Partida Rol por web

Primero fue la alocada Penny, después su protector primo Henry, y a continuación se lanzó Pat para vigilarles. PJ usó sus poderes para traerlos de vuelta, pero para cuando se quiso dar cuenta, estaba cayendo también por el interior del túnel sin comprender qué es lo que había salido mal. La última en lanzarse fue Tamara que no quiso permitir que el resto viajaran allá solos.

PJ intentó una y otra vez recurrir a su poder para regresar arriba pero estaba fallando. No sabía si era cosa de sus poderes o que se estaría adentrando en un nuevo mundo, pero fuera lo que fuese, no funcionaba.

El túnel por el que se lanzaron era un pozo que aparentemente no tenía fondo, caían, y caían, y así estuvieron durante varios minutos. En algunos momentos pensaban que iban a morir, y en otras ocasiones se les pasó todo lo que habían vivido. La caída iba a ser terrible y brutal, y tras una espera agonizante, terminaron llegando al suelo sin sufrir ningún tipo de dolor.

La sala a la que llegaron estaba iluminada por una brillante luz que salía del túnel por donde habían caído. Se encontraban en una salita octogonal, toda cubierta de espejos por lo que daba la sensación de que fuera inmensa. Allí había tres puertas y en el centro había una mesita con lo que cláramente era una poción, en su etiqueta ponía "bébeme".

Henry notó como era chupado por ese gran agujero, pero poco supo de los que iban tras él. Sólo tenía ojos para su prima pequeña, que caía por delante, y él no conseguía alcanzarla. Y, aunque increible que pareciera, a él no le preocupaba caer. Temía no poder salvar a Penny, esa joven rebelde que no dejaba que nadie se acercase.

Pero algo en Henry le decía que no tenía por qué temer la caída si había aparecido en la casa de sus hermanas. Al lanzar el conjuro, algo bueno había pasado. ¿Esto iba a ser malo? Lo dudaba. Pero, por muy mágico y por muy bueno que fuera, el corazón se le iba estrujando poco a poco, esperando ver en algún momento el suelo, pero no llegaba. Se estaba estresando más y más, y estuvo a punto de gritar hasta que...

Llegó al suelo con tanta suavidad que parecía que no hubiese dejado de pisarlo nunca. Alzó la mano para tocar el hombro de Penny, pero se contuvo a tiempo. A su lado, cayeron P.J. Pat y Tamara.

Bueno, ya que estamos aquí... dijo, intentando tranquilizar a todas las allí presentes. Investiguemos, ¿no? Poco se fijó en las dimensiones de la sala ni en los espejos. No dudó ni un segundo en acercarse hasta la botellita.

¿No aparecía en el cuento también? Estaba la botellita y la galleta... Creo que ésta hace disminuir el tamaño.

La bajada resultó tan frenética como emocionante. Si tenía que haber sentido miedo, preocupación o inseguridad en algún momento, definitivamente había dejado atrás cualquier resquicio de coherencia y sentido común que le pudiera quedar. Nada más tocar el suelo su elevó la cabeza intentando ver algo en ese casi-infinito tunel por el que había arrastrado a toda su familia.

Necesitó su tiempo para darse cuenta de donde estaban. Comenzó con la extrema luz, una vez que su respiración empezó a calmarse. Después vinieron los espejos. Se permitió dar una vuelta de 360 grados para averiguar todas las perspectivas de su alrededor, que aprovechó para monitorizar quiénes eran los que habían decidido tirarse por el 'precipicio'. Le sorprendió el número, aunque no las personas. Quizá hubiera cambiado a Tam por Chris.

Las palabras de Henry le ayudaron a volver a la realidad, mientras su corazón se ralentizaba hasta un ritmo casi normal. No podía olvidar la emoción y la libertad de ese corto momento. Necesitaba repetirlo. ¿Le ayudaría ese pequeño frasco?

