Partida Rol por web

Bienvenida a la mansión señorial del Lynd.

Por favor, y antes de comenzar, llena el siguiente cuestionario:

Cuestionario:

1. ¿Qué es lo que más valora  tu personaje?

2. ¿cómo es a nivel social? 

3. ¿cuales son sus amigos (si tiene)?, ¿Tiene alguna relación afectiva seria?

4. ¿donde vive?, ¿con quien?

5. ¿tiene algún pasatiempo?, ¿algo que ame hacer?

6.  ¿Hay algo oculto que el personaje se avergüence de ello?

Pd: no olvides ampliar un poco tu historia, el que sea breve podría causar algún lío después ;)

1. ¿Qué es lo que más valora  tu personaje?

Para ella la familia lo es todo. Es lo que valora y protege sobre todas las cosas, aunque no le hace ascos a conocer mundo.

2. ¿cómo es a nivel social? 

Es una joven muy sociable de conversacion facil e inteligente, si tiene que hablar de banalidades lo hara pero prefiere conversaciones ricas y cultas. Nunca evita un duelo de intelecto,

3. ¿cuales son sus amigos (si tiene)?, ¿Tiene alguna relación afectiva seria?

Su mejor amiga es Miss Primrose Tunstell hija de la Baronesa Rose Tunstell y  Ormond Tunstell, tiene un hermano gemelo  Percival que esta loco por Prudence pero que ella no tolera en absoluto.

Tiene un pretendiente en Woosley, Leopold. Al que su padre odia, su madre adora y ella prefiere mantener lejos, pues engaña a todos con sus buenas maneras, pero hay algo en el que no le acaba de gustar.

Ella tiene un especial apego por un joven de las caballerizas de Woosley, Edward Calder. Que hace mas de dos años decidio partir en busca de mejorar su posicion social.

Lord Alexander Alkedama, su padrino. Siente adoracion por ella y por su madre.

4. ¿donde vive?, ¿con quien?

Actualmente reside en el barrio de Bloomsbury junto al Inspector Randolph Lyall, de Scotland Yard y su esposa Ivy Lyall. Sus dos perros y una preciosa gata. 

5. ¿tiene algún pasatiempo?, ¿algo que ame hacer?

Su mayor pasion es la lectura, adora leer. Aunque hay un pasatiempo que la tiene fascinada y que el Duque de Beaufort esta poniendo de moda practicandolo en su finca campestre de Gloucestershire, conocida como Badminton House y que a dado nombre a dicho deporte de raqueta, el badminton.

6.  ¿Hay algo oculto que el personaje se avergüence de ello?

No le gusta sumergirse en agua, así que prefiere una ducha a un baño y no sabe nadar o más bien no quiere intentarlo.

Historia de Lady Prudence Alessandra Maccon

Hija de Lord Connal Maccon, Conde de Woosley (Scotland) y Lady Alexia  Maccon.

Durante el cortejo de sus padres, ya que Lady Maccon residía en Londres por aquel entonces, pasaron mucho tiempo en la capital incluso tras contraer matrimonio seguían frecuentándolo a menudo. Aunque su padre echaba de menos las tierras altas y los paisajes de su escocía, así que con el tiempo consiguió convencer a su esposa de hacer del castillo de Woosley su residencia permanente.

Así pues la infancia de la joven Lady Prudence fue un poco atípica, solía pasar más tiempo encaramada a los arboles y cabalgando por los parajes escoceses que en la “civilización” como decía su madre. Aunque claro estaba, como futura dama debía saber comportarse por lo que cuando fue creciendo sus tareas y deberes fueron aumentando así como sus lecciones privadas con profesores de prestigio. Entre esas lecciones se encontraba el cómo comportarse y expresarse correctamente, lo cierto es que aprendía rápido y daba mil vueltas a sus profesores a la hora de un enfrentamiento dialéctico. Y aunque prefería calzarse unos buenos pantalones para montar su padre insistía en que no la viera nadie, en aquellos días estaba muy mal visto que una dama llevara las vestimentas de un caballero.

