Partida Rol por web

Se toma un corto periodo de tiempo para asimilar tus palabras, mirando hacia el exterior de la ventana. Posa la mano que le queda libre encima de la tuya y sonríe;

-Gracias de nuevo Methgar- Dice manteniendo la sonrisa sin apartar la vista de tu verde mirada.

Mantiene fija la mirada, sin vacilar hasta el punto en el que todo indica que va a juntar los labios con los tuyos. Pero finalmente solo se queda en eso, y un pequeño carraspeo rompe el bonito silencio.

-Creo que... creo que deberías de ir a asearte, el olor a batalla y a orco se mantiene pegado a ti. Ríe de buena gana y se separa para marchar en breve. Ya con el tono de voz que le caracteriza dice una última cosa. Tengo que..., al no estar Hojaflecha en condiciones me han elegido como parte del tribunal. Estaré allí, me gustaría que asistieras..- Te pide como último favor. Una vez le respondas marchará.

No sabes muy porque te pide que asistas, pero sospechas que Hima tenga algo planeado. Quizá tenga en mente un descabellado plan en el juicio, o quizá es que al verte entre la multitud sus ansias y los destellos que aún le puedan quedar de su pasado se difuminen por completo..

Bastian no hace ningún movimiento de resistencia lo que te parece un buen paciente para realizar tu cura milagrosa. Sin embargo no parece muy satisfecho por tu comentario al respecto. -Los heróes no existen..- Esboza una sonrisa, maldiciendo en su interior seguramente al que le hizo eso.

El joven muchacho se examina el antebrazo a trasluz después de tu operación.

-Wauu..- Aprieta la mano repetidas veces para comprobar que todo está en su sitio e incluso pega puñetazos al aire como si estuviera derrotando cabezas imaginarias de orcos.

-Vamos Bastian, no seas crío, para ya. ¿No piensas contarle lo que nos pasó?. ¿Y cuando piensas contarselo a papá?- La hermana remuga a su recién curado hermano y frunce el ceño al ver como no deja de lanzar puñetazos al aire. Al ver que aún sigue, la niña se anima a contarte la historia, ya que su hermano esta vez para "muy ocupado".

La hermana suspira y empieza a contarte la historia sin contemplaciones, pero despacio. -Bastian, otros niños de la aldea y yo nos encontrabamos en el bosque cuando nos secuestraron unos bandidos. Nos llevaron a un escondite suyo y Bastian intentó defendernos..- La hermana te señala disimuladamente a su hermano, el cual aún sigue golpeando al aire con sus puños..

Sin darte cuenta llegas a la Plaza Sur de la Villa, dejando atrás tu alcoba.

Carros y tiendas rodean un gran pozo comunal en el centro de esta plaza. Los habitantes se afaman en torno a la zona, comprando comida, ropa y artesanía. A tu derecha ves la imagen de una señal, de un cuerno de unicornio con un reloj de arena y la leyenda 'Curiosidades Carwan' cuelga delante de esa tienda, pero parece que está en reformas, aunque en el interior de las ventanas se puede apreciar algunos objetos. Más adelante te encuentras con las murallas de la ciudad y con otro establecimiento que no se identifica muy bien desde donde estáis y por lo tanto no sabes que artilugios podrían vender. A tu izquierda se encuentra una botica donde el escaparate muestra productos de alquimia.

Finalmente, un niño de ropas mundanas se encuentra repartiendo unos panfletos en el centro de la plaza, junto al pozo.

Mientras Hima le mantiene intensamente la mirada muchos pensamientos distintos recorren la mente de Methgar
Lo hará?... quiero que lo haga?...

pero finalmente el instante se termina Es mejor así, si ha de ser que sea cuando la preocupación y la pena no pesen en su espíritu.. Sonríe al oirle reír, No esperarás que termine una batalla oliendo a rosas silvestres, no? De todos modos, ya había pedido que me preparasen un baño... listillo le saca la lengua y ríe

Pronto deja de reir para contestar a la petición de Hima, Asistiré... no te dije que no te abandonaría ante el peligro? sonríe levemente Me da tiempo a bañarme o debo ir oliendo a... ¿como era?... ah si, a batalla y a orco? no puede evitar una última chanza.

