Partida Rol por web

Por lo visto, a pesar de sus bromas, es verdad que pebdragon aún se encuentra en recuperación, ya que vez como su cara se encrispa de dolor mientras sus órganos y huesos vuelven a su lugar. No obstante, Aún le queda buen humor como para hablar:

- No debió haberse quedado, Mina. De seguro que el resto va a necesitar su buen juicio. Yo puedo quedarme aquí mientras me recupero... ¡Auch! Aunque debo reconocer que nadie me había dañado tanto.

Observé como se marchaban los demás en silencio y luego volví mi mirada para observar el semblante de Pendragon que sin duda, era el de alguien que lo estaba pasando muy mal, aunque pensaba que era un precio muy pequeño a pagar si contabas todas las otras muchas desgracias que podía ocasionarte el ser inmortal..

- No pueden estar esperando que yo les diga lo que tienen que hacer en todo momento, no he visto a ningún niño entre ellos.. - Respondí mirando a Pendragon. - Además a usted le debo muchas cosas como para dejarle solo..

Me quedé un momento en silencio y me encogí de hombros.

- Sé que no puedo hacer nada más que estar a su lado, pero al menos no se quedará solo si puedo evitarlo. Ya le he dicho que creo que lo único que quieren es sumarle a su colección de especímenes y por muy inmortal que sea a mí no me parece ningún monstruo. Es más, conozco a mostruos más peligrosos y terroríficos y para ello no tienen ninguna habilidad especial, sino solamente una mente muy retorcida..

Pendragon sonríe agradeciéndote de esa manera que le estes acompañando. Pero de pronto su semblante cambia y se pone muy serio. De algo se ha dado cuenta y tu no te has percatado de nada. Entonces toma tu mano y dice:

- ¡Salga de aquí ahora, Mina! ¡No estamos sol....

No alcanza terminar de hablar, pues una fuerza invisible lo levanta del suelo, lo sarandea en el aire y luego lanza a Jack nuevamente contra una de las paredes. Entonces se crea un pesado silencio en ese lugar y sabes que algo te acecha. No obstante, tu terror se desata cuando detras de ti escuchas una familiar y profunda voz que pronuncia tu nombre. Era él, el verdadero padre de tu hijo.

Aquella sonrisa me confirmó que me agradecía el hecho de que me hubiera quedado con él y por mucho que se hiciera el duro, sabía que así era y me hizo sonreir a mí hasta que vi que su rotro cambiaba de repente y mi sonrisa, se borró acto seguido de mis labios. Algo sucedía.

No acabó su frase cuando le vi volando de nuevo y tan sólo pude articular un grito con su nombre cuando comencé a notar yo también que había alguien a mi alrededor, pero al escuchar mi nombre y aquella voz mi cuerpo prácticamente se puso a temblar, palideciendo aún más de lo que lo había llegado a hacer en mucho tiempo, mientras mi cuerpo temblaba ante el miedo que estaba sintiendo.

- No puede ser, no es real.. - Me decía a mí misma sin girarme. - Ellos ya han hablado antes en mi cabeza, han podido sacar de ella mis pensamientos y saber cosas que no deberían.. Esto es todo un juego de ellos.. - Trataba de darme fuerzas para reaccionar pero era difícil cuando escuchabas la voz de alguien que con su recuerdo podía provocarte pesadillas como sueños menos " decentes ".

Al final, saqué el valor al menos para volverme mientras hablaba, aunque sabía de sobra que fuera él o no, aquellos seres podían jugar con mi mente como si no fuera más que algo a lo que atormentar.

- ¿ Eso es todo lo que se os ha ocurrido? Esperaba más originalidad por parte de seres con todo el tiempo del mundo para idear maldades. Es muy poco decoroso hurgar entre los recuerdos de la gente..

Estaba intentando que mi voz sonara firme y que mis dientes no castañearan al hablar.

