Partida Rol por web

-Seamos coherentes, es evidnete que aquí hay algo de brujería por eso ellos estan en la biblioteca. Si seguimos retrasando la búsqueda puede que cuando encontremos a su hermana ya sea tarde, Constantine...-le digo tratando de pensar coherentemente mirando con recelo el escudo del tapiz.

Algo cambia en el rostro de Constantine, su expresion muestra una repentina determinacion, aunque no sabriais decir si es fruto del valor o la desesperacion.

Tiene razon doctor, gracias. responde, y sin esperar mas se mete en el hueco de la chimenea el primero, con su trabuco en una mano y un candil en la otra.

Atravesáis el hueco de la chimenea para encontraros con una estancia pobremente iluminada por las luces que portáis. Se trata de una pequeña habitación, con paredes y suelo empedrado. Frente a vosotros un hueco del tamaño de una puerta, se abre a un pasillo que se prolonga hacia la izquierda y la derecha, y cuyo aspecto le resulta familiar a Thomas, pues es el mismo tipo de pasillo que recorrió para llegar al castillo.

De la puerta de madera que en otro tiempo cerraba esta estancia del pasillo, solo quedan unos trozos carcomidos, colgados de las bisagras oxidadas. Pese a que todo el lugar rebosa polvo, se aprecian rastros de pasos que vienen y van desde el hueco de la chimenea.

La sensación que siento al entrar en esa sala oscura es simplemente comparable a cuando te pones nrervioso y sientes como si un trozo de plomo cayera dentro de mi estómago.

Miro las huellas y la puerta de amdera derruída. Sin pensarlo mucho me acerco a la puerta que cuelga de sus visagras.

-¿Será este el camino a seguir?-les pregunto mientras miro detenidamente la sala.

Siento no poder serles de gran ayuda, pero desconozco estos pasadizos. No se han utilizado en mucho tiempo.

Constantine,  no obstante, observa el lugar donde se encuentra la puerta, y al cabo de un momento vuelve a hablar, mientras señala el pasillo que va hacia la derecha.

Parece que alguien ha recorrido este camino.

En efecto Thomas se agachó hasta acercar sus ojos a las huellas dejadas sobre el plovo acumulado por el paso de los años. Mmmm. se rascó la barbilla en ese tipico gesto de alguien que reflexiona Creo que la identidad del dueño de estas pisadas se reduce a dos posibilidades

Poco se puede sacar de aquí masculló incorporandose lentamente Sigamos las huellas señaló la dirección en las que las huellas huían. Fuera como fuese, pronto saldremos de dudas

Estoy algo nervioso y apreto el asa de mi maletín con mi mano sudada. Miro el camino que debemos seguir.

"Todo sea por la señorita, todo sea por la sñeorita y por la amable hospitalidad de esta familia" pìenso mientras tomo la iniciativa y comienzo a encaminarme siguiendo las huellas del suelo.

-Vayamos-les digo mientras camino y, aunque mi voz suena segura, mis piernas se mueven como si fueran de gelatina.

Ante vosotros se abre un pasillo de piedra trabajada, con soportes para antorchas a ambos lados, aunque la mayoría están vacíos y todas las antorchas están apagadas. A cada paso el aspecto del lugar se vuelve más y más familiar para Thomas, hasta que al dar una curva pronunciada divisáis una habitación iluminada por algunas antorchas que permanecen encendidas.

A la luz de dichas antorchas observáis que el pasillo pasa por una zona llena de escombros en la esquina de la habitación, y que dicha habitación tiene una puerta al fondo y otra a la derecha, ambas están abiertas.

Thomas recuerda rápidamente el lugar, pues se trata de la habitación donde fue atacado por el cochero, o lo que sea que fuese aquel ser.

Por todos los santos Thomas se santiguó de forma refleja al reconocer aquel lugar de espanto donde fue atacado por aquel ser terrible. Tengan cuidado amigos Holzer miró hacia todos lados buscando en aquellos rincones alguna señal de peligro.

El maldito cochero nos atacó en este mismo lugar Thomas buscó el consuelo del frío de su revolver.

Miro de soslayo a Thomas que parece sentir escalofríos ante esa sala. Instintivamente mis ojos comeinzan a investigar toda la sala en busca de algún posible peligro. Tal vez sea por la sensación que recorre a Thomas o por los momentos vivídos en la habitación del padre de Constantine y Katya, pero me siento tenso y mi mano amarra con fuerza el asa del maletín bastante sudada.

Pero trato de concentrarme y busco por la sala algo que pueda servirme de ayuda, algo que nos de una pista.

El pasillo en el que os encontrais lleva hasta una habitacion con dos puertas, una al frente, y otra a la derecha. Ambas estan abiertas y las antorchas de la habitacion estan encendidas. Al otro lado de la puerta que esta enfrente solo hay oscuridad, y sin embargo mientras observas la habitacion ves una zona donde la oscuridad es aun mas negra.

Haces un esfuerzo tratando de distinguir que ven tus ojos hasta que porfin alcanzas a reconocer una silueta. Alguien os acecha desde alli, vestido con ropas negras y tan quieto que dirias que es una estatua. Esta claro que os ha visto, pero no se mueve, y quiza no se sepa descubierto.

Constantine coloca su arma en posicion, y tras asentir a las palabras de Thomas avanza atravesando la zona de escombros para entrar en la habitacion.

Tranquilo señor Holzer, yo ire en primer lugar.

-Un segundo-susurro después de fijar mi mirada en aquella zona oscura y con los ojos les hago un gesto a mis dos compañeros para que miren hacia la zona donde yo he percibido esa sombra que parecee star acechando.

Trato de distinguir quién puede ser si es hombre o mujer, pero la zona es demasiado oscura, así que simplemente miro y algo tenso vuelvo a cerrar mi puño en torno al asa del maletín, mis nudillos comienzan a verse algo blancos a causa de la tensión.

-Allí hay alguien-digo bajito a mis dos compañeros, esperando que se los ocurra algo, sea cual sea, somos tres contra uno, uno, al menos, que yo haya visto.

Al mirar a donde indica el doctor veis la estraña silueta de un hombre vestido de negro. Sus rasgos apenas pueden verse y aun asi Thomas esta seguro de que se trata del ser que le ataco, el supuesto cochero.

Al verlo Constantine se queda parado, sin saber que hacer.

Es el cochero un hilo de voz se coló entre el susurro y el pánico. Su mano recurrió de inmediato a su revolver al mismo tiempo que su mente rebuscaba en su interior algun tipo de oración. No podia dar credito a lo que veía y el recuerdo del anterior encuentro con aquel ser hizo que su entereza se tambaleara.