- Sí, aparecían en el cuento. - contestó, sin tener muy claro la veracidad de sus palabras. Le daba igual, solo quería evitar una reprimenta de su hermana. No estaba de humor para tonterías, y ese cuarto era demasiado pequeño para albergarlas a las dos. - ¿Crees que habrá para todos?

-No debí hacerlo, tenía que haberlo pensado una vez mas, seguro que entonces no lo hubiese hecho- esos eran los pensamientos de la mediana de las hijas de Phoebe mientras caía, y caía. Tan larga fué la espera del choque contra el suelo que otros se inmiscuyeron en ese arrepentimiento -Un poco mas, casi puedo cogerle del pantalón- y es que, a pesar de todo, el ver a su hermana y su primo delante hacían que su preocupación fuese por ellos, por alcanzarlos y no perderlos de vista.

Tan aterrada estaba con la idea de perder a alguien mas, que ni se le pasó por la cabeza hacer uso del poder que había copiado a Kat para detener esa caída interminable. Pero al final nada importó, estaba cayendo en un vacío sin fin y al instante siguiente se encontraba de pie en una sala muy iluminada. Tuvo que cerrar los párpados rápidamente debido al cambio de luminosidad, y a pesar de eso se encontró deslumbrada por unos momentos.

-¿Pero qué?

Logró preguntar, aunque a nadie en particular, cuando pudo al fin abrir los ojos. Se hallaban en una estancia redondeada que le devolvía el reflejo de cinco personas, entonces de dió cuenta que tanto P.J. como Tam los habían seguido y se alegró por ello. Una mirada mas en profundidad a su alrededor le dijo que no podían salir por donde habían llegado, el agujero en el techo no tenía visos de ser muy escalable, por lo que solo les quedaban las tres puertas de la sala -A saber dónde nos llevan-. La voz de su primo hizo que volviese su atención hacia él y sus ojos se agrandaron cuando cogió la botella.

-Primero lo primero. -dijo cortando la posible acción de los dos mas jóvenes de beber de la botella -¿Todos estamos bien? Mejor vemos esas puertas mas de cerca antes de beber nada -y empezó a moverse hacia una de ellas -¿P.J. puedes teletransportarnos?

Preguntó al fin cuando llegaba a la pared y examinaba la hoja como si de un ser vivo se tratase, no estaba segura de querer tocar nada pero algo tenían que hacer para salir de allí. -O puede que tengamos que resolver algo antes de marcharnos- ese pensamiento se coló por algún resquicio de su coraza mental y comenzó a hurgar en su cerebro.

La caída se le hizo a un mismo tiempo eterna pero también inusualmente suave. Y cuando por fin llegaron a lo que parecía el interior de una habitación, los objetos a su alrededor no pudieron por menos que provocarle una sonrisa y una respuesta a unos pensamientos no pronunciados.- Parece que de momento son maravillas...

Aquella escena era idéntica al cuento. Y lo sabía porque lo había leído millones de veces al igual que se lo había contado a sus niños millones de veces.- Sí. Estaba en el cuento.- responde, casi al mismo tiempo que Penny, dedicándole una mirada que transmitía al mismo tiempo reproche y admiración. Por culpa de su locura o quizás gracias a ella habían acabado cayendo todos por ese túnel entre dimensiones. En realidad, no todos. En ese mismo instante repara en la ausencia de Chris y Mel. Aquello le entristece pero al mismo tiempo le alivia pensar que hay alguien que sigue fuera, alguien quizás con la suficiente habilidad como para poder traerlos de vuelta. No pierdas la esperanza, Tam. se dice a sí misma, a sabiendas de que perderla era algo incuestionable para ella. 

- Pat tiene razón. Deberíamos tratar de averiguar primero algo más sobre este lugar. Nadie nos asegura que todo funcione igual que en el cuento. Además, el tarro en el cuento tenía una etiqueta que ponía bébeme. ¿Pone algo en este?- le preguntó a su hermano, para después dirigirse hacia una de las puertas y mirar por la cerradura para tratar de ver algo. 