Cuando te das vuelta, te quedas sin aliento, pues si era un truco mental, era el mejor que habías visto. Como hace ya 5 años el te mira con deseo, parao frente a ti y vestido impecablemente. Sonríe y ves esos agudos colmillos que hielan la sangre, pero que a la vez te hacen anhelar coisas que no deben ser anheladas. Entonces él hace sonar su voz profunda que más que a tus oidos, le habla a tu mente:

- La hermosa Mina no ha cambiado en nada. Aún sigues siendo fuerte y valiente, un diamante en bruto. Pero yo no soy una ilusión, soy tan real como cuando te perdías en mis brazos.

Sin duda aquello no era una ilusión e incluso me quedé con la boca abierta cuando vi al mismísimo Drácula frente a mí. Sin duda, eso no me lo esperaba, sino que más bien que estuvieran jugando conmigo.

Por unos instante e increíblemente en mí, me quedé sin palabras y al escuchar sus palabras, recordé cosas que no quería recordar, aunque eso me hizo acabar pensando en Quincy y apreté mis puños con indignación y mirarle exactamente igual que había mirado a Jonathan cuando había venido a acusarme de ser una mala madre.

- ¿ París? Veo que le gusta hacer turismo.. - Dije escupiendo las palabras prácticamente. - Al menos se reafirma mi teoría de que contar con que había muerto había sido totalmente un error. - Mostré una sonrisa que rebosaba sarcasmo, puesyo sabía perfectamente que seguiría por ahí. - He venido a buscar al músico no ha relacionarme con vampiros, así que cuanto antes lo encuentre menos molesto será para nosotros..

No sabía de dónde estaba sacando la entereza para mantenerme firme delante de aquel vampiro y tampoco sabía cuánto tiempo podría mantenerla, pero por alguna razón su presencia me enfadaba más de lo que me aterraba.

A pesar de que tus palabras estaban cargadas de rencor y sarcasmo, ese vampiro te mira con aire encantador y ojos hipnóticos que evitan que puedas fijar tu vista en nada que no sea él. Lo de la mentira de su muerte lo hace reir entre dientes, pero luego agrega:

- Pues entonces es ese hombre enmascarado el que te trajo a mí. No puedes negar que es el destino el que insiste en juntarnos. Ahora no están esos estúpidos hombres que te alejaron de mi lado y ese despojo que está ahí es poco lo que puede hacer.

Y en ese momento te indica a Pendragon que está tirado a un lado, con el cuerpo puesto en una posición imposible.

- Eso de que yo no haya muerto no es solo una teoría, sino un anhelo que tenías en lo profundo de tu ser. Seguramente cada noche una parte de ti deseaba que yo volviera a ti. Tu debes estar conmigo, es inevitable. Mereces algo mejor que una existencia mortal sin sentido. Déjame liberarte, darte el don de la inmortalidad y olvida todo, pues te daré una existencia de continuo placer.

No habías olvidado lo seductor que podía ser Drácula, pero eso no evitaba que sontieras esa atracción irresistible. Esto es peor cuando te toma del talle y te acerca a el. Es un toque frío, pero aún así lo deseas.

Por unos instantes dudé ante sus palabras, como si mi cuerpo en realidad quisiera volver a estar a su lado, pero mi mente me gritaba que ni se me ocurriera acercarme, que no quería convertirme en algo como él y mucho menos, hacer que se enterara que mi hijo era suyo, no estaba por la labor de que viniera un día y se lo llevara pues era algo que no podía impedir y eso, me daba más miedo que todo lo que pudiera tener de aquel vampiro, incluso la muerte me daba menos terror.

Unos instantes en silencio, apartando un poco la mirada me sirvieron para poder responder a sus palabras.

- ¿No te parece un poco triste que un ser con una existencia como la tuya tenga que recurrir a sus artes para conseguir tener cerca a una mujer que no desea estar cerca tuyo? - Dejé a un lado los modales, no era situación para ellos y más cuando estaba a punto a cabrear al mismísimo Drácula. - Yo si fuera tú me deprimiría por ello..

Era increíble como me la estaba jugando, pero a la fuerza no iba a conseguir nada y tenía que intentarlo así.

