Partida Rol por web

Lyndbrooke (fallida)

Prologo: Una visita inesperada

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12/09/2016, 17:12
Director

La carta te es extraña, como si quien la hubiese escrito no estuviera muy seguro si quería ser amigable o  parecer elegante…

Querida Prue

No estoy muy seguro de cómo empezar esta carta, escribir a alguien que está lejos es mucho más difícil de lo que imagine.

Quiero decirte tantas cosas, pero aun no es tiempo, no es tiempo.

El mar, en estás noches es extraño y el capitán, Lord Lyford es exigente como pocos, la amable ayuda que tu padre dio a mi persona para unirme a la marina junto a su recomendación parecen hacerle esperar más de mí que de otros. No creas que me quejo, me honra y siento, que si estuvieras aquí, entenderías mi fascinación, no solo con el mar, sino con el capitán, es un hombre honorable que parece saber cómo guiarnos a todos.

He logrado hacer amistad con un noble que está aquí, Ulric Potter, hermano menor de Lord Potter, el cual si no estoy errado es pariente tuyo… aunque no estoy muy seguro de en qué grado. De entre todos los que nos hallamos dentro del regimiento es el único que se ha avenido a hablarme como un igual, la mayoría aquí suele mostrarse bastante imperiosa en cuanto entienden que no soy noble, por todo ello, le estoy muy agradecido.

Veo lo que te he escrito y no puedo entenderme bien, Prue ¡Qué difícil es escribirte en verdad!

Me imagino que te he logrado aburrir, pero no me quejare… las noches aquí son un poco largas cuando se está de vigía.

Sé que estás en Londres, y espero de todo corazón que estés bien y los planes de tu familia se cumplan con buen seguro, te deseo la felicidad de todo corazón.

Si deseas contarme como esta todo allá, te leeré atento y sin duda…

Hasta entonces.

 

El sobre es elegante y aun antes de abrirlo sabes de quién viene, el sello lacrado de tu padre esta sobre él anunciándote quienes te han escrito, y el aroma a rosas se desprende de la hoja en cuanto la desdoblas.

 

Querida Prudence

Habiéndonos llegado a tu padre y a mí una carta, de parte del conde de Kimberlein, comunicándonos acerca de la lectura de la última voluntad del marqués de Lyndbrooke, un primo lejano mío cuyos parientes más cercanos y lejanos tienen cada uno la posibilidad de hacerse con el título del marques ahora que este ha desaparecido.

Es por ello que viéndonos en una posición bastante comprometida por la nueva situación, de la que sin duda ya has sido informada, nos vemos en una apurada situación.

No pudiendo ir tú a Lyndbrooke sola y no pudiendo acompañarte tu madrina, por razones personales, tu querido padre ha logrado que una honorable dama, la duquesa de Meivelin, se ofreciera a hacerte compañía y te proteja en tu estancia en el Lynd.

Querida mía, sin dudar de que la marquesa es una mujer honorable y muy respetada en sociedad, te suplico actúes controladamente con ella, tu padre y ella han tenido una muy larga amistad y desearía que ella se sintiera a gusto contigo; una vez estés en la mansión sin duda encontrarás a otros miembros de nuestra familia tales como la condesa de Selverton, una prima mía a quién sin duda recordarás de nuestras vacaciones en su villa en Francia.

Si no la encuentras, cosa que me sorprendería, escríbeme de inmediato.

Esperamos, con gran esperanza, que disfrutes tu estancia en el Lynd, es una casa preciosa y sin duda muy acogedora.

Deseándote la más  grande de las gracias, me despido.

Tu padre y yo te amamos tanto como la última vez que te vimos.

Atentamente.

Lady Maccon.

 

Ambas cartas te habían llegado el día anterior a la hora de la tarde y un anuncio de la duquesa de Melvelin poco después en una nota elegante que señalaba que te recogería hoy a las diez de la mañana, unos saludos de lo más corteses y esperando llegar a tiempo.

Tu madrina había puesto expresión de circunstancias tras enterarse que la marquesa haría de dama de compañía mientras preparaba todo para tu partida, ahora estaban sentadas en la sala, que era bastante hogareña en aquellos colores pastel, con tu equipaje esperando en el recibidor mientras tomaban un té con algunos pasteles.

