Partida Rol por web

-Entendido, Arry -le digo, todavía en tono de respeto. 

¿Quien se cree Lord Asriel? Será todo lo Lord que quiera...en su casa. No aquí. Ninguno hemos pedido entrar en su nave. Aquí, ahora, somos iguales. Solo tiene el derecho a encerrarnos que tendría un tirano cualquiera, el de tener músculo a sus órdenes.

Niego, molesta, pero sin querer discutir cuando no tenemos tiempo para ello.

-Silvana, sirvienta de Lady Lanna, lord. Ser.- me inclino con gracia ante Asriel y Geralt. -Díganme lo que necesiten.

Empiezas a ver que el comunicador es unidireccional con el que tiene Atticus, además te das cuenta que no tiene componentes eléctricos ni mecánicos, el comunicador funciona por arte de magia y la pantalla no es más que una interfaz para la comunicación, además necesitarías que la otra persona tuviera otro igual, por lo que no hay forma de usarlo para llamar a casa.

-Vaya... -murmuré entonces, abstraído por completo de nuevo mientras manipulaba el comunicador- imposible... 

Finalmente, contrariado y visiblemente decepcionado, volví a montar todo lo que había desmontado del comunicador y lo dejé como estaba. Me lo volví a guardar, aquella vez en un bolsillo interior que tenía el chaleco que había cogido del baúl y que llevaba por encima del jubón, escondido y bien disimulado con el cinturón. 

La nave empieza a alejarse de las construcciones de Nido de las Aguilas y se camufla con las nubes. Probablemente el grupo de caballeros que los vio pueda estar rondando la zona. Tras salir de las nubes, una capa semitransparente rodea a la nave ocultándola del ojo de cualquiera que se encuentre fuera de la misma.

Tras maniobrar, la nave toma rumbo sur y empieza a descender en dirección a los dedos. En ese momento un hombre se arrima hacia Asriel.

Capitán, el señor Finch nos entregó unas coordenadas, según él en ese lugar se encuentra el objeto que buscamos.

Cuando la nave se acerca mucho al suelo, pueden ver una antigua cueva con dos hombres protegiendola. Uno de ellos está acostado portando una metralladora automática, al parecer no se preocuparon por confundire con el ambiente ya que tienen los mismos trajes que en Hogwarts.

Mientras miran la cueva, no les sorprende ver que en parte de arriba de la entrada, hay tallada y apenas visible (por el paso del tiempo) una estrella de siete puntas.

Me asegure tener la ropa bien puesta, dándole vueltas en silencio a mi posición como maestre, ¿estudioso? ¿Sabio? ¿Medico? Suspiro escuchando como cada uno se presenta preguntándome en silencio por mis preciosos sables.

Entonces antes de poder avanzar a presentarme yo también, escucho como uno de los lugartenientes de Lord Asriel comunica que estamos llegando al lugar exacto al que debemos ir. Nuestro benefactor es un hombre muy específico, mientras la nave va acercándose a tierra firme advierto a los dos hombres protegiendo una cueva…

-Creo que- comienzo a hablar con voz seria- en realidad deberíamos preocuparnos por lo que está en esa cueva –señalo hacia la estrella de siete puntas- ¿Qué fue exactamente lo que nos dijeron que debíamos hacer? –los miro con expresión ligeramente tensa, hay armas ahí y por nuestra anterior experiencia, sé que tienen trucos bajo las mangas, trucos que es mejor no subestimar.

-Como siempre, haz planes y saldrán mal. No los hagas y será peor. Puedo intentar dos cosas. Ver que hay en la cueva..y hacer invisible a alguien, por un tiempo. ¿Qué preferís primero?

En esa cueva hay algo, no hay duda...y tienen ventaja. ¿Llegaremos tarde?

Al menos, la ropa de sirvienta es bastante cómoda y relativamente útil. Todo lo útil que puede llegar a ser una falda, claro.

