Partida Rol por web

Los Caprichos de las Nornas

Capítulo 3: Esclavitud

Cargando editor
22/07/2016, 02:28
Haakon Rasmussen

Cuando terminé con Arn y Torstein me permití comer mi ración. Estaba tan concentrado que no me percaté del acierto de Uther al preguntar por su estado a los del otro lado de la caseta hasta la mitad de la conversación. Por lo poco que escuché parecían estar bien, al menos por el momento, lo que era un alivio. Que los hombres de Aitet pudieran intentar aprovecharse de las mujeres era una posibilidad despreciable y sombría, un motivo más para cumplir con nuestro plan lo antes posible.

Uther lo tenía todo bajo control. Sabía qué preguntas hacer; y si las mujeres y niños albergaban alguna preocupación, seguro que con su labia ya las habría calmado.

Cargando editor
22/07/2016, 19:18
Ragna Eriksdatter

Hmmmm. Dice la pequeña Ragna interrumpiendo la conversación de los mayores. Yo les he oído decir que en unos días iban a celebrar el solsticio de invierno por todo lo alto. La chiquilla, quizás avergonzada por meterse de por medio, calla inmediatamente. La habitación queda silenciosa con su silencio. Nadie dice nada y ningún ruído se oye a través de la pared. Todos os miráis, pensando en cuál será el siguiente paso con cierta sonrisa en la cara. La niña quizás os haya dado la oportunidad que buscábais.
 

Cargando editor
22/07/2016, 23:07
Harald Erikssen

Casi me atraganto al oir a la pequeña - ¡Ahí tenemos nuestra ocasión!

Hermanos - dije, con una voz casi temblorosa por la emoción - sin duda Haakon lo sabrá mejor que yo, pero juraría que esto es una señal de los dioses. Cuando creíamos que ibamos a ser separados y vendidos algunos, no solo logramos permanecer juntos si no que además gracias a la intervención de Uthred conseguimos una ración extra y ahora nos enteramos que la ansiada celebración que esperábamos está próxima. Creo que ese día será épico y que lograremos la ansiada libertad o bien la gloria del Walhalla, pero lo que no haremos será languidecer y vivir una vida miserable como esclavos, no creo que sea nuestro destino.

Confiemos pues en los dioses y preparémosnos lo mejor posible para el día.

Volví a alzar un poco más la voz para que me pudiesen oir en la otra habitación:

Gracias Ragna, nos ayudas mucho con esa información y sin duda tu padre puede sentirse orgulloso de tener una hija tan despierta. Si oyes alguna cosa más, cuéntanosla, por favor, pero no vayas a arriesgarte por nada. Sed fuertes, estoy seguro que ese día lograremos volver a ser orgullosos y libres hijos de Odín.

Cargando editor
24/07/2016, 10:57
Erik Kodranssen

-Hija, sigue hablando, cuentanos todo lo que has escuchado. No sientas verguenza por hablar tus tios y tias. Eres hija de vikingos y un día, dioses mediante, serás vikinga también tu. Habla sin miedo, cuentanos todo lo que has escuchado, hazme enorgullecerme a mi aqui y a tu madre en el Valhalla.

El solsticio de Invierno es la excusa perfecta, es lo que necesitamos, lo que estabamos esperando. Nuestra ira debe ser subita y brutal. Nuestro golpe preciso y sangriento. Pero debemos ser cautos, como el zorro y no temerarios cual feroces glotones. Debemos hacer lo necesario para poder huir de aqui con garantias de sobrevivir, ni más ni menos. En cuanto todos los nuestros esten embarcados, nos vamos, yo digo.

Si durante nuestra huida Aitet se pone a mi alcance, juro que tratare de matarlo si puedo. Pero si para matarlo he de desater de algun modo al grupo, renunciare temporalmente a la venganza. Aunque juro que si no es "mañana", pasado volvere, solo si fuera preciso, para mandar a Aitet al Hell.