-La duquesa llegara dentro de poco –comento con su agradable voz aunque no te miraba realmente, parecía concentrada en la taza de té que estaba en sus manos – faltan apenas unos minutos –si mirarás el reloj notarías que faltaban quince –Prudence –dijo repentinamente mirándote con cierta ansiedad velada en los ojos – Ten cuidado con la dama, no es una mujer malvada, no, pero por favor- apretó los labios evidentemente tensa- tengo que decírtelo… no puedes ir sin saberlo –había un billo extraño en sus ojos –ella tiene un interés muy personal en el Lynd … prométeme que tendrás cuid- –parecía haber hecho un gran esfuerzo para decir aquello, pero no pudo continuar, el mayordomo de la casa ingreso con paso seco.

-La duquesa de Melvelin –anuncio con una voz de barítono poniéndose cuan recto era, tu madrina se sonrojo ligeramente, mientras sus bonitos ojos se abrían un poco, echo los hombros hacía atrás mientras se paraba al tiempo que la marquesa ingresaba.

Era una mujer anciana, con los rasgos hermosos y los ojos brillando como dos joyas gemelas en un rostro frió y sin emociones. 

-Duquesa- la señora de la casa se inclinó lentamente, antes de elevar los ojos hasta ella- la esperábamos, bienvenida a mi humilde hogar.

-Un placer- su voz era elegante y culta, pero carente de emociones, dirigió sus ojos sobre ti con seguridad.

-M-mi ahijada lady Maccon –presentó pálidamente la dama.

 

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12/09/2016, 17:16
Duquesa de Melvelin

-Sí, lo veo –la dama pareció tomar un respiro- señora Lyall le agradezco que se hiciera cargo de lady Maccon, desde ahora la joven pasa a mi autoridad, lady Maccon- te dirigió una mirada fría, dejando claro que quizás hacerse cargo de ti no era algo que le agradase demasiado- nuestro tren sale en 20 minutos, por tanto, nos retiramos en este instante… su equipaje ya se encuentra en los carruajes-y tras decir aquello dio media vuelta saliendo de la sala, esperando que evidentemente la siguieras.

Ivi Lyall te dirigio una mirada angustiada, y luego asintió, como diciendo que la siguieras.

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14/09/2016, 14:45
Lady Prudence Maccon

Rue sonrío al leer las lineas que Edward le había dedicado, hacía ya varios meses que no tenía noticias de él pues escribía con poca frecuencia solo si sabía que iban a estar en puerto conocido el tiempo suficiente para que le pudiera contestar pero en esta ocasión no mencionaba puerto alguno donde poder enviar una contestación así que tendría que hacer sus pesquisas.

En cambio la carta de su madre le borro la sonrisa de la cara y sumada a las advertencias de Ivy no mejoro mucho su humor. Tendría que acudir a Lyndbrooke con la Duquesa Melvelin, una completa desconocida para ella ojala la hubiera dejado ir con Primrose y su dama de compañía habría sido algo más placentero aunque no le quedaba más remedió que cumplir los deseos de su madre ya que su padre había logrado un favor como ese de la dama.

Tranquila Ivy tomare estaré alerta cuál halcón - sonrío dulcemente a su madrina tratando de calmar su animo.

Al ser anunciada la llegada de la Duquesa Melvelin y como dicta el protocolo tanto ella y su madrina se pusieron en pie realizando una reverencia como bienvenida.

Duquesa - se irguió alzando la cabeza para mirar a la dama, su rostro era imperturbable y su mirada gélida, aun así sus modales eran impecables con una voz elegante y madura - permita que le agradezca el gesto hacía mis padre ofreciéndose a hacerme compañía durante mi estancia en el Lynd, es un gran gesto por su parte.

Por la mirada fría que obtuvo como respuesta no parecía agradarle la idea de acompañarla al igual que a Rue no le agradaba la manera de dirigirse a Ivy o de considerar que ahora estaba bajo su "autoridad". El hecho de tener más edad y una reputación entre la alta nobleza no les daba derecho a pensar que estaban por encima de los demás y aun menos de que pensara por un momento en que tenía autoridad sobre su persona.

