un rato, sin llegar a ninguna conclusión más allá de que parecen seres inteligentes hasta cierta medida. 

No parecen muy feroces, pero puede que sean más que suficientes para matarme si me presento ante ellos yo solo. Además, tal vez Joh Mith sepa de qué clase de criaturas se trata.

Vuelvo a subir con cuidado y les explico a mis compañeros lo que he visto sin poder disimular un punto de orgullo por mi hallazgo.

- Chicos!!! Esto es muy extraño, por aquí hay algunos estanques, pero el agua está corrompida. Deberíamos buscar por los alrededores. Tal vez seguir el río arriba para ver el problema!! - dice, casi grita desde abajo del todo intentando hacerse escuchar.

Temiendo que alerte a esas extrañas criaturas me deslizo hacia Erikand con un dedo en los labios.

- ¡Por la Diosa, Erikand, calla! -le susurro- ¿No has visto que tenemos compañía? Sígueme y volvamos arriba a contárselo al resto.

Sin esperar respuesta le alargo el cabo de la cuerda que me ha ayudado a descender y empiezo a trepar.

Swen se revuelca en el barro reseco sin ningún éxito.

- ¡Tiene que haber otra forma de buscar agua! -piensa malhumorado- ¿Pero como?

Mira alrededor buscando algún indicio que le pueda indicar que fue del agua.

Resoplando ligeramente llego hasta donde están mis compañeros. Espero a que suba Issar para recoger la cuerda y empiezo a explicar lo que he visto abajo.

- No estamos solos -comento mientras estoy pendiente de la reacción del mercader- La mayor parte de los estanques están podridos y abandonados, pero he visto ahí abajo una docena de criaturas parecidas a los lagartos, con pinta de renacuajos gigantescos. No sé si son hostiles porque no me he arriesgado a mostrarme, pero parecían ir vestidos. Así que aquí estoy, esperando que alguno de vosotros supiera qué diablos son ¡Y por Odayla que yo no tengo ni idea!

Mi respiración se sosiega poco a poco mientras lanzo una última y preocupada mirada al fondo del estanque.

- En todo caso, si queremos beber hoy, tendremos que hablar con ellos... o lo que sea.

Escucho atentamente mientras Aldar nos cuenta lo que ha descubierto.

-¿Renacuajos gigantes que van vestidos, dices? -pregunto con una mezcla de sorpresa e incredulidad. ¿Qué nueva locura es esta? Si Aldar no se ha dado un coscorrón al caerse por el lago seco, estas tierras son realmente extrañas, pienso para mis adentros mientras me rasco la cabeza. Acto seguido, desenvaino la espada casi sin darme cuenta-. ¿Y en caso que sean inteligentes, crees que podrán entendernos?

Justo cuando termino de formular esta pregunta, caigo en la cuenta de que tenemos a alguien que ha viajado mucho más que nosotros, así que me dirijo a Joh:

-¿Has visto alguna vez algo parecido a estos seres en tus viajes? -le pregunto.

Avanzando con cuidado en la dirección de la que venía Aldar, os asomais a un saliente y observais la escena: Varios seres anfibios parecen vivir alrededor de una gran charca como si se tratase de una tribu o comunidad primitiva.

-Son tritónidos, una raza de anfibios inteligentes bastante curiosa... Si os fijais, en el interior de la charca están los renacuajos, la fase infantil de los tritónidos. Cuando los renacuajos crecen pueden respirar fuera del agua y se convierten en esos otros de apariencia humanoide, con largas colas y la piel fina y brillante. El tercer estadio son aquellos más viejos, con la piel rugosa y rígida y que son los encargados de criar a los renacuajos. Es curioso... el segundo estadio debe dejar el hogar y marchar en busca de pareja pero aqui hay varios de ellos que parecen no haber dejado la charca. En cualquier caso son una raza inofensiva y temerosa de los humanos y los troll, que suelen cortar sus colas para utilizarlas como alimento. Si bajamos poremos coger agua sin problema, aunque si quereis, yo puedo comunicarme con ellos. Quizás nos expliquen el porqué de esta extraña comunidad.