Cargando editor
25/07/2016, 10:54
Uthred Svensson

   Cuando escucho la vocecilla de Ragna casi salto de alegría e irrumpo en carcajadas sonoras. Pero me obligo a mantener la calma. Esa niña nos había otorgado la llave que buscábamos. Pero era preciso mantener la calma, y mucho más en estos momentos en que tan cerca está nuestra libertad. Si nos dejábamos llevar por las circunstancias y lo dábamos todo por ganado, sin duda cometeríamos algún error. Había que pisar con pies de plomo y solo festejar cuando estemos en tierra firme lejos de Aitet y sus hombres.

   - Todos tenemos nuestras cuentas pendientes, Erik. Yo... también volveré a mi tierra cuando esté preparado. Tengo cuentas que saldar. Pero lo primero es lo primero. Estoy con Erik, se hará como él dice. No mataremos a no ser que se pongan en nuestro camino. La prioridad es encerrarles en la sala, provocar un fuego y huir. Si se queman o se asfixian, mejor. Si logran salir de la sala, nosotros ya estaremos mar adentro. Ahora bien, si Aitet o alguno de sus hombres se pone por delante, le mataremos. Y si prosperamos en otra tierra, te acompañaré aquí, Erik, para acabar con Aitet cuando estemos preparados.

Cargando editor
25/07/2016, 16:45
Haakon Rasmussen

La información de que nos proveía Ragna no era una total sorpresa, pero sí que confirmaba nuestras sospechas y nos daba una fecha clave para actuar; una fecha muy cercana, lo que era al mismo tiempo un alivio y una preocupación, para disponer de todas las partes de nuestro plan a tiempo para el día señalado. Asentí a las enérgicas palabras de los demás, ya casi podíamos sentir nuestra ansiada libertad, cualquiera debía sentirse igual de exaltado por ello.

- Así es, Uther; primero librarnos de las garras de Aitet, la venganza tendrá que esperar. Mientras tanto debemos asegurarnos de que nuestra vía de escape esté preparada para ese día. Ellos no navegarán, les preocupa demasiado el clima y la marea como para arriesgar una embarcación recién reparada. -

- Nunca pensé que le pondría tanto empeño a esta tarea como en este momento. -

Cargando editor
27/07/2016, 10:38
Uthred Svensson

   - Erik, estaría bien que pudieras hacerte con algún otro clavo o cualquier otra cosa hasta el día en que celebren el solsticio de Invierno. 

   Estaba eufórico. La libertad estaba tan cerca que casi podía tocarla con los dedos. Pero sabía que esto era una treta de Loki. No me confiaría. No bajaría la guardia y trataría que mis compañeros tampoco lo hicieran.

   - Recordad todos. Aun no somos libres. Y no lo seremos hasta que pongamos mucha tierra entre Aitet y nosotros. Permaneced atentos y no bajéis la guardia en ningún momento. Confiad solo en vosotros y no en la suerte, aunque parezca estar de nuestra parte. - No podía evitar darles una palmada de realidad, pues en mi interior crecía la inseguridad y el miedo a que todo el plan fracase. Por eso debíamos ser conscientes de nuestra situación real, y de la necesidad de permanecer con la guardia alta en todo momento.

Cargando editor
27/07/2016, 11:34
Harald Erikssen

Querrás decir mucho mar - me permití bromear - pero tienes razón, no debemos confiarnos y si podemos conseguir algún armas más sería estupendo.

Notas de juego

Móvil

Cargando editor
27/07/2016, 18:50
Director

Pese a la euforia, pronto os dormís pues ya poca más información podéis compartir entre vosotros pese a las preguntas que os hacéis de grupo a grupo. Todos estáis razonablemente bien, lo cual no es poco, y eso os basta.

El día amanece con una patada en la puerta que os sobresalta a todos. La puerta se abre y vuestros captores os llevan a vuestro puesto de trabajo. Las cadenas parecen más ligeras hoy y, con ganas incluso de cantar, os dirigís por entre las arenosas dunas hasta la playa donde los barcos descansan sobre el limo marino. Qué hermosa vista, sobresaliendo por encima del picado mar del Norte que se asoma por entre los bancos de arena y la fuerte brisa cargada de sal.

