Partida Rol por web

Casi podria decir que el archimago me ha dado una hostia sin tocarme -Que engreido..- Desde luego mi primera reaccion seria la de contestar tamaña falta de respeto pero no soy tan tonta y se que de momento necesito su ayuda

-Vale, acepto lo de los reyes y sus subditos, aunque yo siempre he pensado que primero para eso hay que ganarse el respeto.Digame ¿Como puede ayudarme? ¿Puedo traerlos ya sin esperar tres años?..Y por favor hableme de la profecia..-

Miro a Rupert y pienso que postraria la rodilla pero es que me doleria la rabadilla...

Cuando Kio se fue, finalmente quedamos solos y su abrazo me hizo sentir segura por primera vez en mucho tiempo. Sonreí y recibí su beso con agrado.

-Yo también he sentido miedo, aunque confieso que no más del que siento cuando estás a solas con Romina...-sonreí haciéndole ver que era una broma y colgué mis brazos de su cuello.-Sé que no sabemos todo... Es raro que Kiara no hable, si lo hiciera, estoy segura que ella nos diría un poco más... Todo eso de la profecía...-acaricié su mejilla con el dorso de una de mis manos,-no me gusta nada y no sé si seré capaz de seguir escuchando "verdades"

 -¿crees que Eros nos esconde cosas?- me inclino y beso su cuello -parece muy sincera, y no creo que Kiara estuviera tan relajada antes si nos estuviera mintiendo- "aunque con 3000 años se puede aprender a mentir y fingir muy bien"

-de todos modos Eros es una política, el juicio ha dejado claro que no es una reina absoluta- beso brevemente su barbilla -eso y lo que te enseño Kiara de aquel hombre que se nego a beber su sangre-

beso la comisura de sus labios

-puede que nos oculte cosas, y si es así espero que lo descubramos a tiempo, pero de momento ella y Kiara son nuestra mejor opción- beso brevemente sus labios

-y cambiando de tema, hace tiempo que no estábamos a solas-

-Tienes razón... En realidad es lo mejor que tenemos y...

Sonreí poniendo ambas manos ahora en su pecho, obviando aquello que Eros decía era su olor a lobo.

-Hace mucho, desde que tuvimos a nuestra pequeña hija.

Volví a besarlo pero ahora con más pasión, ciertamente estábamos solos y quería aprovecharlo.

-¿Qué te está pasando por la cabeza, Winter?

 Su beso ahogo mi risa por eso de la hija, luego la miro a los ojos cuando me llama por mi apellido, es un juego nuestro, los socios en la cama

-Estoy pensando Strafford, que ya que soy el Lobo Feroz voy a tener que cenar una jovencita-

Me lanzo sobre su cuello que empiezo a morder lentamente y la empujo para caer encima suyo a la cama

-que carne mas tierna- digo aún lamiendo su cuello y su barbilla mientras empiezo a levantarle la falda

Mi cuerpo comenzó a reaccionar y no era para menos, así que mientras él levantaba mi falda, yo iba haciendo lo mismo con su camisa.

-Mmm, el lobo feroz, ¿eh?

Eché la cabeza hacia atrás habiéndole quitado la camisa y dejé que su lengua resbalara por mi cuello, pasé mis uñas por su espalda y lo atraje más hacia mí sujetándolo de las caderas.

-Veamos de qué está hecho este lobo...

Pasé las manos al frente y desabotoné su pantalón sin quitarlo ni tocarle nada más, jugueteando con él descaradamente.

 Mi lengua recorre su cuello hasta el borde de su escote. Lo cojo con los dientes y estiro empezando a gruñir, en parte en broma y en parte muy excitado, inclinándome hacia delante para mirar bajo su camisa.

Cuando deja mi pantalón simplemente desabrochado mi primer impulso es bajármelo yo mismo, pero decido seguir el juego, mis manos se quedan bajo su falda, acariciándole por encima de sus bragas, mientras muevo las caderas de lado a lado y suelto una especie de ladridos lastimeros

-los perritos no sabemos bajarnos los pantalones- le digo, y sigo intentando desabrochar el primer boton de su camisa con los dientes

Mi excitación iba en aumento y sus juegos tontos me hacían reír y desearlo más que nunca.

-Lo supuse... Pero espero que sepan abrir botones con la boca...

Lentamente y con ayuda de mis piernas comencé a bajar su pantalón mientras sus dedos acariciaban y hacían humedecerse a mi sexo, mi respiración iba volviéndose cada vez más rápida. Conseguí sacarle todo el pantalón y comencé a acariciarlo por encima de los interiores, notando de inmediato la reacción de su sexo.

-¿Qué más no saben hacer los perritos?

Le mordí el lóbulo de la oreja.

-No. no puedes, ni nunca podrás traerlos. Tampoco yo. Se necesita muco poder para ello, y un momento preciso. Un eclipse, el más próximo será en tres años. Para entonces, estaremos reunidos, y regresaremos a nuestro plano, contigo como nuestra lider.-

Deja pasar unos instantes. Ves el asombro de Rupert.

-Pero, eso significa guerra. Estamos exiliados, y se supone que no podemos volver. Debes ganarte el honor de dirigirnos. Debes volverte poderosa, y solo tienes tres años, estaremos muy atareados en tu entrenamiento.-

Te mira con ¿admiracion?

