Partida Rol por web

Tras unos interminables segundos, algo parece crujir frente a los portadores. Extraños ruidos de un mecanismo invisible empieza a hacerse notar mientras las estatuillas de los portadores van girando sobre si mismas en el mismo lugar que fueron colocadas.

Un fuerte chasquido da paso a la lenta y costosa apertura de la puerta. Esta se abre de par en par dejando salir una fuerte bocanada de aire y de donde emana un olor algo peculiar.

Tras la puerta aparece un amplio pasillo ( de unos 20 metros de largo ) con unas crepitantes antorchas encendidas a ambos lados del mismo para acabar en una gran puerta de madera.

- ¡No nos han elegido para quedarnos mirando! -exclama Wendel en cuanto la puerta se abre y un lúgubre pasillo se presenta ante ellos.

El enano inicia la marcha atravesando aquel oscuro y angosto corredor y mira con curiosidad las antorchas.

¿Se habrán encendido cuando entramos o tendrán algún tipo de hechizo de fuego perpetuo? Olvida aquel dilema en cuanto vislumbra la puerta del final del pasillo. Una robusta puerta de madera.

- Espero que no sea otro maldito rompecabezas -piensa en voz alta palpando la madera de la puerta.

El paladín recorre el túnel, caminando detrás del enano, con los cinco sentidos alerta. El olor es extraño, y trata de identificarlo. En unos pocos instantes llegan frente a la puerta de madera.

- Probad a empujar con fuerza, Wendel. -le sugiere con algo de petulancia- Quizás sea ésa la solución a vuestro... "rompecabezas".

Wendel mira de reojo a Arnold y gruñe como solía hacer habitualmente. Acto seguido se agacha ligeramente junto a la puerta y la empuja intentando moverla con cuidado al principio, cada vez más fuerte hasta que la puerta ceda o lo deje por imposible.

-Todo esto es asombroso -Piensa el guerrero siguiendo los pasos del Wendel y Arnold.

-Andemos con precaución, compañeros... aunque seamos "los elegidos" dudo mucho que los que construyeron esto no hayan dispuesto alguna artimaña para asegurarse que sólo los verdaderos elegidos depositen las cenizas en su lugar... -Dice Khelben buscando posibles trampas observando atentamente todo.

-Este olor... a qué me recuerda? -Se pregunta Khelben continuando detrás de sus compañeros menos precavidos.

Los acontecimientos se suceden como si de un sueño se tratara y observa con gesto absorto, como la puerta les cede el paso por un tunel iluminado con antorchas.

- Sin duda quien construyera todo esto, debió ser un poderoso o habil mago!!!- comentó sin poder esconder su asombro.

Luthien caminó junto al resto de sus compañeros y no pudo evitar una sonrisa al oir la broma que lanzó Arnold al enano, quien sin dudar se dispuso a empujar la puerta de madera.

-Tened cuidado Wendel- comentó mientras notaba como se tensaba su cuerpo.

Fibbin observa sorprendida lo que ocurre cuando la puerta se empieza a abrir. Pero...¿cómo es posible?...Siempre le había gustado salir a vivir aventuras pero en aquel momento siente cierto reparo ante lo que está pasando. Viendo que todos sus compañero entran en el tunel, la joven mediana les sigue aunque algo reticente.

-Habrá que estar alerta, todo esto es...demasiada coincidencia.-comenta a los demás mientras se gira para ver si la puerta por la que entraron sigue abierta. Lo que menos le apetece es quedarse allí encerrada.

Khelben busca algún indicio que indique la existencia de algún tipo de mecanismo oculto que pueda esconder una trampa mortal pero no encuentra nada, pero tal echo no hace bajar la guardia de este.

Mientras el guerrero busca trampas, Luthien tiene un mal presentimiento y asi se lo hace saber al enano que esta empujando la puerta con todas sus fuerzas. Wendel  nota un chasquido en la puerta mientras la va abriendo poco a poco, entonces se da cuenta… ¡¡¡ Acaba de activar una trampa!!!.

