Partida Rol por web

Ragnar sufre un par de convulsiones y ataques extra de tos. Se intenta poner de rodillas, con los codos en el suelo, pero a medias resvala y queda de lado. Decubito supino. Parece tener frio. El enano no quería decepcionar a sus compañeros y parecer un enclenque, dejado a su raza como unos deviluchos.

Rebusco una manta en mi mochila y se la pongo alrededor del cuerpo, le incorporo y le apoyo contra una pared sentandome delante.

Para Leopold, Ragnar y Laida

Sin duda el lastimoso estado de su compañero ha puesto nerviosos a todo el grupo. Fuera de la taberna, Ragnar se encontraba echado en el suelo, cubierto por la manta de Laida mientras intenta recuperar el aire. Entre tos y carraspeos parece ir recuperando poco a poco la compostura y tras unos minutos llega a ponerse de pie por si mismo.

Dentro sin embargo, las cosas no parece que vayan muy bien.

Para Trynda, Felix, Heldrich y Fritz

La arrogancia o la seguridad de si mismo que muestra el alguacil Neytz al interponerse entre Tryndamere y el pobre bastardo que tiene cogido de la nuca se disuelve al escuchar tanto a Fritz como a Félix como le invitan a la siguiente ronda. Os mira con los ojos bien abiertos y baja el brazo que sostiene el arma, tartamudeando-N-n-no sse os ocu-ocurra hablarme así esc-esc-escoria.-Vuelve a empuñar con fuerza el estilete y con la cara enrojecida os amenaza.-¡Fuera de aqui!

- Me alegro de que estés mejor, digo con entusiasmo a la par que le digo a Leopold:- quédate con el hasta que se recupere,
Rápidamente entro en la taberna y digo con euforia y alegría Halfliniana:- Eh!, Ragnar ya esta mejor, solo necesitaba un poco de aire. Venir a verle! Y de la misma vuelvo a salir otra vez a quedarme con Ragnar y Leopold.

Félix se tranquilizó un poco al ver que el tal Neytz se reprimía, obviamente abrumado por la capacidad de intimidación del norteño. Pero las reacciones de Tryndamere eran impredecibles así que, tras escuchar a Laida entrar y salir, decidió que lo mejor sería hacer caso al alguacil y ahuecar el ala.

-Me voy con la halfling a ver -cof, cof- al bueno de Ragnar. Maese Runeborn-dijo al enano al pasar por su lado-, haga el favor de venir con nosotros. Ya va -cof, cof- siendo hora de que nos diga qué es lo que debemos hacer exactamente.

Sin esperar a comprobar si su "guía local" le seguía, se encaminó hacia la puerta para salir del local. Si el sicario quería armarla a pesar de todo, lo mejor sería que no le pillara allí. Por otra parte, si permanecía más tiempo del necesario en aquel ambiente tan viciado, podría acabar por los suelos como el enano...

Tryndamere frunce el ceño al oir a la mediana, sin prestarle más atención al alguacil se dirige a la puerta del local justo en la puerta se gira mira al alguacil envaina la espada, escupe al suelo y sale por la puerta a ver como se encuentra el enano

Ragnar ya sentado e igual de pálido de antes sigue luchabdo por respirar entre toses. Tras un par de intentos consigue hablar: - ¿Y cof cof qué hay que cof cof hacer para cura resto? cof cof

-Supongo que habrá que ir a ver a algún galeno local, o a alguien parecido. digo poniendo mi mano sobre su frente y comprobando el calor.

-Oh, buenas noticias -dijo Fritz, con un ánimo evidentemente teatral-. Vamos a ver a nuestro amigo. Maese Dwalin, nos quedó una contestación pendiente, si recuerda. ¿Quiénes de este pueblo han perdido algún animal? Por ahí quisiera empezar yo ya que, visto lo visto, no vamos a poder disponer de esa segunda ronda.

Oh, por cierto, ¡camarero, haga la merced! -el estudiante se aseguró de haber captado la atención del camarero, pero en lo posible, también del bar-. Nos han invitado amablemente a abandonar el local -señaló graciosamente al alguacil-. Así que habrá que cancelar esa ronda, lamentablemente. Una lástima. Mis simpatías en todo caso.

Salió del bar con una sonrisa amable.

Me alegra ver que no te has muerto amigo mío, aunque lo que sea que te ha pasado ese tabernero debe ser fuerte si casi tumba aun enano...

