Partida Rol por web

Notas como te besa suavemente el hombro, y eleva la cabeza mirandote con esos infinitos ojos negros, mientras sus sensuales labios parecen pedirte que bebas la miel que te ofrece.

Me pongo tenso. Sus ojos son tan infinítos y bellos que me cortan la respiración y no puedo menos que pensar en el maldito sueño que tuve.

Busco de nuevo con la mirada a uno de mis camaradas para que se hagan cargo de la bella princesa mientras yo trato de adivinar qué le ocurre a la mujer del suelo.

Además, Katia está empezando a resultarme realmente seductora y en este ambiente logra que me sienta como un pervertido pues me apetece besar sus tibios labios de mujer.

¿Bruja? Por que decís que es una bruja? Para Thomas las palabras de Katia no encajaban. Simplemente no creía que fuera posible que hubiera estado allí tanto tiempo con la "otra" Katia durmiendo o lo que diablos estuviera haciendo. ¿Por qué la llamaba bruja? ¿Por que no la había atacado? Eran demasiados interrogantes.

Las manos de Katia se deslizan por los hombros del doctor y se introducen bajo su chaqueta, mientras sin mirar a Thomas le responde.

¿Que otra cosa puede ser? Se trata de Asa Vadja sin duda. Luego vuelve de nuevo su atencion al doctor

Las manos de Katia te acarician de formas poco apropiadas en una señorita y sin embargo no quieres que se detenga. Su voz apenas audible, te habla con un tono sensual.

Debes acabar con ella, para que podamos estar juntos. Mata a la bruja.

No me fio de vos las sospechas de Thomas se revelaron a los modales.

Apartaos del doctor. ordenó con decisión a Katia. Manteneros alejada de él. No tomeis esto como una sugerencia sino como una orden. a esas alturas Thomas ya había sacado su pistola

Señor Arrabiati por favor vigile usted a la princesa. Tengo que hacer alguna averiguación

Una idea comenzó a surgir en Thomas. Asa Vadja pudiera ser una bruja sin duda pero el hecho de encontrarse allí con dos mujeres practicamente identicas le hizo sospechar. ¿Y si Asa había usado sus poderes para poseer el cuerpo de la joven Katia? ¿Era la vieja bruja la que ahora hablaba por la boca de Katia? Y lo peor de todo ¿Estaba usando sus poderes para seducir al doctor?

En un primero momento me inundo la alegría de ver a la señorita Vadja en buen estado. Sin embargo las dudas comenzaron a surgir en mi mente. Tal vez por los celos, había sentido algo especial por aquella mujer durante la cena… No, no era aquello, ¿Por qué se comportaba de aquella manera?¿Porque no había huido? Tenía la oportunidad con la bruja allí tendida.

- ¡Señorita Vadja, deje que el doctor haga su trabajo! – Me acerco a ella y la tomó del brazo para alejarla del doctor. -  Si en verdad es una bruja podría despertar en cualquier momento y lanzarse sobre nosotros. – Mis sospechas sobre la verdadera identidad de las dos mujeres me hace soltar rápidamente a Katia, luego de alejarla del Doctor. Me estaré volviendo loco, es imposible que existan dos mujeres con rasgos tan similares.

- !Tenga cuidado Doctor! – Agrego, mientras mantengo la vigilancia sobre Katia.

Modesto coge a Katia y esta aunque al principio se resiste un poco, en seguida cede.

Cuando le coges el brazo, ella se resiste un instante, pero cuando deja de hacerlo te llama una mirada helada. Sus ojos, parecen dos pozos profundos lleno de oscuridad, y por un instante temes que te vayan a engullir en su interior.

Estoy bastante petrificado, casi ni siquiera sé cómo debo reaccionar a continuación ni qué se espera de mí. La sangre bulle por todo mi cuerpo y aún siento el roce de la respiración de la señorita Katia recorriendo mi piel. Intento centrarme, mantener la calma, fijar mi vista en mis compañeros, centrar mi mente, pero esto acalorado, perdido, aturdido. Agito mi cabeza pues soy consciente de lo ridículo que tengo que parecer allí parado con cara de tonto, mirando a todos lados sin ver nada absolutamente, tenso  a pesar de no tener a la señorita en mis brazos.

Armándome de valor me acerco a la señorita que está en el suelo con los ojos cerrados. Desvío mi mirada hacia la princesa por unos segundos como pidiéndolas disculpas y trato de averiguar qué le ocurre a aquella mujer.

El cuerpo de la mujer inconsciente, esta pálido como jamás viste a alguien vivo. Su pulso es tan leve que prácticamente es inexistente, y casi parece imposible que siga viva, aunque una débil respiración indica que así es.

Su piel, salpicada de pequeñas arrugas tiene un tacto áspero y frío, prácticamente helado. Tus dedos separan las pestañas para examinar sus pupilas y al hacerlo ves que un capa blanca y acuosa las cubre.

Como medico tu diagnostico es claro, esta mujer esta a punto de morir. Es un milagro que no haya muerto aun.

Si es una bruja solo el fuego puede librarnos de ella. Thomas recordó haber leido en algun libro historias centroeuropeas en las que las brujas eran quemadas en la plaza del pueblo. No sabía exactamente si aquello era fruto de la superstición pero era lo unico que acudía a su mente en aquel momento.

-Esta mujer está practicamente muerta, señores-les comento después de mirar los ojos de la mujer.

"¿Una bruja?" pienso mientras la miro y casi siento el impulso de irme hacia atrás.

LA señorita sigue abrazada a mi compañero.

"¿Qué está pasando aquí?" me pregunto a mí mismo.

-Señores, las brujas no existen-les explico casi con amargura.

"Sigo pensando que tiene que haber una explicación científica para todo esto" le digo a mi mente.

¡Si! Responde Katia tras escuchar las palabras de Thomas Fuego, quemadla. Quemadla para que no me haga daño.

Cuando el doctor emite su juicio, Katia con un movimiento se libera del agarre de Modesto y se dirige a Thomas ignorando las palabras del medico.

Pone una mano sobre el hombro de Thomas, y con una voz que denota desesperación le habla.

Vos sois el único que puede salvarme.

La mujer entonces se acerca a Thomas y le susurra algo al oído.

Katia mete una mano en el interior de tu chaqueta, acariciando tu piel por encima de la camisa. Pese a lo inapropiado e inesperado, no puedes evitar sentir que los pelos de tu nuca se erizan, y aun se erizan mas cuando sus labios rozan tu oreja sensualmente mientras te susurra.

Salvadme. Quemad a la bruja y seré vuestra. Matadla y yo os descubriré placeres que jamás habéis conocido.

Sí. Quememos a esa bruja. Es la única solución posible afirmó Thomas con efusividad No os preocupeis katia. Ahora que os tengo cerca puedo verlo con claridad. Perdonad mi desconfianza... ¡Debemos librarno de ella para siempre!!!