Durante su adolescencia solía pasar gran parte de su tiempo libre en las caballerizas junto a su amigo Edward Calder aprendiendo mucho de monta y ayudándole con sus estudios, pues el joven no quería conformarse con trabajar en las caballerizas toda la vida. Algo que Prudence veía muy lejano hasta que recibió una carta de Edward diciendo que se iba a enrolar en la marina en busca de una vida mejor y una posición decente.

El resto del tiempo solía pasarlo en la biblioteca entre los libros que Lord Alexander Alkedama enviaba con frecuencia para disfrute de su adorada ahijada.

En los veranos recibían la visita de la Baronesa Rose Tunstell y su esposo Ormond Tunstell. No entendía como su madre soportaba a esa mujer presuntuosa pero su marido era un buen hombre que mantenía negocios con su padre; “en ocasiones hay que hacer concesiones por un bien mayor” le decía su Lady Maccon.

Pero tenían una ventaja llamada Primrose, la mejor amiga de Prudence y la que le había puesto el mote de Rue, adoraba pasar el tiempo con Primrose paseando por los terrenos de Woosley y jugando al Badminton durante los veranos, aunque eso significara tener que soportar a su hermano gemelo Percival.

No es que Percival sea un mal chico simplemente es un cuatro ojos sabelotodo que no hace más que perseguir a Prudence como un perrito faldero y algo que Prudence no tolera es un hombre sin personalidad, acostumbrada a estar rodeada por hombres con autoridad y carácter como su padre manejar a un simplon como Percival era cosa demasiado fácil, prefería los retos.

Leopold; eso era un reto. Tanto Prudence como su padre Lord Maccon lo calaron al primer instante aunque no comprende como su madre no. Se trata de un dandy venido a menos que trataba de hacer un buen “trato” de negocios tratando de cortejar a Prudence para así poder acceder a hacer negocios permanentes con su padre que lleva años rechazando el trato con su familia. ¿Los motivos? Su padre nunca se lo explico, solía hablar de negocios con ella pero de la relación con las familias que tenía “castigadas” nunca.

Habiendo sido presentada en sociedad y estando en edad casadera, Lord y Lady Maccon decidieron que este año su hija podría pasar la época de baños entre Bath y Londres, más Lady Alexia que Lord Connall todo sea dicho.

Especialmente en Londres donde el gran amigo de Lord Maccon e Inspector de Scotland Yard Randolph Lyall y sus esposa Ivy ejercerían de anfitriones de Lady Prudence.

Había una segunda intención en esta visita y es que un pariente cercano de la joven Rue había desaparecido en extrañas circunstancias y era de buena educación interesarse por él, más cuando su “cabeza” era una de las posibles herederas del título del pobre hombre. Aunque eso conllevara consecuencias algo negativas pese a ir acompañadas de un título.

Según sus padres podría volver a casa tanto con un título nobiliario y quizá un marido.

Ninguna de esas dos cosas estaba entre los intereses de la joven Prudence pero haría el esfuerzo por sus progenitores.

La carta te es extraña, como si quien la hubiese escrito no estuviera muy seguro si quería ser amigable o  parecer elegante…

Querida Prue

No estoy muy seguro de cómo empezar esta carta, escribir a alguien que está lejos es mucho más difícil de lo que imagine.

Quiero decirte tantas cosas, pero aun no es tiempo, no es tiempo.

El mar, en estás noches es extraño y el capitán, Lord Lyford es exigente como pocos, la amable ayuda que tu padre dio a mi persona para unirme a la marina junto a su recomendación parecen hacerle esperar más de mí que de otros. No creas que me quejo, me honra y siento, que si estuvieras aquí, entenderías mi fascinación, no solo con el mar, sino con el capitán, es un hombre honorable que parece saber cómo guiarnos a todos.

He logrado hacer amistad con un noble que está aquí, Ulric Potter, hermano menor de Lord Potter, el cual si no estoy errado es pariente tuyo… aunque no estoy muy seguro de en qué grado. De entre todos los que nos hallamos dentro del regimiento es el único que se ha avenido a hablarme como un igual, la mayoría aquí suele mostrarse bastante imperiosa en cuanto entienden que no soy noble, por todo ello, le estoy muy agradecido.

Veo lo que te he escrito y no puedo entenderme bien, Prue ¡Qué difícil es escribirte en verdad!