Tratando e no alterar más a su querida madrina contuvo su lengua limitandose a sonrirle cuando la duquesa salio de la estancia, ser acerco a ella y la tomo de las manos.

-Tranquila Ivy, sabes que con la sangre de mi padre y mi madre corriendo por mis venas no va a pasarme nada - la beso dulcemente y se dispuso a tomar su abrigo y sombrilla para acto seguido subir al carruaje con la duquesa.

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14/09/2016, 20:54
Director

El interior del carruaje es elegante, aunque un poco… ¿triste? Es difícil cómo describirlo al ver el rostro pétreo de la marquesa, cuyo silencio hace terriblemente incomodo el viaje, al salir del hogar de tu madrina habías observado que detrás del carruaje de la duquesa iban otros tres, donde debían estar tu equipaje, por supuesto, una dama como ella iría con su propio sequito.

¿Cuántas personas irían allá?... tras lo que parece haber sido una eternidad, la dama te observa, aun con los ojos fríos, vuelve a hablar.

-El viaje sera un poco largo, nos dirigimos a la estación donde subiremos a un vagón privado de mi propiedad, el conde de Kimberlein ofreció el suyo, pero entenderá que era inadecuado permitir que continuara con sus cortesías para con la familia- comenta comenzando a apartar los ojos de ti, aunque no deja de mirar al frente, detrás de ti –En el vagón nos acompañaran algunas personas, entre ellas dos caballeros de la familia, el honorable Stratford, que sin duda sabrá es primo en segundo grado del marques de Lyndbrooke y el  señor Sevenoaks,  quien estuvo bajo la tutoría del mismo… son caballeros decentes aunque eso no impide que le recomiende que, como es costumbre, no se sienta muy cercana a ellos, llevan en Londres el tiempo suficiente como para haber olvidado algunas cortesías naturales

Vuelve a fijar los ojos sobre tu rostro, aunque no estás segura de si espera una respuesta o solo continua estudiándote. 

 

Notas de juego

*el apellido Sevenoaks te resulta desconocido. no crees que pertenezca a un noble... o al menos no lo has escuchado unido a un titulo antes. 

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16/09/2016, 01:18
Lady Prudence Maccon

Rue permanecía inmóvil con un semblante sereno y una postura impecable, con sus manos descansando sobre su regazo viendo a la duquesa a los ojos sin pestañear, asintiendo levemente ante las indicaciones del viaje que les espera. Los trenes le fascinaban así que sería interesante poder explorarlo un poco si el ambiente del tren se volvía algo cargante, aunque dudaba que lograra hacerlo con la duquesa vigilando.

Sin duda tanto tanto el Señor Stratford como su como su amigo el señor Sevenoaks nos proporcionaran una agradable conversación para sobre llevar el viaje hasta el Lynd - se limito a decir sin expresar emoción alguna. 

Madre insistía en que las demostración de emociones mejor dejarla para las personas de confianza y la familia, antes desconocidos o los nobles mejor mostrar la cara más digna que una pueda mostrar así que decidió por una vez seguir el consejo de su madre mientras que conocía a la duquesa un poco más. Aunque dudaba que hubiera mucho más que la mujer fuera a dejar ver.

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16/09/2016, 03:07
Director

TRANSCANTABRICO CLASICO SALON DE TE

La dama asiente lentamente y da la impresión de estar aprobando algo, el resto del viaje en carruaje es tan tenso que no sería raro salir corriendo del carruaje una vez se detuviera, nadie lo hace, es verdad y cuando el carruaje se detiene esperan a que el cochero, o uno de sus ayudantes abra la puerta.

Ambas damas salieron del carruaje, siendo rápidamente alcanzadas por dos caballeros de agradable apariencia, uno moreno y otro rubio, los cuales caminaron dos pasos detrás de lady Prudence, hasta que llegaron a la puerta del vagón privado de la duquesa, momento en que se apresuraron en “atender” caballerosamente a la dama para que entrara al carruaje.

El caballero rubio se mantuvo junto a la puerta hasta que terminaron de entrar las damas, cuando lady Maccon paso a su lado pudo apreciar que cierta conmiseración brillaba en sus ojos.

