Partida Rol por web

Con el gaznate peligrando e intentando mantener la compostura ante el norteño loco levanta la bota que presionaba el enano y lentamente recoge el documento que le extiende este. Lee rápidamente y os dais cuenta que para contar con veintidós hombres rodeándoos el noble Schade no las tiene todas consigo.-Ya veo. Hmm. Un salvoconducto del bueno del emperador para la calaña y rufianes de la traidora ciudad de Marienburgo.-Enrolla la hoja de nuevo y se la devuelve a Ragnar.-Sin embargo, y aunque no puedo arrestaros o llevaros a la horca, aceptaréis nuestra amable hospitalidad y accederéis a ser escoltados por el Blauesblut. Es decir, por nuestro pequeño grupo de compañeros.

Con la mano, lentamente va apartando el filo de la espada de Tryndamere, intentando salvar su cuello de la ira del bárbaro.-¿De acuerdo?

Enfundando la espada respondo

Por mi genial, no me gustan los bosques como estos, y cuanta mas gente, menos peligros... y si eso nos hace llegar más rápido a Altdorf, pues mejor...

"tampoco es que tengamos muchas más opciones..."

Perfecto!, por cierto, no tendréis un caldero y unos conejos para haceros una comida de rechupete y poder firmar esta bonita amistad, dice ingenua Laida mientras avanza hacia el noble y extiende su mano hacia el noble para que se la estreche.

El rufián respiró aliviado y recogió sus armas del suelo.

-¿Veis como hablando la gente se entiende? Si nos vais a escoltar hasta Altdorf, por mí encantado. Los caminos no son nada seguros desde que las huestes de Archaon invadieran el Imperio. Por cierto, ¿qué novedades tenéis de la capital? ¿Habéis oído hablar del Sigmar renacido y su cruzada?

E enano, aún espachurrado en el suelo, no tenía mucho donde elegir.

- Mejor escoltados por rufianes que solos, si el caos acecha.

Aun desafiante pero un poco mas relajado el barbaro deja que aparte la punta de la espada pero nomsin algo de resistencia
-Si quereis acompañarnos me parece perfecto pero mi acero se queda conmigo

Fritz se apoyó en las vehementes palabras del bárbaro.

-Excelente, entonces. Nos acompañamos unos a otros como buenos peregrinos, y mi herramienta queda a mi lado, que luego todo lo olvido y, la verdad, me sirve y mucho para equilibrar el peso de estos tomos llenos de saber. Una pregunta, si no es indiscrección. ¿Qué es el Blauensblut, asociación sin duda benefactora de algo, que nos acompaña?

Sin el acero del barbaro sobre su pescuezo, parece ir aliviándose, y dando un par de palmadas al jubón para limpiarlo de polvo parece estar preparado para escoltaros por el camino del bosque. Da unas rápidas ordenes a sus camaradas y comienza a andar.-¿Altdorf? No no, os escoltaremos hasta la villa de Pfeifeldorf amigos. La cruzada del niño paso hace poco por allí y doy fe que necesitamos unas cuantas manos más para devolver al pueblo a la normalidad. Y dudo que unos buenos samaritanos como ustedes desperdicien la oportunidad de mostrar sus buenas intenciones al resto del pueblo, ¿me equivoco?-ríe para si mismo al ver la cara de Fritz.-Así que como puede ver maese-dice dirigiéndose esta vez a Felix-algo sabemos de ese Sigmar reencarnado. 

-Sin embargo, para nosotros, miembros del Blauensblut, poco importa de donde haya aparecido el niño. Pasó, consumió todo lo que pudo y se marchó.-Lentamente la comitiva comienza a andar, y con paso tranquilo sois llevados por los senderos del bosque.-Herr Feuerbaum, si no he entendido mal, ¿es usted de noble cuna? Y si es así, ¿ no será por casualidad el hijo menor de una progenie más cuantiosa?-Schade parece realmente interesado en las preguntas.

Uno de los compañeros de Schade se aproxima desde la retaguardia del grupo, hasta Heldrich y Leopold. Escucha detenidamente a quien parece ser su lider y cuando Felix pregunta sobre la cruzada parece querer detallar la respuesta-Normalmente, es bueno para los negocios cuando pasan esos grupos de fanáticos-parece tener ganas de charlar un poco, y sin duda no parece querer amenazaros o violentaros-los Von Speier están obligados a incrementar la seguridad, e incrementar la seguridad significa más dinero para nosotros, ¿saben? Sin embargo, esta turba fue particularmente grande y perjudicial. Me alegré de verlos partir.-Parece percatarse de algo.-Oh, perdonen, soy Wendell de la casa Ott. Y ustedes, ¿de donde vienen?

-Así es -se alegró sinceramente Fritz, y compuso su aire más afectadamente nobiliario-, ¡qué buena vista la suya! Menor de tres hermanos. Al mayor, como es la costumbre, le espera todo. El segundo, como yo, pateará la campiña antes o después, pero es hombre soñador, nada realista, y aún confía en recoger las migajas. Yo, como ve, menos me fío, gracias sobre todo a cuanto he leído, y con mejor o peor fortuna busco labrarme mi propio camino. Desde Hochland hasta aquí, no ha sido poco.

Félix sonrió amistosamente a Wendell.