Notais como algo cruje bajo vuestros pies y rápidamente las pareces empiezan a temblar y moverse acercándose la una  a la otra hacia el centro del pasillo. Wendel hace acopio de todas sus fuerzas y con la ayuda de Arnold y Khelben ( que son los que mas rápido llegan a la puerta ) consiguen abrir la puerta lo suficiente como para poder pasar a la habitación que hay tras ella. Los tres hombres aguardan a Luthien y Fibbin sujetando la puerta fuertemente para que no se cierre y les de tiempo a traspasarla. El movimiento de las paredes hacia el centro del pasillo fue rápido, pero mas aun fueron los portadores que sin perder ni un segundo y con gran destreza consiguieron salvar la trampa y traspasar la puerta que acababa de ser abierta.

Cuando recuperaron el aliento y se sobrepusieron del susto se dieron cuenta donde se encontraban.

Una amplísima cueva se mostraba ante ellos. De forma circular sin salidas o entradas aparentes y con varios pisos de altura. Todo estaba bastante oscuro y apenas había buena visibilidad. Pero había algo peculiar en el lugar. Un az de luz de unos 20 o 30 cm de anchura entraba por algún lugar del techo de la cueva apuntando al centro de la misma, donde a simple vista no se veía nada.

- Deberíais controlar vuestra propia fuerza, Wendel. Creo que habéis empujado la puerta con demasiado ímpetu y por poco derrumbáis las paredes a nuestro alrededor. -le comenta en tono de broma, cuando recupera el aliento tras los momentos críticos vividos.

Después se centra en lo que ve delante suyo, que es poco. Intuye una caverna circular y observa el haz de luz que apunta al centro mismo de la sala.

Se agacha y, tras revolver unos momentos en su mochila, saca de entre sus enseres una antorcha, yesca y pedernal. En unos instantes, se hace algo de luz alrededor del paladín.

-Con cuidado. -dice, mientras comienza a andar en esa dirección.

Wendel observa el lugar poniendo la boca en forma de "O", sorprendido por la grandeza que desprende aquel lugar. Instintivamente se acerca a la luz que emite la antorcha de Arnold.

- ¿Controlar mi fuerza? Soy hijo de los que tallan la piedra. Podría mover la montaña entera.

Avanza junto al paladín observando cada rincón, sintiéndose vigilado.

-O podríais derrumbarla sobre nuestras cabezas!!! -Le comentó el guerrero en tono bromista siguiendo a la zaga a sus dos compañeros que, tras encender una antorcha Arnold, se les veía mejor.

A Khelben no le gustaban los lugares cerrados, se había criado en plena naturaleza, rodeado de bosques. Estar bajo una montaña le incomodaba...

-Este sitio me incomoda -Susurró a sus compañeros.

-Todo indica que debemos acudir al centro de esta "sala" -Continuó susurrando intentando percibir algún sonido a alguna inscripción bajo sus pies.

Todavia con el miedo en el cuerpo Luthien siguio cautelosamente a sus compañeros sin mediar palabra. Esbozaba fugazmente una leve sonrisa ante los jocosos comentarios de sus compañeros aunque la verdad es que el lugar no era el mas idoneo para ello ya que no le inspiraba ni un apice de tranquilidad.

Seamos cautos compañeros... dice en un hilo de voz intentando poner a todos sus compañeros en guardia.

No, no, no...piensa Fibbin mientras corre al sentir el temblor bajo sus pies y ver que las paradas se ciernen sobre ellos. La joven intenta ir lo más rápido posible pero sus cortas piernas y la lejanía de la puerta hace que llegue al límite. Suspira tranquila cuando pasa a la nueva sala pero al percatarse de que no había salida comienza a agobiarse.

-Pertenezco a la naturaleza y estar encerrada me agobia. Será mejor que consigamos encontrar la salida cuanto antes.-comenta intentando relajarse.