- Dame al músico.. - Prácticamente lo exigí.

Drácula te suelta y te mira con desdén, rompiendo el embrujo de encanto.

- Si deseara tomarte no habría nada que me lo impida.

Después, ante tú interés por el Fantasma, él se ríe y te dice:

- ¿Y qué importancia puede tener ese demente? Es solo un capricho de Carmilla para tenerlo como mascota. Lo realmente importante son estos huespedes.

Drácula se acerca al grupo de inmortalesy los observa, mientras te dice:

- Cuando descubramos cuál es el secreto de la inmortalidad de estos, podremos curar nuestras propias debilidades y podremos caminar a la luz del díay dominar este mundo.

Entonces voltea y te mira con sus ojos rojos que hacen que el corazón se encoja y sonríe con malignidad. Luego te dice:

- Y bien, valiente Mina ¿Te entregarás voluntariamente a mí o quieres que le haga una visita a tu pequeño hijo? No creo que Harker sea una protección infranqueable.

Tenía totalmente claro que si me quería forzar podría hacerlo sin ningún problema, eso era algo que no había dudado en ningún momento, pero por alguna razón no lo estaba haciendo, no comprendía por qué pero tenía algo de ventaja respecto a sus víctimas habituales.

- Así que pare eso tienes aquí a esta gente.. - sonreí negando con la cabeza. - ¿ Y cómo los mantienes dormidos? ¿ Los drogas?

Mi expresión volvió a cambiar y cuando hizo mención a mi hijo el odio se dibujó en mi cara. Al menos, parecía no saber que el hijo era suyo, y no pensaba decírselo, pero tampoco podía dejar que le pasara nada.

- Como se te ocurra acercarte a mí hijo seré yo misma la que se asegure que veas la luz del sol antes de tiempo..

Estaba empezando a cansarme de que la única manera de que tuviera todo el mundo de amenazarme fuera intentando hacer daño a mi pequeño.

- Quizás.. - Estaba teniendo lo que seguramente sería una de las peores ideas de mi vida, pero era una opción. - Si no puedes con tu enemigo únete a él e intenta hacerte igual de fuerte. - Desde luego intentar acabar con los vampiros convirtiéndome en uno de ellos no era algo que tuviera planeado.

- El músico, mis compañeros y no acercarte a mi hijo.. - dije al fin. - A cambio me quedaré contigo.

Aparté mi pelo de mi cuello dejando mi yugular a su vista, diciéndole que no estaba mintiendo.

Al mostrar tu cuello, la cara del vampiro delata su deseo lascivo. Entonces se acerca a ti, te vuelve a tomar del talle y sin siquiera intentar contenerse, muerde tu cuello. En un principio es doloroso pero luego sientes ese extraño e intenso placer de ser poseida, esa intima unión que se crea entre al vampiro y su victima y que es mucho más intensa que cualquier placer carnal.

Poco a poco te sientes más débil y es como si flotaras en el aire con el cuerpo ingrávido, solo asido por los brazos de Drácula. Pero entonces eso se detiene y vuelves a sentir dolor en tu cuello, aunque estás muy débil para quejarte. Entonces Drácula se arranca la levita y queda con parte de su pecho a la vista. Como lo hizo hace cuatro años, en el dormitorio del doctor Seward en el manicomio, la noche en que quedaste embarazada de tu pequeño, Dracula se hace una herido en el pecho y acerca tu boca a ella, mientras dice:

- Es tu decisión, siempre lo ha sido. Si bebes estarás poor siempre a mi lado, te daré el poder de dominar el viento y a las bestias de la tierra, impondrás tu voluntad a los debiles de espíritu y sentirás eternamente sed por la sangre de los vivos.

Pero en el momento en que vas a probar la sangre, escucha la voz de Pendragon en el fondo de esa habitación.

