Partida Rol por web

Los Caprichos de las Nornas

Capítulo 3: Esclavitud

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11/07/2016, 15:22
Harald Erikssen

Sin duda los dioses son seres caprichosos y crueles. Justo ahora que vislumbrábamos algo de luz en nuestro tránsito por la oscuridad de la esclavitud, nos golpean con este giro inesperado.

Tan sorprendido me quedé y aún bajo los efectos del tenebroso sueño que me había asaltado por la noche, que no conseguí pronunciar palabra, quedándome pendiente de la reacción de Aitet.

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11/07/2016, 19:08
Aitet Eisinga

¿Eso es todo? ¿Tan dóciles sois? Dice Aitet con una sonrisa de oreja a oreja. Esperaba un poco más de vosotros. Quizás venderos en algún lugar lejano como luchadores-esclavos, pero supongo que lo vuestro sería remover estiércol. Jajajaja. Aitet mira a Haakon para contestarle. No os voy a vender a todos y el invierno será largo. Ya los iréis haciendo dado que los barcos no se van a mover. Mira a vuestro alrededor, uno a uno y se detiene ante Uthred. ¿Y tú? ¿Nada que decir?
 

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11/07/2016, 20:33
Uthred Svensson

   Miré a mis hermanos. No era el momento aunque sería tan buen momento como otro cualquiera. La duda se instaló en mi corazón. Apreté los puños y decidí que había que actuar como él mismo estaba diciendo. Dóciles como corderitos. Lobos con pieles de cordero.

   - ¿A ti? - No pude evitar desafiarlo. Mirarle directamente a los ojos. Incluso sentí ganas de escupirle a la cara pero me contuve, no iba a dar al traste con los planes. - Te aconsejaría que si nos vendes... lo hagas después del invierno. Somos un saco de huesos y yo estoy herido, mira. - Despacio me descubrí la herida que, aunque había dejado de doler, no estaría del todo curada a pesar de todo el tiempo que había pasado. - ¿Quieres ganar dinero con nosotros? ¿Un buen dinero? Danos un poco más de comer, y cuando pase el invierno podrás vender a quienes hayan sobrevivido. Serán más fuertes que ahora y ganarás más dinero que el que ganarías ahora. - Estaba intentando negociar. ¿Mis habilidades como comerciante servirían de algo? - Aitet... he viajado al sur, más al sur de lo que tú habrás viajado nunca. He visto lugares como Miklagarðr donde el sol brilla y quema como una antorcha y las mujeres son ardientes como la arena que pisan sus sandalias. En esos lugares los guerreros del norte son muy cotizados, pero solo se venden aquellos hombres que demuestran fortaleza y fuerza. - Hice una pausa para dejar el caramelo en la boca de Aitet. - Corren las historias sobre nosotros, un solo hombre del norte es capaz de matar a más de 2 guerreros a la vez, somos más grandes y fuertes que las gentes Miklagarðr y eso debe ser mostrado a simple vista. Hablan de nosotros como si fueramos gigantes nacidos para luchar. Si llevas a cuatro hombres escuálidos y cuyos huesos se trasparentan tras su piel, apenas conseguirás un par de monedas y las risas del resto de comerciantes. Alimentanos, deja que terminemos el trabajo y cuando pase el invierno podrás vendernos a mejor precio. Ya he dicho, el invierno será una prueba para que solo los fuertes sobrevivan. Pero si vas a vendernos, y si quieres hacerte rico, deberás demostrar visiblemente que somos fuertes y no unos enclenques. Claro está... que si lo que quieres es malvendernos por una miseria... la decisión es tuya, Aitet el "Comerciante de esclavos".

