Partida Rol por web

 Vuestro recorrido por el bosque es rápido,... al menos lo más rápido que podéis hacer. A pesar de que el derrumbe del puente retrasará el ejército trasgo, queréis conseguir el máximo posible, habida cuenta de que tenéis que preparar o bien una posible batalla o una posible retirada. En cualquier caso tenéis que llegar al Transbordador lo más pronto posible. 

Vuestra vuelta no encuentra ningún encuentro inesperado, algo que es de agradecer. Quizás eso se deba a la ayuda inestimable de Jorr o bien por la fortuna que os sonríe. 

Poco a poco vais divisando Transbordador de Drellin...

Al fin, tras una rápida marcha al trote, divisamos el transbordador de la ciudad que nos vio partir. Echo un vistazo a los rostros de mis compañeros y todos muestran, mas o menos, el esfuerzo por el duro trayecto. Pero es indudable que ha merecido la `pena. Pues hemos ganado tiempo. Y sabiendo lo que se nos viene encima, mantener la iniciativa puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota.

Y mientras el transbordador se nos aproxima, yo aprovecho para recuperar el resuello. Y cuando lo logro, digo.

Sera mejor que llevemos cuidado ahora. No es conveniente aparecer en la plaza principal de la ciudad, y anunciar a gritos la posibilidad de un ataque. Intentemos ahorrarnos las escenas de pánico.

Miro de nuevo a mis compañeros antes de seguir.

Hablemos primero con las autoridades y, si podemos, tratemos de coordinarnos con ellos. Aunque claro, habrá que ver como reaccionan.

Y ya que estamos, intentemos obtener los pertrechos que necesitemos. Por mi parte, ya os podéis imaginar lo que me hace falta.

Y mientras el transbordador prosigue su avance hacia nuestra ribera, yo aprovecho para terminarme, de un largo y profundo trago, la cerveza que queda en mi odre. Si, era algo que me venia rondando por la cabeza.

Y por supuesto, hecho esto, enseño mi odre ya vacío a mis compañeros antes de añadir.

Ya veis, la adquisición de mas pertrechos, para mi, sera cosa fácil. Me basta con rellenar la reserva.

Una vez cerca de la ciudad, el ermitaño deja a Ular y a Cuernitos recostados entre unos arbustos.
Por precaución, se lleva la armadura de cuero de Ular 2, y los guanteletes de fuerza del minotauro...

Una vez en la ciudad, y al oir las necesidades del barbaro, le responde.
Yo tambien necesito algunos pertrechos...como por ejemplo alguna armadura apta para cornudos...tu sabes de eso verdad Porfidius?
Tras las carcajadas de Henderch, el ermitaño trata de calmar los animos.
Nono...me refiero a una armadura para el minotauro, pero creo que eso puede esperar. Lo primero, es ir directamente a hablar con las autoridades!

A pesar de la aclaración de nuestro particular ermitaño, todavía se me escapa alguna risotada que otra. Y mientras señalo a Cuernecitos, digo.

Algo que le vaya bien a este. Pues si fuera preciso, metelo dentro de un barril. Pero claro, espera a que yo vacíe ese barril. Y no te preocupes Katan, que no lardaría mucho en hacerlo.

Si. Es indudable que las palabras de Katan, me han puesto de buen humor. Y a pesar de su aclaración, echo un nuevo vistazo a la cabeza de Porfi. Quien sabe, quien sabe. Con tanta transformacion, podría estar creciendole algo.

Sobre todo, si ha dejado familia atrás.

 Evea con la frente perlada en sudor  asiente a las reflexiones de Hen.

 - Sí, quienes tienen que efectuar la evacuación de la comunidad son las autoridades. Nuestro trabajo consiste en informares y convencerles, después ayudaremos en lo que haga falta para movilizar a la gente. Tendrán que priorizar qué llevarse y destruir cualquier tipo de reservas de provisiones que queden a su espalda, para no facilitar las cosas a la horda.

 Desde que Porfidius llegó con tan funestas nuevas, la expresión y palabras de Evea han perdido cualquier matiz de despreocupación o alegría a la que tan estabaís ya acostumbrados durante el tiempo que hace que viajaís juntos.

