Partida Rol por web

El guardaespaldas grandote que acompañaba a Erika recibe la indicación de Mr. Rumsfeld de que os conduzca a los laboratorios y tras mediar una mirada con Svyatoslav, algo así como midiendo fuerzas, cumple perfectamente con su cometido.

New Auto-Built Structures, S.L.U. resulta ser lo que uno podría esperar de una empresa dedicada a la investigación y desarrollo de estructuras robotizadas y más. Ocupando las plantas 5 a 15 del edificio, una vez traspasada las puertas (automáticas), el puesto de seguridad (con un guardia de seguridad aburrido que vigila los monitores de pasillos, ascensor y laboratorios) y una puerta blindada con lector de retina (al guardaespaldas le han dado permiso esta misma mañana), accedéis a lo que es un mundo de alta tecnología de grandes proporciones. Las dos primeras plantas son en realidad una, con techos de 6 metros de altura, donde caben una infinidad de máquinas, brazos robóticos e infinidad de ordenadores, dispuestas para el desarrollo de nuevos mecanismos, supervisión de comportamiento y rediseño de controladores, programas y demás parafernalia robótica.

En lo más profundo de las instalaciones, en una ala donde el ruido de las pruebas y brazos robóticos en funcionamiento apenas llega, está vuestro "premio". Allí descansan los restos de todos los robots (menos uno) contra los que os enfrentásteis en la estación. Un equipo de 6 científicos (2 ingenieros robóticos, ingeniero informático, ingeniero electro-mecánico, jefe de proyecto -que es ingeniero robótico e informático- y Luka Kuznetsov, el joven genio ruso de la robótica -a quien Svyatoslav conoció brevemente en Rotterdam Centraal) apenas aguanta las ganas de ponerse a trabajar con el nuevo proyecto que tiene que supervisar Erika.

-Buenas noches, usted debe ser la señorita Sullivan, he leído alguno de sus trabajos. Soy Leonor Poppy, él es Luka Kuznetsov, creo que ya se conocen, y este es mi equipo de trabajo. Con toda honestidad le digo que estamos ansiosos por comenzar con este proyecto...

En mi fuero interno seguía pensando que yo no les hacía falta allí para demasiado, pues ya había dejado escrito cómo había conseguido acceder a aquellos robots. Era más, si se me fastidiaba la tablet y tenía que montarme otra, en lo que me venían las piezas y lo montaba y la leche... no iba a hacer mucho más que cualquiera de las sillas del edificio.

Por suerte sabía estarme algo calladita de vez en cuando, para no seguir protestando hora tras hora hasta que pudiera quedarme afónica. 

- ¿ Y tú que sabes hacer a parte de hacer de niñera? - Pregunté al tío del puro que había decidido venirse conmigo y con el king kong que me habían puesto de guardaespaldas, más que nada, porque como me volviera a disparar alguien yo misma les convertiría el edificio en una cucaracha gigante que disparara rayos por el culo.

Todo tenía su lado positivo y era, que no solía abrir la boca para decir todo lo que se me pasaba por la cabeza o alguien me habría matado ya de una paliza. Encima, seguro que no hacía falta que ese alguien se esforzara lo más mínimo conmigo.

Al llegar allí eché un vistazo a su equipo.

" Y como artista invitada... la idiota de las muletas ".

- Es un placer conoceros. - Dije sin demasiadas ceremonias, aunque miré a aquellas personas como si estuviera tratando de averiguar si eran tan listos como todo el mundo decía, pero seguro que no, porque les hacía falta yo ahí...

Había dejado el puro ya casi sentenciado así que lo apago antes de salir de la sala de juntas con la joven y aquel agente, la chica no parecía contenta con estar en aquel sitio, a mi tampoco me hacía mucha gracia, pero normalmente estas agencias no se toman una negativa muy bien, acaban soliendo utilizar trampas burocráticas o mierdas similares para manipularte y lograr tu ayuda de todos modos. Estaba callado al lado de la joven sin mucho que decir, también era por eso que había elegido ir con ella, parecía una chica callada, no como el resto, que gustaban de hablar demasiado por lo que había visto ahí dentro, de repente pregunta que hago, me encojo de hombros y pongo una mueca - Soy ex-soldado, - le digo - ex-mafioso también; - sonrío con amabilidad - ruso, claro. Así que supongo que lo que hago es matar gente o evitar que maten gente, según el punto de vista. - concluyo sin mucho más que añadir.

Observo a mi alrededor desde un paso por detrás de la chica, la sala parece segura, sin ventanas cercanas y con una puerta de acceso seguro, el guardía seguramente fuese un inutil y si decidían atacar por allí, posiblemente les diese acceso inmediato al interior, por lo que busco posibles salidas alternativas o una sala segura donde guarecer a la joven y el resto de cerebritos en caso de tener que defender el lugar. Veo a mi joven compatriota allí y le dedico un asentimiento a modo de saludo, sin mediar palabra, no estoy ahí para hablar.

En seguida me puse a mis cosas, claro, porque si me ponía a hablar y a hacer amiguitos iban a llegar los malos antes de que yo hubiera podido hacer nada. Quizás en alguna ocasión tendría que diseñarme algo que fuera capaz de trabajar mucho más rápido de lo que lo hacía yo y así compensar lo rápido que podía ir mi cabeza con los tremendamente lentas que iban mis manos.