Al entrar al vagón, se puede apreciar un pequeño salón que la dama ignora por el momento y los guía más al interior hasta llegar a otro de sillones blancos, donde tras asegurarse de que todos la verían procedió a presentarte.

-Queridos- Por primera vez la duquesa se expresó con un tono una pizca más amable –permítanme presentarles a Lady Prudence Maccon, hija de Lord Maccon quién la ha puesto bajo mi protección por este viaje al Lynd –esas palabras te suenan a sentencia y es evidente que a los otros les suena igual - Lady Maccon permítame presentarle a Lady Merrow, quién al igual que usted está bajo mi…  responsabilidad hasta llegar al Lynd – la dama en cuestión te sonrió, mientras realizaba una leve reverencia, daba la impresión de que si se hallase en otra situación sería bastante más dulce en su saludo.

-Es un honor, mi lady –dice con voz suave, aunque un poco subyugada, da la impresión de llevar un tiempo con la duquesa.

-El honorable Stratford –El caballero rubio que estaba en la puerta curva los labios en un amago de sonrisa, inclinando la cabeza levemente mientras se lleva una mano al pecho.

-Un eterno placer tener el honor de conocerla, Lady Maccon –su voz es segura y elegante,  da la impresión de que es el único que esta medianamente relajado en este lugar.

-y el señor Sevenoaks – el hombre de cabellos negros, es joven y no le calculas más de 20 años, inclina cortésmente la cabeza.

-Un honor, mi lady- dice con voz suave y tranquila, y la mirada ligeramente esquiva... parece inquieto... y los ojos de la duquesa se endurecen un poco al ver eso.

 

Una vez hechas las presentaciones.

-Muy bien, podemos acomodarnos- con esas palabras todos los miembros de aquella pequeña reunión toman asiento, todos excepto Stratford que se acerca a una de las ventanas para observar algo por unos segundos, ella se sienta en el sillón más grande, señalándote en un gesto casi invisible que te sientes o a su lado o en uno de los sillónes que están al lado, Lady Merrow se sienta en el sillón personal al lado del que usa la duquesa Sevenoaks hace lo propio -¿Desean algo de tomar? Partiremos enseguida.

Notas de juego

¿dime donde te sientas, si es al lado de la marquesa, lady merrow, Sevenoaks o cerca de lionel Stratford -que no se ha sentado, cada cual tendrás una conversación contigo. 

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18/09/2016, 23:59
Lady Prudence Maccon

Rue era un observadora y trataba de no perder detalle de su alrededor. Tras las presentaciones a las que contesto con un leve movimiento de cabeza sumado a una pequeña y elegante reverencia, les devolvió el saludo a cada uno tal y como se los había presentado la Duquesa Melvelin. Una vez todos sentados decidió acomodarse junto a la Duquesa, de modo que podía mantener una cómoda conversación con todos los presentes al mismo tiempo que ver y estudiar sus movimientos.

Si no fuera mucha molestia un té sería de lo más ideal para comenzar el viajes - respondió elegantemente a la pregunta de la duquesa

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20/09/2016, 06:02
Lionel Stratford

La duquesa asiente, mientras los demás señalan que tomaran té también, todos excepto el honorable que entreabre los labios alegremente y dice.

-Me abstengo, querida tía y te ruego no enfades por ello –comenta mientras el tren se pone, efectivamente en movimiento, sin embargo no es brusco y ninguno ha sentido el movimiento demasiado fuerte, pronto se retorna la comodidad, y el hombre rubio vuelve a hablar –creo que el viaje resultara demasiado cómodo como para beber té, me sentiré en una campiña inglesa y aun no llegamos –vuelve a mirar por la ventana del carruaje, como si se despidiera de algo antes de ir y sentarse en el sillón al lado del de Lady Merrow, susurra algo que solo Sevenoaks y ella escuchan pero es evidente que ellos están de acuerdo, el honorable sonrie levemente y luego mira a la duquesa con una expresión encantadora y comenta.