 Mientras llega el ferri, la joven pronuncia unas palabras arcanas y mueve sus manos, entonces su ropa se torna lustrosa, igual que se rostro y caballera, quitándo cualquier mácula fruto del viaje.

 - Una buena presencia siempre ayuda a tratar con los gobernantes.- Comenta a modo de explicación.

Porfidius hizo el camino en silencio, y sólo cuando se acercaban a su primera etapa cambió su actitud sombría. Seguro que había algo que podrían hacer, a parte de dar el aviso, y debía dar con ello.

Al acercarse, fue estudiando una posible defensa del lugar, pero él no era guerrero, así que se acercó a Henderch, más acostumbrado a actitudes bélicas, aunque siendo bárbaro quizás no tuviera la preparación suficiente, ¿y Shadow? - ¿podríamos intentar defender el pueblo antes de huir? Creo que mujeres y niños deben partir sin demora, quizás escoltados por una pequeña guardia, pero ¿cómo veis que podamos ir desgastando tamaño ejército día a día? - preguntó al grupo.

Las chanzas de Katán no venían a cuento, y más en la situación en la que volvían, mensajeros agoreros. Les resultaría difícil convencer a quienes habían pasado toda una vida construyendo su negocio y haciéndolo crecer a que abandonase todo. Porfidius no comprendía esa filosofía de apego a lo material, aunque la respetaba y había comprobado a lo largo de los años, que eso era así. De modo que lanzó una sonrisa irónica - un día acabará loco y desquiciado. No es bueno jugar tanto con muertos - miró a Evea, su arreglo de última hora le había dado un toque melancólico - tan bella y tan callada - ¿qué te pasa, gatita? - preguntó a la joven. Su silencio no había pasado inadvertido para ninguno, y menos para él.

El camino de vuelta había sido aun más duro que el de ida. Y las noticias que traian no ayudaban a mejorar el ambiente. Por lo menos Henderch y Katán no habían perdido su humor, pero el resto estaba un poco alicaido.

A Necrull no le gustaba huir más que a los demás, pero ante un ejercito así no había posibilidades de salir victoriosos ellos solos. Sólo esperaba que los aldeanos se tomaran la noticia en serio. Pues si no les creían sí que no saldría nadie vivo.

Con esos pensamientos estaba cuando cruzaban en el transbordador. Allí volvió a salir el tema.

Sí, yo también creo que lo mejor es ir a las autoridades y que ellos se encarguen. A unos desconocidos como nosotros no nos van a creer, ya les resultará dificil a los dirigentes.

Lo que sigo sin saber es qué podemos hacer para detener la horda que se nos viene encima. Hemos lidiado con bandas y monstruos, pero esto es demasiado grande. Necesitamos un ejercito para detener a ese ejercito.

 La joven mira al druida, y una melancólica sonrisa aflora en sus labios delicados.

 - La historia se repite... pero con los papeles cambiados. Yo misma, hace algunos años, era una habitante como los que veremos ahora, desafortunadamente no había un grupo de voluntariosos aventureros capaces de ayudar... no a tiempo al menos.- Tras una breve pausa prosigue.- Una enorme horda, parecida a esta, engulló literalmente Lunil, la ciudad en la que nací y en la que vivía con mis padres, llevándose o destruyendo todo cuando tocaron. Pero al parecer Tymora ha querido que ahora pueda hacer algo para que no se repita el pasado.

  Estas últimas palabras las pronuncia con gran determinación. Sin lugar a dudas pondrá todo su empeño en ayudar a esta gente.

La historia de Evea, hace que recuerde la mía propia. Pero eso ocurrió en el helado norte. En la Espina del Mundo y se perfectamente, que bien hubiera podido ser algún clan rival en vez del mio. Por tanto, me encojo mentalmente de hombros y me concentro en el comentario de Porfi.

Echo un vistazo al transbordador que prosigue su lento avance y desde nuestra margen, oteo el pueblo en perspectiva.

Seré sincero. Este lugar, nos ofrece pocas posibilidades. Tan solo podríamos obstaculizar el avance enemigo, si vienen por nuestra misma ruta. Y por lo tanto, han de usar el transbordador.