 El valletano mira al gurdia con aparente tranquilidad, un tanto contraridado.

 - El interés que tendría cualquier servidor de Tyr. Voy  aver si consigo verla, quisiera verla antes no salga a la plaza para ser ajusticiada, tal vez se arrepienta y quiera aportar algo para defender mejor la ciudad.- Mirando al primer guardia.- Puedes acompañarme o indicarme por donde puedo encontrar a la Dama, por favor.

Hima ríe y deja que decidas tú lo del baño. Se da la vuelta a dos escasos pasos de salir al pasillo. -Si no quieres que te juzguen por discriminación de olor, deberías de ir a darte un baño..-

Se despide de ti con una leve reverencia, pero cortés a su modo.

Ya por los pasillos a Hima le llega su olor corporal. -Hablando de baños, creo que soy yo el que lo necesita con más urgencia..-

-Robert, ¿quieres acompañarle?- Le dice al compañero.

El hombre reniega un par de veces pero finalmente levanta el culo de la silla dejando el folleto que estaba leyendo. -Venga, andando- Con un tono un poco grosera te indica que le sigas.

Te conduce por el interior del palacia hasta la segunda planta. Allí observas como unos cuatro guardias se aproximan hacia ti. Dos de ellos toman el avance y otros se mantienen detrás. Llevan a la Dama de Fuego con ellos, se encuentra atada con unos grilletes negros, aseada y parece que la van a llevar al lugar del juicio.

El guardia que va contigo les da el alto, y les dice algo en voz baja que no llegas a oír. Tras la escondida conversación el guardia de mayor rango se acerca a ti y te examina. -Tenemos ordenes de llevarla a la plaza central. Tienes suerte que este yo aquí, de lo contrario mis guardias no te hubieran dejado hablar con ella. Ve, ve y habla con ella si es lo que quieres. Pero te advierto que ha perdido toda fe de querer vivir..- Se aleja con una palmada sobre tu hombro y ordena al resto de guardias que se alejen de la mujer para que puedas hablar a solas, sin embargo los guardias quedan lo suficientemente cerca como para poder escuchar la conversación.

 Querelar que nada más ver a la Dama su corazón le dió un buelco. ¡Maldita sea! Cuando el oficial se le acerca y le habla Querelar mantiene la compostura y asiente.

 - Gracias, señor.- Dice antes de que sus ojos se posen en la Dama mientras los guardias se alejan un poco. Sus ojos negros buscan los de ella, cualquier señal, cualquier pequeño gesto o detalle.- Le estoy profundamente agradecido.

 La mente del valletano corre por pensamientos a una velocidad endiablada. Se encuentra en un profundo dilema, no quiere que la Dama se enfrente a un destino injusto, y así es según sus sospechas y las letras de ella. Estaba dispuesto a intentar liberarla sacándola invisible de la carcel para poderla refugiar el tiempo necesario hasta que las cosas se aclararan. Pero la cosa ha cambiado sustancialmente, por algún extraño, incluso sospechoso motivo, han adelantado la hora de la ejecución. Ahora está rodeada, con cinco guardias contando al tal Robert. ¿Dónde estaban estos durante la batalla? No quiero segar vida alguna para proteger a otra, pero tal vez pudiera dar tiempo suficiente a la Dama para que parta invisible, siempre y cuando esté dispuesto a que me lo hagan pagar a mí.

 - Hola Dama, quisieraís concederme unos instantes, por favor. Quizás pudierais escribirme alguna respuesta.

Tras la partida de Hima, Methgar vuelve junto a su mochila

Si que tarda la doncella... a este paso tendrá que ser un baño corto si quiero llegar a tiempo.