Miro por la calle a ver si encuentro a alguien a quien preguntar por un galeno o un matasanos.

Gruñendo, Dwali sigue al grupo fuera de la taberna, dejando a un mudo alguacil dentro. Ante las insistentes preguntas de Fritz, y tras apurar la jarra de cerveza de un trago, se limpia la barba y condescendiente le responde.-Una de las personas que ha perdido un animal es la solicitante de vuestra investigación. Si no hubierais insistido en venir a este tugurio a emborracharos a cuenta de vuestro empleador podría habéroslo dicho antes de llegar a su casa.-Deja la jarra vacía en el banco exterior del bar.-Se trata de una viuda adinerada del pueblo, así pues, aunque a mí no me importe en absoluto, os rogaría que la tratarais con respeto. Y así, puede que acabe cuanto antes de ser vuestro guía turístico.

Dando una palmada a Ragnar avanza hacia el pueblo una vez más.-Vamos, ¿ a qué estáis esperando? Ese malnacido de tabernero lleva tosiendo así unos cuantos años. Cuando hayamos terminado todo esto, si todavía estás preocupado yo mismo te llevaré al “galeno” del pueblo.

-Vayamos a ver a esa viuda, pues. No -cof, cof- perdamos más tiempo.

Félix se dio cuenta de que sólo podía caminar tambaleándose y haciendo esfuerzos por no perder el equilibrio.

"Y todo por el jodido tabernero de las narices..."

Se aproximó a Tryndamere, sonriendo malévolamente, y le susurró a la oreja:

-Si tenemos ocasión, esta noche nos cubrimos el rostro, esperamos a que el tabernero se quede solo y le sacudimos una buena tunda.

- Venga vamos, digo con entusiasmo, mientras ayudo a levantarse a Ragnar y si necesita ayuda a andar hacia nuestro destino.

A Fritz se le iluminó el rostro y la sonrisa se acentuó cuando miró a Dwalin.

-Pero bueno, ¡qué razón tiene! Ya verá, maese Dwalin, como de todos modos el placentero efecto de esta bebida se notará, si esta tos se ha de ir en algún momento, y estaremos lúcidos como sin duda la dama merece. ¡A ello! ¡Guíenos, maese enano!

-Seguidme.-resopla cansado Dwali. El camino por el que os conduce lleva hasta una pequeña cuesta que asciende una de las colinas sobre las cuales esta asentado Pfeifeldorf. Al llegar al final, observais el extenso llano salpicado aqui y alla de casas y chozas. Siguiendo el dedo indice del enano vuestra mirada se posa en una construcción antigua y rechoncha de un solo piso que parece mantenerse unida por parches de loco, roca y la pura fuerza de voluntad. En la parta trasera hay un gallinero y al este una pequeña parcela de tierra para el pastoreo y la agricultura. Un camino de tierra conduce desde la carretera principal hasta una única y gran puerta de madera astillada en el frente de la estructura.

-Se trata de la casa de Frau Gertrudt, la dama a la cual debéis asistir. Recordad que vuestros gaznates están en juego granujas.-Pero aunque el hogar de Frau es lo suficiente peculiar como para llamar vuestra atención, el bullicio de actividad que desprende la casa directamente al oeste de esta no pasa desapercibida. Además de un fanático cantando alabanzas de Karl, la Reencarnación de Sigmar, muchos aldeanos llevan cepillos y cubos de agua del río cercano y entran en la casa. Otros aldeanos salen y vierten un líquido de color oscuro en el suelo antes de dirigirse al río para rellenar sus cubos.

Me acerco al enano y le digo:- Vale, ahora iremos, pero antes podrías decirnos que están haciendo esos hombres?, que liquido echan al suelo? y para que sirve?.

Fritz iba a llamar cortésmente a la puerta de la casa indicada, pero se queda delante y no hace nada, esperando que el enano responda la pregunta de la joven mediana. Por otro lado, echa un vistazo a sus propios compañeros, especialmente a aquellos que sabe cortos de paciencia, para que ninguno quiera llamar a su irreverente modo antes que él. Si tenía que interponerse en la puerta, lo haría, por los dioses mayores y menores que sí.

-Coff.

Un pequeño acceso de tos lo hizo doblarse. Luego lo dominó y se limpió con un pañuelo terriblemente blanco.

Félix aguardó la respuesta del enano a la halfling, pues también le comía la curiosidad. ¿Qué diantres podían estar haciendo?

-Cof, cof.