Supongo que su líder no sera un imbécil redomado. Ojala lo fuera. Pero como no creo que tengamos esa suerte, sospecho que enviara, en vanguardia, avanzadillas de exploradores. Compañias entrenadas para moverse con agilidad por el terreno y así, mantener constantemente informado al grueso de la horda.

Me temo que aquí, hemos de conformarnos con sacar a la población y arrasar el poblado. Pues eso es vital.

Nada de dejar posibles pertrechos detrás de nosotros para que puedan usarlos. Si han visto ya el puente derruido, sabrán que han perdido el factor sorpresa. Y por lo tanto, están preparados para enfrentar cualquier tipo de resistencia que se les ofrezca en su avance. Pues bien, no facilitemos ese avance dejándoles suministros al alcance de la mano.

Callo mientras frunzo el ceño. Pues lo que viene a continuación, no me gusta nada. Nada de nada.

Otra cosa. Una población que huye, tratando de arrastrar consigo todas las pertenencias que puedan llevar, nunca se moverá tan rápida como un ejercito en campaña. Así que adivinad a quien le tocara proteger esta retirada. Espero que los lideres de este agujero, entiendan que lo mejor sera, para la población, escapar ligeros de equipaje. ¿A que distancia se halla este poblado de la Capital?. Espero que no demasiada.

El rato que usáis para discutir es el suficiente para que lleguéis a Drellin. Allí os saludan los guardias que, conocedores de vuestra misión y avisados por Norro Wiston, os dicen que vayáis directamente a verle, puesto que espera vuestras noticias con muchas ansias. Uno de los guardias aprovechará para avisar a Soranna, la capitana de la guardia.

Os pasáis por la posada para dejar las pertenencias que menos os molesten y tras ello vais a ver al portador.

 El portavoz del pueblo, Norro Wiston se encuentra acompañado de la capitana Soranna y de otra mujer alta, de hombros anchos y pelo rubio canoso (Delora Zann, la dueña de los establos). 

 ¿Y bien?- pregunta Wiston- ¿Que ha pasado? ¿A que problemas nos enfrentamos?

Ahhhh! Exclama el ermitaño del pantano, alzando las marchitas manos y agitando sus huesos colgantes.
Una horda de trasgos, gitant'es...y monstruosos...DRAGOOOONES!
Los huesos golpetean haciendo una percusion escalofriante.
Debeis...huir!

Al fin nos alcanza el transbordador. Cruzo una mirada con Katan y este asiente comprendiendo.

Nuestro nuevo compinche zombificado y Cuernecitos, quedan ocultos tras una arboleda a la espera de que su amo los llame.

Entre tanto, soy el primero en embarcar de un salto en el transbordador. Y cuando este se pone en marcha y nos vamos aproximando a la ciudad, niego en silencio con la cabeza.

No, no es un trabajo fácil precisamente, el que tenemos delante. Ya en la otra orilla, desembarcamos. Y claro. Aunque cada cual tenga sus motivos, todos nos dirigimos a la posada.

Algunos de mis compañeros, dejan aquellas de sus pertenencias que les puedan pesar. Por mi parte, me aproximo a la barra y le paso mi odre ya vacío al posadero. Con una leve sonrisa, me limito a decir mientras deposito unas piezas tintineantes sobre la barra.

Rellenalo hasta arriba. Que siempre viene bien un trago sin que importen las circunstancias.

Con mi suministro ya asegurado, me encamino hacia la puerta del establecimiento y allí, me giro esperando a mis compinches. Y cuando todos nos hallamos reunidos, nos encaminamos hacia la casa del Portavoz del pueblo.

Nada mas entrar, ante el mismo umbral, somos recibidos por el portavoz, la capitana de la guardia y una tercera persona que yo, al menos, no recuerdo.

Y habiendo oído la pregunta del portavoz, soy yo el que se adelanta. Pues parece que quiere una respuesta directa, y replico.

Pues aproximadamente, a unos diez mil trasgos perfectamente equipados para el combate. Apoyados por distintas unidades de monstruos variopintos y hasta con apoyo aéreo por lo que hemos podido comprobar.

Es una autentica fuerza de conquista ya que cuentan con maquinaria de asedio. Si. Están preparados para una gran campaña. Su intención, es masacrar a todo el que se le cruce y saquear, todo lo que hallen a su paso. Y si, este lugar, también entra en sus planes.

