Partida Rol por web

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   El rellano es una habitación rectangular de piedra, de unas dimensiones de 2x8 metros, y de unos 3 metros de altura, no hay nada de interés en esta sala, excepto la gran puerta. Unas escaleras llevan, bien hacia la planta baja, bien hacia un tercer nivel superior. Parte de la pared exterior superior  (de la escalera, por el exterior) y del tejado se ha derrumbado, y se puede ver el exterior a su través. Es por donde has bajado.

   La puerta tiene tres metros de alto y casi dos de ancho, y parece estar hecha de ébano.

   A pesar de las apariencias, no es ébano como bien averiguas al dar un paso hacia la puerta, el rostro que hay en ella abre los ojos y empieza a hablar. No es sino un demonio de protección en forma de puerta. Tallada en la puerta se puede ver una estrella de ocho puntas, a lo largo del eje de la cual hay gravadas unas runas.

   Dentro de la estrella se puede ver la cara de un demonio frunciendo el ceño con aire severo. Sus ojos brillan cuando te aproximas suavemente con una verde fosforescencia.

   Y habla.

   - Di el nombre y apela al señor que debes nombrar antes de intentar cruzar esta puerta. Si no has pronunciado la contraseña, te mataré y devoraré tu alma. -

   Por fortuna entiendes el alto melnibonés, que es el idioma en el que ha hablado la puerta. Las runas que están en la puerta están el alto melnibonés, pero tendrás que acercarte mucho más para leerlas.

   Crees que si averiguas el nombre y lo dices, traspasarás la puerta, pero los que vengan detrás tienen que hacer lo mismo que tú, decir el nombre que pide la puerta.

   Claro que también puedes intentar someter al demonio, pero eso significa jugarlo a una carta. Si pierdes, morirás. Traspasar la puerta sin decir la contraseña implica el mismo riesgo o similar. Y es obvio que este demonio tiene más POD que tú.

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   Puedes salir a la azotea o bajar a la planta baja, comenta si bajas o subes. Habías dicho de salir por arriba, pero igual no habías visto que las escaleras bajaban.

   El más rápido de los dos clakars que tiene abrazado a Uxyr se eleva y te suelta desde al aire. Va intentar elevarse hasta los 8-9 metros (el techo tiene diez) pero si le haces suficientemente daño, igual te suelta antes. En cualquier caso, es un buen golpe.

   Hay ruido de combate y gruñidos en la sala donde están Atarkar, Uxyr y Leyre.

Con decisión desenvaino mi espada ancha y embrazo mi tarja para el combate que se avecina y entro para ayudar sea lo que sea lo que amenaza a mis compañeros es claro que debemos eliminarlo para poder continuar nuestra misión.

   Cuando entra Krylaak ve dos enormes simios, de metro noventa y dos metros, ¡con alas negras! su piel parece variar de tonos mezclándose como un camaleón, pero no las plumas negras de sus alas.

   Uno de los clakars, el de metro noventa, ha agarrado a Uxyr y lo está elevando en la estancia para soltarlo (el techo está a diez metros)

Aparte de rápidos aquellos bichos eran fuertes, después de afianzarse con las dos garras en el cuerpo del argimiliano, el clackar batió las alas haciendo un ímprobo esfuerzo para conseguir elevarse hasta el techo de la torre. Uxyr reaccionó como pudo, volteando el mayal en la corta distancia que el clakar le dejaba para accionar, intentó  darle el giro adecuado a la cadena pero apenas consiguió impactar en las espaldas de la bestia, haciendo presumiblemente un daño limitado.

Vio el suelo cada vez más lejano a sus pies y entonces sintió como la presa del clakar se soltaba precipitándolo al vacío, el veterano guerrero se preparó para el impacto...

Parecía que el combate no estaba muy balanceado, el hecho de no entrar todos juntos había resultado en un encuentro contra dos bestias que podían dar cuenta de los tres guerreros si no recibían algo de ayuda. El ataque sorpresa de los clackars había provocado que el primero golpease a Uxyr con una rapidez pasmosa y le agarrase elevando su pesado cuerpo para dejarle caer desde las alturas, por suerte, el corpulento guerrero y su armadura de placas había conseguido minimizar los golpes o al menos esa era la primera impresión. El segundo clackar que parecía algo mas lento pero mucho mas fuerte que el otro no consiguió alcanzarme con ninguno de sus golpes por suerte para mí ya que seguro que sus golpes no serían tan blandos como los de su compañero.

Despues de ese primer momento de desconcierto, compruebo que Leyre posiciona la linterna y carga la honda para atacar y me lanzo en dirección al clackar que me intentó golpear intentando clavar mi espada ancha en su cuerpo mientras defiendo el ataque de sus garras con mi escudo y la espada procurando que no me pueda agarrar, ya que la fuerza del clackar y mi escaso peso facilitaría mi caida desde algún lugar alto, algo que no quería probar.

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   Uxyr consigue golpear al gran simio alado, que le suelta antes de lo que hubiera deseando soltando gotas de sangre roja y y unas plumas negras. Cae el guerrero sobre el suelo, pero su armadura le protege de las rocas puntiagudas del suelo y escombros y sólo recibe magulladuras menores en una mano, se pone de pie prácticamente ileso.

   Atarkar falla el golpe, mientras se prepara para evitar las garras del monstruo. Quizás por ello el golpe con las alas le pilla demasiado con la guardia baja. El clakars le araña los ojos pese al casco, por fortuna, Atarkar saldrá de esto sólo  con una enorme cicatriz en la frente donde la cuenca de los ojos.

   Pero ahora está aturdido y cegado por la sangre que le mana de la herida, aunque podrá arrastrarse si así lo desea fuera de la sala, está demasiado aturdido y conmocionado para combatir durante un buen rato (cinco minutos)

   El clakar que ha herido de esta manera a Atarkar, se vuelve contra Krykaak.

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   El primer clakar se lanza contra Uxyr, después Leyre, Krykaak y Uxyr pueden actuar, el segundo clakar actuará el último y atacará a Krykaak. Ambos clakars van a golpear con las alas, dar dos zarpazos y si aciertan los dos zarpazos abrazar y morder. El mordisco no se puede parar.

   Oyes un alarido de Atarkar, Krylaak desaparece también en la habitación, siguen escuchándose gritos, chillidos (como de mono) y ruido de combate.

   El primer clackar se lanza sobre Uxyr y le azota con las alas, con poca fuerza, luego le acierta ambos garrazos, pero el guerrero consigue bloquear el segundo golpe de garra.