–querida tía, si no es molestia permite que Sevenoaks toque para nosotros, el viaje será largo y es posible que necesitemos relajarnos todos nosotros

Sus palabras parecen ser agua cristalina, te da la impresión de que si otro lo hubiera dicho ella habría sido particularmente cruel, en cambio ahora mira simplemente a los dos jóvenes y a la dama que la miran en silencio, esperando su veredicto, por un segundo te parece que Stratford te mira a ti, pero al verle no notas sus ojos sobre ti sino sobre ella, la duquesa.

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20/09/2016, 06:04
Duquesa de Melvelin

-Adelante si eso les place- ordena suavemente, de inmediato Sevenoaks hace un inclinación superficial y se dirige un poco lejos de ustedes en dirección a un piano de cola que está en la misma sala, no muy lejos donde comienza a tocar una melodía suave de compañía, sencilla y propia en la escena que permite hablar sin prestar gran atención a ella, lady Merrow sonríe grácilmente y asiente en dirección a Stratford, como si le agradeciera algo, que vuelve de nuevo su atención a la ventana, a ver lo que sea que ocupe su atención.

Poco después el mayordomo comienza a servir el té para lady Merrow, para la duquesa y para ti, extendiendo las tazas en vuestras direcciones con movimientos expertos.

Recibes la tuya lo mismo que han recibido las suyas las otras dos damas que están ahí, la duquesa entonces comenta en tu dirección y en voz particularmente baja.

-El té de rosas de la india no suele ser demasiado bueno, sin embargo el de Portugal, es particularmente delicioso… -comenta tomando de su taza, tras unos minutos vuelve a hablar.

-Debo preguntarte, Prudence, si has pensado ya en el Lynd… ¿Habías ido antes allá? –te observa con serenidad, sus ojos son dos gemas precisas que no entiendes del todo, de reojo observas que una vez más el honorable Stratford te observa con delicadeza con cierta lastima, aunque cuando nota que le devuelves la mirada el aparta los ojos educadamente.

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20/09/2016, 23:43
Lady Prudence Maccon

Encontrándose en desventaja al no conocer a los presentes prefería no perder detalle de sus gestos entre ellos, tanto Lady Merrow como el señor Sevenoaks parecían muy comedidos ante la Duquesa sabiendo que era mejor mantenerse fuera de su radar. En cambio el Honorable Stratford parecía ajeno el mundo pero complaciente con su tía de igual modo, le intrigaba su comportamiento y sobre todo nadie rechazaba un buen té. 

Ante el comentario de la Duquesa sobre el té sonríe amablemente asintiendo para su siguiente pregunta no esta del todo preparada.

 - Lo cierto duquesa es que esta va a ser mi primera visita a Lynd. Para mi desgracia mis padres se acomodaron a la vida en el castillo de Woosley y son escasas las ocasiones en las que se alejan de las Highlands. Por suerte el Inspector Lyall y su esposa siempre están dispuestos a acogerme en su hogar.

Al llevarse la taza de té a los labios sintió que alguien la observaba y al alzar la mirada esta se cruzo con la de Lionel Stratford que las miraba ¿con pena? ¿compasión?¿que significaba eso? Cuando él se percato de que le devolvía la mirada se apresuro a mirar de nuevo por la ventana.

 

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21/09/2016, 02:36
Duquesa de Melvelin

Cuando expresas que nunca has ido al Lynd la duquesa te observa con un muy leve trasfondo de intriga en sus ojos, aunque para una mujer de gestos tan controlados como ella debe ser mucho.

-Me sorprende, sin lugar a duda el Lynd es un lugar al que acudir… -contesta con un tono sereno, observándote –en ese caso al ser su primera visita, tendremos cuidado de no perderte, me alegro que Tristán eliminara el laberinto del jardín –decide asintiendo y observándote con gesto un poco más sereno que frio, lo que es un alivio –si siente que puede perderse, acuda a mi enseguida, y si no me encuentra por alguna razón ... Lady Merrow estará para cuidarla –dice y te das cuenta de que quizás si le preocupes, aunque sea por un asunto de reputaciones. 

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21/09/2016, 02:38
Lucinda Merrow

No estás muy segura, pero Lady Merrow se sobresalta un poco cuando la nombran, es apenas un reflejo invisible para la mayoría pero no para unos ojos avispados y curiosos como los tuyos, enseguida ella te sonríe asintiendo a las palabras de la duquesa.

