Partida Rol por web

Casi me cuesta despegar los ojos y el suave tacto de Smurf a mis pies cuando me levanto no hace que quiera levantarme de la cama. Pero aun así, lo hago. Camino medio dormida y cavilando si lo que ocurrió la noche anterior era real o no, pensando en si realmente vi a Mikey o fueron imaginaciones mías. Voy al baño y salgo de camino a la cocina aun con la duda de si lo que ocurrió era o no real. Y allí estaba él de nuevo, preparandome el desayuno. Quiero decirle cuatro cosas, comentarle que no me gusta que la gente tome por costumbre entrar en mi casa sin mi permiso, y menos un tío tan raro, pero paso me siento y le miro.

-¿De nuevo aquí?-es todo lo que le pregunto mientras le veo cocinar en mi cocina decidida a desayunar y largarme aunque sea para dar una vuelta.

- Sí, de momento no puedo irme. Mis órdenes son esperar a que tu hermano venga a verte. Así que te vigilaré hasta su regreso. Luego es posible que no me vuelvas a ver el pelo nunca más...

Saca las últimas tortitas de la sartén y te las sirve en un plato.

- No sé si prefieres cacao o café...por si acaso hice ambas cosas. 

Él se sirve una taza de leche con cacao y te acerca el café por si deseas despertar del todo. Se sienta a tu lado aunque dejando algo de espacio entre tú y él. Smurf se acerca a la cocina y se sube a tu colo. No parece molesto porque esté el "invitado" presente.

- ¿Qué tienes pensado hacer durante el día? Si necesitas salir debes indicármelo para que de parte...es peligroso que salgas pero no podemos impedírtelo...

- No, primero vamos a hacer una visita a un conocido...y luego buscaremos a tu hermana. - responde Frank - ...es importante que le saquemos algo de información antes de ir a ver a tu hermana...

Montas en el coche y lo enciendes. Notas toda la potencia del coche. Es un coche americano, un chevy de finales de los sesenta pintado totalmente de negro. Un auténtico músculo americano.

Metes marcha y comienza vuestro camino. El coche responde de manera suave a pesar de la potencia que alberga debajo del capó. Hay bastante tráfico y será necesario algo de habilidad para llegar cuanto antes. 

Mascullo alguna que otra maldición malsonante y apenas perceptible en cuanto me responde eso porque empiezo a pensar que insiste en exceso en prolongar el reencuentro con Coraline pero al menos esta vez la frustración se ve parcialmente paliada, aunque no del todo, por la presencia de ese flamante coche. Nunca he sido demasiado fan de los vehículos, suficiente tengo con el resto de mis aficiones, pero hay que admitir que los clásicos como estos son una pasada.

Me siento dedicando unos segundos a sujetar el volante y sentirme algo más poderoso pero enseguida carraspeo para centrarme de nuevo en lo que debo hacer y arranco sin mayor dilación. Hay que admitir que aunque es suave su manejo es distinto al que estoy acostumbrado y de todas formas nunca he sido un gran conductor así que me temo que el tráfico nos retrasará más de lo que esperábamos en un principio.

-Bueno... y quién ese conocido- termino diciendo tras comprobar que la cosa va para largo.

Me siento como los indidos en la silla y agarro una taza de cacao.

-No pienso darte notificación de los lugares a los que pienso ir, ni pedirte permiso, ni siquiera dejar que s elo comuniques a Perico el de los Palotes-le digo resuelta.

"¿Qué se cree este tío?" pienso mientras bebo la taza de cacao casi de un trago y me pongo de pie después de estirarme.

-Y lárgate de mi casa, Mikey puede venir las veces que quiera y no quiero que estes aquí para recibirle...-le digo antes de salir de la cocina de caminoa  mi habitación para vestirme.

"No pienso perder a Mikey, no ahora que le he recuperado" pienso mientras llego a mi habitación.