Me quedo anonadado ante los extensos conocimientos de Joh. Después de envainar la espada, lanzo una mirada a mis compañeros y luego le propongo al mercader:

-Me parece buena idea. Nosotros podríamos encargarnos de rellenar los odres de agua mientras tú hablas con los trótidos, o como se llamen esos seres.

Vuelvo a mirar a mis compañeros, esperando que estén de acuerdo. Tengo ganas de ver a esos anfibios humanoides más de cerca.

Swen asiente y susurra a Kenvent.

- Quizá ellos sepan que ha sido del resto del agua. Algo me dice que nos dirán donde está y nosotros la recuperaremos...

Últimamente se siente guiado por los espíritus pero le gustaría saber que pretenden. Nunca ha sido muy sociable pero poco a poco se está volviendo más hosco e intratable de lo habitual.

Sin poder ni querer evitar una sonrisa de orgullo por mi hallazgo, sonrío y asiento sin hablar. Sospecho que la cosa traerá "cola".

Issar asiente ante las explicaciones de Joh Mith.

Seguro que les tocaría hacer algo para esa comunidad de renacuajos...

Joh Mith rebusca en su bolsa y saca algo parecido a un pedazo de piedra blanda, ligera, de color azulado y le da un mordisco; Con un pedacito del mineral en la boca, se acerca a los tritónidos y éstos reaccionan con cautela pero escuchan sus palabras y comienza una conversación completamente incomprensible para vosotros en una lengua formada por gorgoteos, siseos y algún que otro silbido.

Joh Mith habla con el que parece ser el tritónido más anciano y éste habla mirandoos a vosotros en varias ocasiones, como si se refiriera a vosotros en ciertos momentos. Finalmente el comerciante regresa a vuestro lado.

-Glubt, ishhin tlecht... -Joh Mith escupe un pedacito de piedra en el suelo y prosigue. -Esto... He estado conversando con el venerable tritónido y me ha explicado su situación y la del agua; Por lo visto su hogar no está aquí sino en una caverna cercana. Hace unas semanas algo sucedió y tras un temblor de tierra, toda el agua del lago comenzó a desaparecer al tiempo que algún tipo de monstruo enorme irrumpía en sus cavernas. Hay que tener en cuenta que para los tritónidos, cualquier cosa es un monstruo enorme, pero en cualquier caso no pudieron hacer otra cosa más que huir, llevando consigo a cuantos renacuajos pudieron e instalandose en esta charca. Por lo visto, en el interior de su hogar tenían un artefacto sagrado, algo que utilizaban para realizar un ritual que daba suerte a sus jóvenes antes de partir una vez alcanzado su estadio maduro. El anciano trató de llevar consigo el artefacto, pero en su aparatosa huída, éste se fué desmontando y ahora las tres partes que lo forman están repartidas por las cavernas. Sin él, los jóvenes no quieren abandonar la charca ya que temen los peligros del exterior y eso hará que toda la comunidad se extinga. Por lo visto hay agua limpia y en abundancia en la sala del ritual, así que el anciano me ha pedido que ya que la necesitamos, le encontremos los pedazos del artefacto.

-Podriamos ayudarle o buscar el agua por otro sitio, aunque él me ha dado a entender que tal cosa puede ser muy difícil. En vuestras manos lo dejo.

Erikand sonríe. Tenía bastante claro que algo así sería el desenlace de la conversación.

- Está bien por mi... De todas maneras, ya me esperaba esto... Además, estos renacuajos parecen buena gente, quizá incluso nos puedan bendecir a nosotros para que marchemos a nuestro destino. Que nunca se debe menospreciar la bendición de un Dios... - Erikand parecía divertido ante la situación. Se gira hacia sus compañeros - Que opinais vosotros? Con lo seco que esta el lago nos va a costar barbaridades encontrar agua.

-¿Dónde está la entrada a esa caverna? -pregunto con impaciencia, mirando a las paredes del lago seco. Tengo ganas de encontrar el agua y seguir nuestro camino cuanto antes. 

- ¿Ves? Lo que te decía -Escupe con desagrado las palabras a Kenvent-. Cuando antes tengamos agua antes podremos continuar nuestro viaje pero... ¿podemos estar seguros de que estamos a la altura de ese "enorme monstruo"? No deberíamos adentrarnos en ese lugar sin tomar precauciones.