Partida Rol por web

 Despues de haber visto con vuestros propios ojos el estado de vuestros animales, decidis ir en busca de vuestros compañeros heridos en la batalla. Salis de aquel lugar destrozados animicamente.

Venga animaros... dice Indrajit al ver vuestras caras, pero vuestros rostros y miradas perdidas dejan en evidencia vuestros sentimientos.

Indrajit os invita a seguirle hasta donde se encuentran vuestros compañeros y mientras atravesabais uno de los pasillos del barco, veis como un pequeño resplandor, se dirige hacia vosotros rapidamente. Al llegar a vuestra altura, se eleva un poco para evitar chocar contra vosotros y sigue su camino a vuestras espaldas. Atravesando la pared de la bodega y desapareciendo de vuestra vista.

Os quedasteis atonitos ante aquello, no sabiais que era lo que acababais de ver. A los pocos segundos, oisteis relinchar energicamente a los caballos. Fibbin se sorprendio dado que por imposible que pareciera, le habia parecido oir tambien el peculiar relinche de su corcel.

Khelben no daba crédito a lo que acababa de ver...

-Necesitas descansar Khelben -Piensa el guerrero sopesando sus cualidades anímicas en ese momento.

Pero el guerrero parece no ser el único que se queda pensativo y atónito. Así que decide preguntarle a sus amigos y al patrón del barco.

-¿Habéis visto una luz dirigiéndose hacia las bodegas? -Pregunta Khelben entrecortado. -Jamás había visto nada igual -Prosigue.

El resto parecen haberlo visto también y hacerse las mismas preguntas.

-¿Qué era eso Indrajit? -Le pregunta al patrón por si eran normales esas cosas en su barco.

Al tiempo que le pregunta oye como si los caballos relincharan con fuerza cuando pocos instantes atrás estaban sin fuerzas para nada.

-Que extraña situación -Piensa sin saber que hacer.

La mediana acompañada por sus compañeros e Indrajit se dirige a buscar a los demás. Misntras caminan a su encuentro la joven no puede evitar estar embriagada por la tristeza que le está consumiendo por la pérdida de su caballo. Pero justo en ese momento, cuando las lágrimas le recorren sus mejillas mientras recordaba lo buenos momentos que pasaron juntos, un extraño suceso le llama la atención.

¿Qué es eso?-piensa mientras da un paso hacia esa extraña luz que le ha parecido ver pero antes de dar el siguiente paso escucha como un córcel relincha y su cara se ilumina para como el de su propia montura.-Pero no es posible...-recuerda.

Las preguntas de Khelben le devuelven la esperanza.

-Si, yo también lo he visto y oido. ¿Qué esta pasando Indrajit?...yo...debo volver a saber que está pasando en la bodega ¿Me acompañais?-la impaciencia por saber si lo que sus oidos escucharon es cierto le hace no dejar ni responder al capitán.

El paladín observa sorprendido el tenue resplandor que se avalanza contra ellos y casi cubre su cara ante el inminente impacto, cuando éste les esquiva y pasa de largo. Acto seguido se oyen los relinchos de los caballos y una chispa de esperanza ilumina el corazón de Arnold.

Asiente con la cabeza a las palabras de la mediana y da media vuelta, retomando de nuevo el camino de la bodega y esperando a ver si Indrajit sabe de qué se trata ese mágico halo de luz.

Khelben decide ir tras los pasos de sus compañeros Arnold y Fibbin a las bodegas y comprobar que ha pasado...

Mientras guiaba a los apenados guerreros hacia el lugar donde se encontraban Eddi y Wendel, algo sucedió, algo que no lograba entender... ¿pero que demonios?... Un tenue manto brillante se abalanzaba sobre nosotros rápidamente. Mi primera reacción fue agacharme ante aquel acontecimiento. Cuando paso de largo, esquivándonos hábilmente, rápidamente me gire para ver qué dirección tomaba y vi como se dirigía a las bodegas. Y en apenas unos instantes, todos escuchamos el relinchar de los animales.

Todos preguntaban a Indrajit que había sucedido, y negaba con la cabeza ante sus preguntas, ya que no sabía que podría haber sido lo que acababa de ocurrir… No lo sé muchachos, ignoro que ha podido ser lo que acabamos de ver.