- Un traficante de información...la persona que menos te puedes fiar de esta ciudad...creo que vendió a su familia durante la era macarthur a cambio de mucho dinero...la única forma de que nos diga la verdad es sacársela...y para eso te llevo a ti...un poco de músculo adicional nunca viene mal...

Avanzas con el coche lentamente, mucho más de lo que pensabas. A primeras horas de la noche el tráfico todavía es denso.

Tras media hora por fin llegáis a las inmediaciones de la estación central.

- Aparca donde puedas...el resto del camino lo haremos a pie...tendremos que hacer un paseo por las alcantarillas hasta llegar a su guarida...como toda rata vive en las cloacas...

Cuando sales de la cocina el chico decide no seguirte. Se queda sentado comiendo con una estúpida sonrisa en su cara. Según él viene a protegerte y realmente todavía no te ha hecho daño aunque la forma de acceder a tu casa no ha sido la acertada.

De todas formas parece dejarte tranquila durante un buen rato ni intenta razonar contigo.

-Si es tan poco de fiar como dices no sé si nos resultará rentable preguntarle algo...- desde mi punto de vista es contraproducente y lo único que conseguiremos son mentiras pero no creo que Frank esté dispuesto a escuchar algo tan razonable y coherente, no es su estilo -¿Músculo? En mi vida hubiera pensado que alguien pudiera definirme con ese adjetivo- admito con cierta incredulidad pues a fin de cuentas mi cuerpo sigue siendo igual de enclenque que siempre aunque haya adquirido esa fuerza algo más extraordinaria.

Aparco en el primer sitio libre que encontramos, y lo cierto es que nos cuesta más de lo esperado dar con él, para entonces recibir la noticia del lugar real al que vamos, momento en el que entorno los ojos visiblemente -Las cloacas... y ya ni siquiera me sorprende tener que meterme en un sitio oscuro y apestoso- me encojo de hombros con cierta resignación y le sigo de cerca, intuyo que hacia alguna tapa de alcantarilla concreta.

Me ducho. Dejo que el auga recorra todas las partes de mi cuerpo. Soy una adicta a las duchas, no es extraño que me duche dos o tres veces al día. Enjabono mi pelo y cuando estoy bien limpia salgo y me visto. Informal, cómoda: unas deportivas, un chandal y una sudadera. No me gusta llamar la atención y esta es la ropa más cómoda.

Salgo de la habitación y rezo para que ese tío no este en mi casa aunque sé que es imposible. Entro a la cocina y le miro.

-¿Aún no te has largado?-le digo aunque sé que no va a hacerlo, epro estoy enfadada, con él, con la situación, con todo.

Ayer recuperé a Mikey y este tío se empeña en volver a separarme de él.

"Ni siquiera sé como puedo avisar a Mikey de que este tío está aquí" pienso.

-Como no te largues llamaré a la policía-digo mientras apreto el tacto del móvil dentro de mi bolsillo.

Realmente no sé de donde saco la fuerza para enfrentarme a un desconocido como él, pero tengo mucha rabia y ando realmente enfadada.

Miras por el retrovisor levemente pero un coche capta tu atención, haces memoria y recuerdas haberlo visto al girar a la derecha en Pelham y también en la rotonda de Nébula Street. No reconoces el modelo del coche, no es americano...puede que europeo. Color negro con potentes faros y ruedas bastante anchas...suspensión baja...un coche preparado para correr casi sin lugar a dudas y eso que no son tu pasión los coches de carreras.

Te fijas un poco más y ves a tres o quizá cuatro personas dentro. No logras ver con claridad si hay uno o dos en la parte trasera del vehículo, sus focos te molestan un poco.

El chico acababa de fregar el desayuno y parecía estar esperándote. Sonríe ante tus palabras sin decir nada, parece que ya ha escuchado alguna vez más esa cantinela y no parece importunarle. Eso hace que te cabrées más ya que piensas que te toma de coña pero tras terminar de hablar hacer algo que no esperabas.