Veo como las caras de mis interlocutores palidecen a oír mis palabras y yo solo puedo añadir.

Por mi parte, creo que sera conveniente preparar la evacuacion de la población. Eso ante todo. Y que sea rápido. Aunque hemos tratado de obstaculizar la marcha de ea horda, no podemos precisar el tiempo que habremos podido retrasarlos.

El comentario de Katán hace que el brujo suba la mirada al techo.

Hubiese preferido que Evea o Porfidius hubiesen sido los que dieran la noticia. Pero está claro que el viejo no se callaría ni aunque le fuese la vida en ello.

Pero lo hecho, hecho estaba. Lo cierto es que lo que contaba era verdad. Todos esos monstruos se les estaban viniendo encima.

 ¿Una fuerza de conquista, hacia aqui?- pregunta Norro, extrañado- ¿estáis seguro? ¿no estaréis exagerando un poco? Quizás solo se trae de una pequeña fuerza de grandes trasgos, de un 100 hombres más o menos- dice, no muy convencido de sus palabras.

- Entiendo su duda. Usted mismo ha visto y oído la situación actual, llena de asaltantes trasgos. Pues dejeme decir, ya que los ví yo personalmente, que no es más que puntos de apoyo y preparación para la posterior llegada de un enorme ejército, con máquinas de asedio y dragones, como ha dicho mi compañero, incluídos - pausa un poco y asiente con la cabeza al ver como su anfitrión pone cara de incredulidad y pavor - creo que no es Drellin su objetivo, sino algún lugar con murallas y que les permitan hacerse con la región... - aguarda un segundo y repite junto con Norro - ...Brindol podría ser - saca el mapa con la ruta trasga en ese momento - anuque creo que, si todo les sale bien, nada les impedirá continuar, tal y como indican en este mapa - y se lo deja, para que sus palabras tomen fuerza.

- ¿Por dónde queréis que empecemos? ¿Por informar a la población y organizar el desalojo inmediato hacia Brindol? ¿O por pensar algún tipo de resistencia contra el ejército? Aunque me parece que no sería más que frenar lo suficiente el ejército de invasión para darle tiempo a los civiles de llegar a ponerse a salvo. - preguntó a su interlocutor intentando que éste mostrara su colaboración.

Por lo que respecta a la resistencia que podamos ofrecer...

Añado yo tras las palabras de Porfi.

Dependera por completo del numero e enemigos que compongan la vanguardia y del numero de hombres que se pueda prescindir de la guarnición de la ciudad.

Carraspeo un poco, pues tanta charlas ya me esta dando sed, y continuo.

Ahora miro a la capitana Soranna y me dirigo a ella.

¿Cuentas con veteranos curtidos entre tus tropas?. Pues esa es la clase e soldado que seria necesario para un asunto como este. Hombres curtidos ya que sepan lo que es un combate. Me temo que si finalmente entablamos combate con el enemigo, aunque logremos emboscarlos, no sera un trabajo apto para novatos.

Estos, pueden encargarse de escoltar a la poblacion hasta Brindol. Y otra cosa mas.

Y ahora miro al Principal de nuevo.

Mandad de inmediato a vuestro mejor jinete en dirección a Brindol. La noticia de esta invasión, ha de ser conocida en el menor tiempo posible. Y aunque hemos tratado de mandar aviso a otros lugares gracias a nuestro compinche de nivea barba, siempre es conveniente asegurarse de que hay mas de un canal por el que poder informar.

Esperad un segundo- dice Norro- las noticias que me dais son preocupantes y debemos de actuar con celeridad- tras meditar un poco, añade- descansad por el momento. Tengo que hablar con los otros ancianos del pueblo. Os pediré que acudáis a exponer los hechos, quizá esta noche o mañana a primera hora. Ni que decir tiene que no comentéis nada de la situación en el poblado, al menos de momento.

- Seremos discretos - dice el druida lanzando una mirada dura a Katán para que se contenga - pero os pediría que intentárais hablar esta noche. Los trasgos tienen buena visión con poca luz y no sabemos si preferirían moverse de noche... - pidió al dirigente.