Con la fría agua por encima de los tobillos os poneís a trabajar con inusitada energía. A ese ritmo, el barco quedará terminado para cuando caíga la noche y aún os sobrarán un par de días. Os tomáis un descanso a medio día cuando Siggy, como cada mañana desde hace semanas, viene con la comida.

Cargando editor
28/07/2016, 12:00
Uthred Svensson

   Aquel día era diferente al resto. Cuando un hombre de Aitet abrió la puerta de una patada yo ya estaba despierto. La noche anterior había dormido profundamente y del tirón, tan relajado que los músculos no dolían cuando me desperté. Observé que mis compañeros iban despertado, los que no estaban ya despiertos, y vi en sus ojos un nuevo brillo de energía. Entonces empecé a toser violentamente, incluso cuando salimos fuera eché un gargajo al suelo y me quedé levemente encorvado. Hacer eso hizo que el hombre de Aitet me empujara, como era habitual que hicieran desde el principio. No estaba tan mal, pero había que mantener las formas y no dar información de nuestra recién renovada energía.

   Como siempre me acerqué al barco a pasos cortos. Quería mostrar que seguía estando herido, no en vano mi credibilidad era necesaria para que el plan discurriera favorablemente. Y así me mostré, sorprendiéndome a mí mismo por la facilidad con la que adoptaba el rostro macilento del herido y enfermo. En veces como esta me pregunto si no correrá por mis venas la sangre del dios Loki.

   La estampa es diferente a la de otros días. El mar del norte, oscuro y negro como la sangre de un dios, está levemente picado, coronado de blanco de las olas, como si anunciara la tormenta que está por venir. Como el guerrero que anuncia la carga mediante gritos de batalla y, aunque de aspecto tranquilo, su respiración se acelera y sus músculos se tensan antes de cargar. Era como si el mar anunciara el derramamiento de sangre. El cielo, de su sempiterno gris, había dejado huecos entre las nueves por los que se vislumbraba la claridad del Sol. Los dioses nos observan. Con fuerzas renovadas me dispuse a trabajar, pero lentamente, como si me costara rascar la cubierta del barco. Había que mantener la fachada.

    El descanso y la visita diaria de Siggy era uno de esos momentos que hacen que el día mejore, por muy negro que esté. Agradecí el cuenco de comida, pero más que la comida agradecí que fuera Siggy quien los trajera, y no un feo mercenario de Aitet, que más de un día habían derramado los cuencos sobre la arena y nos trataban peor que a perros.

   - ¿Cómo estáis? - Pregunté a Siggy directamente, refiriendome tanto a ella como al resto de mujeres y niños. - ¿Y vosotros? - Pregunté luego a mis compañeros, para saber cómo estaba tanto su estado físico como su ánimo.

Cargando editor
29/07/2016, 00:27
Harald Erikssen

Me parecía increible comprobar como todo era cuestión de perspectiva. Hasta hacía poco, el ir a trabajar en el barco de nuestros captores me parecía una humillación casi insoportable y ahora, con la esperanza de nuestra pronta fuga sentía los pies ligeros como alas, si bien tenía que seguir disimulando para no levantar sospechas.

Por suerte, no hubo que recomendar prudencia a nadie e incluso Uthred fingía de maravilla que estaba afectado por su herida - bien por tí, muchacho. Sigue así - tanto que casi me preocupé por si no todo era fingimiento.

Viendo que teníamos tiempo de sobra para acabar el navío, procure trabajar a un ritmo más reducido, guardando fuerzas, pero procurando que no se notase en exceso, no quería que un mal golpe de los bestias que nos vigilaban me imposibilitase a última hora. 

