Partida Rol por web

Cadsandria, hace unos días.

   Vered Veredan, príncipe mercader de Cadsandria, ha oído hablar de la existencia de las ruinas de una melnibonesa torre a uno de sus capitanes de barco, que accidentalmente oyó hablar de ella en uno de sus viajes.

   Al ser un estudioso del viejo saber melnibonés, está buscando desesperadamente una oportunidad para explorar esta escondida reliquia. Ahora bien, es demasiado rico como para tener que asumir personalmente ningún riesgo, y es por eso que ha tomado a su servicio a un grupo de aventureros para que la exploren.

   Después de entrevistarse con un buen número de solicitantes, desechó a los que no consideró aptos y con los demás formó dos grupos de aventureros para enviarlos a la torre.

   Vosotros fuisteis uno de esos dos grupos. El príncipe mercader os evaluó personalmente. Bien cubierto por sus guardias, por supuesto, mientras explicabais vuestros motivos.

   Luego, os despachó en dos días estabais en el barco que se movía sobre las olas.

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   Le caíste en gracia al mercader, o tal vez conseguiste exponer bien la necesidad de conseguir algo de dinero para equiparte antes del viaje. En cualquier caso, el mercader te da cierta cantidad de monedas para que compres equipo.

   Expones bien la necesidad de conseguir algo de dinero para equiparte antes del viaje. El mercader te da cierta cantidad de monedas para que compres equipo y habláis la posibilidad de conseguir un crédito.

   Te concede el préstamo que le solicitas.

Creo que tiré 2 veces sin querer aunque la primera vez fallo la tirada de crédito.

Niranna aprovechó los momentos posteriores para preocuparse por los pormenores del trayecto: cómo y dónde iban a hacer las paradas, quién sería el navegante, cuánto tiempo tardarían en llegar, la comida y la bebida disponibles y ese tipo de cuestiones. Parecía evidente que Vered Veredan tenía todo preparado para esta expedición, lo que complugo a la myrrhyn.

Atarkan decidió emplear su tiempo libre hasta que el barco zarpe en comprar una armadura de cuero y anillas y un petate en el que guardar su armadura de semiplacas y anillas por si en un hipotético caso tuviese que probar el agua, ya que no le gustaría hundirse a las primeras de cambio.

También se compró una mochila, un cinto de cuero, cuerda (18m), un yesquero, una lámpara de aceite y un litro de aceite. 

Tras la última reunión con Vered Veredan, en la que se habían acabado de acertar los detalles la expedición, Uxyr detuvo su enorme humanidad delante del grupo y les habló con el característico acento de los nativos de Argimiliar.

- Amigos, ya que vamos a pasar juntos las próximas semanas, os propongo mostraros algo de la hospitalidad argimiliana, convidándoos a beber y cenar en el Orangután de Jade, así podremos conocernos un poco mejor.

El Orangután de Jade era una de las más conocidas tabernas del puerto de Cadsandria, llamado así con muy poca originalidad porque albergaba la gran estatua de uno de estos simios con un cuenco en la mano, esculpida en jade. Era costumbre que las tripulaciones que salían del puerto brindasen con el orangután por el éxito de su empresa.

- Acepto la invitación en la taberna, pero no necesito ayuda para la compra del material. Gracias. Brindemos por un buen viaje. Dijo mirando al guerrero.

Posó la mirada en el resto y comentó:

- Por que dos grupos al mismo sitio? no os parece extraño? Deberemos competir con el otro grupo o serán a la postre aliados?

Niranna sonrió tímidamente. No había entendido del todo a ese hombretón inmenso y de fiero aspecto, así que acompañó al grupo y solo cuando vió correr la cerveza empezó a entender de qué iba la cosa. Niranna caminaba en aquella ciudad con precaución y timidez. Su exótica belleza, donde destacaban las amplias alas blanquecinas, generaba efectos extraños en los hombres.

Ya en el interior del Orangután de Jade , dentro de la atmósfera cargada de la taberna, captó algo mejor al guerrero vilmir, levantando los brazos en señal de ignorancia. Observó la cerveza que le había puesto una camarera en la mesa y dio un leve sorbo, pues una sola jarra podría tumbarla fácilmente debido a su magra complexión. Contempló silenciosamente a sus compañeros y pensó en el peculiar grupo de aventureros que sin duda componían.

- Creo que se trata simplemente de diversificar riesgos, como buen comerciante Verad Veradan no quiere depender solo de un grupo para el éxito de la misión, y si la torre ha sido construida por esos demonios melniboneses, Uxyr escupió al suelo de la taberna con desprecio, entonces puedes tener por seguro que estará protegida por hechicería y quién sabe si pactos demoníacos.

- En todo caso, tienes razón en desconfiar, no estará de más mirar de vez en cuando a nuestras espaldas, no me gustaría estar abandonando la torre con nuestro premio y darme de cara con un grupo fresco de aventureros dispuestos a aprovecharse de mi esfuerzo, lo que Uxyr estaba seguro es que no podrían encontrar colaboración en ese segundo grupo, había visto demasiadas peleas por codicia a la hora de repartirse un botín o los despojos de un saqueo como para seguir teniendo fe en la raza humana.

   Os juntáis, de lo que os podéis observar hay:

   Un guerrero de mediana edad o tal vez algo más mayor, de fuerte corpulencia. Un metro setenta, casi ciento cuarenta kilos. Ojos de color avellana y pelo de color castaño oscuro. Con un mangual, escudo de torre, espada ancha y viste armadura de semiplacas.

   Una mujer sobre la treintena, de débil corpulencia. Un metro noventa, setenta kilos, ojos verdes y pelirroja. Viste ropas sencillas, sin armadura y por lo que podéis ver, sus armas se limitan a una honda.

   Un hombre pasada la mediana edad, de fuerte corpulencia. Un metro setenta, y unos ochenta kilos. Va vestido con ropas que debieron ser de calidad... hace varias décadas, ahora son poco más que harapos raídos. Lleva eso sí, un arco, una espada ancha y un escudo de tarja.

   Una mujer bastante espectacular, no sólo es de gran belleza sino que por su armadura de cuero sobresalen dos enormes alas emplumadas. Se os hace difícil establecer una edad pero no debe andar en la década entre los veinte y los treinta. No muy alta, sobre metro y medio y ni siquiera llega a los cuarenta kilos. Lleva un arco, un par de jabalinas y una armadura de cuero.

   Un guerrero de veinticinco años, de corpulencia media, sobre metro setenta, ochenta kilos, ojos verdes y pelirrojo. Con una espada ancha, un escudo de torre y una enorme hacha lormyriana. Viste una pesada armadura de semiplacas y anillas.

   Un marino, de unos veinte años, de corpulencia media. Metro ochenta, unos cien kilos, ojos negros y pelo castaño oscuro. Tiene una mochila a su espalda, un sable a su cinto y viste una armadura verdigrisácea de cuero de los mares.