No sabían la suerte que tenían aquellas personas que podían hacer cosas ya de nacimiento. A mí pensar en ellas ya me daba bastantes quebraderos de cabeza. Ser lista y poder imitarlos no dejaba de ser simplemente eso, una imitación barata que me duraba un rato y luego a otra cosa mariposa.

Estaba claro que prefería trabajar en mis cosas, no es las que me mandaban y eso, era más cómodo y menos tenso, sí, tensa era como estaba precisamente.

Tras un rato ya tenía un boceto en mi cabeza, o al menos, una idea de lo que quería, pues necesitaba hacer que aquella criatura no pudiera controlar el edificio y para ello, tendría que acceder directamente a la máquina y colocar algo que inhibiera lo que él la hacía.

Para ayudarme con esta idea tenía al robot, pues ya tenía una secuencia de órdenes que habían usado y por el como estaban distribuidas no era difícil saber cómo funcionaba, aunque no sabía si mi invento sería lo suficientemente fuerte para hacerle frente. Además, que luego sólo tenía que venir un lerdo a jodérmelo y ale, ya podrían meterme de nuevo un tiro.

- Pues os vais a joder hombre...

Ya que estaba diseñando tampoco quería que controlaran el juguetito que fuera a diseñar así que... el software para uno me serviría para dos...

Tenía puesto desde hacía un rato ya mi mp4 en las orejas. Así era como una trabajaba bien a gusto dijeran lo que dijeran.

Sin mucho que hacer mientras la muchacha genial se dedica a sus cosas de cerebrito, colaborando sin mucho afán con todos aquellos científicos, te dedicas a pasear y corroborar impresiones. Una única salida, señalada como de incendios, que es la propia puerta. Sistema anti-incendios hiper-sofisticado. Guardia de seguridad que cabecea en su puesto, gracias a que nunca pasa nada... Y un bicho. Es algo inevitable que incluso en un lugar como este se cuele un bicho, ¿verdad? Tanta alta tecnología y luego... un momento, has oído un "click". ¡Maldita sea, fíjate en eso!

Sigo el bicho con la mirada de manera meditabunda... Recuerdo que la KGB utilizaba cosas como aquella para espiar y bueno, supongo que también los americanos y cualquier agencia, sin embargo ese parece mucho más sofisticado, no estaría mal cogerlo sin destruirlo, camino por el lugar que vuela procurando que no se vean mis intenciones y cuando veo la oportunidad... ¡ZAS!

Un instante está ahí y al siguiente el minúsculo bicheño elude tus palmadas. Cualquiera que te vea pensará que estás loco. Y no saben ni la mitad... En cualquier caso el insecto mecánico ha reanudado su vuelo y puedes seguirlo con la vista hasta el conducto del aire acondicionado, donde se cuela para desaparecer. Demonios, ¿y ahora qué?

Tu callado protector eslavo, probablemente aburrido de no entender ni jota de lo que hacéis o decís, ha salido de la sala. A las puertas de ésta queda el otro, el agente grandote, pero sabes que si el ruso no parece muy brillante el de la puerta es más bien encefalograma plano. Aunque no deberías tener que preocuparte de nada en esta sala, con toda la seguridad reinante en el recinto, no puedes sino sentir cierto resquemor y echarte la mano a tus todavía doloridos riñones...

Camino con rapidez hasta uno de los científicos del lugar y le cojo de las solapas de la bata - ¿Esos conductos pueden cerrarse? - pregunto con determinación - ¡Si es así, hagánlo! - señalo soltando al hombre antes de observar el conducto y considerar si cabría por el mismo, cosa harto imposible, entonces veo a la joven genio y recuerdo que controló aquellos robots.

- ¡Señorita Sullivan! - exclamo acercándome a ella casi corriendo y señalando el conducto de ventilación - Hay un dispositivo de espionaje en forma de insecto saliendo del edificio por ese conducto... - le digo con ojos ligeramente brillantes - ¿Podría intentar controlarlo y traerlo aquí? - pregunto a la joven con tono amable.

El tipo al que te has dirigido, un científico cualquiera del turno de noche, responde lo mejor que puede:

-Son los conductos del aire acondicionado, señor, no creo que puedan cerrarse, pero se pueden parar... Y viendo la urgencia en tu mirada, se dirige rápidamente hacia los controles del aire acondicionado de un costado de la sala.

Cada vez que me movía después de permanecer un rato quieta mis riñones me recordaban que allí había habido una bala hasta no hacía demasiado y que debería estar en una cama y no aquí de pie donde estaba... Además, que aquel silencio me ponía un poco nerviosa.

Seguí trabajando, pues llevar los diseños a la práctica siempre era algo más complicado de lo que parecía o surgía alguna variable que quizás no habías tenido tan en cuenta... Esto último por suerte no me pasaba demasiado a menudo.

El rubio no tardó en llegar, aunque cuando lo hizo me quité la música del oído y tuvo que repetirme lo que me había dicho a lo que cogí mi tablet.

- Vamos a ver... - Así me puse a buscar a ver si podía localizar el dispositivo. - Seguramente, si nos estaban espiando hayan transmitido las imágenes a alguna parte, así que ya lleguemos tarde.

Asiento ante lo que dice la joven - Pero podríamos seguir la transmisión de algún modo y localizar donde fue enviada ¿no? - pregunto encogiéndome de hombros, no sabía si era posible, pero si había hecho cosas aparentemente más difíciles, puede que si.