Se acerca a ti con un movimiento suave y te besa en la mejilla mientras te susurra al oído:

- Entiendo porque van detrás tuya...tienes algo especial...nos vemos...

Dicho esto coge la sudadera que tenía sobre la mesa de la cocina y sale por la puerta. No echa la vista atrás ni te da tiempo a que digas nada. ¿Por qué se ha marchado? ¿Al principio no quería que estuvieses sola y ahora sí? ¿No sería un maldito psicópata? Te ha dejado más preguntas que respuestas, y encima el cabrón te ha dado un beso en la mejilla.

Escuchas cerrar la puerta y parpadeas. La situación es demasiado extraña para pensar mucho sobre ella.

Josh ha salido de la casa de Caroline y se dirige a la cabina telefónica más cercana. Mete un par de monedas de veinte centavos y marca un número de Midway. Una voz profunda responde al otro lado de la línea.

- He abandonado el piso maestro, la vigilaré sin que me vea...se mostraba reacia a mi presencia...

La voz responde:

- Muy bien, presta mucha atención. Es posible que actúen durante el día.

Josh contesta:

- Entiendo porque van detrás ella...su olor...su aura...es posible que ella lo sea...

La voz responde con un sí apenas audible a través del auricular. Dicho esto Josh cuelga el teléfono y busca un sitio desde donde vigilar a Caroline. Ahora empieza la parte dura de su trabajo, durante años ha entrenado para este momento. Defender a alguien que nunca conoció y morir por ella llegado el caso...así es la vida de la Orden.

-Este tíoa es un gilipollas-digo en voz alta esperando que me haya podido oír.

Ni siquiera sé por qué me había quedado congelada, en otra ocasión el hubiera dado un buen empujón, ¿quién es él para darme un beso en la mejilla así sin venir a cuento?

Pronto siento dentro de mí crece la ira. Hacía tiempo, desde que se fue Mikey, que no sentía ningún sentimiento, nada, sólo apatía y ganas de nada. PEro ahora, algo, la ira aunque sea había aparecido y no sabía si darle las gracias a ese individuo, o a Mikey.... A Mikey sin duda.

Cogí las llaves y me dispuse a salir de la casa.

"Vida normal, vida normal, vida normal... iré a por el pan y tengo que comprarle comida a Smurf y... si Mikey estuviera aquí se vendría conmigo... siempre adoraba comprar algo para Smurf..." pensé.

Agité mi cabeza para sacar esos pensamientos y me dispuse a abrir la puerta.

"De puta madre..."

Es el primer pensamiento irónico que se me cruza por la cabeza tras percatarme de al parecer nos están siguiendo y no sólo eso si no que además son bastantes, como mínimo el doble de nosotros. Si fueran "simples" humanos eso nos igualaría pero teniendo en cuenta la situación lo dudo bastante así que opto por empezar a dar un rodeo en lugar de dirigirme directamente a nuestro destino.

-Frank, nos están siguiendo- le informo con cierta sequedad antes de que se queje, ajustando el retrovisor central para ver mejor al vehículo en cuestión -Y las persecuciones no son precisamente mi fuerte...- le miro de reojo y frunzo el ceño. En realidad no es que no sean mi fuerte, es que directamente no he llevado a cabo ninguna pero con ese cochazo necesitaría ser muy hábil para conseguir despistarles o dejarles atrás.

-Puedo intentarlo de todas formas o les plantamos cara, pero tienen pinta de ser bastantes- resoplo sonoramente y espero su opinión al respecto. Ya que es tan cabrón espero que al menos su experiencia sirva para algo.

Mira descaradamente hacia atrás para confirmar lo que le acabas de decir.

- Mierda...y realmente no tengo ni puta idea de quién cojones pueden ser... - dice enojado - ...aparca donde puedas...tocará dar un rodeo y perderlos en las calles...

