Partida Rol por web

- ¿Quién o qué eres tú? - le pregunto al tipo. Voy directo y sin rodeos, me parece un poco prepotente.

El hombre no se vuelve para responder a Tom. – Eso no es de tu incumbencia Nosferatu, lo único que te puedo decir es que me sigas o no saldrás del castillo… - El hombre siguió andando.

- Disculpe señor, podria decirme el nombre del principe si me hace el favor-

No recuerdo como se llamaba ese hombre… pero ya no está en el castillo, al menos no está del todo… esta solo a medias… si dejamos de hablar y andamos podréis verle. – Nergal parecía que se estaba cansando. – Al rey no le gusta esperar…

Finalmente me decido y echo a andar detrás del hombre...

Me pica la curiosidad, ¿quién será ese rey al que este tipo demuestra tanta obediencia? Además por lo que dice tiene pinta de que son los responsables de lo ocurrido en el lugar... si han sido ellos y se han desecho de los sabbat, lupinos y toda la primogenitura incluído el Príncipe tienen que ser muy poderosos...

Veamos a dónde nos lleva esto.

- Bien, te sigo. - comento al hombre. - Mi nombre es Tom. - le hago un gesto con la mano a modo de saludo... el tipo aún no se ha presentado y según él no es asunto mío... pero quién sabe, quizá se le escape algo con un simple saludo.

Como tiene pinta de saber que soy un nosferatu y es muy poco probable que en este lugar rompa la mascarada... vuelvo a mi aspecto original. Espero no asquear demasiado a mis compañeros

les sigo pero muy atras.

Subo por las escaleras detrás del grupo, sin decir nunca nada, no me gusta la compañía, tampoco me gusta hablar, intento ocultar mi asombro al llegar a la habitación que huele bastante mal. Escucho discutir a los vampiros allí presentes y atiendo cuando otro dice que nos va a conducir a su rey.

"¿Rey? Si el de Nueva York es un príncipe... este un rey..." reflexiono en silencio mientras sigo a los vampiros a la habitación.

Me huelo algo malo, pero no tenemos otra alternativa a seguir a aquél tipo.

Seguís al vampiro por un pasillo largo, la conversación es nula, ya que él no quiere daros ninguna respuesta, asique si os molestáis en pedirlas. Tardáis dos minutos o tres en recorrer el pasillo hasta llegar a una puerta de madera bastante parecida a la que había en el castillo de Alexander, la mayor diferencia de la una a la otra era las manchas de sangre.

El vampiro abre la puerta, dentro podéis observar algo muy curioso, la habitación esta más limpia que las otras, no había sangre ni en el suelo ni en las paredes ni en el techo. Dentro de la sala había cuadros de grandes pintores, algunos más viejos y otros más nuevos. En el centro de la sala había ocho ataúdes cerrados, y encima de cada uno de ellos un corazón. Detrás de los ataúdes había tres hombres encapuchados, no se les veía bien el rostro, y detrás de ellos en el  trono del príncipe había un hombre sentado con una taza en la mano, en la taza había un mensaje, pero no sabias el idioma en el que estaba escrito.

- Por fin llegáis, como os gusta hacerme esperar… desde luego, que problemáticos sois. – Os mira uno a uno y añade. – Tendríais que seguir a Nergal sin rechistar… pero bueno, eso es lo de menos, ¿en que puedo ayudaros?

Reí al ver a aquellos sentaditos en sus asientos tan tranquilos, decidí preguntar algo que quizás no iban a contestar -¿Quieens ois?- Pregunté intentando ordenar las letras en mi boca, al no conseguirlo reí de nuevo.

- ¿Qué ha pasado con el tremere que gobernaba aquí? ¿Y con el resto de vástagos? - pregunté sin esperar más. Probablemente si les preguntaba por quiénes eran ellos me ignorarían como había hecho el tal Nergal.

tu si que sabes lo que pone en la taza, perdon poque no pude ponerte el mensaje "El mejor padre del mundo" (Español)

no puedes saber sobres sus nombres, hay demasiada historia :)

El hombre sonríe y mira al nosferatu, parecía el único que había entendido la pregunta. – Bien, os daré lo que buscáis, los vástagos más influyentes de la ciudad están muertos. ¿Y el príncipe? Está muerto, esos ataúdes con los corazones encima son el príncipe y la primogenitura, aunque el príncipe esta más presente, no solo es su cuerpo. – el vampiro muestra la taza que tiene en la mano, dejando entender que el príncipe estaba en esa taza.

Diablerie...

- ¿Habéis sido vosotros? - pregunté. Esta vez no estaba intrigado sino temeroso... semejante demostración de poder era algo que escapaba a mi comprensión. - ¿Puedo preguntar por qué? - miré a mi alrededor intentando escudriñar las sombras... estaba seguro de que había más seres poderosos por allí... pero no era capaz de detectarlos. Mi paranoia aumentó.

- Y la pregunta más importante: ¿por qué seguimos vivos? -

Si, hemos sido nosotros cinco, y no ha sido demasiado complicado la verdad ¿el motivo? No hay un motivo demasiado importante, de hecho me molestaban simplemente, quería montar un lugar de operaciones y este estaba bien. En cuanto a porque seguís vivos, es por capricho mío, el os prefería muerto. – Señala a Nergal que sonríe. – Necesitamos que alguien haga algunos encargos para nosotros y vosotros podéis ser los indicados, al menos de momento.

- Con vuestro permiso- digo con mi tradicional reverencia suviendome un poco el bajo del vestido- ¿Podria quedarme con el corazón del principe?-

El hombre abre mucho los ojos ante la pregunta de la niña, después sonríe y contesta a la vampiresa. – ¿Se puede saber para qué diablos quieres tu un corazón? O mejor dicho el corazón del príncipe en concreto… ¿algún ritual de magia o algo por el estilo? – Parece que ese hombre sabe de qué clan es la niña.

Me quedo mirando la conversación atontado, sin contener la cara de asombro. Estos vampiros han matado a la nobleza de esta ciudad. Mi cuerpo se tensa y me pongo en una posición para prepararme en caso de problemas.