- ¡No lo haga, Mina! No crea que pondrá a su hijo a salvo con esto, pues pronto perderá todo rasgo de humanidad y habrá perdido su alma, y entonces incluso su pequeño se transformará solo en una presa. Mire al monstruo que la tiene en sus brazos ¿Quiere ser como él? ¿Acaso no se da cuanta que él ya sabe que el chico es suyo y aún así la amenaza con su vida?.

Drácula solo sisea entre dientes a Pendragon.

Apenas mostré mi cuello cuando se agarró a mí, cuando noté sus dientes hundirse en mi piel y de ahí la excitación de ser mordida, una sensación que resulta embriagadora, como si estuvieras viendo la cara seductora de la muerte. Pude notar como la bedibilidad se apoderaba de mi cuerpo, la sangre desapareciendo de mis venas, hasta que aquel dolor volvió y contraje mis facciones, pues apenas podía moverme en aquel momento.

Las palabras de Drácula no me parecían seductoras, sabía lo que era y sabía qué era lo que me pasaría al hacer aquello y cuando estuve cerca de su sangre mi atracción se juntó con el asco que le tenía por haber hecho conmigo lo que quiso, por haberme dado un hijo que seguramente no sería un niño normal, una persona normal..

Estaba convencida de que aquello lo estaba haciendo por mi pequeño, pero las palabras de Jack me hicieron deterne me hicieron no llegar a tocar la sangre de Drácula, pero no podía hablar, no tenía fuerzas casi ni para respirar.

- He sido una idiota.. - Fue todo lo que pensé mientras las lágrimas fruían por mi rostro y dejé caer mi cabeza hacia un lado, quizás esperando la muerte, pero no bebería aquella sangre.

Drácula te deja en el suelo y se enfrenta Pendragon que, algo desgarbado, se ha puesto de pie y mira al vampiro desafiante. Drácula, de espaldas a ti le dice en medio de un rugido:

- ¿Quien eres? Hueles a mortal, pero te levantas de entre los muertos.

Pendragon le sonríe con una irritante tranquilidad y dice:

- La verdad es que no suelo revelar mi identidad al primer idiota que lo pregunta, pero voy a hacer una excepcion. Soy Arthwyr, hijo de Gwthyr Pendragon. Nací en la ciudad de Tintagel hace 1500 años y creeme que no dejaré que te quedes con esa mujer.

Pero Drácula no se impresionó con esta declaración y se avalanzó sobre Pendragon. En ese momento todas tus esperanzas se desvanecen, pues vez como el vampiroclava sus colmillos en el cuello de Jack, pero por alguna razón este sonríe. Entonces, después de beber un poco, Drácula se retuerse, como golpeado por una onda de dolor y se separa apresuradamente de Pendragon. la cara del vampiro es como la de quien ha sido envenenado. Sin poder evitarlo, el conde cae al suelo y su rostro comienza a deformarse de dolor.

En tanto Pendragon avanza tras de él con una estaca en la mano y cuando esta sobre dracula le dice:

- Eres una sanguijuela idiota. Cuando veas la cara del diablo, dile que Pendragon te envió.

Y sin más, le clava de un solo golpe la espada en el pecho.

Jack no se detiene mucho tiempo en el vampiro y se acerca a ti de  inmediato. Revisa tu cuello y toma tu pulso, mientras pone cara de preocupado. Después te dice, sin ocultar su enojo:

- ¿En qué estaba pensando? Ahora está muy débil y si no recibe una transfución urgente va a morir.

- En mi hijo, en acabar con todo aquello, en sacaros a todos de aquí.. - Hubiera sido mi respuesta pero apenas podía mantener los ojos abiertos, aún sabiendo que cerrarlos del todo sería la peor idea que hubiera podido tener en la vida, incluso más que la de dejarme morder.

Tomé aire, intentando juntar las suficientes fuerzas para hablar y lo intenté en un susurro, aunque fue tan bajo que no sabía si podría llegar a escucharme.

- Si.. muero.. dígale a Quincy que su madre le quería muchísimo..

Ya no pude tener más tiempo los ojos abiertos, así que los cerré sumida entre la consciencia y la inconsciencia.