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Carisma más negociación

Tirada: 2d10

Resultado: 1, 10 (Suma: 11)

Notas de juego

Tirada de Negociación. Atributo elegido "Carisma" (creo que es más adecuado que "Comunicación").
     - Negociación: 5 (Al resultado de la suma de los dados mejores que debería coger se le sumará 5)

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13/07/2016, 00:50
Haakon Rasmussen

No supe que responder. Había pensado que Aitet estaría satisfecho con unos "esclavos" sumisos por el momento, pero sus consiguientes insultos fueron algo difícil de digerir. Si nos encontrasemos en nuestras tierras, bajo nuestras leyes, seguramente sería juzgado en combate singular contra el agraviado; es decir, todos nosotros.

Apreté los puños en un silencioso intento de controlar la ira. Uther, sin embargo, continuó con la conversacion a su manera. Al menos él aún no había perdido el aplomo para encarar a Aitet ni siquiera en la situación en la que nos encontrábamos. Pensé para mis adentros, que si durante nuestra fuga o en el futuro alguien debía darle el golpe de gracia a Aitet como venganza, ese debía ser Uther. Tal vez no tuviera más motivos que los demás, y nadie tenía pocos motivos para ello, pero sí se había ganado ese derecho.

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13/07/2016, 08:31
Harald Erikssen

Desde luego, si lo que queríamos simular era docilidad, lo estabamos consiguiendo, aunque sea a costa de nuestro orgullo - tu búrlate, que si los  dioses lo quieren hemos de abrirte una sonrisa roja en tu cuello de cerdo - pero lo primero era el plan.

Uthred me sorprendió una vez más. Sabía de la locuacidad del muchacho, pero este alarde casi hizo que diera un respingo de asombro. No quise interrumpir, pues sabia que mis palabras serían torpes y bruscas comparadas con las suyas, de manera que me limité a asentir levemente y mirar en dirección al esclavista. 

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13/07/2016, 18:40
Erik Kodranssen

-Sabes, yo soy herrero. Mi precio deberia ser alto, incluso famélico. Estas desaprovechando mi capacidad, mi valor, poniendome a trabajar en los barcos. ¿Te has planteado que mi trabajo podria darte el oro que necesitas para mantenernos contigo? Necesitas trabajadores, pero no quieres mantenerlos, deja que yo nos mantenga.

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13/07/2016, 18:53
Aitet Eisinga

Ignorando a Erik, Aitet se acerca a Uthred que le mira desafiante. Al menos durante unos segundos. Un chico listo, ¿eh? Sus palabras son escupidas, como si contuviesen veneno y él fuese una víbora. Razón no te falta, aunque no creo que unos mierdas como vosotros merezcan el viaje hasta Miklagarðr. Os venderé en Frankia cuando pase el invierno, donde un chico guapo como tú será bien cotizado para ser vendido a algún mercader vicioso. Jajaja.  Sus palabras duelen como puñales, pero Uthred mantiene su mirada con más insistencia, mostrándose como una roca. Pero tienes cojones y eso me gusta. Se gira a uno de los guardias y justo antes de salir por la puerta dice suficientemente alto para que todos lo oigáis. Esta noche quiero que les pongan estofado para cenar, caliente y abundante, con pan y cerveza aguada.

¿Una pequeña victoria?

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13/07/2016, 23:31
Uthred Svensson

   Aquellos segundos hasta que Aitet habló se hicieron eternos. Vi el filo de un cuchillo brillar en sus ojos y pensé que empezaría a reirse y en ese momento me echaría a sus hombres para que me convirtieran en comida para perros. No supe muy bien qué me hizo hablar, pero las palabras salieron solas de mi boca, pasando por mi cabeza y aderezadas por mi experiencia. Y me sorprendí cuando Aitet pareció corresponder mi negociación. Casi no me lo creía. Quizá no hubiera surtido todo el efecto del mundo pero al menos había dado a Aitet motivos más que suficientes para pensar en nuestro futuro. Y había ganado tiempo. 