-Por supuesto, estaré encantada de ayudarla si así lo necesita, mi lady –contesta suavemente y vuelve a mostrarse en silencio. 

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21/09/2016, 02:39
Duquesa de Melvelin

-Me imagino, que si no ha ido al Lynd antes tampoco ha tenido un gran trato con el resto de la familia –señala tras unos segundos la duquesa pensativa, mientras sus ojos te estudian del mismo modo en que alguna vez lo hicieron los de tu madrina, como si se preguntara si era correcto dejarte ir a un baile por ejemplo, solo que hay un trasfondo más preocupante en los ojos de ella -¿Le han dado algún nombre dentro del Lynd? ¿Alguien a quien ver quizás?

Pregunta 

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21/09/2016, 22:08
Lady Prudence Maccon

Sonríe dulcemente apreciando el gesto de aparente sinceridad de la duquesa sobre su preocupación por ella.

- Agradezco mucho su amabiliad Duquesa y gozar de su compañia Lady Merrow será todo un placer - hizo una pausa para tomar un sorbo de té - Aunque debo de añadir que gozo de un gran sentido de la orientación y me apena oír que ya no haya laberinto en los jardines, habría sido un gran reto que superar.

Dice en tono afable a ambas damas con una sonrisa sin llegar a mostrar sus dientes dando un aspecto radiante a su rostro cuando lo hace.

Bueno he tratado sobre todo con aquellos más cercanos a mis padres pero ya que lo menciona creo recordar que mi madre creía que allí podría dar la casualidad de encontrarme con una prima suya con la que solíamos ir a veranear a su villa en Francía

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22/09/2016, 00:34
Duquesa de Melvelin

La dama asiente tranquilamente, como si dicha noticia la aliviara en cierto modo.

-Es bueno saberlo, así contara con mayor protección dentro de la casa- eleva un poco el mentón, pero notas cierto desvió de sus ojos hacia el Honorable Stratford y posteriormente a la dama, Sevenoaks está muy lejos y concentrado en la partitura de la melodía que les toca, los dos jóvenes que están cerca murmuran una excusa breve y se van junto a Sevenoaks, a escuchar de cerca la melodía.  

Baja muy levemente la voz.

-La mayoría de los invitados al Lynd son personas de respetabilidad asegurada, pero debo ser sincera cuando le hablo de ellos, por su bienestar, Lord Potter, de quién sin duda no ha escuchado demasiado, es uno de ellos, un invitado y familiar, bastante particular, con cierta… afición a tratar con mujeres jóvenes –te observa, por un momento notas que la dureza de sus labios es incluso más alta- una mujer decente perdería toda su respetabilidad al estar a su lado, se preguntarás porque le advierto de él.

-Al igual que muchos hombres de su clase es encantador, un hombre fascinante que podría atraer la atención de una persona joven sin ninguna dificultad, por ello he de recomendarle mantenerle siempre junto a mí, si le resulta difícil, acuda a Lady Merrow, no solo era la prometida de Lyndbrooke, es también la protegida de Lord Gallant, si por alguna razón no nos encuentra… y su tía no se encuentra en el Lynd… acuda a Lionel… pero por supuesto... Solo si no puede acudir a nosotras.

-Habrá otros invitados en el Lynd, la mayoría respetables, aunque pocos con tanta cercanía sanguínea como usted o como Lionel, otros en cambio parecerán una burla al resto, puesto que Tristán sin duda ha querido ser particular con ellos para ofender la delicadeza de sus invitados y herederos, se dé cierto que Kimberlein ha intentado que los invitados sean todos respetables, pero no se puede oponer a la última voluntad del marqués de Lyndbrooke.

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22/09/2016, 00:38
Director

El resto del viaje, tras lograr cierto grado de tranquilidad aunque no librarte del todo de la sensación de presión que aquella mujer provoca, te unes por cierto aburrimiento a los más jóvenes de la sala invitada por lady Merrow, con quién compartes una conversación bastante cortes aunque poco fructífera, siempre vigiladas por el ojo de halcón de la duquesa que sin embargo les permite conversar sin incluirla a ella, el honorable Stratford termina sosteniendo, no estás muy segura como, una partida de ajedrez con la duquesa hasta la hora del almuerzo.