La llegada de Siggy con la comida me sorprendió, de tan ensimismado que estaba. La verdad es que mi atención se centraba más en encontrar algún arma improvisada más que en el trabajo, pero me había despistado del paso del tiempo. Le sonreí a la muchacha, a la vez que me acercaba para recibir mi ración - Hola Siggy, ¿todo bien?.

Un asentimiento ante la pregunta de Uthred fue mi confirmación de que tanto mi ánimo como mi cuerpo estaban dispuestos.

 

Cargando editor
29/07/2016, 22:15
Erik Kodranssen

La comida ha reestablecido mi espiritu, ha caldeado mi corazón y mi sangre vuelve a hervir como antaño. Pronto seremos libres, me digo a mi mismo constantemente. No puedo manifestar mi alegria con una canción, como hubiera hecho en la forja tras un duro pero satisfactorio día de trabajo o como hubieramos cantado tras emprender el viaje de retorno a casa despues de un pillaje fructifero como vikingos. No puedo contar y no puedo hablar como quisiera. Pero si puedo guiñar el ojo y mostrarle un rictus feroz y determinado, a cuantos de mi gente crucen la mirada conmigo. Con mi gesto les digo. Seguimos aqui, seguimos vivos...¡Lucharemos!

Cargando editor
30/07/2016, 11:56
Siggy Helgasdatter

Todo bien. Dice con una sonrisa Siggy, que anoche volvió a dormir en la casa larga tal y como Aitet había ordenado. Pese a no estar siempre entre vosotros, vuestra confianza en Siggy es fuerte pues ha demostrado ser una persona tan leal como feroz. En su rostro el cardenal ha desaparecido y en general parece tener mejor color. Como todos vosotros. Pese a vuestra situación actual, pese al frío, pese a las cadenas o los malos tratos, en vuestro corazón la esperanza se ha instalado para no marcharse.

Coméis la comida como perros hambrientos, pero degustándola a la vez. Es la comida de vuestros captores, pero está igualmente deliciosa, después de todo, aunque planéeis acabar con ellos por la afrenta de esclavizaros, cada uno se busca la vida como puede. Otra cosa es que hayan elegido a las víctimas equivocadas...

Vuestros músculos han ido recuperando poco a poco su fuerza, pese a que en general todos estéis bastante más delgados de lo que estábais cuando fuísteis capturados. Las semanas de penurias no han pasado en balde, pero véis el fin de la oscuridad. Si nada se tuerce...

La noche vuelve a caer y volvéis a ser dirigidos a la chavola. Tras preguntar a los otros grupos cómo están y asegurarse de que todos estáis bien, sentís en vuestro pecho la necesidad de cantar, bailar, beber y comer, pero sabéis que no es aún el momento. No hasta que no estéis lejos de allí. Pensáis en la ironía de que una celebración se vaya a convertir en una matanza. Pero así son las cosas cuando alguien busca venganza.

Estáis reunidos todos con el ánimo fuerte y esperanzado. Pensáis en las dos noches que os quedan por delante. Tanto por hablar y tanto por planear. Nada puede dejarse al atar, pues los dioses os observan y ninguno puede estar seguro de que las cosas no empiecen a cambiar si así es la voluntad de los Æsir.

Cargando editor
31/07/2016, 13:26
Haakon Rasmussen

A pesar de que mis sueños eran agitados, por primera vez en muchos días sentí que el descanso me permitía recuperar alguna energía. Incluso el trabajo se antojaba menos pesado, sabiendo que por una vez no trabajábamos para nuestros captores, sino por nosotros mismos. En algunos momentos incluso tuve ganas de sonreir, y cuando ocurría tenía que enterrar mi cara entre los pliegues de mi túnica para que los hombres de Aitet no pensaran que había perdido el juicio, o sospecharan de que tramábamos algo.

La jornada de trabajo también terminó antes que de costumbre; la aparición de Siggy con la comida ya no nos ofecía ningún temor o sospecha, y ya la veíamos casi como uno más de los nuestros que solo deseaba escapar de allí. Antes de lo que me esperaba el sol ya estaba bajo en el cielo y volvíamos a nuestra desgastada choza a pasar una de las que esperábamos fueran las últimas noches de nuestro cautiverio.

