Partida Rol por web

El zergling explotó en un montón de vísceras y sangre color morada que salió en todas direcciones, cuando la ráfaga de la médico alcanzó de pleno a la criatura extraterrestre.

Sejak avanzo unos metros para tener mejor angulo, el rifle apuntaba en todo momento a uno de los zerlings. La rapida reacción de sus compañeros ya les habia librado de mas de uno y con suerte no habria mas heridos.

El ser se puso a tiro.

-Ya te tengo...

Y el rifle lanzo un bramido seguido de un proyectil directo a por el ser.

El zerg que acababa de aterrizar en el suelo, sufrió una ráfaga de Sejak que, muy atento, se adelantó a sus compañeros destrozando la piel de su enemigo.

Los marines eran rápidos y su entrenamiento en combate inducido hacía que reaccionaran rápidamente, por instinto.

Jensen seguía con la mira del rifle el movimiento de los zerling, las ráfagas se sucedían a su alrededor y aquellas aberrantes criaturas esparcían sus vísceras por todas partes, por un momento el soldado encontró algo de paz, aunque fuera en un momento como ese.

Así pues Jensen calculó su objetivo y disparó hacia uno de los zerling que se aproximaba*

El zerg al que Sejak y Jensen habían disparado desapareció en una masa de color morado. Solo quedaba uno y parecía no responder a razones.

A alguno se le pasó por la cabeza... Les estamos masacrando, ¿por qué no huye? Pero así eran los zerg, asesinos descerebrados.

Ardo vio cómo sus compañeros masacraban a los zergs y sus músculos empezaron a responder. El miedo que le había atenazado empezó a abandonarle lentamente.

Una imagen de su infancia le llegó a la mente borrosamente mientras apuntaba con el arma al zerling que avanzaba hacia ellos.

Algo fallaba en su cabeza y no sabía que era... Pero tenía que resolverlo tarde o temprano.

- Malditos bichos... Te vengaré Meredith, lo juro.

La criatura rugió a medida que los impactos de los proyectiles de 7,62mm arrancaban pequeñas partes del exo-esqueleto del zerg. Ardo parecía sufrir cuando cada uno de los zerglings chillaban y se quejaban.

Fue entonces Smith Pumm quién sacó una pistola Gauss del bolsillo, dejándo de lado su rifle. Era sencilla y de una perfecta manufactura.

Efectuó un rápido disparo. El proyectil silbó por el aire hasta estamparse en la cabeza de la criatura la cual, desprotegida por las balas de Ardo, estalló en mil pedazos dejando al zergling sin cabeza caído en el suelo. 

- Ah, joder joder - El soldado oriental se dejó caer al suelo. Le sangraba uno de los brazos, no demasiado pero sí lo suficiente como para transpasar la armadura.

El Alférez siguió rugiendo órdenes.

- Sejak, Littlefield, cubran desde arriba, joder. ¡Estén un poco más atentos, me cago en todo! - después se giró hacia Jensen, le apuntaba con la pistola, pero sólo para indicarle. - Jensen, Amy, quedensé cuidando de Xiang. No queremos bajas. Ardo, usted viene conmigo.

De repente, las esbeltas y oscuras formas parecían estar en todos los edificios que jalonaban la calle. Parecía como un hormiguero al que le hubieran dado una patada, y de pronto, como por arte de magia, todas las hormigas parecieran estallar a su alrededor.

A pesar de los pinchazos en su cabeza, el entrenamiento funcionó bien; y Ardo siguió al alférez en el instante en el que le dio la órden.

No entendía por qué con el odio que siempre había sentido hacia los zergs, algo parecía morir dentro de él cada vez que uno emitía gorgoteos.

No había bajado el arma todavía cuando muchos más de ellos empezaron a aparecer.

Joder, hoy no es nuestro día.

- ¡Alférez, están por todas partes!

El Alférez da órdenes que ya estoy cumpliendo, pero es la situación supongo. Se dirige hacia un flanco pero una cantidad ingente de zerg asoman hasta por el flanco. Apunto mi arma rápidamente y disparo a los dos que vienen por mi lateral.

Una potente ráfaga sala lanzada por la boca del arma e impacta en por lo menos uno de los blancos.

Amy observó sobresaltada de como aquel enjambre zerg iba haciendo presencia en esa zona. Ahora se arrodilló para apuntalar bien su arma ayudándose de su rodilla y empezó otra ráfaga de disparos intentando abatir al zerling mas cercano. Pensaba que iban a necesitar ayuda, aunque había que ver como se las apañaban sus compañeros. Aún estaban a tiempo de una retirada, pero no quería ser ella la que lo dijera.

-Si, alferez.

Sejak apunta en la dirección en la que les presiona el superior, y abre fuego, esta vez no es un disparo tan afortunado como el anterior. Pero al menos lo realentizara un poco.

Estos desgraciados salen de la nada.

Jensen se quedó al cuidado de Xiang tal como le habían ordenado aunque dicho cuidado incluía despejar la zona de bichos.

- ¿Como te encuentras?- dijo sin nisiquiera mirarlo pues andaba disparando hacia el enjambre que se les echaba encima

Ardo observó la situación y vio lo que se les venía encima. Aún guardaba dos granadas y pensó que era el momento de usar al menos una de ellas para hacer retroceder a los malditos bichos.

Sacó la anilla de su sitio y apuntó con cuidado tratando de dar a las criaturas que más cerca estaban de él y del alférez.

- ¡Cúbrase, señor!