PJ trató de teletransportarse a la parte superior del túnel y se dio cuenta de que era imposible. Luego trató de transportar algún objeto y nada... por último trató de moverse a través de la estancia en la que se encontraban y... ¡tampoco nada!

Me parece que no, Pat, no puedo usar mis poderes... ¡Algo me ha pasado al caer por el agujero! Algo no anda bien en mí. ¿Vosotros podéis usar vuestros poderes? Preguntó la chica nerviosa.

Los agudos ojos de Pat divisaron una fina capa de polvo rodeando dos de las puertas por lo que se dirgió hacia la tercera, en su camino se agachó y recogió algo del suelo. Cuando se levantó os mostró lo que había en su mano, unos pocos pelos blancos.

-El conejo blanco ha pasado  por aquí. -comentó la obviedad.

Al llegar a la puerta bajó los brazos y los hombros cayeron en gesto de derrota -¡Mierda! ¿ahora voy a echar de menos ser una pequeña bola de esponjoso pelo?- le parecía de muy mal gusto que recién acabada de recuperar su forma humana tuviese que volver a cambiar. -Si es que queremos salir de aquí- añadió a su pensamiento pues P.J. les acababa de informar que no podía hacer uso de sus poderes, ni para devolverlos a casa de Kat, ni para nada.

-Como podéis ver la puerta es demasiado pequeña, ni siquiera arrastrándonos podríamos salir -dijo mirando a todos mientras jugueteaba con el mechón de pelos entre sus dedos.

Podía intentar volver a convertirse en conejo, pero sabía que habían sido un cúmulo de casualidades y que eran prácticamente imposibles de recrear. Deberían beber de la botellita -Espero que halla para todos-, no quería separarse. Con un suspiro lanzó los pelos al aire y agitó sus manos para paralizarlos.

Penny no prestaba mucho atención a lo que hacían sus primos y hermanas. No podía dejar de mirar a su alrededor, perder su mirada entre todas esas perspectivas que le vertían los espejos. Después de comprobar que no había salida visible, obligó a su mente a volver a meterse en la conversación.

- Pero allí no hay para todos...

Señalaba a la botella. Por alguna razón, tenía ganas de ser la persona que se la bebiera. De nuevo su atención se vio interrumpida por una nueva cuestión. Los poderes.

Por un momento no supo qué hacer. Era imposible que supiera si los seguía teniendo o no, ni aunque lo buscara. No había conseguido tener control ninguno sobre sus premoniciones. No eran más que unas hijas de puta que aparecían en los momentos más inoportunos. Aun así, decidió probar. Quizá podría matar su gusanillo en el proceso.

Fue acercándose con calma hasta la atrayente botella. Con la mano algo temblorosa, y sin tener claro de estar haciendo lo correcto, la rodeó los dedos, con suavidad, y manteniendo los ojos cerrados.

Tam, que seguía agachada junto a una de las puertas, se volvió cuando su prima declaró lo evidente: que con su tamaño les iba a ser prácticamente imposible pasar por una de aquellas puertas. Mientras se incorpora, sin dejar de mirar a su alrededor, de beber de cada detalle de la estancia, su prima PJ les recuerda otro de sus principales problemas. 

- ¿No funciona? A lo mejor el teletransporte no funciona entre mundos.- pues si algo tenía claro la joven era que no se encontraban en el mismo mundo en el que estaban antes de caer. La pregunta era, ¿en qué mundo se encontraban? ¿qué clase de obstáculos les estaban esperando?

Haciendo acopio de toda su energía, Tam se concentró en la puerta a través de cuya cerradura había intentado mirar minutos antes. Sin embargo, algo la distrajo en el proceso. Aquel algo era la menor de sus primas sosteniendo la botella destapada ante sí. Su primer impulso fue detenerla. Incluso alargó la mano hacia ella pero se detuvo en el último momento. Alguien iba a tener que beber del contenido y si tenían una voluntaria, no tenía sentido desperdiciarla. 

