Partida Rol por web

El enorme dracónido se mueve entre los muertos vivientes con dificultad. Su espada da círculos mortales decapitando y su acero se mancha de sangre oscura y vísceras. Su escudo detiene la acometida de la horda, pero apenas puede contenerlos.

Las criaturas atacaron con furia, seguidas por una voluntad que les hacía seguir moviéndose a pesar de estar vacíos por dentro, sólo eran un amasijo de harapos y carne putrefacta. Pero esa voluntad no nacía del interior y se amenazaban la vida de los cinco aventureros.
Kriv a la cabeza decapitaba y cercenaba como el que más, pero eso no detenía a la horda que avanzaba hacia ellos, pero al menos abría un camino para que el resto de compañeros pudieran avanzar. Tras el gigantesco dracónido, Vondek el enano abría círculo mortal con su hacha radiante de energía divina de su deidad, dejando huecos que eran cubierto por más criaturas exentas de vida y temor. Roku invocando plegarias a la deidad de los muertos esgrimía gran poder divino concentrada en una lanza de luz azulada que iba haciendo mella allí donde tocaba. Ericus apelaba a sus conocimientos arcanos y invocaba una magia que destrozaba zombies por doquier. En la vanguardia el enano Gandalug daba piruetas y esquivaba muertos vivientes con una habilidad asombrosa, habilidad que carecía su hermano invocador.
El grupo de aventureros, contra todo pronóstico y haciendo gala de coraje y habilidad llegan a las escaleras, el umbral está al alcance de la mano sólo necesitan aguantar un poco más.

La carrera por la vida se desarrolla de terrible manera. Intentamos avanzar y lanzamos nuestros ataques con el frenesí de quienes saben que detenerse significa morir sin posibilidad alguna. Las garras y los dientes nos atacan sin piedad por todos los flancos y logramos a duras penas llegar finalmente a los escalones.

Desde ahí puedo ver la enorme marea de muertos vivientes que se acercan rápidamente a nosotros sin ninguna otra intención que arrancarnos la carne de los huesos. Mientras tanto, yo comienzo a pensar en lo que sé de los no-muertos. No es mucho, solo los he escuchado de rumores populares y habladurías en el gremio, pero recuerdo que algunos decían que el fuego es más efectivo que muchos otros elementos.

No dudo en ello y, sin saber realmente si será o no cierto, comienzo a batir mis brazos y lanzar llamas para detener a una cantidad de enemigos al frente de mí. Me apoyo en mis conocimientos para ralentizar su avance lo suficiente para nosotros hacer lo que debemos.

Al llegar junto a Ericus me doy cuenta de que he sido herido durante mi carrera, pero no puedo preocuparme por eso, ahora no. Intento mantener mi concentración al máximo para seguir esquivando los ataques de las criaturas y atravesar de una pieza el extraño umbral hacia el que me lanzo de un salto.

El grupo avanza hacia el edificio. El último en llegar es Kriv, su gruesa armadura le aisla de los bocados de los cadáveres que se aferran a él. Entra a grandes pasos sacudiéndose sus enemigos para luego apartarlos de una patada. Roku y Vondeg consiguen hacer un hueco hacia el interior con la ayuda de su magia radiante otorgado por sus deidades. Gandalug, gracias a su destreza consigue adentrarse realizando unas piruetas. Finalmente el hechicero consigue con su magia llegar a la cima a duras penas. Su magia mantiene a raya a los cadáveres y por fin, después de unos angustiosos minutos consiguen cerrar la puerta de entrada y bloquearla usando un hacha de mango larga que hay en una esquina junto a los restos devorados de un enano.
Una vez liberado de presencia hostil en el interior el grupo se centra en el extraño resplandor que viene del fondo del pasillo que se abre hacia el interior del mausoleo.

Después de atravesar un infierno de no-muertos intentando acabar con nosotros, finalmente logramos llegar hasta la parte superior de la escalera. Entramos sin dejar a ninguno de nosotros atrás, a merced de los enemigos muertos vivientes que desean devorarnos por el hambre sobrenatural que les incita a acabar con nosotros.

Cerramos la puerta dejándoles afuera para salvarnos de sus fauces repugnantes y logramos finalmente refugiarnos dentro del mausoleo. Una vez en su interior, veo la luz resplandeciente al fondo del pasillo y entiendo que es de allá de donde proviene la energía nigromántica que levanta a los muertos para devorar a los vivos.

Miro a mis compañeros y les indico que es por allí por donde debemos continuar:

- "Amigos míos, es ese brillo el que debe estar causando toda esta locura. Debemos averiguar qué lo produce para poner fin a este infierno."

Comienzo a caminar, con harta cautela, pero sin miedo alguno. Ya he visto el rostro mismo de la muerte y no me ha intimidado lo suficiente para obligarme a parar. Ahora no lo haré y lucharé lo que sea necesario para liberar a Aguas Profundas de este mal.

Ericus rompe el silencio, poniendo palabras a mis pensamientos... al parecer habiamos encontrado la fuente de poder que provocaba que los muertos abandonaran sus descansos eternos....

El grupo de valientes héroes avanzan por el pasillo. La única fuente de luz es la que proviene del final del pasillo. Esa luz rojiza repleta de radiante energía. Poco a poco el pasillo va llevando a su fin, os viene sonidos guturales que os suena familiar. Parece que detrás de la arcada que remata el final del pasillo hay más no muertos. ¿Cuántos? La única forma de averiguarlo es siguiendo adelante.