Hermano: ¿Qué está pasando?
¿DJ, me suena el enano, su estilo o procedencia por lo que se le ve ... o algo?
Fritz sonrió.
-Confiemos en el buen tino de nuestros anfitriones. El pueblo no es tan grande, unos gritos y la noble blauesblut se presentará en el acto, cargada de acero. Eso debería disponer a cualquiera a pensarlo dos veces antes de atacar. En el caso de ser unos cabezas de chorlito, bueno, tenemos a nuestro compañero aún pegado a su propia herramienta de trabajo, y tampoco parece alguien contra quien uno deseé pelear. Más a nuestro favor.
El estudiante tosió, más para darse tiempo de cambiar de asunto que porque tuviera la garganta irritada.
-En fin, maese Runeborn. ¿Tendría la bondad de guiarnos hacia el lugar crítico? Y, maese Lauer, no lo tome como una falta de cortesía, pero ¿dispondríamos al menos de libertad para pedir un cuartillo de vino en la taberna? Llevamos mucho ajetreo en el viaje y, como sin duda sabrá, las energías nunca se renuevan con agua como con un suspiro de vino, o cerveza.
Me acerco al señor para darle las armas y entonces le digo:- si vamos desarmados y tienen dudas sobre nosotros, porque no nos ponen escolta?, así podríamos evitar las situaciones desagradables y cuando encontráramos al culpable que fuera detenido por ellos como autoridad competente, ademas así os podría ir informando de primera mano lo que va pasando y por lo tanto no sospechar de lo que nosotros vayamos contando.
Quizás era una mala idea, pero era mejor tener 2 o 4 espadas que vieran lo que sucedía que no, pues estos ya no te llevaban a la mina, te colgaban directamente.
Lauer daba ya por finalizada su tarea cuando se vio asalto por un torrente de preguntas, que en definitiva giraban en torno a la carencia de acero que tendrían sus empleados mientras realizarán la tarea que les había encomendado para limpiar cualquier mota de desconfianza que pudieran tener. Sin embargo, el tal maese Feuerbaum había acudido en su ayuda raudo y veloz. Era sin duda el especimen más respetable de todo este grupo.-Tal y como ha mencionado tan acertadamente vuestro compañero, los nobles y gallardos jóvenes de la blauesblut estarían cerca para resolver cualquier problema que pudieran tener. Esté es un pueblo tranquilo, que desgraciadamente ha tenido que sufrir la presencia de esa marabunta que osan llamar cruzada. No creo que ningún lugareño alce la mano contra vuestras mercedes.-Y tomando aire, se centra en la halfling.-¿Escolta? mi leal compañero Dwali estará allí para supervisar sus investigaciones.
Asqueado ya por las preguntas y las interminables dudas de sus aguerridos trabajadores invita amablemente a que abandonen su oficina, dándole una palmada en el hombro al recien llegado enano.
¿ Que es lo que sucede? Una carga de kruk, eso es lo que sucede.
Carga de kruk = una vena de metal decepcionante, un dicho enano para situaciones o personas decepcionantes.
Parece un enano de las montañas, no un exiliado. O en caso de ser un exiliado o inmigrante, tiene pinta de ser uno muy reciente. No parece estar habituado a las ropas de la superficie y aún es perceptible las marcas de haber trabajado en las minas y cuevas subterraneas.
Cuando estáis ya abandonado la oficina, se dirige a Leopold.-Señor...bueno, usted no se preocupe. Tengo la corazonada de que quien quiera que haya perpetrado el robo, no os causará mayores problemas. Mucho menos de índole violenta.-Y cerrando la puerta, termina diciendo.-¿Vino? Por supuesto, el posadero me debe alguna que otra corona, dígale que lo descuente del monto total.-cierra la puerta apresuradamente y cualquiera diría que aliviado.
Con el enano Dwali como guía, os encontráis finalmente en el exterior. Un escueto-Seguirme.-abre la marcha del enano que no cesa de murmurar algo en un idioma extraño.-Grumbaki umgi...
- Perfecto entonces digo con mi mejor sonrisa y sigo a los demás fuera. Nos guiá el enano Dwali que murmura en una extraña lengua que intento identificar, mientras me acerco un poco mas para poder captarlo mejor.
Salgo detrás de Laida y no puedo dejar de murmurar
Si tanto sabe de quien ha hecho el robo ¿para qué nos necesita?, todo esto me huele peor que una bodega Tileana...
" ¿Y que anda murmurando este enano? ", pienso ,mientras busco a Ragnar con la mirada a ver si se ha dado cuenta.