Cuando caes en ese limbo entre la conciencia y el sueño sientes como Pendragon maldice y comienza a rebuscar en los estantes de ese lugar. Escucharlo hablar como un estibador de puerto te causa cierta gracia, pues no cuadra en nada con la imagen de un rey de leyendas. Luego sientes de nuevo su presencia a tu lado y como hace un montón de cosas, entre ellas, soltarte el cuello de la blusa y subir la manga derecha, lo cual te parece impropio en el trato a una dama. No obstante, luego sientes un pinchaso en tu antebrazo y entonces algo invade tus venas, un fuego liquido que de a poco va devolviendo el calor a tu cuerpo.

Entonces tienes una epifanía. Ya no estás en el subsuelo de París, sino que cabalgando con soldados de uniforme azul, y reconoces que son del ejercito de la unión en la guerra de seseción americana. Entonces la imagen vuelve a cambiar y vas escalando una montaña que sabes que son los Himalayas en busca de una ciudad legendaria. Así, vas pasando por distintos lugares, la firma de la declaración de independencia americana, la revolución francesa, Miguel Angel pintando la capilla Sixtina, la quema en la hoguera de Juana de Arco, las cruzadas, la batalla de Roncesvalles, las calles de Constantinopla y un castillo en Inglaterra con un gran salón y una mesa redonda en él. No obstante, esas imágenes no te desvían de la sensación de soledad y pena que te acompaña en todo momento.

Entonces vuelven en tí y estas de nuevo junto a Jack. El te mira con cara de preocupado y algo ojeroso. Mantiene tu cabeza apoyada en su brazo, como si te acunara. Entonces te fujas que tienes una sonda conectada en la vena de tu brazo, esta a una bomba de transfusión y de ahí al brazo de Pendragon. Al ver que has reaccionado, el te sonríe y dice:

- Menos mal que ya ha vuelto a tener color en la cara, que si le doy una gota más de sangre al final quedamos los dos inconcientes.

Me resultó como un poco extraño poder escuchar de forma tan clara a Jack maldiciendo por todos lados a pesar de que no tenía fuerzas ni para levantar los párpados, pero aún podía mantenerme medio consciente y era demasiado terca como para irme sin pelear. No tenía tampoco ninguna fuerza para protestar cuando noté como desabrochaba un poco mi camisa y como levantaba la manga de ésta, pero si en alguien confiaba era en él así que tampoco hubiera opuesto mucha resistencia. Además, por mucho que me hubiera acostumbrado a seguir las costumbres, en el fondo, no era ni de lejos una mujer que se amedrentara por no seguirlas, el problema, es que para ello debía confiar mucho en la persona que tenía delante.

Las sensaciones que me embargaron, las imágenes, pero sobretodo, aquella grandísima pena, me hicieron saltar las lágrimas en cuanto tuve un poco de fuerza y cuando volví a abrir los ojos, vi lo que había estado haciendo y su sonrisa.

- Gracias Jack.. - dije de forma suave y una pequeña sonrisa. - Ahora a parte de todo lo que ya te debía tengo que sumarle el que me salvaras la vida, no sé si voy a poner devolverte este favor..

Hablé con sinceridad, pues le estaba tremendamente agradecida.

- He visto imágenes de tu vida, parece que ha sido muy interesante, aunque tu soledad es algo abrumador, también la he podido sentir. No deberías estar tan solo aunque tengas que enfrentarte después a una pérdida, el ser humano está hecho para muchas cosas, pero nunca para estar tan solo...

Por primera vez ves a Jack rojo como un tomate, aunque luego sus ojos se cubrieron con una sombra de pena y te dice.

- Usted más que nadie sabe que no podemos elegir nuestro destino, y el mío es caminar este sendero solo. La verdad es que no esperaba que mi sangre le produjera visiones, pero estas cosas son impredecibles. No debe preocuparse por mí Mina, mi vida es así y por lo visto seguira así por mucho tiempo ¿Puede ponerse de pie?.

