Partida Rol por web

Antes de partir hacia donde se hallan los orcos y la mujer orca, o lo que sea que fuese, Fafnir prueba abriendo la puerta 2. Lo que encuentra es un habitación cuadrangular, nuevamente con antorchas adosadas a la pared. No hay nadie en dicha puerta pero, en el suelo, se encuentra una abertura ancha como para una persona, por la que bajan escaleras de piedra.

Además de esto hay una armadura extraña en un rincón. Es de bronce o algo parecido, tiene el casco abierto y por él solo se ven sombras.

La misma no se mueve, está vacía, pero se halla puesta como mirando esa abertura en el suelo. Tiene su cabeza inclinada hacia abajo, y de su espalda brota una espada larga. 

El tigre siente un olor extraño desde la misma, aunque ninguno de ellos ve nada. Está vacía.

Pero algo emana de ella... y no parece bonito. Olor de flores podridas, eso es lo que siente Tempestad.

- NO TE ACERQUES.- digo al que estuviera más cerca del agujero.- Su energía no huele bien.- digo mirando a la armadura.- quizás sea algún tipo de hechizo para guardar ese agujero de intrusos.- me dí la vuelta para salir de la habitación.

- Cierra la puerta - Digo algo cabreado a fafnir - estamos en un lugar lleno de enmigos y a ti se te ocurre abrir puertas donde no sabemos que hay detras, no nos sirve de mucho planear estrategias si luego tu te dedicas hacer eso, ademas pensaba que habia quedado claro que era yo el que hacia locuras en estos sitios -

-Pues lo siento monsieur Viento- dije haciendo una exagerada reverencia y apartándome de la puerta hacía un costado dejandole el paso- entonces entra y revisa que hay en el agujero, si no exploramos el resto del lugar no sabremos si estamos dejando atrás algo que nos pueda ser útil para nuestra causa...-

- Ves - Dije en un claro tono ironico - Cuando queda claro que el suicida soy yo la cosa va bien - estaba claro que lo decia en broma, pero Fafnir tenia que tener mucho cuidado en ese sitio, no era solo su vida la que estaba en peligro.

- No tengo idea de que pueda ser esa estatua de alli, quizas no sea nada pero tiene pinta de que si entramos empezara atacarnos y la verdad es que prefiero jugarmela contra orcos que contra estatuas magicas -

Llegaron a la sección en la cual esos seres estaban custodiando la puerta. Los dos orcos se hallaban uno parado en cada lateral de la puerta, y la mujer estaba en medio, caminando de un sitio hacia otro. No miraba a nadie de ellos dos, y menos al grupo que aún estaba del otro lado, cubiertos por las sombras que las antorchas dejaban pasar y por la esquina en la cual se mantenían ocultos.

Lo cierto es que cuando abriesen esa puerta, cuando pasasen al otro lado, no había manera en que los seres no notaran su presencia.

-Rak DAtakkk

Dijo uno de esos bichos y la mujer asintió, pero luego volvió a caminar de un lado a otro. Pronto se acercó al segundo orco, el que no había hablado y le dio un golpe que lo tiró al suelo. Tamboleante, el ser se volvió a parar. La mujer lo señaló con un índice coronado por una larga uña oscura.

El aludido entregó una botella de barro. Aparentemente estaba bebiendo algo que no estaba permitido.

Pues yo puedo convocar una estrella luminiscente que nos guíe hacia el dragón, ya sea que esté atrás de los orcos o por esa escotilla.  Hacia donde nos guíe vamos.

Si está por donde los orcos y la matrona, pues la estrella los distraerá, dándonos una ventaja en el ataque.  Quizá la puedo hacer aparecer atrás de ellos para que se volteen y nos den la espalda.  O la hago caminar por el piso para que vean hacia abajo, o directo enfrente de nosotros para deslumbrarla y la matrona no pueda usar nada de ataque a distancia. 

Je je, dio una pequeña risilla.  Incluso podría hacerla salir de la botella cuando la huela, así más sorprendida estará. jjaja, se rio de sólo pensar en las caras que pondría. 

¿Qué les parece?

-Que hay que dejar de hablar y pasar a la acción, ya todos estuvimos de acuerdo en la estrategia, aunque a mi me gustaría investigar las otras puertas después ya que ahora no me dejan hacerlo...- comenté al grupo.

Bien, va.  Y Mia hizo aparecer la estrella guía luminosa como saliendo de la botella, dando círculos círculos mareantes cada vez más grandes grandes, círculos y círculos en es-pi-ra-leees distrayéndolos a todos inclusive a ustedes lectores.  

¡Ahora!  Hizo señas al grupo para que atacaran. 

Miré al resto del grupo y fui el primero en cruzar la puerta en dirección al orco de la izquierda. Corrí hacia él y con un gran rugido me abalancé hacia su cuello, con la intención de sujetarlo bien mientras le intentaba clavar repetidas veces mis uñas en su dura carne. Mi haz de luz verde era mágico, seguro que dejaría impresionados a aquellos malnacidos. 

  Justo antes de que Mia lanzara la luz y abrieran la puerta Bregor tocó el suelo con su palma izquierda y recitó un pequeño conjuro. Al instante brotaron por toda la habitación raices y enredaderas que atraparon a los tres seres. El guerrero prestó especial atención en atrapar a la mujer y en poder taparle la boca, se temía que ella tuviera conocimientos arcanos y lanzara algún hechizo sobre el grupo.

  -¡Ahora!- Dijo Bregor al terminar su conjuro.- Yo me encargo del grandulón de la derecha.- Dijo mientras cargaba contra el orco y desenvainaba su espadón.