- Sólo una gotita Penny. No sabemos qué puede pasar. - le advirtió, cumpliendo con su función de prima mayor. 

Sin quitar parte de su atención de los movimientos de Penny, Tam volvió a concentrar su poder y dirigiendo las manos hacia la puerta intentó hacerla estallar en pedazos. 

El túnel por el que se lanzaron era un pozo que aparentemente no tenía fondo, caían, y caían, y así estuvieron durante varios minutos. En algunos momentos pensaban que iban a morir, y en otras ocasiones se les pasó todo lo que habían vivido. La caída iba a ser terrible y brutal, y tras una espera agonizante, terminaron llegando al suelo sin sufrir ningún tipo de dolor.

La sala a la que llegaron estaba iluminada por una brillante luz que salía del túnel por donde habían caído. Se encontraban en una salita octogonal, toda cubierta de espejos por lo que daba la sensación de que fuera inmensa. Allí había tres puertas y en el centro había una mesita con lo que cláramente era una poción, en su etiqueta ponía "bébeme".

Por suerte, sus familiares no habían ido todavía demasiado lejos, y aún se encontraban en aquella sala.

Una breve imagen de tu infancia te llega al tocar la botella:

Me agacho para observar las tres puertas detenidamente.

- Alguna se ha tenido que abrir recientemente. - pienso.

Mientras las analizo intento mirar através del ojo de la cerradura* a ver si consigo ver que hay al otro lado de la misma.

                Chris intentó tomar las manos de su hermana y su prima cuando caían en ese pozo que aparentemente no tenía fondo. Se maldijo por pensar que las había llevado a la muerte, cuando tendría que protegerlas. “Soy el mayor, soy como Wyatt… tengo que…” Pero entonces llegaron al suelo y sin daño alguno.

                Miró el cuarto que era octogonal y lleno de espejos que le hacían aparentar ser mucho mayor de lo que realmente era. Sus familiares por fortuna aun estaban allí, y también había una botellita que decía “bébeme” y tres puertas.

                -Hola, al final hemos bajado –les dijo con cara de asombro. Le costaba creer en esta cosa y eso que sabía que existía la magia y todo eso. “¿Pero estar en una especie de Alicia en las Maravillas paralelo? Eso sí que no me lo esperaba…”

Los pelos blancos que había lanzado al aire cayeron al suelo sin que nada sucediese, Pat se encogió de hombros, al fin y al cabo ella no tenía magía a no ser que la copiara de alguien con lo que la mayoría del tiempo lo pasaba sin acceso a ningún poder.

-Parece que no funciona, aunque no he probado a paralizar nada desde que me transformé en conejo.

Admitió con algo de sonrojo en sus mejillas, si era por vergüenza debido a su descuido o por recordar los momentos de ser un animalito pequeño e indefenso no quedó claro. No lo había pensado cuando se lanzó por el agujero, había supuesto que todavía mantendría el poder de su prima -Si lo hubiese pensado...- deshechó ese pensamiento, en realidad se hubiese tirado igual.

Vió a su hermana pequeña coger la botella y cerrar los ojos, no sabía si pensaba beberla o sentirla pero, como en realidad parecía que no tenían otra opción mas que tomarla, no dijo nada. Y entonces P.J. se acercó como un vendaval, inspeccionando las puertas como si nadie lo hubiese hecho ya. Pat puso los ojos en blanco y le dejó espacio acercándose hasta su hermana pequeña, había momentos en los que entendía a Penny perfectamente, pero al fin y al cabo la familia era la familia y debían estar unidos, y en su caso mucho mas que eso.

Esperó la reacción de su hermana y por si sus primos mantenían el poder, les preguntaría cuál pensaban que sería mejor copiar, ella se sentiría mas cómoda con el de Tam pues ya lo había controlado en varias ocasiones, pero echaba de menos la seguridad que le ofrecía el conocimiento y la práctica del de Kat.