El resto de la tarde es más bien silencioso tras el almuerzo, la duquesa se dedica a leer un libro, hasta las  cuatro, momento en que señala que es mejor retirarse a tomar una siesta, cosa que has hecho tú también, encerrada en el camarote personal que te han dado, deseas salir de allí cuando notas que tocan a tu puerta.

La abres por reflejo encontrándote con Lady Merrow, la cual tiene una delicada sonrisa en los labios.

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22/09/2016, 00:40
Lucinda Merrow

-Lady Maccon, perdóneme si interrumpo su descanso, pero aun no era muy tarde- sonríe suavemente- el honorable Stratford ha tenido una idea y hemos pensado que a usted le interesaría verla, ¿Viene con nosotros? Le aseguro que no tendrá nada que temer… es el nuevo artilugio que pusieron al vagón, le prometo que es algo digno de verse –dice suavemente, hay algo en ella, y su modo de hablar que te inclina a confiar en sus palabras, aunque no estás muy segura de sí ir con ella, y otro par de caballeros –porque sin duda Sevenoaks debe estar metido en esto también- sea muy sabio. 

Notas de juego

Muy bien, :)

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22/09/2016, 20:37
Lady Prudence Maccon

Agotada y aburrida de mantener la apariencia de una jovencita dulce y servicial, esperara calar pronto a sus acompañantes para poder ser un poco más ella misma. Aunque con la Duquesa mejor no arriesgarse. Dudaba entre ponerse a leer un rato o pasear por el tren y disfrutar de la maquina en la que viajaban pero entonces alguien llamo a su puerta.

Lady Merrow, que agradable coincidencia estaba planeando estirar un poco las piernas; será un placer acompañarlos todos esta clase de ingenios me facinan - sale de su camarote cerrando la puerta tras de sí y siguiendo a Lady Merrow con su inseparable sombrilla en la mano.

 

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22/09/2016, 21:35
Lucinda Merrow

La hermosa dama sonríe suavemente cuando aceptas su invitación, guiándote hascía la parte trasera del vagon, al primer salón que viste al subir, hay dos mesas al fondo con cuatro sillas y dos sillones más cerca, junto a las paredes del vagon, detrás de los sillones ves cortinas descorridas, pero el salón está caí a oscuras, iluminado tenuemente por los candelabros que hay allí.  ves cortinas

Al llegar allí ves a los dos jóvenes conversar entre si y a una mujer, ligeramente anciana sentada en una de las sillas, te parecen un poco excitados y conversan con ella asintiendo cada vez con más atención.

-La dama es la dama de compañía de la duquesa, a quién no pudo presentarnos antes –te comenta Lady Merrow mientras sonríe suavemente –Ha sido idea del honorable Stratford que nos acompañe, puesto que así no habrá razón para ofenderse el honor de nadie y ella ha aceptado porque antes de ser la dama de compañía de miladi fue institutriz de Lionel –termina de explicarte junto a la puerta antes de avanzar, al ver que no captas el nombre aclara –Lionel es el nombre del honorable Stratford – en ese momento los tres presentes se vuelven hacía ustedes.

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22/09/2016, 21:36
Lionel Stratford

El honorable Stratford sonríe al verlas, extendiendo una mano hasta ustedes, al llegar a ti inclina levemente la cabeza.

-Lady Maccon nos alegra que nos acompañe, temí que mi tía la hubiese convencido de quedarse en su camarote-hay un brillo alegre en sus ojos y sus labios parece realmente animado –ya conocer al señor Sevenoaks y a lady Merrow –Sonríe y te guía con gesto muy delicado a la mujer anciana – Pero tengo a alguien más para que usted pueda conocerla la dama que nos acompaña es la señora Blay y es la dama de compañía que mi tía, querida señora, permítame presentarle a Lady Maccon, nuestra invitada, estoy seguro de que contara con su agrado –inclina la cabeza y la dama te mira con una expresión muy amable.