Me imagino que te he logrado aburrir, pero no me quejare… las noches aquí son un poco largas cuando se está de vigía.

Sé que estás en Londres, y espero de todo corazón que estés bien y los planes de tu familia se cumplan con buen seguro, te deseo la felicidad de todo corazón.

Si deseas contarme como esta todo allá, te leeré atento y sin duda…

Hasta entonces.

El sobre es elegante y aun antes de abrirlo sabes de quién viene, el sello lacrado de tu padre esta sobre él anunciandote de quién viene, y el aroma a rosas se desprende de la hoja en cuanto la desdoblas.

Querida Prue

Nos ha llegado una carta a tu padre y a mí, de parte del conde de Kimberlein, comunicándonos acerca de la lectura de la última voluntad del marqués de Lyndbrooke, un primo lejano mío cuyos parientes más cercanos no parecen hallarse en posición de ocupar la posición.

Por ello y viendo una oportunidad sin igual en ello, te suplico te comportes con elegancia y seriedad dentro del Lynd, dejando orgullosa a tu familia, desearía con gran anhelo ir a acompañarte en esta situación, pero por extraño que parezca han solicitado que vayas sola, te sorprenderá pero en el Lynd te esperara la compañía de la marquesa de Selverton, una dama orgullosa que sin duda sabrá guardar tu honor y honra.

Deseándote la más  grande de las gracias, me despido.

Tu padre y yo te amamos tanto como la última vez que te vimos.

Atentamente.

Lady Maccon

 

El sobre era elegante y estaba sellado, al observar de cerca el sello y hacer memoria te diste cuenta de que lo habías visto en el pasado, en algún lugar, una reunión... venía de parte del conde Kimberlein, a quién habías escuchado nombrarse activamente, era un mecenas de las artes bastante conocido, aunque extrañamente alejado de los escándalos; de hecho si no te equivocaras dirías que cuenta con el especial agrado de tu anfitriona, la cual lo había nombrado en variopintas ocasiones.  

La carta estaba escrita con elegancia, como si dejara claro que quién la había escrito era un noble, un hombre seguro y confiable, no había una sola mancha.

A Lady Maccon

Habiéndome visto en la posición de albacea oficial del marqués de Lyndbrooke, actualmente desaparecido y siguiendo sus indicaciones.

Os hago participe de una invitación al Lynd, la mansión señorial de los marqueses de Lyndbrooke, para conocer su última voluntad.

Esperamos con agrado, vuestra gentil presencia.

Atentamente.

Renee Kimberlein

Conde de Kimberlein

El sobre era elegante y estaba sellado, al observar de cerca el sello y hacer memoria te diste cuenta de que lo habías visto en el pasado, en algún lugar, una reunión... venía de parte del conde Kimberlein, a quién habías escuchado nombrarse activamente, era un mecenas de las artes bastante conocido, aunque extrañamente alejado de los escándalos; de hecho si no te equivocaras dirías que cuenta con el especial agrado de tu anfitriona, la cual lo había nombrado en variopintas ocasiones.  

La carta estaba escrita con elegancia, como si dejara claro que quién la había escrito era un noble, un hombre seguro y confiable, no había una sola mancha.

A Lady Maccon

Habiéndome visto en la posición de albacea oficial del marqués de Lyndbrooke, actualmente desaparecido y siguiendo sus indicaciones.

Os hago participe de una invitación al Lynd, la mansión señorial de los marqueses de Lyndbrooke, para conocer su última voluntad.

Esperamos con agrado, vuestra gentil presencia.

Atentamente.

Renee Kimberlein

Conde de Kimberlein

- ¿Y bien Rue? ¿que dice la carta? - le pregunta sonriente Ivy mientras continua con sus labores sentada tranquilamente en el sofá

- El Conde Kimberlein como albacea del marques Lyndbrooke me invita cordialmente a visitar la mansión e Lynd para la lectura de sus ultima voluntad - suspira sosteniendo la carta sobre su regazo - supongo que no puedo rehusar

- Indudablemente querida tiene que hacer acto de presencia - se levanta gentilmente acercándose a Rue y acariciándole el cabello - daré las instrucciones para prepararlo todo

"Bueno parece que me tocara hacer una excursión a la mansión, veremos que me deparara el futuro alli" piensa resignada