Durante la mayor parte del viaje y toda la conversación no abrí la boca. No dejaba de pensar en la joven que habíamos visto al dormir y en lo que el hombre de la capa roja había hecho cuando nos lo encontramos. No podía dejar de pensar en Ciri y Yen. ¿Y Jaskier? Estarían bien. El joven Fowl había dicho que sólo pretendía engañarnos, hacernos sentir vulnerables. Quería creerlo. Tenía que creerlo.

Escuché todo lo que mis compañeros dijeron sin pronunciar palabra alguna. Aquel debía de ser un mundo muy parecido al mío... al menos en parte. ¿Sería más alegre? ¿O quizá, si cabía más oscuro todavía? Pronto lo averiguaríamos...

-Ser Gerard de Mullendore... -murmuré para mí mismo un par de veces, para memorizarlo. 

Bueno, en realidad no había salido tan mal mi cambio de nombre, era de los que menos habían cambiado y, teniendo en cuenta la cantidad de veces que la gente lo había pronunciado mal en el pasado... Solté una queda risa y mi comisura se curvó hacia arriba. Unos días atrás no habría imaginado que pudiera estar en una situación como aquella.

Me acerqué al baúl y escogí algo de ropa, muy parecida a la mía. Unas calzas gruesas, una cota de malla, un jubón acolchado y también revolví un poco en busca de unas buenas botas. Las botas eran importantes. Mis espadas, sin embargo, aún las llevaba, así que no necesité buscar unas nuevas. Mejor. Acostumbrado como estaba a su peso y su manejo, mis armas eran mucho más útiles que unas nuevas y desconocidas. Pero sí enganché un par de dagas sin soltar mi sonrisa. 

Mientras terminaba de ajustarme las correas y el tahalí, escuché el comentario de Artemis y lo miré con una sonrisa lobuna dibujada en el rostro.

-Trato hecho -le respondí, complacido al fin ante la perspectiva de que tendría mi receta de grajeas. 

Entonces me llegó el turno de presentación. Me volví hacia Lord Asriel, que parecía estar disfrutando con aquello.

-Lord Edward -hice una reverencia-, soy Ser Gerald y éste es mi escudero, Artius, a quien al fin voy a poner firme enseñándole cómo se maneja de verdad una espada -añadí, sin quitar la sonrisa, señalando al joven que me miró entornando los ojos.

Y fue en ese preciso momento cuando llegamos a la cueva y Sydney se ofreció a explorar o hacer a alguien invisible.

-Si me haces invisible, puedo explorar sin ser visto. Puedo ver cosas que los humanos normales no ven -ofrecí-, pero corremos el riesgo de perder tiempo si ellos se nos han adelantado demasiado. También podría intentar algo ahí dentro, pero siendo tantos como somos y contando con el factor sorpresa aún, no creo que sea buena idea.

Sonea hizo una mueca de satisfacción cuando Arya le explicó la forma en como debía referirse a los demás en caso de presenciar a algún perteneciente a este plano; pero su gesto desaparece cuando Lord Asriel asumió su papel y no pudo evitar retroceder más. Esa actitud le era tan familiar que surgió en ella un asco natural hacia ese tipo de personalidades, pero se contuvo lo mejor que podía aunque se cruzó de brazos y apretó con sus manos en un intento de controlarse más.

Se percató que algo cubrió la nave y pensó que debía ser una especie de magia/escudo. Aún no entendía cómo hacerse invisible, pero le serviría bastante bien si lograba aprender ejecutarlo. Prestó atención al extraño objeto que tenían los guardias en la cueva y se preguntó qué sería esa cosa. Miró a Artemis, mas en cuanto se da cuenta de lo que hizo desvió la mirada con un brillo de decepción.

-¿Alguien podría decirme qué es eso que tienen los hombres de abajo? 

A veces le molestaba no comprender todo aquello nuevo para ella y que los demás diesen por sentado que era conocimiento general, aunque no iba a hacer un berrinche infantil para ello.

-Lord Geralt, recomiendo que alguien más lo acompañe, no me gustaría que algo pasara.

Lord Asriel ya disfrazado coincide con la joven Sydney.

Muy cierto.

Cuando escucha las palabras de Sonea, le responde sin dudar.