Tras revolver un poco, finalmente encuentra una muda limpia consistente en unos ajustados y confortables pantalones de cuero y una fresca camiseta que deja al aire sus hombros

Espero que no se le ocurra algún extraño plan, auque al menos así vestida podría echar a correr con facilidad... suspira Algún día debería comprar un vestido elegante, aunque sea sólo para volver a parecer una mujer en una ocasión especial parece que la visita de Hime ha despertado una parte olvidada de su ser.

Sin embargo, esa melancolía impropia de ella no dura mucho tiempo y en breve está nuevamente en marcha organizando sus cosas mientras espera a que vuelva la doncella para avisarle que su baño está listo.

No puedo evitar sonreír indefinidamente al ver cómo el niño se encuentra mejor tras mi hechizo fruto de mi amor por Silvanus. Se levanta y comienza a lanzar puños al aire y a comprobar que ya no le duelen las heridas, o al menos no tanto como antes.
La niña, en cambio, parece disgustada por la actitud de su hermano y le propone contarme, ahora que me he ganado la confianza de ambos, el porqué de esas heridas. Al ver que el niño hace caso omiso de sus palabras se presta a hacerlo ella.

Cita:

Abro los ojos sorprendida. ¡Malditos sean! ¿Por qué quieren hacer daño a unos pobres niños?
- Vaya... Pero... veo que lográsteis escapar, ¿no es así? ¿Ha sido hace mucho o hace poco? - le digo a la niña intentando mantener una sonrisa de alivio en el rostro, aunque me cuesta. Me callo un momento esperando sus respuestas antes de hacer la más importante ahora mismo que podría darme a entender si son los mismos bandidos que me secuestraron a mi.- ¿Y cómo eran esos bandidos? ¿Tenían algún jefe?
Espero que no fuera Lhaeo... eso significaría que sigue vivo y que anda cerca de aquí...

Casi sin darte cuenta la doncella toca la puerta un par de veces y la abre.

-Ya tiene su baño listo. Agua caliente, y le he preparado limón para que pueda asearse con el*, toallas y dos pastillas de jabón de miel. ¿Necesita alguna cosa más la señora?- Pregunta la críada por obligación para tener satisfechos a sus invitados.

Nada más, gracias... si me indicas el camino iré ahora mismo contesta mientras coge la muda y ropa interior limpia

La mujer se encuentra atada por delante, y los grilletes son bastantes anchos por lo que tiene bastante libertada para poder mover sus manos. La dama se muestra aseada, peinada y la han vestido con una muda muy simple. Pantalones de cuero estrechos, botas y una pechera que muestra sus hombros al desnudo.

-Vete, no empeores las cosas- Piensa al verte.

No te niega ni afirma con la cabeza, si no que, disimuladamente mira de reojo a los guardias y percibes que intenta desenroscarse los grilletes con finos movimientos, los guardias lo podrían detectar. Aunque parece no importarle demasiado a la mujer.

Parece que tienes solo dos opciones, o detienes sus movimientos o le ayudas con el riesgo de llevar a cabo una pelea en el interior del Palacio.

No sabes cuantas horas han pasado desde que te hechaste a dormir, pensando en que todo lo que ocurre alrededor no te importa en demasía. Sin embargo, el sueño que se ha acomodado en el interior de tu mente es completamente distinto a lo que tu piensas; <<Un ser endemoniado te persigue mientras tu huyes y huyes para proteger tu vida entre la espersura de un bosque. No llegas a ver bien su rostro, solo te importa correr... te tropiezas con un tronco y caes.... viene a porti, ya está ahí.... el fin se acerca>>

En ese mismo instante te despiertas sudoroso. Desde la cama escuchas murmullos y gritos que vienen desde tu ventana entreabierta..

 ¿Cual sería el castigo por traición... o alta traición, la horca? El funesto pensamiento cruza la mente del valletano mientras se le encoje el corazón en su interior, a pesar de que pretende mantener la compostura, su corazon late desbocado en su interior, haciendo que su pecho se mueva ostensiblemente, suerte que el camisote y la capa disimulan el efecto. Unas mariposas rebolotean en su interior a la par que unas tenazas le aprietan el corazón. Eso es una insensatez, Querelar no hagas esto, no lo hagas! Una vocecita, su cordura le grita para hacerse escuchar.

