Partida Rol por web

 - Es una bella obra sobre el rey santo, si bien es una representación antigua no nos da muchas pistas de su propósito en la cripta. Me atrevería a arriesgar que quien la haya dejado solo buscaba la protección de las almas que allí descansan.

Mire a mis compañeros y le di un vistazo al resto de la sala, la curiosidad me invadía, el castillo de aquella familia parecía increíble, lleno de antiguas obras de arte  – ¿Señores les parece apropiado recorrer las salas adjuntas?

-Nuestro problema con la tablilla es que cuando la cogimos no pensamos que pudiera importarle a nadie, ni pensamos que acabaríamos cenando con la familia propietaria de la cripta. No sé si los Vadja encontrarían ofensivo que hayamos estado allí y nos hayamos llevado un objeto. Quizá deberíamos hablarlo con ellos, porque mantenerlo en secreto me hace sentir como un ladrón de tumbas. ¿Qué piensan ustedes que deberíamos hacer?

-Por otro lado -añado, mirando a Arrabbiati con una sonrisa-, estoy más que dispuesto a dar ese paseo por el castillo. Además, tenemos el beneplácito de lady Katia.

 - Mi querido doctor, es usted un hombre muy noble, creo que sería apropiado comentar a nuestros anfitriones de vuestra incursión por el bosque y devolver la tablilla en modo de agradecimiento por su atención. – La señorita se había retirado por aquella puerta, por lo que supongo que debe ir en dirección a las habitaciones – Les parece si comenzamos nuestra excursión por aquel pasillo –dije señalando el extremo opuesto al que había tomado Katia.

-Creo que tiene usted razón, es la opción más correcta. Antes de dar nuestro paseo me gustaría, no obstante, saber qué opina el señor Abberline y el señor Holzer, actual portador de la tablilla -digo, mirando al marchante-.

Aunque en su momento me pareció una buena idea, y todavía siento curiosidad por la inscripción en cirílico, las palabras de mis compañeros hacen que me sienta culpable, algo que ya empecé a sentir cuando regresamos al carruaje.

- Sí, tienen razón, debería entregarle esta tablilla a nuestros anfitriones. Espero que no lo tomen a mal. Creo que lo mejor es hacerlo cuanto antes. Llamaré a Boris para que me lleve a los aposentos de la señorita Vadja, y yo mismo le entregaré esta tablilla y le daré explicaciones, ya que soy el máximo responsable.

Seguidamente me dirijo hacia el cordón para tirar de él.

-¡Espere, Holzer! Yo soy tan responsable como usted, y los dos daremos explicaciones. Sin embargo, lady Katia ha ido a arreglarse, y no está bien que la importunemos en este momento. Además, durante la cena podemos disculparnos ante toda la familia. Relajémonos un poco ahora paseando por el castillo y más tarde resolveremos ese asunto.

- Mmmm está bien. Disculpe, a veces soy demasiado impulsivo.

Sonrío y me acerco a mis compañeros, dispuesto a acompañarles en la exploración del castillo.

- Señores, disculpen que me entrometa, pero si permiten mi opinión lo mejor sera sacar el tema durante la cena. Después de todo le han hecho un gran favor a esa tablilla rescatándola del maltrato de la intemprerie. - tras lo cual sonreí sin disimular la excitación por recorrer aquel fantástico lugar - En cualquier momento tendremos que presentarnos para cenar, mejor aprovechr para ver el lugar.

- Espero que no tengamos ningún altercado legal con respecto a la tablilla digo de forma pícara con una sonrisa. - Por ahora le aconsejaría que guardase la tablilla para evitar mal entendidos; tengo la extraña sensación de ser observado... no me hagan caso, debe ser a causa de todas las emociones del viaje y lo "mágico" de este tipo de edificaciones.

- Con respecto a esa vuelta por el castillo, me parece una maravillosa idea, pero yo sugeriría que no nos alejásemos demasiado de esta sala central ya que estos castillos son proclives a desorientar a visitantes poco precavidos.

(8) La puerta occidental de la sala de Tapices se abre revelando una estancia vacía salvo por tres sillas de madera colocadas en la pared norte de la misma. Frente a las mismas en la pared sur hay una inmensa vidriera en la que se representa la figura de un ángel armado con una lanza, dispuesto a dar muerte a un dragón.

(9) Esta estancia es alargada casi como si se tratase de un pasillo. El suelo esta cubierto por una alfombra con intrincados diseños, y a ambos lados de la alfombra hay dispuestas un total de ocho armaduras de diseños diversos aunque similares entre si. Todas ellas llevan el mismo emblema, un grifo rampante.

Voy mirando con curiosidad las estancias por las que paseamos, deteniendo la vista en la enorme vidriera y, en otra habitación, me pregunto si el emblema del grifo será el sello de la casa Vadja.

Me quedo inmóvil y fascinado por la belleza de la vidriera, pero por aquello que podría significar. No es común que un ángel luche contra un dragón, sin duda que esta imagen esta relacionada con la historia de la familia.

- Bonito decorado posee el castillo, nuestros anfitriones parecen tener una historia digna de investigar. - Mire a mis compañeros sin lograr ocultar la emoción y excitación ante tan atractivas obras de arte - ¿Continuamos con nuestro paseo?, tengo la sensación de que esta vidriera no es lo más sorprendente que vamos a ver esta noche.

Observo aténtamente cada estancia. Es posible que el castillo ya no sea lo que era, pero sin duda no ha perdido un ápice de su imponente esencia y belleza.

- Estoy de acuerdo con usted, señor Arrabiati -por unos momentos me siento como un niño explorando la casa de sus abuelos.

Mientras caminamos me fijo en la vidriera. Ese angel... me recuerda... ¿no es un representación de San Miguel?. Me paro a observarlo más detenidamente.

- ¿No les recuerda al jefe de los ejércitos de Dios, el arcangel Miguel? pregunto sin ningún destinatario específico.

Más tarde, pasando a la sala de las alfombras y me fijo en la representación del glifo. La verdad es que son símbolos bastante agresivos.

- Por mi parte, podemos continuar caballeros, hay que hacer hambre.

La obra representa al arcangel San Miguel venciendo al demonio. Concretamente la vidriera parece inspirada en una obra del pintor Rafael Sanzio de 1.501, San Miguel.

Aunque ademas de esta obra se pueden encontrar otros muchos referentes en el Alto Renacimiento como por ejemplo del mismo Rafael Sanzio la obra "San Miguel derrota a Satanás"

o la obra del pintor Guido Reni, "San Miguel" que se encuentra en la iglesia de los Capuchinos, en Roma.