 Consigo desabrochar los dos primeros botones de su camisa, tras casi arrancar el segundo, luego subo de un mordisco su sujetador, pero cuando me muerde la oreja suelto un gemido y me quedo mirando sus pechos desnudos

Jadeo de deseo y hago un esfuerzo para no apartar a un lado la braga y seguir acariciándole por encima, vuelvo a poner el tono de suplica -tampoco sabemos de ropa interior- ahora mis caderas se mueven buscando sus caricias mientras mi respiración se va acelerando

-Um..¿Es admiracion eso que veo en sus ojillos repelentes?..¿Conque maga inferior eh?-

-Mira o mire no soy tan tonta como para saber como va esto. Es facil ¿verdad? Se encuentra a una pardilla, a poder ser novata, se la llama lider y ya con eso es suficiente para que de la cara por todos nosotros que somos unos cobardes y no nos atrevemos a volver..Solo hay un problema, eso les convence a aquellos que quieren ver su ego subido por las nubes y yo..No tengo ego...-

Me acerco a Rupert y le agarro de un brazo para que se levante

-Odio las guerras, no provocaria una ni en mil años, y creame, si le digo que mi caracter no es nada paciente para ser lider de nadie, los mataria a todos antes de que hubiese guerra. Rupert y yo nos vamos a descubrir como sacar a mis amigos ahora mismo..-

A ver si sigue siendo tan buena gente el viejo ahora que intentamos salir/ escapar de alli.

Sonreí nuevamente, una sonrisa entre excitación, diversión y claro, deseo.

-Puedo ayudar con eso...

Bajé sus interiores y lo dejé totalmente desnudo. Acaricié su piel de ébano, su espalda, sus nalgas y finalmente volví a su sexo ya erecto y continué acariciándolo, suavemente hacia arriba y hacia abajo. Mi lengua se enredaba en la suya, yo aún tenía ropa interior y falda.

-No pienso ayudar ni un poco más...

Dije y sonreí mientras mordía sus hombros suavemente sin dejar de acariciar su sexo con efusividad.

 No hace falta que me diga mas, aparto a un lado la braga y desciendo buscando la cálida humedad de su sexo, la penetro con brusquedad y empiezo a moverme rápidamente. La abrazo con fuerza jadeando junto a su oido conforme voy acelerando mi ritmo "ahora si sueno como un lobo" se me ocurre.

Vuelvo a morder su cuello mientras siento como el placer me va llenando

-Jovencita, es así de sencillo. O libras mi guerra, o tus amigos no regresan. No encontrarás otra manera, no la hay.-

Con un chasquido de sus dedos te obliga a colocarte a cuatro patas.

-Como te lo puedo explicar...para abrir la puerta....se necesita una llave, esa llave es el eclipse. Pero la llave por si misma, no hace nada. Para girarla, se necesita un tremendo poder mágico. Un poder, que no lograrás jamás si no colaboramos los archimagos. ¿Lo entiendes? Eres inteligente, has comprendido lo de la pardilla novata, esto es más fácil de comprender.-

Te mira.

-Pero comprende una cosa. Solo queremos volver a nuestro hogar. Si hay guerra es por que nos atacarán al hacerlo, no por que ataquemos nosotros.-

Sentí cómo entró en mí y ahogué un gemido para comenzar a mover las caderas lentamente, sintiendo cómo su cuerpo y el mío se encontraban y sus dientes recorrían mi cuello excitándome aún más. Mis manos recorrieron su espalda y los jadeos se volvieron más audibles. Subí mis piernas alrededor de su cintura y mordí su hombro con un poco más de fuerza.

-¡Oh, Jamie, te extrañé tanto!

Me sujeté de sus hombros fuertes, levantando un poco mis caderas para seguir su ritmo, disfrutando cómo entraba y salía de mí, cómo nuestras humedades se unían en una sola.

-Joder..que..abuelo ..tan..cabron..-

Estando asi a cuatro patas siento como una furia total me va invadiendo, hago un esfuerzo cuando baja un polco la intensidad de su magia y hablo

-A ver..como se lo explico, por mucho que me quiera obligar si a mi no me da la gana no colaborare, eso lo entiende ¿no?. Para pardillas seguro que hay otra que se ofrece encantada a lamerle los pies o lo que guste-

Trato de ponerme de pie pero no puedo, esto es humillante y Rupert no hace nada

-Si tanto poder tengo no creo que me cueste tanto encontrar una solucion alternativa para traer a mis amigos..!Vamos enterese a mi no me lava el cerebro nadie!-

 Cierro los ojos y trago saliva "demasiado rápido, voy demasiado rápido" al notar que levanta las caderas bajo mis manos hasta ellas y las subo un poco mas, eso me permitirá ir algo mas lento y mas profundo

-Angel, mi Angel-

Todos los sucesos desagradables y extraños, las sorpresas y miedos, todo parece un sueño, intento pensar en nuestra situación para aguantar mas mientras mis besos recorren su cuello hasta su boca y nos fundimos en otro beso

Lo conocía demasiado bien, éramos el uno para el otro y en la cama nos entendíamos demasiado bien, así que bajé las piernas y lo detuve sosteniendo sus caderas de modo que no pudiera apartarse de mí, quería sentirlo así, muy dentro.

-No te muevas...

Sonreí y comencé a mover los músculos de mi vagina, apretando su sexo, dejando que él sintiera sólo eso, mirándolo con una mirada falsamente infantil pero que él conocía muy bien.

-¿Tantas ganas me tienes?

Lo solté de las caderas y atraje su cara a la mía para besarlo y aspirar su lengua, sostenerla entre mis labios y acariciar su espalda. Suavemente comencé a mover mis caderas.

-Soy tuya, amor...

 Cuando hace que me detenga y solamente mueve los músculos del interior de su sexo se me saltan las lágrimas de placer -ahhh, diosss, eres la mejor- aprieto los dientes intentando resistir su dulce suplicio

-si, si, te quiero, te deseo, ahhh, mia- le doy mi lengua como un muñeco, me siento desfallecer y podria terminar en cualquier momento, cuando vuelve a moverse tengo los ojos cerrados y la boca muy abierta

-ahh, Angel, mi Angel, no puedo mas-