Parece una variante del arma individual que portaban, salvo que la versión que veo es capaz de disparar tanto como para eliminar a un ejército que solo maneje armas de acero.

Es una herramienta muy peligrosa. Su desventaja es su peso.

Señala el tripie del arma.

No podremos pasar todos sin ser invisibles. Sugiero que solo valla un grupo, los demás esperaremos 

Ante la respuesta de Sansa, Lanna simplemente hizo una reverencia como mejor pudo pero cuando "Su padre" le dijo aquello sobre la varita, ella se vio asombrada. Estaba bien asumir su papel como Lord y ella como hija mujer pero estaban a punto de enfrentarse a un enemigo que ya había destruido un mundo y el cual ellos habían presenciado. ¿Cómo podía tomarlo tan deportivamente? El actuar estaba bien cuando se tratara de gente de su mundo pero nada más que eso.

Entonces Arry explicó lo de los tratamientos y Lanna tomó nota mental. Demasiado formal pero necesario. Entonces, divisaron la estrella de 7 puntas y junto a ella, unos guardias como aquellos que estaban en Hogwarts, los cuales no se habían preocupado por esconderse ni un poco. Sí que eran porfiados o confiaban demasiado en sus armas.

Entonces Lanna miró a Edward y le dijo - Disculpa, padre, pero nuestros enemigos no se han camuflado, así que tampoco podemos hacerlo. Yo puedo desvanecer sus armas con un hechizo pero eso sí, no sería más que uno solo. Ciertamente, es un arma muggle de lo más extraña -.

-Yo puedo prestarle mis alas a Geralt, ya me ha visto usarlas y sabe cómo van. Además de volar, pueden hacerlo invisible así que eso nos permite que vaya alguien más con él a quien Sydney pueda hacer invisible -dije entonces, pareciéndome buena idea el plan de que fuera un grupo más pequeño el que entrara allí-; ¿sólo podrías hacer invisible a si alguien más puede volverse o volver invisible a alguien, es el momento de que lo diga.

Mientras hablaba, extraje de nuevo los comunicadores de la mochila y los empecé a repartir otra vez entre los presentes. No habría problema porque los detectaran porque eran círculos pequeños de color carne que se colocaban bajo la oreja, en el cuello, igual que habíamos hecho en Hogwarts, así que podían pasar desapercibidos fácilmente. 

-Si logramos que el grupo de nosotros más pequeño vaya por delante, se infiltre y localice el símbolo antes que ellos sin que los detecten, ganaremos ventaja -continué explicando-. Creo que nuestra mejor opción es que vayan personas ágiles y acostumbradas al sigilo y/o a la pelea. Geralt, Arya, Alatriste, Percy y Norte serían la mejor opción, en ese orden, dependiendo de cuántos invisibles podamos tener, de momento, dos seguro. Los demás podemos aconsejarlos desde aquí y... muy posiblemente -terminé la explicación mientras rebuscaba en mi mochila, metiendo el brazo hasta el hombro-... podamos seguir también todos sus movimientos... o no...

No había encontrado lo que estaba buscando, ni las microcámaras que se acoplaban a la cabeza, ni los sensores térmicos... pero entonces recordé otra cosa y probé un par de veces más. Tampoco. Ni las lentillas ni las gafas aparecían... Era lo malo de tener una mochila como esa, no siempre se encontraban las cosas que uno buscaba... y con las prisas no estaba siendo nada fácil. Sin embargo todavía tenían los comunicadores. 

-Vale, no encuentro las cámaras, no obstante, todavía tenéis los comunicadores, esta vez dejadlos abiertos todo el tiempo, para que podamos escuchar todo lo que sucede. Recordad que lo que reciben es una frecuencia que se transmite directamente a vuestro oído interno, así que lo que nosotros os digamos, no lo escucharán desde fuera y vosotros podéis hablar todo lo bajo que queráis, los comunicadores captan hasta el más leve murmullo -entonces miré a todos los demás-. ¿Alguien tiene algo más que decir o nos ponemos ya manos a la obra?