A través de la pared pregunté a los demás que tal se encontraban e intercambié con ellos unas pocas palabras de ánimo, pero por primera vez, pensaba que no había necesidad de decir nada, estando nuestros planes ya en marcha. - solo un poco más - pensaba para mis adentros antes de recostarme para dormir.

Notas de juego

Disculpad por mi última ausencia, he pasado por unos días en los que he querido abarcar muchas cosas, y me temo que he descuidado mi participación en umbría.

Cargando editor
01/08/2016, 06:21
Erik Kodranssen

Mis hermanos tienen la moral alta y eso sube la mia tambien. Por primera vez desde que estamos aqui, mis promesas de libertad parecen ir a cumplirse. No puedo relajarme, mi hija, mi hermana, mi madre y todos aquellos a los quehe jurado ser su hermano, cuentan conmigo. Estoy nervioso, no temo morir luchando por nuestra libertad, pero me preocupa no tener tiempo de ayudar a escapar a mi gente. Rezo a los dioses en silencio, ellos saben lo que anhelo, aun asi, se lo digo. No dudeis en reclamar mi sangre como precio a dejar que mi familia sea libre, entregare mi vida gustoso por ese proposito. Solo pido que permitais que muera espada en mano, defendiendo a mi gente,dejad que muera por ellos si he de morir aqui. Dejad que mi muerte signifique algo, que valga su libertad.

Cargando editor
01/08/2016, 08:43
Harald Erikssen

Lo único que ansiaba es que pasasen los días y llegase el momento. La esperanza de una futura libertad hacía que mi espíritu estuviese alegre, si bien procuraba que mi rostro mostrase la misma expresión de abatimiento para que nuestros captores no notasen nada.

Poco tenía yo que decir, solo descansar y acumular las fuerzas que pudiese para el día decisivo.

Cargando editor
01/08/2016, 19:58
Director

Un nuevo día sucede a la noche que vuelve a pasar monótono, con su brisa marina cargada de sal; la arena arremolinándose en las dunas; las frías aguas del mar del Norte mordiendo vuestros pies hundidos en el fango mientras trabajáis la madera del barco; Siggy trayéndoos comida; los guardias vigilando, insultandoos y diciendo palabras subidas de tono a Siggy... y todo para terminar descansando en la choza para dormir y que un nuevo día suceda a este.

Y entonces, llega el día. Y su noche.

El solsticio de Invierno ha llegado. Todo en el aire lo indica. Los guardias parecen menos malhumorados, menos proclives a los insultos, las groserias y los malos gestos por aguantar frías y largas horas vigilándoos. Por fin cae la noche. Por fin podéis intentar lo que creeis que es vuestro destino.

Las mujeres han sido devueltas. Todas menos Siggy que está en la gran casa sirviendo. No podéis iros sin ella. Pero, ¿merece la pena arriesgar la vida por ella?

Los clavos están prestos. Es vuestro momento.

Cargando editor
02/08/2016, 23:33
Haakon Rasmussen

El plan estaba a punto para comenzar, pero el nerviosismo de todos era evidente, o tal vez solo viera el reflejo de mi propio miedo. A aquellas horas Siggy debería haber vuelto, tal vez incluso con algunos pocos bocados de cena fría, pero cuando nuestros compañeros al otro lado de la cabaña nos dijeron que no había salido de la gran casa un sudor frío me recorrió la espalda.

Miré a los demás dubitativo, pero para mis adentros sabía que no la podíamos abandonar. - Siggy sabe lo que ocurrirá. Debería poder salir de la casa en cuanto noten el fuego. - dije intentando aparentar más seguridad que la que sentía - El plan sigue en pié. -

Notas de juego

Corrección a Harald: Yo iba a empuñar un clavo. En serio, no quieres que ponga a prueba mi "hercúlea" fuerza.