Ante la intención de khelben, Arnold y Fibbin de volver a las bodegas para ver el estado de los caballos, no pude más que acompañarles de nuevo al lugar… Vayamos a ver que es todo ese alboroto.

Cuando llegasteis a la bodega visteis como vuestros animales, los seis, estaban nuevamente erguidos, relinchando y cabeceando como si nada hubiera pasado. Vuestras respectivas monturas, cuando os vieron aparecer, enseguida se dirigieron hacia vosotros, visiblemente contentos.

Cuando llegaron a vuestra altura, los tres al unisonó y como si lo hubieran estado ensayando durante horas y horas, agacharon su cuello para posar un lateral de su cabeza sobre vuestro pecho, mientras con suaves movimientos hacia arriba y hacia abajo, acariciaban vuestro pecho. 

Arnold no se explica el milagroso resucitar de los caballos, pero da igual. Está feliz y por fin se ha desatado ese nudo de la garganta que tenía desde que se había hecho a la idea de que su montura iba a morir.

Esto es algo mágico -se dice- quizás...

- ¿Creéis que esto pueda ser obra de Luthien? ¿Algún hechizo de sanación de los suyos? -pregunta desconcertado.- Quizás deberíamos ir a ver ya anuestros compañeros.

El paladín palmea suavemente la cara del caballo y se despide de él.

- Hasta luego chico... me alegro de que estés bien.

Al entrar de nuevo en la bodega Fibbin no da crédito a lo que ven sus ojos, su querido corcel hasta hace unos instantes fallecido ahora se encuentra sano y salvo junto al resto de caballos. No puede evitar soltar un grito de alegría que hace que sus compañeros suelten alguna sonrisilla. La alegría le vuelve al cuerpo y se avalanza sobre su montura dándole palmadas en el lomo.

-Pequeño has vuelto a mi lado...-le susurra mientras le acaricia-te prometo que a partir de ahora tendré más cuidado para que sufras lo menos posible...

En ese momentos vuelve al lado de sus compañeros al escuchar la pregunta de Arnold.

-Si, puede ser que Luthien tenga algo que ver en esto...-entonces recuerda lo que pasó con la herida curada a Wendel y sonríe-Si, puede que haya sido ella cuando curó a Eddi surgió una luz parecida que fue a sanar al enano...quizás esto también sea cosa de ella. Vamos a averiguarlo.

Y se giró echando una última mirada para observar el milagro de su caballo.

Al igual que sus compañeros Khelben no puede evitar acercarse a su caballo y abrazarlo.

-Estás bien, Velozielo!!! -Le dice a su caballo.

Khelben comprueba el resto de animales, todos en pie y sus ojos no dan crédito a lo que ven.

-Están todos sanos -Grita de la emoción. -Hasta los que habían fallecido -Dice acercándose al caballo de Fibbin tocándole las crines.

El guerrero escucha las palabras de Arnold y le dice...

-Si lo ha hecho Luthien creo que deberíamos ir corriendo a darle las gracias y de paso comprobar como siguen nuestros compañeros y avisarles que las monturas están, mágica o milagrosamente, en perfecto estado. -Contesta Khelben mientras ve como Fibbin asiente.

Khelben vuelve a acariciar a su caballo dándole unas palmaditas en el lomo.

-Me alegro que estés bien y que pronto podamos cabalgar juntos, amigo!!! -Le dice, de nuevo al caballo, mientras abre las puertas de la bodega y hace un gesto a Arnold y Fibbin para ir todos juntos.

Indrajit no salia de su asombro cuando volvieron a la bodega y vio incredulo como los caballos que antes yacian muertos, ahora estaban en perfecto estado... ¡¡¡ Por toda el agua del mar !!! ¡¡¡ Como es posible !!!... exclamo.

Durante unos minutos estuvo observando la enternecedora y emotiva escena que protagonizasteis con vuestros animales, llegando a humedecersele los ojos. Cuando estuvisteis preparados de nuevo para volver con vuestros compañeros por fin, Indrajit os llevo hasta ellos...