 - Le dejo pluma y tinta para escribir.- Dice mirando al oficial.

 El joven tiende a la Dama un pergamino y rebusca en el interior de su capa y saca una pluma que muestra a los guardias antes de entregársela a la Dama para que pueda escribir y después saca un vial que descorcha para que pueda usara la Dama.

 - Tomada y escribid, por favor.- Tras un momento dice en dracónico.- Sargh a deru*

-Pues no hace mucho. Hará tres días creo... No está muy segura del tiempo que ha pasado desde entonces, pero si tiene claro que les liberó. La elfa, Methgar nos ayudó junto con otros tres más. Uno tenía el pelo blanco, otro era tan bajo como Bastian, y había otra mujer con ellos que no recuerdo como se llamaba..- La pequeña intenta hacer memoria, pero no recuerda bien del todo la situación.

En ese momento Bastian deja de golpear con sus puños y continúa la historia. -Los bandidos eran demasiados, había trasgos con ellos también, y una ave gigantesca. Creo que el líder era una mujer, una mujer muy poderosa. Tuerce la boca hacia un lado, tratando de olvidar los malos momentos que pasaron juntos. Cuando volvimos, Padre me dijo que tenía que proteger a mi hermana, que unos bandidos se estaban acercando al pueblo. Al parecer todo ha terminado..-

Vuelve a tomar asiento y ahora es la hermana la que tiene curiosidad y hace un torrente de preguntas casi sin pensar:

-¿Cómo te llamas?. ¿Estuviste en la batalla?-

La mujer mira hacia los guardias mientras coge el plumero ya mojado en tinta. Poco a poco vas entendiendo el idioma de los gestos, y La Dama si no tuviera las manos atadas probablemente te mataría por lo que estás haciendo por ella, o eso entiendes por su mirada.

Mientras escribe la primeras letras, observa disimuladamente el vial que descorchas, el cual reconoce perfectamente. Niega con la cabeza y suspira.

Sin saber muy bien porqué la mujer se lanza contra tu boca para besarte, en ese momento te das cuenta que de lo único que quiere es de coger el vial con el corcho para volverlo a tapar disimuladamente. De paso los guardias seguro que no se han percatado de ese "cambiazo".

Separa los labios al mismo tiempo que abre los ojos, te acaricia una de tus mejillas y se aleja hacia los guardias los cuales parecen que están sospechando..

El guardia de antes, da las instrucciones para que se lleven a la mujer y se acerca a ti antes de marchar. Te da un par de codazos amistosos. -Podías haberlo dicho antes, así que...Mmmm... bueno, yo he de marcharme-

El hombre se aleja, dejandote a solas.

Tus dudas van creciendo por si aún no eran suficientes. La reacción de la Dama no sabes muy porque ha sido, aunque parece que debe de tener algún plan entre manos. Antes de decidir que siguiente paso has de dar, el papel que le diste a la Dama se encuentra en el suelo de tal forma que ha caído por la parte que no hay nada escrito..

 El joven, con la perplajidad estampado en su rostro mira como los guardias se llevan a la Dama. Apenas reacciona cunado el oficial le dice unas palabras que apenas escucha.

 Finalmente, con el corazón galopándole en su interior, se agacha para tomar el pergamino y esperar encontrar cualquier cosa escrita en él.

 Tymora sé piadosa.

Alargas tu brazo para alcanzar el pergamino y le das la vuelta al tiempo que una sensación de cosquilleo enorme te corroe por todo tu cuerpo.

<<Trataré de huir por mi cuenta. Gracias por..>>

Parece que el escrito no ha sido terminado. Pero te da fe al saber que todos tus intentos no han sido en vanos. Sabiendo esto, muy pocos se perderian el juzgamiento. Todo puede pasar aún.