-Encantado herr Wendell, y que la Dama os guarde. Soy Felix Emmanuel, de la casa Deschamps del Gran Reino de Bretonia-dijo con un leve acento bretoniano, aprendido de su padrastro-. He viajado al Imperio en busca de fortuna, y del reconocimiento que no he tenido por contar con tres hermanos mayores. Dígame, monsieur Wendell, ¿trabajan ustedes como espadas de alquiler para los Von Speier? ¿Cuáles son esos problemas que ha dejado la cruzada a su paso por Pfeifeldorf?

Solo cuando la situación se calmó Heldrich enfundó el acero y dejó de adoptar esa postura de preparado para correr que había tenido y que lo había desplazado a cortos pasos a un par de metros en dirección a la maleza para que pudiese huir como alma que lleva el diablo, aunque gracias a las buenas palabras del grupo la cosa acabó bien para todos.-Dioses, que alivio...-Suspiró y recompuso el animo mientras se erguia nuevamente, al parecer no corrían peligros acompañados por un grupo armado de tamaña indole mas el echo de que sus actitudes o cercanía con la ley no terminasen de agradar a Heldrich solo hicieron que este mantuviera la mano inocentemente cerca de la daga oculta en la manga dispuesta para coger a un rehen en caso de tener de que pelear por su sucio pellejo.

La ceja de Heldrich se alzó visiblemente mientras su expresión se cuajaba a medio paso entre la sorpresa y la diversión, aquel alborotador y charlatán estaba mintiendo de una forma mas descarada que una puta sobre su virginidad en una iglesia de Shallya....algo inaudito y el echo de que el propio Heldrich fuera embozado como el criminal de baja estofa que era tampoco ayudó en las palabras que soltó.-Me llamo Heldrich, nativo de Middenheim e hijo de una puta y cualquiera de los afortunados que pagasen por follarsela aquel dia.-Se encogió de hombros, no tenía mucho que decir de si mismo y de lo mas orgulloso que estaba no era bien acogido entre las gentes, puesto que decir que eras un ladrón que pese a no tener un dedo era de los mejores que se verían en esta decada era un rápido viaje en dirección a la horca mas cercana.

"Por las barbas de Manann Heldrich, contén un poco tu lengua antes de que acabemos muertos..." sonrío mientras comento con Wendell

Encantado Wendell, mi nombre es Leopold Steinhoff, de la  ciudad libre de Marienburgo, es un placer conocerte, ¿porqué dices que esta turba que sigue a ese supuesto Sigmar reencarnado era especialmente peligrosa?, sin duda lo es, y allá en Mariemburgo también crearon muchos problemas, ¿pero que ocurrió aquí?, sin duda alguien habrá avisado al imperio, ¿verdad?

Pregunto como si tal cosa, a ver que información podemos obtener.

Schade parecía cada vez más cómodo con la compañía y ante la similitud de puntos de vista, dio rienda suelta a sus teorías con maese Fritz.-Sin duda ha recorrido un largo camino para ser, como parece, el digno merecedor de las prebendas de su familia. ¿No le parece injusto que la herencia esté basada en un orden aleatorio de nacimiento en vez de los méritos de cada uno?-Percibes como sus compañeros cercanos ponen sus ojos en blanco, suspirando e intentando alejarse unos pasos de él. Pero Arnold no desiste.-Este arcaico sistema de herencias ha creado una clase marginada dentro de la propia nobleza. ¡Y nadie parece darse cuenta!...Luego se extrañarán cuando ocurra una desgracia...

Arnold seguirá parloteando en caso de no ser interrumpido

Wendell se ve por unos momentos desbordado por todos vosotros. Parece un hombre tranquilo y seguro y después de escucharos a todos intenta responderos.-Parece que no somos los únicos en haber sufrido los estragos de la turba. Los von Speier, son los señores de estas tierras. Como usted bien sabrá monsieur Deschamps eso los hace responsables del bienestar de todos los habitantes. ¡Incluso del bienestar de los campesinos! Y cuando está responsabilidad les queda grande, nosotros intentamos echarles una mano.-os sonríe con complicidad.-por algo el hijo menor de los Speier, Lucas, es el lider del Blauesblut.

-Sin embargo, nada pudimos hacer para detener a la horda de fanáticos que seguían a ese niño. Nos saquearon, primero comprándonos la comida, y cuando apenas teníamos para nosotros mismos, ¡requisandola por la gracia de Sigmar!-escupe a la tierra.-Maleantes, eso es lo que eran. Y no se preocupe Leopold de Marienburgo, el emperador y hasta la mismísima Zarina de Kislev sabrán de su llegada.

Omite tácitamente el comentario de Heldrich y su madre y seguís andando, custodiados por la veintena de nobles segundones.

El enano, ya escarmentado, saca su arma y espera que se líe. Un pueblo que no quiere a nadie. O han asesinado a algunos o son lo más arisco que ha parido esta tierra.

Félix sonrió burlonamente al leer el cartel. Era evidente que no les iba a recibir un comité de bienvenida...

-Monsieur Wendell, parece claro que la cruzada ha afectado sobremanera a vuestro pueblo. Sin embargo, no acabo de adivinar en qué podemos ayudar nosotros si ya se han ido los fanáticos de aquí. ¿Podría aclararnoslo?