Apenas veo que Bregor realiza el hechizo me deslizo hacía un costado mientras mis chakrams se prenden fuego, mientras giro para afirmarme y lanzo uno de los chakram contra la cabeza de la orca.

Aguardo con el otro chakram en la mano ver como se desenvuelve el ataque.

Desde luego sabiamos hacer entradas espectaculares, primero la luz de mia, luego las raices de Bregor y un tigre lanzandose a morder cuellos, como heroes aun nos faltaba mucho, pero desde luego cuando se contaran nuestras hazañas las historias quedarian espectaculares.

Mientras pensaba todas estas tonterias sacaba una flecha bien untada del frasco de mi veneno mas letal, si conseguia golpear a la mujer seria suficiente para terminar con esta batalla y con suerte ni siquiera podria gritar antes de que le golpeara.

No espere mucho mas, sencillamente tense mi arco y dispare solo habia dejado margen de tiempo suficiente para que mis compañeros entrasen antes que yo para atacar a los otros orcos, la mujeres caeria si es que conseguia alcanzarla.

Mia invoca al poder de guía luminiscente y una estrella pequeña hace aparición detrás del orco que no estaba bebiendo. Bregor, Madera Oscura, intenta evitar que la joven use un poder que siente que sería un desperdicio porque creen igual saber que el dragón está detrás de esa puerta. Entonces, al toque con el suelo, una maraña de enredaderas cobra vida. Apresa a los tres seres, pero la maga orca, no queda encerrada.

Como si parpadeara, de pronto desaparece y aparece en otro lugar. El tigre va por uno de los dos orcos, el de la izquierda. Brégor se decanta por el de la derecha. El espadón es el arma elegida por el guerrero y las zarpas y dientes, por el felino enorme.

Fafnir tenía intención de lanzar los chakran a la mujer, pero ella vuelve a desaparecer y aparecer. Sin embargo, en medio del viaje, el arma sí se clava sobre las enredaderas que se prenden fuego con orcos y todo.

Viento unta veneno en su flecha y apunta para atacar a la mujer, que a estas alturas es claramente una maga. Ella desaparece y aparece otra vez, no permitiendo que le apunten por ahora. Los orcos, gracias al tigre, el guerrero y el fuego terminan de morir mientras un olor a carne quemada podrida llena el aire.

Entonces la mujer de verde parpadea en medio del salón.

-Dha Zhá Na Bhan…

Dice, y de pronto su tamaño aumenta hasta que la cabeza toca el techo de piedra. Con un movimiento de sus manos, por el aire, rayos invisibles se lanzan contra los héroes, infringiéndoles heridas, sin que ellos siquiera sepan como defenderse.

Por si eso no fuese suficiente, el suelo comienza a temblar y se va llenando de estalagmitas, que surgen de improvisto y bien pueden acabar con la vida de los miembros del grupo.

-Soy la gran generala Orca, reina de la magia, y vosotros... ya estáis muertos.

Dice la mujer. Al segundo vuelve a mover sus manos y los cortes se comienzan a suceder, uno tras otro, sobre los cuerpos del equipo. Respecto de la luz de Mía, se escapa tras la puerta en busca del dragón.

Numerosos rayos impactan mi cuerpo cuando acabo con el orco enredado y ardiendo. Mi cuerpo cae al suelo y no puedo evitar proferir un alarido, pero me recompongo al instante, no me daría por vencido. De repente cuando me doy cuenta es muy grande, toca casi el techo. Esa mujer era una maga excepcional al parecer.- Noto tu energía mancillada...- digo mientras me concentro para bajarle los "humos". Rugí con todas mis fuerzas para llamar al dragón y que él mismo nos ayudara en la tarea de acabar con esa desdichada.

Las estaglatitas y los cortes de viento son realmente molestos, más molesto es ver como la mujer se teletransportaba evitando nuestros ataques, sin embargo todos éramos magos y ese juego lo podíamos jugar también, sabía que con mi Vértigo la alcanzaría, si no es que la superaba, pero como raramente pasaba, decidí pensar esta vez en mis compañeros también.

-Terminemos rápido con ella compañeros...- dije mientras me abría un poco la túnica y comenzaba a emanar una niebla rojoa que inundó rápidamente todo el lugar, haciendo entrar en calor a mis aliados y restaurando sus heridas al tiempo que los fortalecía.

Lucesita, ve a buscar al dragón para avisarle que venimos a sacarlo.  Por si se quiere ir preparando.

Y decidió que podría usar su poder de premonición para saber donde la maga aparecería de nuevo.  En el momento que lo supiera de antemano les gritaría a sus compañeros: ¡Ahí! para que sus armas fueran al encuentro de la maga sorprendida. 

Los cortes eran molestos, pero nada se comparaba con la maldita maga que no hacia mas que ir de un sitio a otro, estaba bastante cabreado con migo mismo por no darme cuenta antes de que esa maldita orca seria una maga y no aplicar un truco para pillarla, con una trampa podria haberla engañado y ya estaria muerta.

Pero ahora no era cuestión de ponerse a pensar en tonterias, estabamos en una batalla y todos luchamos como podiamos, habia que hacer uso de lo que disponiamos y acabar con nuestro enemigo.

Por desgracia para mi mi Mana estaba bastante drenado, podria hacer un ultimo y pequeño truco que de seguro funcionaria, pero no con mis compañeros dentro de la sala, de momento lo mejor que podia hacer era aguantar las heridas y tratas de esquivar los ataques como mejor pudiera y predecir el lugar donde apareceria la Orca para acabar con ella con mis flechas.