   Sin ceder en mi posición, seguí aguantando la mirada de Aitet y, erguido, no me moví de mi sitio hasta que el esclavista y sus guardias no se retiraron. No somos perros y no dejaré que ninguna situación, por precaria que sea para mi y mis compañeros nos haga perder el orgullo que nos caracteriza. Cuando Aitet desapareció casi me echo a llorar. ¡Estofado! Si el cerdo ladino hacía honor a su palabra hoy cenaríamos caliente. ¡Y con carne! Esta noche sería un banquete digno de un Rey en comparación con la mierda mohosa que nos daba de comer. Deje pasar unos segundos y cuando supuse que Aitet y sus guardias estarían lejos, al no escuchar sus pisadas y el tintineo característico de sus armas, me volví a mis compañeros sin poder ocultar una sonrisa en mi rostro.

   - Hermanos... mantened la calma. Seguiré por el camino que hoy he marcado. Que piensen que somos sumisos, no rebeldes. Así bajarán la guardia y nos alimentarán mejor para que nos hagamos más fuertes. Si les insultamos y nos rebelamos, no van a correr riesgos. En cambio si nos ven rotos, sumisos y rentables... el estofado de hoy no será el último. Tenemos que ser lobos... con piel de cordero.

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14/07/2016, 11:03
Harald Erikssen

Habíamos caminado por el filo de la hoja y habíamos salido con bien, casí no me lo podía creer. Cuando salieron los guardias, no pude contener mi emoción y le dí un fuerte abrazo a Uthred:

¡Que los dioses guarden tu lengua de oro!, hoy has salvado a más de uno consiguiendo que no nos vendan inmediatamente y ese estofado que nos permitirá ganar algo de fuerzas.

Ya recobrada la compostura, pude proseguir: Lo cierto es que el alarde de docilidad que hemos hecho unido a tu labia, puede que les haya convencido que no somos un peligro y cuando no se atisba peligro, la seguridad se relaja, que es lo que nos conviene.

Hermanos, queda poco, perseveremos y quieran los dioses que obtengamos nuestra merecida recompensa.

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14/07/2016, 22:50
Haakon Rasmussen

Los segundos que pasaron Aitet y Uther manteniendo la mirada se hicieron eternos. Sin saber cual sería la respuesta, solo podía esperar por algún tipo de castigo, una muestra más del poder que Aitet disfrutaba de ostentar contra nosotros. La respuesta me dejó congelado y totalmente confuso, como si no hubiera escuchado bien ¿comida caliente? ¿carne? ¿incluso cerveza?.

Incluso después de que Aitet abandonara la caseta y Harald hubiera comenzado a alabar a Uther por su hazaña contra todo pronóstico continuaba aturdido, como si todo aquellos últimos minutos hubieran sido un sueño o una ilusión de duermevela.

- Gracias. - fue la única palabra que consiguió salir de mi boca, Pero ¿gracias a qué?, ¿a Uther? ¿a los dioses? ¿a la buena fortuna que había brillado un instante para nosotros? probablemente a todo ello al mismo tiempo - Gracias. - Repetí con una sonrisa bobalicona que era incapaz de borrar de mi rostro.

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15/07/2016, 22:33
Erik Kodranssen

-Bien hecho, hermano. Una pequeña victoria, un soplo de aire en las velas del barco que es nuestro destino. Los dioses nos sorien, esto ha sido un signo claro de tal cosa.

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18/07/2016, 19:26
Director

Miráis a vuestro alrededor y los rostros que os miran casi parecen los mismos que salieron de vuestra ciudad hace no mucho tiempo. Un par de lunas han pasado ya desde que huísteis de una ciudad en llamas, sólo para caer presos de un mercader de esclavos. No es mucho, pero el ver los ojos brillantes de vuestros compañeros, con un mínimo atisbo de esperanza os calienta el corazón para seguir adelante.

Las heridas van cerrándose. Incluso Uthred, gravemente herido entonces, nota como su herida va dándole la lata cada vez menos. Todo es felicidad y los dioses parecen sonreiros.

