Partida Rol por web

Había llegado el momento, así que el mercenario se bajó con tranquilidad del banco de conductor del carro, cogiendo su ballesta. Tras comprobar que el mecanismo estuviera bien, se acercó a la posición donde empezaban a colocarse los tiradores, y una vez se encontró en una buena postura, cargó un virote en el arma y empezó a apuntar a su blanco. 

-Bien, me apunto a ensartar a esos sopaverdes con una flecha, aunque soy mejor con la espada, me defiendo regular con el arco y uno mas siempre viene bien. Digo mientras me pongo al lado de la elfa y la pregunto:- Bueno, como nos dividimos para acabar con ellos?, los dos mejores arqueros deberían escoger objetivos diferentes y los demás como yo agruparnos en esos grupos.
Digo esperando que siendo la mejor arquera tome la iniciativa ya que habrá identificado quienes son mejores con arcos con ese talento natural de precisión extrema.

-Es una suerte que el anciano este dormido, ya me lo imagino tratando de bajar la montaña en bata para abatir a esas bestias. Y no me extrañaría que tuviera exito- declaró el kislevita culminando en un estraño silencio que lo sumio en sus intrigantes pensamientos. Quiza algunos pudiesen atar los acontecimientos del pasado para entender que pasaba por la mente del Kislevita, pero lo mas probable es que no fuese así. -He de ir tras Jaime- dijo mas como una obligación que como un deseo real, -alguien tiene que sacarte de los problemas en los que nos metes, no soy tan sigiloso por lo que iré unos metros detrás de ti. Y tu Grunt deberías hacer lo mismo con Lorantha pues no recuerdo que fueras habíl en eso- concluyó para enseguida sacar una maza y una daga, extraña conmbinación para un asalto silencioso.

-Buena idea- exclamó el mediano sonriendo ante las palabras de Domochievski. -Entonces creo que estamos listos. Lorantha, Hans, ustedes son los mejores arqueros por lo que se, escojan cada uno a un objetivo y vayan sobre de él. Formen equipo con otros dos de entre aquellos que porten arcos o ballestas-. Luego girandose hacia el guia humano, le habló en representación de todos. -Estamos listos, cuando digas iniciamos con esta divertida locura- aunque para muchos no era bueno que el mediano lo viera divertdo.

-De acuerdo. Me parece bien lo acordado, pero no nos precipitemos. El grupo de asesinos avanzaremos en el mayor silencio posible avanzando a traves de las faldas de la montaña, fuera del viejo camino enano donde seríamos facilmente vistos. Los tiradores se mantendrán a la espera y solo si el enemigo nos descubre antes de llegar, intentarían acabar con ellos a distancia mientras nosotros y el resto de los que ataquen cuerpo a cuerpo nos precipitamos contra ellos. Recuerden que lo importante es evitar que llamén refuerzos-. Detallo Jalon evaluando las miradas de cada uno, como si quisiese ver de que estaban hechos cuan seguros de si mismos se encontraban, al fin y al cabo, el guia imperial jamas los había visto en situaciones como a la que ahora se enfrentaban.

-Me adelantaré un poco para darles la señal de iniciar. Esten atentos-. Dijo para luego desaparecer tras una gran roca que les ocultaba, del otro lado el viejo camino enano continuaba en un descenso precipitado hacia el valle, y no a mucha distancia, se encontraban los Goblins.

Una vez el guia hubo partido y Jaime tuvo certesa de que ya se habia alejado lo suficiente, se giró sonriente como quien ha hecho una travesura y se ha salido con la suya. -Olvidaba algo que he preparado para ustedes- dijo conteneandose con alegría al tiempo que buscaba en las alforjas de su corcel. Luego sopesando algo, empezó a lanzar pequeños saquitos a cada uno de sus acompañantes excluyendo al viejo Igor. Al chocar contra las manos de los que lo recibian, los saquitos ejercian un sonido metalico muy caracteristico del chocar de monedas. Obviamente la sonrisa del mediano había crecido aun mas. De ser lo que todos estaban pensando, surgia la pregunta ¿De donde había sacado el mediano el dinero?, o es que acaso...

Que los dioses estén de nuestrro lado aunque solo sea una vez -dijo el norsca, que bien podría haber sido una petición como un reproche.

Esperó a que el grupo de "asesinos" (mal nombre ese para llamar a un compañero) se adelantara antes de seguirles con una flecha preparada en el arco. No era aquella un arma propia de un guerrero sediento de sangre como él, pero no todas las batallas se libraban en un campo abierto ni todos los días eran días de iniciar batallas. El sigilo era necesario. Dirigió una mirada extraña a Jaime cuando empezó a lanzar saquitos hacia sus compañeros. Actitud que cambió a la sorpresa cuando descubrió contenido.

¿De dónde has...? -pero pronto se relajó y sonrió- Maldito pilluelo, ¿a quién has ofendido con esto?

En cuanto Jaime me lanza la bolsita con las monedas dentro, lo primero que hago es volver al carro, meter-la dentro de la mochila. Vuelvo a donde estan Jaime y Domochievski, desenvaino mi espada y la compruebo:-Bien afilada y equilibrada. hago lo mismo con la daga que llevo en la espalda y una vez enfundada me ato el manto con capucha al cuello y me coloco la capucha y espero a la señal de Jalon.

