Partida Rol por web

-Es un placer conocerla querida niña, sin duda es un honor ver a una hija de los Maccon con nosotros, por favor siéntese conmigo, desde aquí podrá ver la razón por la que nos hemos reunido-es una mujer muy dulce y su rostro expresa una calidez muy grande, te parece evidente que el honorable Stratford la respeta y quiere y que ella le quiere a su vez. Vez la silla que esta cerca suyo.

–Oh, es verdad, lady Maccon, por favor póngase cómoda, le aseguro que en cuanto lo vea será magnifico…-Dice antes de desaparecer por uno de los lados del salón.

Al entrar en el salón de llama la atención los sutiles cambios en la decoración para la demostración del misterioso artilugio que tiene al honorable Stradford sumamente entusiasmado. Saluda a los presentes con una inclinación de la cabeza inexpresiva tan solo con el brillo de la curiosidad en sus mirada hasta que le introducen a la señora Blay sonriendo afablemente a la dama haciendo una leve reverencia.

- Será un placer sentarme junto a usted Señora Blay - la calidez de la mujer te conmueve pensando que quizá la primera impresión del honorable Stradford puede ser equivocada si una dama como aquella fue hace tiempo su institutriz- ¿usted sabe que va todo esto señora Blay? El honorable Stradford parece estar realmente entusiasmado ante la demostración que nos tiene preparada -Le dijo en un tono confidente

Se sientan en las sillas también, la dama comenta.

-Siéntase cómoda, y por favor sírvase lo que desee –Sobre las dos mesas hay ciertas bandejas de pastelitos y una cesta de manzanas, además de unas copas de refresco perfectamente colocadas

–Realmente, mi lady no tengo un gran conocimiento del artilugio, pero sé que es muy hermoso… aunque –Levanta los ojos y mira a los dos jóvenes, extendiendo una mano-Vengan queridos, Elliot, si fueras tan amable de darnos una pequeña introducción a lo que está por ocurrir aquí, estoy segura que te lo agradeceremos-sonrió dulcemente, y pareció por un momento más joven.

El joven inclina brevemente la cabeza, mientras lady Merrow se acomoda al otro lado de la dama, con una sonrisa, él se mantiene apoyado en el borde de una baranda detrás suyo mientras os mira

-Por supuesto mi señora -sonrie levemente, antes de continuar - Lady Maccon, Lady Merrow y Sra. Blay nos alegra que nos acompañen en esta ocasión, la primera que podremos disfrutar todos los presentes–se expresa por primera vez el joven con un gesto muy amable y cortes inclinando la cabeza –El artilugio que vera está siendo colocado por muy pocos miembros de nuestra alta sociedad, aunque es muy... extraño y agradable, en cuanto lo vea entenderá que la duquesa lo haya puesto, aunque no lo use demasiado... puesto que fue colocado para un placer un poco más egoista que el de esta ocasión. 

-Explicaros lo que es sería arruinaros la sorpresa, pero por favor miren al frente –Al mirar al frente observas que tu reflejo te devuelve la mirada, es un vidrio plano, como el reflejo de una ventana -Ahora a todos los lados de este hermoso salon -A cada lado hay esa suerte de vidrios, te ves sorprendida, igual que todas-bueno, mostrarlo nos arruina un poco, pero estas paredes lisas tienen dos diferentes usos, esta ocasión, veremos la que el honorable considera más bella

O más bien

Estaremos en ella 

su sonrisa es perfecta mientras la luz se hace en el salón y te vez rodeada de un ambiente diferente, el suelo ha desaparecido aunque sigue a tus pies, la luz te rodea y puedes ver a tus acompañantes pero más que eso, te ves en un nuevo ambiente, no es el salón

Aun puedes ver las mesas, los sillones y a las personas a tu alrededor, las os damas están sorprendidas es cierto, y es que, de estar iluminadas con velas, ahora os ilumina otra luz 

Casi sientes que puedes tocar la neblina a tu alrededor, esos girones de luz que os envuelven y se reflejan en tu piel, desde esas paredes lisas, es tan bonito, aunque poco a poco se oscurece y de cada pared y del techo pueden ver como aparece una mano blanca, como dejando caer estrellas 

y sigue cambiando poco a poco, hasta convertirse en un breve atardecer y al ver al suelo, casi te sobresaltas, ¿agua?

El agua se vuelve apenas un manantial y al elevar los ojos es de día otra vez

y os rodea un hermoso bosque, con empedrado en el suelo, una cascada en una de las paredes del salón, es una ilusion hermosa, muy hermosa

y luego todo se termina de iluminar, y parece que están sobre las nubes o sobre un tempestuoso mar, que no arrastra, es tan bonito... y te da tanta calma, al mirar a tu alrededor, las expresiones de todos son de sorpresa, emción y fascinación, es cierto que es la primera vez que lo ven.... y es tan bello

En una de las esquinas, un poco alejado, terriblemente fascinado esta el honorable Stratford, su sonrisa es leve y mira feliz a su alrededor... puedes entender que le guste, poder traer cualquier lugar a este salón

¿que lugar traerías tú?

el silencio lo llena todo mientras solo pueden expresar en sus rostros su fascinación, la pregunta llega de sus labios

- Ahora que lo han visto... ¿Que podéis decir? ¿No es acaso perfecto? -pregunta con una expresión fascinada 

Rue escucha atentamente la vaga pero amable explicación del Sr. Sevenoaks y cuando la luz toma el salón. La fascinación y admiración por la belleza de lo que el artilugio es capaz de recrear se apodera de ella observando todo a su alrededor, su piel y sus ropas. Las imágenes cambiando dando un toque de magia al ambiente. Sin dejar de disfrutar de tan maravillosas escenas se percata del rostro del honorable Stratford en una esquina su sonrisa leve pero con una mirada llena de vida y lo que parece felicidad. 