¿Todo? No, desde luego. Entre las caras felices y los ojos esperanzados también se ven las señales de la muerte, la enfermedad, el cansancio. Pues pese a la felicidad que os embarga a todos, sin excepción, los hay que han entrado en el invierno que cae sobre vosotros con la salud mermada. Y empeorando. Tanto Arn, como Torsntein tosen a menudo más de lo que sería normal. Todos teméis por lo que pueda pasar con gente que, siendo fuerte como un toro de jóvenes, ya tienen una edad. El rostro de todos vosotros se ensombrece ligeramente, pese a que intentáis mantener la moral del grupo alta haciendo que se note lo menos posible.

Al poco, las cenas calientes aparecen.

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20/07/2016, 02:11
Haakon Rasmussen

Había pasado por momentos duros en mi vida, pero hasta este momento no había sido consciente de la importancia de una comida caliente. Me costó controlarme para no abalanzarme sobre la comida en el momento en que entró por la puerta. Sin embargo, no todos estaban tan entusiasmados. Con la llegada de la comida, los más enfermos o débiles eran ahora reconocibles por no ser capaces siquiera de unirse a las silenciosas celebraciones de triunfo.

Me sentí terriblemente culpable por haber pensado egoistamente en la comida olvidándome de las otras necesidades de los demás. Cuando comenzaron a repartir la ración, me encargué de llevar su parte a Arn y Torstein. Sabía que ambos eran orgullosos y se quejarían, pero en ese momento no me importaba recibir de ellos un par de improperios.

- No digáis nada y reservad fuerzas. Os necesitaremos cuando estémos en condiciones de afrontar el peligro. Demostrad a esos frisios una ferocidad que no se esperan de vosotros. -

Después de comer, uno por uno, volví a acercarme a ellos y coloqué sus manos sobre las mías antes de recitar un breve salmo destinado a ahuyentar la mala suerte y a los duendes del invierno que se divertían provocando enfermedades a niños y ancianos mientras estos dormían.

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20/07/2016, 02:40
Haakon Rasmussen
- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Curacion de enfermedades menores (1 dado de furor) - Arn

Tirada: 6d10

Resultado: 37

Tirada oculta

Motivo: Curacion de enfermedades menores (1 dado de furor) - Torstein

Tirada: 6d10

Resultado: 32

Notas de juego

Gasto 1 dados de furor por cada uno para usar el poder "Curación de enfermedades menores"

(por lo que he entendido, con nosotros solo están enfermos Arn y Torstein, pero si hay más también lo usaría sobre ellos).

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20/07/2016, 11:03
Uthred Svensson

   Podían habernos dado mierda de alce caliente que nos habría sabido igual de bien. El caldo y el estofado nos llenaban de energía y su calor reconfortaba nuestros cuerpos y nuestras almas. Pese a todo, había momentos buenos... Y debíamos atesorar y aprovechar cada uno de esos momentos. Antes de comer, me cerciore de que todo el mundo tenía su ración. Agradecí con un gesto a Haakon la preocupación por Torstein y por mi abuelo, Arn.

   - Guardad fuerzas para lo que está por venir. - Susurré. Sabía que no durarían mucho, de echo no me extrañaría nada que se lanzasen al combate de forma desesperada buscando una muerte segura para poder morir luchando. Se que lucharán con uñas y dientes, con piedras y con lo que puedan para arrebatarles la vida a nuestros enemigos y ganarse un lugar en el Valhalla.

   Entonces me acerqué a la pared que compartíamos con las mujeres. Di un par de suaves toquecitos y hablé.

   - ¿Os han traido vuestra ración? - Pregunté, también preocupado de que ellas disfrutaran de este pequeño lujo que para nosotros era todo un mundo.

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20/07/2016, 18:27
Erik Kodranssen

-Madre. ¿Que tal estais? ¿Y mi hija? ¿Y mi hermana? Sed fuertes, sed duras, los dioses nos ponen a prueba, porque nos aman y desean que saquemos todo lo que tenemos dentro. No temais, aún atado, velo por vosotras. Esta nueva familia que todos hemos formado juntos, prevalecera. Unida y fuerte.