Él cambia rápidamente de tema, pues por lo visto la soledad implica tambien mantener a la gente alejada. No obstante, obviando el dolor que ún tienes en el cuello, te sientes bastante bien.

Al enderezar tu cabeza, ves a Drácula en el suelo, con la estaca en su corazón. La sangre que tomo de Pendragon parece haberlo afectado mucho, ya que su piel comienza a secarse y a tomar un tono cenizo. No obstante, Jack hace que te pongas a la defensiva con una pregunta:

- ¿Que hacemos con él? Aúnque tiene la estaca en el corazón aun no esta muerto.

Mi rostro se cubrió de pena, la misma pena que me había hecho sentir cuando me había dado su sangre, pero no pude llevarle la contraria, pues era su decisión y era su vida, además que yo ya había dado mi opinión al respecto sin que me la pidiera.

- Me duele el cuello pero estoy bien.. gracias. - Dije dejando que cambiara de tema pues parecía que le sería más cómodo y responder a mis preguntas no lo mantenía tan lejos como quería estar de todo el mundo.

Mi vista se posó en Drácula y en el suelo, no muy lejos, aún estaba la estaca que llevaba en la mano antes de que decidiera dejarle beber mi sangre. Sin responder a Jack me separé un poco de él y cogiendo la estaca del suelo me acerqué al cuerpo de Drácula.

- ¿ Para que muera tenermos que separar la cabeza de su cuerpo verdad? Lo haría, no es por falta de ganas el no hacerlo, pero sigue siendo el padre de mi hijo y no puedo..

Pendrago mira al vampira con un odio enconado. De seguro que si le hubieras dado tu beneplácito, el mismo le hubiera arrancado la cabeza. No obstante, asiente ante tus razones y te dice:

- Por lo menos de esta manera se quedará así y no será peligroso por un buen tiempo. Si le parece, una vez que nos encarguemos del resto podriamos enviarle un telegrama al doctor Van Helsing. Por lo que se esta en Londres organizando un grupo de cazadores de vampiros dependientes de la corona.

Hay cierto odio en la mirada de pendragon al vampiro que denota que hay algo más. Ante tu mirada de pregunta, él te dice:

- Una vez amé a una mujer pero un vampiro se encaprichó con ella y la transformó. Yo mismo tuve que eliminarla, pues ese vampiro corrompió todo lo bueno en ella.

No había razón para que te contara eso, y sin embargo lo hizo. Por alguna razón ese hombre confiaba en ti más de lo que había confiado en alguien durante siglos.

A mí misma me habían dado ganas de ser la que separara la cabeza de su cuerpo, de ser la que acabara con ese ser antes de que pudiera moverse o irse, pero por mucho que se las arreglara para utilizar su poder de atracción en mi contra cada vez que tenía delante.. yo no era como él. No era un monstruo y algún día, cuando mi pequeño creciera tendría que explicarle la verdad sobre su padre, no podría mirarle a la cara si tuviera que decirle que fui yo o nosotros, los que acabamos con su vida.

- Sé de sobra que merece la peor de las muertes.. lo sé.. - dije en alto como queriendo que me comprendiera. - pero Quincy deberá saber la verdad cuando crezca y prefiero que pueda llegar a odiarle por todo antes de que me odie a mí por matar a este vampiro.

Era algo difícil de explicar pero no podía hacerlo.

Aquellas palabras de Jack me hicieron mirarle con tristeza. La verdad es que parecía que la vida se había propuesto que no pudiera ser feliz..

- Lo siento mucho - se notaba en el tono de mi voz que de verdad me apenaba escuchar eso - pero si le sirve de consuelo, creo que debería pensar en los buenos momentos y dejar los malos enterrados en el pasado. Estoy segura de que con una vida tan larga habrá tenido también experiencias muy gratificantes. Mi vida ha sido mucho más corta, aún no he vivido ni treinta años, pero puedo decirle que lo único que me hace sonreir de nuevo es mi hijo y que sería tan estúpida que si volviera a poder repetirlo todo, hubiera caído exactamente en los mismos errores..