Sin duda ninguno de los presentes es el mismo sin la duquesa cerca o esa es la sensación que tiene Rue. Ante la pregunta del honorable Stratford no puede más que soréir.

- Sin duda es algo fascinante - dice con un tono suave casi un susurro para no romper la magia del momento - ¡Gracias por la invitación! Sin duda es una maravilla ¿y funciona con cualquier imagen?

Sin duda había despertado la curiosidad de Rue y un millón de preguntas se agolpaban en su mente luchando por salir, pero debía de contener un poco su impulsiva lengua por el momento.

Los demás miembros se vuelven al oírte hablar y miran al honorable esperando su respuesta, es evidente que están admirados, el honorable sonríe ante tus palabras mirándote a los ojos, antes de contestar con una voz elegante y suave, que parece acorde al escenario, sin romper la magia de la situación.

-Me alegra que guste a todos y en especial a usted mi lady, es algo digno de admirarse -sonríe antes de terminar de acercarse al grupo que son todos ustedes y continuar hablando lentamente contestando a la pregunta-  Podría funcionar con casi cualquier imagen, creo yo, las imágenes que ahora hemos visto son producto de la obra de un buen amigo, un pintor que cuenta con el favor de la duquesa;  las estrellas y la mano en cambio son el efecto de una fotografía -explica tranquilamente acomodándose en el la silla más cercana que esta vacía...

-La duquesa lo hizo poner hace poco, en cuanto lo vi supe que era necesario que todos lo viésemos-comenta inclinando la cabeza en tu dirección, al verle a los ojos notas que son bastante expresivos,  tienen un trasfondo de amabilidad y cortesía inmaculadas... sin ese trasfondo de engaño que tanto acostumbras ver en los nobles.

El resto de la cita es bastante agradable de pasar en un ambiente tan hermoso, donde disfrutan de los pequeños aperitivos para comer, al tiempo que conversan amenamente entre todos ustedes, descubres en Lady Merrow una personalidad ligeramente pasiva pero propia de su edad, y una alegría natural, Elliot Sevenoaks parece tener una gran fascinación con la poesía, la señora Blay es una mujer dulce y cortes que dirige la reunión con franca habilidad, y por supuesto el honorable Stratford logra agradar a todos, su alegría es natural pero controlada.

a la hora de la cena, te encuentras con que no has dormido la siesta, pero estás satisfecha, a la hora de la cena se les anuncia que la duquesa no podrá acompañarles, por lo que la señora Blay y el honorable presiden la mesa permitiendo cierta libertad en todos, la cena es mas tranquila y sin la inquietud de tener que controlarse frente a la duquesa comienzas a entender porque te dijo que tuvieras cuidado con aquellos jovenes.

tanta alegría no podía ser correcta para una mujer como ella.

Antes de dormir, solo puedes pensar en que el Lynd te espera y vas bajo la protección de una mujer un poco cruel y fría, pero has contado con una agradable compañía gracias a ella y has visto cosas hermosas en aquel vagón de ensueño que es de su propiedad.

Antes de cerrar los ojos sientes una vigilancia suave y una voz lejana que te dice

Duerme hermosa joya de primavera, duerme y llega pronto al hogar que te espera 

El día había resultado de lo más tenso puesto que estaba acostumbrada a ser más natural y desenvolverse con gran confianza, pero debía de mantener la compostura ante la Duquesa por sus padres. Estaba convencida que la estancia en el Lynd iba a ser larga y tediosa pero quizá mereciera la pena por tener la oportunidad de conocer a gente tan curiosa como Lady Merrow o a la tierna y cariñosa Señora Blay al igual que a los caballeros tan llenos de energía como el señor Sevenoaks o el Honorable Stratford, este último además le había sorprendido gratamente con su aparente sinceridad, algo que no se ve todos los días entre los nobles.

Sin duda la Duquesa ejercía gran presión sobre todos ellos pues al encontrarse libres de su mirada se habían mostrado más relajados y abiertos a conversaciones más amenas. Sin duda sería algo interesante.

Al acomodarse en su cama un escalofrío recorrió su espalda como si alguien la estuviera observando, algo imposible pues eran camarotes individuales. Sería simplemente sería su imaginación, entonces esas palabras resonaron en su cabeza como un susurro mientras caían en un profundo sueño, haciendo que frunciera el ceño extrañada.

Duerme hermosa joya de primavera, duerme y llega pronto al hogar que te espera