Asentí a las palabras del joven, no estaría mal ser invisible todo el tiempo, aunque no me hacía gracia lo de las alas.

-Me gusta tener los pies sobre la tierra... -murmuré, más para mí que para los demás- aunque antes él las ha usado para camuflarse sin volar, igual yo también puedo usarlas así...

Después de ver cómo la decepción se reflejaba en su rostro cuando no encontraba lo que buscaba, me encogí de hombros.

-No te preocupes -le dije, mientras me volvía a acoplar el ya familiar comunicador al cuello- os retransmitiremos todo. 

Dicho lo cual y sin mediar una sola palabra más, me aseguré de llevar las espadas bien sujetas bajo la mochila de las alas de invisibilidad, a mano y sin la correa del seguro y me acerqué a Arya.

-Parece que tú y yo vamos sí o sí, joven Arry -dije, amagando una sesgada sonrisa-. Estoy pensando, ya que ellos llevan esas armas de fuego, ¿no deberíamos nosotros llevar algo así también por si acaso? Personalmente prefiero mis espadas, pero ante un ataque a distancia... -luego añadí- Además, el joven Arry ha demostrado que sabe usarlas perfectamente. 

-Puedo hacer invisible a todo el que haga falta pero...cuantos más, menos tiempo durará. Para no arriesgarnos diría que solo a una persona y no más de media hora. Quizá menos. La parte mala es que no podrás dejar de ser invisible a voluntad. Durará hasta que acabe.

Me llevo un dedo a los labios.

-Si pensáis que necesitaremos más tiempo...hay otra manera. Más arriesgada pero que me cansará menos y por tanto duraría más. A falta de un nombre mejor...sería hacerte impermeable a la vista. Nadie que no te busque expresamente podrá verte. Excepto si os miráis a los ojos. Es decir, nadie te verá salvo que sepa sin duda alguna que hay alguien en un sitio concreto. A menos que le mires a los ojos, entonces se romperá siempre, te busquen o no.

- Cualquier cosa que ayude servirá. - le digo a Sydney. No creo que revisar esa cueva nos lleve mucho tiempo. - afirmo. Y por el ruido no te preocupes que no me van a oir por lo que puede ser perfectamente la segunda de las opciones que nos has ofrecido.

Eso de ser invisible a la vista era nuevo para mi pues aunque casi conseguía hacerlo gracias a mis habilidades el no tener que recurrir a ellas para no ser detectada era algo novedoso.

Luego miro a Geralt.

- Yo sigo teniendo el aparato este que me dió Artemis. - añado mostrándoselo. Así que entre esto y nuestras habilidades deberíamos de poder neutralizar a los tipos esos sin problemas.

- Sería bueno que alguien se vista como esos tipos cuando los neutralicemos. - prosigo. De lo contrario podríamos llamar una atención indeseada.

seguramente el papá de Annabeth estaría muy interesado en esa arma, pero la verdad es que es necesario neutralizarla para poder avanzar, ojala los artefactos de invisibilidad no pierdan su magia.

Yo me ofrezco como voluntario para ir explorar las cuevas. pero me gustaría saber si hay agua cerca o si podemos llevar una cantidad considerable. la puedo usar para neutralizar a los atacantes.

También puedo intentar disparar algo de agua para dañar el trípode de esa arma.

Asiento y me concentro, esperando a que se decida todo el plan antes de inscribirla.

Espero que todo salga bien. Y que alguien le aclare a Percy...otra vez...porque no queremos llamar la atención atacando de frente.

Niego con la cabeza a la petición de Percy.

- La discreción y el sigilo no encajan contigo. - comento con un guiño de ojo.

En silencio observo a todos los demás actuar, la idea de ir a investigar suena bien, pero temo no ser lo suficientemente sigiloso como para ir con ellos, así que simplemente callo mientras ellos hacen planes y observo lo que ocurra en la cueva desde nuestra posición, sonrió un poco ante lo que Percy dice, es obvio que aún le falta experiencia en batallas… “ya la ganará” decido con una sonrisa triste y sigo observando.