Ufano por haber sido atendido en sus dudas, Fritz se frotó las manos. El otoño sabía ser amable cuando quería, pero las más de las veces era inhóspito en el Imperio, y él sabía algo de eso, a su pesar. Se dijo que intentaría hacerse en algún momento con alguna piel de calidad para cuando llegara lo peor del invierno. Y botas mejores. No quería perder dedos de los pies. La mutilación provocaba un andar indigno, peor aún, cómico.
-Maese Runeborn, no quisiera -tosió con cortesía- alterar en modo alguno un programa que sin duda tiene cuidadosamente apuntado, pero, o quizá en favor de evitarlo precisamente, podríamos, antes de dar comienzo a tal, proceder a reducir la deuda del tabernero con nuestro contratante. En cuanto nos hayamos provisto de algo de vino, ya no habrá motivo de interrupción y podremos proceder a su satisfacción. ¿Qué piensa de esta posibilidad, maese Runeborn?
Fritz rubricó la sentida argumentación con una sonrisa generosa de expresión.
Ragnar sonrie ante el comentario del enano que acompaña en reiskipiel un: - Si hermano si, cuanta razón tienes ...Que de por si ya refunfuñaba bastante por encontrarse atascado en este pueblucho de mala muerte, abandonado de la mano de los ancenstros y con un tema candente que le empuja a segur viaje. - Bueno, habrá que sacarse la china de la bota antes de seguir caminado
-¡Vino, mi apoyo a eso! Los sentidos y la perspicacia para resolver problemas son más agudos si un buen vino alimenta al cuerpo. Y si diera tiempo a una partidilla de naipes con compañía femenina, mejor que mejor, aunque supongo que eso ya es pedir mucho. Mientras bebemos puede contarnos todo lo que sabe, maese Runeborn.
El barbaro no habla mucho y en estos momentos menos ya que su humor no ha mejorado lo mas mínimo, pero al oir hablar de una copa de vino parece que se anima algo
-Sí, vayamos a por ese vino antes de , si es que en esta pocilga hay una mísera cantina.
El enano se para en seco al advertir la insistencia de los investigadores en detenerse a beber antes incluso de empezar con su tarea.-No esperaba menos.-dice con cara cansada. Gira sobre sus pasos y toma una nueva dirección mientras saca de una pequeña mochila un cuaderno de cuero. Lo abre y comienza a escribir mientras os guía hasta la taberna.
La taberna tiene el esperanzador nombre de El Gaznate Mojado, única taberna de Pfeifeldorf, que se compone de un pequeño edificio sin establos o almacén exterior. Fuera en la taberna, un hombre con ropas de campesino os comienza a hablar antes de que entréis.-Nuestro Santo Karl prohíbe la entrada a estos antros de iniquidad. Advertidos estáis pecadores, solo los salmos y la sabiduría de la Reencarnación de Sigmar os puede otorgar la salvación de vuestras almas.-Tiene varios pergaminos atados al justillo con las sagradas escrituras de la cruzada.
En ningún momento os detiene ni os obstaculiza.
Hay una pintada en el exterior de la posada:
“¡Estremeceos, falsos pretendientes! Llorad y lamentaos, pues el juicio ha llegado”.
El acto de vandalismo hizo estremecerse al enano. - Solo los humanos hacen estas porquerías. Además Grumni jamás haría esto. Si la mejor cerveza es suya y él nos entregó el secreto de su fabricación. Estaba tan sorprendido e impactado que no sabía si enfadarse o limpiar la pintada. Para dilucidar su camino de actuación, entró con la intención de apagar su ira entre la espuma de la cerveza y las risas de los que le acompañasen.
Ya estaba cansado de este viaje. Sólo quería regresar a sus libros y regresar con la familia para hacerse cargo de las minas.
"Nuestro santo Karl... menuda panda de idiotas."
Félix se reía en silencio de los mensajes de los fanáticos, hasta que se dio cuenta de que si se acercaba demasiado a ese niñato acabaría entonando la misma letanía. No le hizo ninguna gracia pensar que podían arrebatarle lo que más preciaba: su agudeza de pensamiento.
Para no pensar más en ello, entró en el local y dijo en voz alta:
-¡Una ronda del mejor vino para nuestros pellejos! ¡Estamos invitados por herr Lauer!
Luego se dirigió a su guía enanil con una falsa sonrisa en la cara:
-Maese Runeborn, somos todo oídos. ¿De qué va toda esa historia del robo?