En su cabeza parece iluminarse un pseudoplan de actuación.

- Mikey yo actuaré de cebo...tú te esconderás y nos seguirás...si van a darme caza mejor que sea a mí, tengo más experiencia y sé defenderme...de todas formas cuando te haga una señal deberás actuar...aunque espero que no lleguemos a ese caso...y si crees en algo reza para que no sean cazadores...si lo son estamos bien jodidos...

Pone la mano en la manilla para abrir la puerta del coche. Quiere bajar rápido y hacer de señuelo. Frank teme algo, que esos que os siguen sean "cazadores", has escuchado alguna vez esa palabra y al escucharla sientes un escalofrío y eso que estás muerto y no deberías sentir nada.

Hay un par de aparcamientos a cien metros de donde estáis, no hay que hacer maniobra. Hay bastante gente por la calle y eso facilitará que puedas esconderte.

-¿Estás seguro...? No sé si es lo más sensato...- no sé ni porque lo digo ya que es evidente que mi opinión no importa en absoluto pero me temo que tampoco disponemos de margen para pensar en nada mejor y de todos modos no puedo decir que a estas alturas me preocupe demasiado lo que pueda pasarle a Frank. Si consigo ayudarle bien, a fin de cuentas sigue siendo el único guía que tengo en estas nuevas tinieblas, pero si no es así tampoco lloraré su pérdida.

-Está bien, vamos allá- aparco en uno de los sitios libres que quedan sin complicarme, frenando lo antes posible para darnos el mayor margen de tiempo posible. Para cuando salgo Frank ya ha bajado del coche hace un rato, ni siquiera sé como lo ha hecho, pero en esta ocasión no hago más preguntas y me muevo hasta perderme entre la gente que merodea por los alrededores, alejándome del vehículo pero no tanto como para perder el aparcamiento de vista. Veremos lo que sucede ahora, nada bueno de eso estoy seguro... y mientras perdemos el tiempo a saber lo que puede sucederle a Caroline.

Sales de casa, por suerte es sábado y no hay mucha gente. La mayoría de personas de de tu barrio están durmiendo o viendo el partido de fútbol americano que televisan. 

Sales de casa preparada para hacer una compra rápida, el supermercado está cerca así que tampoco es que te vaya a llevar mucho tiempo. 

Nada más pisar la calle sientes un escalofrío, como si alguien te estuviera vigilando. Miras a tu alrededor y no ves al allanador. Puede que esté escondido aunque te pareció que se pensaba ir bastante lejos.

Caminas hacia el supermercado y sigues notando esa sensación extraña. Te giras y no ves a nadie detrás tuya, a unos treinta metros ves a un vagabundo con un carro de compras lleno de basura y a una abuela que camina con su nieta. Ellos siguen su camino y no parecen reparar en ti.

Decides no hacer caso de tus paranoias y entras en el supermercado dispuesta a comprar lo necesario para atrincherarte en tu piso hasta que aparezca Mikey...en ese momento ves una sombra por el rabillo del ojo....

Frank se dirige hacia unas callejuelas atrayendo a los del coche. Nada más aparcar ves que bajan tres de ellos, y queda uno en el coche. Al final era cuatro los que iban dentro del coche.

Los tres salen escopeteados detrás de Frank con ganas de tener una charla poco amigable. Te parecen matones normales aunque no entiendes porqué os estaban siguiendo. Pero pueden tener algo que ver con tu hermana, si os siguen a vosotros es posible que sean los mismos que la quieren a ella. Así que puede que averigües algo de ellos, si Frank los deja con vida o puede que tú sea quién acabe con la suya.

Te mezclas entre la gente y ninguno de ellos repara en ti, con paso tranquilo caminas hacia ellos a una distancia prudencial para que no se percaten de tu presencia. Puedes ver que uno de ellos blande una estaca de madera en su mano...eso significa que saben lo que sois...