 ... en los camastros todavia tumbados sobre ellos, se encontraban Eddi y Wendel, claramente recuperados de sus respectivas heridas. Los dos mantenian una amena conversacion entre ellos ajenos a los recien llegados, sus compañeros. Fue Indrajit el que se hizo notar tosiendo bruscamente para darles a entender que acababan de llegar.

El elfo y el enano entonces, miraron en direccion a sus compañeros y los recibieron con una amplia sonrisa de oreja a oreja.

Indrajit reparo en la ausencia de Luthien... ¿Y la elfa?..., pregunto a uno de los miembros de su tripulacion. Este se afano a contestarle que habia preferido ir a descansar un rato. Indrajit asintio con la cabeza y ordeno a aquel hombre que fuese en su busca y que la condujera hasta el lugar que tenian preparado a modo de comedor. Vosotros tambien fuisteis dirigidos hacia el comedor, donde ya estaba Luthien esperandoos, y donde despues de una leve espera, se os sirvio a cada uno, un brebaje tonificante echo a base de distintas hiervas con propiedades regenerativas y curativas... Tomaoslo, os sentara bien... dijo Indrajit.

El tiempo fue pasando lentamente entre comentarios por parte de unos y de otros, entre intercambios de impresiones en cuanto a lo sucedido y sobre todo, Khelben, Arnold y Fibbin, os narraron lo sucedido con los animales.

De repente desde lo alto del palo mayor de la embarcacion se escucho... ¡¡¡ Tierra a la vistaaaaaaaaa !!!...

Wendel se anima ante la llegada de sus compañeros, pero lo hace aún más al oír las palabras que llegan desde cubierta.

- ¡Oh, tierra! Amada tierra. Mis pies descalzos te cantarán con añoranza ¡Oh, tierra! Largo tiempo te he deseado. Mis pies anhelan acariciarte ¡Oh, tierra! Dame tu firmeza, tierra, querida tierra.

La alegría y el alivio del enano son evidentes e incluso contagiosos ante la esperada noticia de hacer tierra. Entonces Wendel se comienza a explicar una amplia retahíla de argumentos por los que los enanos están hechos para vivir en la tierra.

- ...y es por todo eso que los enanos viven en cuevas, preferiblemente lejos de estas imprevisibles superficies que llamamos mares.

- Los caballos estaban muertos, algunos, y otros moribundos. Así los dejamos y así nos hicimos la idea de que iba a ser, cuando -le explica Arnold a Luthien- un resplandor, un halo de luz se cruzó con nosotros al salir de la bodega, como una exhalación. Debió desaparecer por la puerta de ésta, visto y no visto. Y entonces -Arnold mira fijamente en la profundidad de los ojos de la elfa- se oyó un coro de relinchos. Volvimos allí de nuevo y los caballos habían vuelto a la vida ¡como si nada hubiese sucedido!

Parece algo mágico, ¿no opináis, Luthien? -Y le sonríe, para preguntar- ¿no tendréis vos nada que ver en ello?

El vigía anuncia el avistamiento de tierra. De nuevo, la compañía y sus monturas sobre suelo firme, para regocijo del enano, y, por qué no, también del paladín que no se siente hombre de mar.

 Mientras Arnold te relata lo sucedido, recuerdas claramente el hechizo de sanacion que le hiciste a Eddi y luego de su cuerpo, paso a la pierna de Wendel.

Ese mismo hechizo fue el que sano y resucito a los caballos, saliendo de la pierna de Wendel y dirigiendose hacia las bodegas, donde se encontraban los animales moribundos.

Khelben contempla la magnífica explicación del paladín a Lúthien asintiendo con la cabeza cuando le observaban mientras Arnold iba explicando lo sucedido.

-Sin duda jamás había visto nada semejante -Añade el guerrero cuando Arnold termina de explicarles lo ocurrido en las bodegas.

El guerrero se dirige a examinar a Wendel y Eddi para ver como se encontraban. Parece ser que las manos de la elfa son milagrosas.

Mientras contempla a sus compañeros, hace unas horas heridos, el guerrero espera las respuestas por parte de Lúthien que le ha formulado Arnold.

-Me alegro que estéis mejor, muchachos -Les dice a Wendel y Eddi.

-¿Habrá tenido algo que ver la magia de Lúthien en lo de los caballos? -Se pregunta.