Pronto conseguiremos lo que más anhelan nuestros corazones. ¿Verdad hermanos y hermanas?

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20/07/2016, 23:25
Harald Erikssen

Una vez pasado el momento de euforia, la cruda realidad nos golpeaba el rostro. No podíamos tardar mucho en intentar la fuga o algunos de nosotros ya no podrían hacerlo, de manera que cuando llegó la ansiada comida caliente me dispuse a saborearla y tratar de aprovecharla al máximo.

Haakon y Uthred se adelantaron en preocuparse de los demás, tanto de los anciandos como de las mujeres, al menos interesarse por ellas que era lo máximo que podíamos hacer en estos momentos y ese espíritu de unidad, de cuidar todos de todos me infundió un ánimo sereno, sabedor que realmente actuabamos como una familia.

Por otro lado, Erik siempre mantenía la llama del ánimo encendida, de manera que poco más me restaba por hacer, salvo comer, descansar y reunir todas las fuerzas posibles para el ansiado día en el que intentásemos nuestro golpe.

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21/07/2016, 18:22
Jora Helgasdatter

Nos han traído la ración. Por lo que parece poco después que a vosotros. Dice una voz al otro lado de la pared. Es una voz de mujer anciana que pronto reconocéis como de Jora. Su voz es inconfundible si puedes oirla bien, pues es la voz de una mujer fuerte. Estamos todas bien, Erik. Al menos todo lo bien que podríamos estar en nuestra situación. Trabajar en la casa nos aleja del frío y nos dan de comer caliente todos los días, incluso si son sobras. Por el momento el trato está siendo correcto, aunque temo que según vaya avanzando el invierno, los hombres de Aitet tengan menos miedo a las posibles consecuencias de ponernos una mano encima. Ya se sabe cómo son algunos hombres cuando están ociosos. ¿Todo bien por allí? A veces oímos vuestras quejas y algunas toses feas y nos preocupamos. En ese momento tanto Arn como Torstein se ruborizan algo y disimulan tapándose con las mantas andrajosas que tenéis.

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21/07/2016, 19:22
Uthred Svensson

   - Mis heridas sanan. Lentamente, pero sanan... - Me dispuse a hablar. - Todos estamos heridos. - Hablaba mientras comía. No iba a desperdiciar una cena caliente dejando que se enfriase. - Pero estamos fuertes, Jora. Y tarde o temprano encontraremos el camino al Valhalla. - No quería referirme a mi mismo, pero sí a personas como Arn o como Torstein. Esos dos no se marcharían de este mundo por unas simples toses. - Cuidamos los unos de los otros, Jora... Y pronto se cambiarán los papeles en este lugar. Si hay alguna manera de evitar que os pongan la mano encima... Decidlo. - No podía soportar aquella idea. Nuestras mujeres, madres y hermanas, siendo mancilladas sin que podamos hacer nada al respecto. Una sombre de locura homicida pasó ante mis ojos mientras daba el último trago al caldo del estofado. - Jora... ¿Sabes acaso si Aitet o sus hombres ven cercana alguna celebración? - El plan seguiría adelante y aprovecharíamos cualquier oportunidad para llevarlo a cabo.

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21/07/2016, 23:39
Harald Erikssen

Me alegró oir la voz de la madre de Erik. Aun recordaba la profunda impresión que me causó cuando la conocí y saber que estaban bien y que aunque esclavas por lo menos las alimentaban bien me alivió un poco, aunque quedó ensombrecido por la posibilidad de que Aitet y sus hombres pudiesen abusar de ellas.

La pregunta de Uthred era oportuna, pues aunque teníamos información por parte de Siggy, nunca estaba de más confirmarla por otros medios, de manera que permanecí atento a la respuesta, mientras apuraba mi comida.