Cargando editor
02/08/2016, 23:42
Harald Erikssen

Hermanos, ha llegado el momento. Oremos a los dioses y empuñemos con fuerza nuestras armas - digo, mientras me pongo en pie.

Tenemos que atraer a los guardias y acabar con ellos rápidamente, que no puedan dar la alarma. Los clavos los iban a tomar Erik y Haakon, si no recuerdo mal. Bernt y yo sujetaremos a esos malnacidos y Uthred los iba a atraer. ¿Qué pensáis que hagamos mejor, que Uthred trate de asomarse y que vengan o bien nos asomamos uno de nosotros diciendo que Uthred está peor de la herida?

Notas de juego

Corrección hecha. Casi nos pisamos al escribir.

Cargando editor
03/08/2016, 18:13
Uthred Svensson

El corazón me latía como un caballo desbocado. En las verdes praderas que era mi interior un brioso corcel galopaba y pugnaba por escaparse. Así era mi corazón. Abría y cerraba las manos con nerviosismo y en un momento se me ocurrió una idea. Primero empecé a escupirme en las manos, era asqueroso pero necesario. Me restregué la saliva por la frente, haciendo que ésta se humedeciera y brillara como si tuviera fiebre. Después, en silencio le arrebaté el clavo a uno de mis hermanos, entonces con el clavo afilado por el trabajo de Erik, me rasgué la palma de mi mano, y acto seguido se lo devolví. Solo quería que fluyera sangre. Sangre ocre y oscura con la que manché mis ropas a la altura de la herida. La frente húmeda y la mancha de sangre ayudarían a hacer mi papel aún más creible.

   Pero aún había algo que me inquietaba. Siggy. Debía salir antes de que nosotros quemásemos la casa de Aitet. No debía quedarse. No iba a dejar que se quedara atrás.

   - No voy a quemar la casa con Siggy dentro. – Susurré con determinación. Pero en mi obstinación no quería arrastrar a mis hermanos. Ellos tenían su familia, sus inquietudes. Yo también tenía mis planes, pero ahora mismo solo me importaba sacar a Siggy de la casa de Aitet. – Si no sale iré a por ella. Si las cosas se ponen feas marchaos al barco. Tal vez ayude a retrasar a Aitet y sus hombres. Haakon, te voy a pedir una cosa. Cuando hayamos sido liberados, necesito que tú te encargues de organizar a los demás, las mujeres, los niños y los ancianos. Tenemos que ser rápidos, por eso cuando acabemos con la casa de Aitet es necesario que el barco esté listo para zarpar y todos dentro. Alguno de nosotros deberá acompañarte por si se presentan problemas. Harald, mejor avisad vosotros. Si entran aquí será más fácil reducirlos y la oscuridad de esta cabaña jugará a nuestro favor.– No señalé a nadie, porque prefería dejarlo a la elección de cada uno. Sabía que Haakon tendría el poder de tranquilizar a las mujeres y a los niños y hacer que todos cumplan diligentemente con su papel. – Ojala los dioses estén con nosotros como cuando vengamos a Ívarr. Esa niebla fue providencial. – Dije recordando la fortuita niebla que se alzó la noche de nuestra venganza.

   Dicho lo cual. Me tumbe boca arriba y mudé mi rostro. Obligué a las lágrimas salir de mis ojos, humedeciéndolos. Adopté una mirada brillosa y perdida en la pared de la casa donde estábamos, como si estuviera ausente. Mi boca entreabierta, como si exhalara el último suspiro de vida o intentara recoger la última bocanada de aire aferrándome con todas mis fuerzas a una vida que se me escapaba.

   - Adelante… avisad de mi malestar. – Susurré volviendo a adoptar la posición, el rostro y la imagen de quien está más cerca de la muerte que de la vida.

Notas de juego

Una cosa: Cuando he dicho que os quitaba un clavo, os lo devuelvo después, era solo por narrar un poco y ayudar a mi pantomima XDDDD ya sabéis. Agarrarles y a la yugular.