Khelben también oye la voz de un marinero en cubierta gritando el avistamiento de tierra. El guerrero se siente, al igual que el enano, más a gusto en tierra firme y no estando a merced de las olas y los seres que habitan las aguas.

-Indrajit, ¿cuánto falta para alcanzar tierra? -Le pregunta al patrón del barco.

Indrajit contesta a Khelben con una sonrisa en la boca... Poco amigo mio, ya queda poco.

En vuestros rostros se dibuja  la impacienvia por volver a pisar tierra firme.

Cuando el barco atraco en Rainteria, Indrajit os indica que ha llegado el momento de desembarcar y mientras se despide de vosotros, vuestras monturas son trasladadas a tierra. Indrajit se despidió de vosotros desde la cubierta del barco mientras volvia a zarpar con un nuevo rumbo…

El primer día de viaje llega a su fin y desde que emprendisteis el camino desde Kajin, un cumulo de acontecimientos se han hecho eco a lo largo de vuestro camino, entre ellos, el hallazgo de una brújula que indica en todo momento la ubicación de las cenizas, a manos de Kororn, un viejo y humilde vagabundo al que salvasteis de recibir una buena paliza a manos de unos nobles.

 De sobresalto en sobresalto, anduvisteis hasta llegar a Mir, donde llegasteis con un compañero herido y enfermo.

Ese fue el momento en el que por primera vez os separasteis como grupo en si. Unos cuidando al enfermo Eddi, mientras los demás, buscaban su cura o iban en busca de su enlace para notificarle su demora y lo acontecido hasta el momento.

No tardasteis mucho en dirigiros hacia el puerto, después de la pronta recuperación del arquero, gracias a un caldo que le fue preparado en la posada donde os alojasteis durante unas horas.

Una vez en alta mar, mientras Indrajit, despreocupado, os contaba mil batallas, mientras hacia hincapié en una de ellas, nombrando un temido pirata al que le acababan de dar muerte, un pulpo gigantesco arremetió contra el casco del barco enérgicamente. Indrajit, requirió de vuestra ayuda y no dudasteis un segundo en otorgársela, así que, sin miedo a lo que os pudierais encontrar en cubierta, salisteis rápidamente y dispuestos a presentar batalla a lo que fuera que había golpeado el casco.

Cuatro tentáculos aprisionaban enérgicamente el barco mientras este era zarandeado esporádicamente por los tentáculos. Cuando por fin acabasteis con ellos y parecía que todo había terminado, hizo acto de presencia el dueño de aquellos tentáculos, donde volvisteis a librar una ardua batalla contra aquel monstruo marino, el cual os costo reducir, pero con el que acabasteis mucho antes de lo esperado para vuestra sorpresa.

La calma había llegado al barco, pero no había llegado sola, si no que había llegado con malas, muy malas noticias. Vuestros animales habían corrido peor suerte entre los zarandeos a los que fue sometido el barco y tres de ellos perdieron la vida, por culpa de varios golpes propinados en sus cabezas, mientras los otros tres habían sufrido multiples fracturas en sus patas y costillas.

Eddi y Wendel que resultaron heridos en la trifulca, fueron trasladados a la improvisada enfermería del barco, donde para asombro de los allí presentes, Luthien bajo un hechizo de sanación, fue capaz de, aparte de restablecer la  salud de ambos compañeros, hizo que sus heridas se cerrasen completamente sin dejar señal alguna de ellas.

Por otro lado, Arnold, Khelben y Fibbin, se dirigieron al almacén donde yacían parte de sus monturas mientras que los otros caballos se debatían entre la vida y la muerte. Pero misteriosamente,  mientras estos se dirigían a ver el estado de sus compañeros heridos, en el pasillo por donde andaban, un pequeño resplandor, se dirigió flotando hacia ellos, pasando de largo y parando en la bodega donde se encontraban los animales muertos y mal heridos para poco después de esa visión, escuchar de nuevo el enérgico relinchar de los caballos, que revivieron y se curaron de sus heridas misteriosamente.

Por fin, al grito de Tierra a la vista, vuestro viaje en barco llego a su fin, desembarcando poco después en tierra firme, dejando atrás el pequeño camino recorrido hasta el momento.

Habiais llegado a Rainteria.