- Melisa y Kurt conmigo. - susurró sin dudarlo ante la perspectiva de hacer grupo con Trøjan. - nos encargamos del de la izquierda. Apuntamos y si fuera necesario disparamos todos a la vez, así que atentos a la señal del sr. Smith. -

Luego llegó el turno de la generosa retribución de Jaime, gesto que Lorantha no agradeció. La elfa, tal cual le llegó la arrojó al interior del carro. - Ni se os ocurra llevarlas encima, su tintineo os delataria. Imiten a Grunt. - advirtió en voz queda mirando tanto a los que pretendían deslizarse en silencio como a los que les correspondía cubrirles. - Y no se preocupen por ellas, estarán seguras, no está Jaime para robárselas. - añadió con ironía dibujando una media sonrisa.

Melissa cogió su bolsito y la metió en las alforjas de su caballo, la apretó contra su manta enrrollada, para que no hiciera ruído en el momento menos oportuno, y se dio la vuelta para buscar un sitio cómodo desde donde disparar junto a la Elfa.

Lo bueno de la ballesta es que se puede disparar desde cualquier posición, así que la guerrera pelirroja, busca una roca o rama baja donde apoyar el peso, considerable, de esta y poder conseguir un disparo más preciso.

Esta vez no iría con Lorantha, pero ella escogía, se veía clara las preferencias, así que se encogió de hombros y recogió con gusto el saco de monedas que metió en la mochila y dejo en el carro, justo antes de ir con sus compañeros para acabar con aquellos bichejos que les podían aguar la fiesta.

Suerte  compañeros  .Es lo único que acierto a decir viendo como los asesinos y los tiradores se empiezan a a mover .Dejo la bolsa en el carro como dijo la elfa y compruebo que el equipo está ajustado para que ningún ruido puede delatarme y reventarles la operación .

Kurt recogió la bolsa con una leve sonrisa, y no tardó en dejarla en el carro, pues la elfa tenía razón. No necesitaban más posibilidades de hacer ruido por parte de ninguno de ellos. Tras eso, apuntó al de la izquierda, tal como Lorantha había indicado, y se preparó para disparar en cuanto fuera necesario. 

Guardo la bolsa que me lanzan sin querer preguntar de donde ha sacado la bolsa el mediano, estaba claro que de saberlo podría no querer el dinero. Pero ahora lo importante era la misión que tenían mis compañeros. Preparo la espada y el escudo y espero....no queda otra si los equipos que teníamos fallaban todo saldría realmente mal.

No pregunten camaradas, el dinero es dinero y en situaciones como esta la mas mínima cantidad nos es de una importancia vital, no importa de donde haya salido. -Guardo mi bolsa de monedas junto con el resto de mi dinero con mis pertenencias.- Solo puedo observar a los compañeros mas discretos mientras se alejan para emboscar a los enemigos. -Que los dioses guíen sus flechas para que den en el blanco- Por que de lo contrario nos meteremos en graves problemas.- Pienso.

-Ahh, pilluela- sentenció Jaime también a media sonrisa. De cierto era que si en su corazón no estuviera otra dura mujer, Jaime se habría arrojado a los brazos finos de la elfa. Aunque claro, ella probablemente le habría ensartado una flecha entre los ojos a la primera insinuación de amor, y eso era algo que el mediano sabía bien que había que tener siempre presente.

-Pero eso es lo divertido- respondió a Grim, -no obstante si así lo quieren, guardaré celosamente el terrible secreto- continuó el mediano con sarcasmo mientras hacia lo propio guardando el dinero para después prepararse para recibir la señal de Jalon.

Hans por su parte, quien lideraba el grupo de arqueros que atacaría a la derecha no tardó en llamar a Nathan y a Trojan para que se colocasen junto a él y se preparasen para disparar con sus arcos.

Mientras, mas abajo, Jalon se había detenido tras corroborar que no habría ningún obstáculo inesperado en el camino, y entonces agitando el brazo hacia delante, dio la señal para que el grupo de asesinos avanzasen cobijados por la oscuridad y el sigilo. Mas abajo, los Goblins parecían incluso dormitar mientras Jaime y los demás descendían con cierta rapidez, aquellas bestias podrían ser un problema en aquel momento, pero lo cierto era que a pesar de ello, para todos era claro que aquellas bestias torpes e ineptas solo eran un peligro cuando implicaban números grandes, incluso 10 Goblins habrían sido presa fácil.

-La noche es mi amiga hoy. pienso mientras voy descendiendo con el resto del grupo, de un modo que hasta daría envidia a un elfo:-Ni siquiera yo me oigo los pasos. 

Al ser el primero en alcanzar el punto intermedio entre nosotros y los goblins espero a que el resto del grupo de asesinos me alcance.

Mientras las figuras de los compañeros que tendrían que acercarse hasta los goblins descendían por la pendiente, no dejaba de mirar a mis espaldas por el mero echo que fallar significaría que la zona donde nos encontrábamos se llenaría de un momento a otro de pieles verdes. Esperaba que Sigmar tuviera un buen día y que ayudara en nuestra misión....sino era a los sigilosos, si fuera a nuestros arqueros.

- Como esto salga mal, ni a correr nos va a dar tiempo. 

Lorantha sabían lo que allí se jugaban, si bien, también era consciente de que una vez matasen a los vigías no era más que una cuestión de tiempo el hecho de que alguien se enterase de su desaparición, dieran la alarma y empezasen a buscarlos. No sabía si el resto era consciente de aquello pero lo que realmente se estaban jugando allí era precisamente tiempo, quizá el suficiente para llegar a su destino, quizá no.

Con estos pensamientos en mente y sin perder de vista ni al grupo que bajaba ni a su adormilado objetivo, aunque ya era un poco tarde, pensó que a lo mejor no era mala idea disfrazar aquellas muertes como una disputa entre aquellos dos goblins, quizá aquello evitara levantar sospechas sobre su presencia. - ¡Ójala! el experimentado Jalón haya pensado en algo parecido - dijo para sus adentros.