Corres por el pasillo tan rápido como hacerlo de puntillas te lo permite y desapareces en su oscuridad, demasiado tarde para darte cuenta de que apenas ves pero aliviada por la convicción de que aún menos debe verte a ti quien en este momento entra por la puerta. A derecha e izquierda ves sendos accesos a nuevas habitaciones cuya puertas están cerradas. Delante tuyo el pasillo termina en una entrada al otro lado de la cual sólo logras ver algún brillo metálico y suelo de baldosa. ¿Una cocina? ¿Un cuarto de baño? En cualquier caso, de su interior te llega un ruido leve, del de cerrarse con cuidado una puerta de madera.
Motivo: Percepción
Tirada: 2d6
Resultado: 5, 5
Siguiendo a Eva me sumerjo en las sombras, con el corazón acelerado. Tengo miedo, les tengo miedo a la pareja que acaba de entrar, aunque no sé exactamente por qué. No me han hecho nada, y sólo tengo el testimonio de Eva, a la que tampoco conozco. Pero la he visto desvalida...
Tengo la tentación de llamarla, pero me oirán.
Así que la sigo cuando veo que hay algo al fondo, y escucho la puerta cerrarse.
Abro con cuidado, sigo teniendo un miedo extraño. Quizá sólo es el fruto de haber visto lo que le ha ocurrido a Thomas...
Me meto en la boca del lobo, lo sé. Lo sé como jugadora, pero, coherentemente, Sanne no. Y va a "ayudar" a Eva, a la que siente como vulnerable. Uffff....
En efecto, entras en una cocina que se mantiene limpia a duras penas. La vejez atrae telarañas y suciedad grumosa que ha sido trabajada con desgana. Los brillos pertenecían a utensilios de cocina. Has de tener cuidado para no golpearte con una mesa de mármol cubierta de manchas de uso en el centro.
Sólo hay una puerta por la que salir de este espacio aparte de por la que acabas de entrar. Una que podría ser una alacena pero que por el tipo de pomo y la forma de la pared en la que se encaja jurarías que se trata más bien del acceso a un sótano.
hihihihiii...
Parece una puerta de alacena, o la entrada a un sótano. Es extraño que la casa esté en tan desastradas condiciones, si habían dicho en el hotel que estaban viviendo allí la pareja. Es algo que en condiciones de lucidez me debería preocupar. Pero la curiosidad y la sensación de que Eva necesita ayuda me pueden, y me llevan hasta el fondo. Mi mano tiembla ligeramente cuando abro esta segunda puerta.
No grito tampoco, no quiero alertar a los de fuera, pero asomo la cabeza con cuidado esperando encontrarme con la negrura de una escalera oscura, aunque en realidad aún no vislumbro nada mientras susurro...
-¿Eva...? ¿Eva, está bien...?
Ok, venga, dale no más!!
:D
Nadie responde inicialmente desde el otro lado de la oscuridad. Tras de la puerta, un tramo estrecho de escaleras de madera se hunde hasta otra puerta cerrada, sin pomo; debe estar ahí sólo para dificultar el paso a ratas o similares, no para impedírselo a nada más grande.
-¡Jack!- esta voz asustada no proviene de abajo, sino del otro lado del pasillo, cerca de la entrada, donde abandonaste a tus compañeros. Jurarías que no es la voz de Stephany, sino otra voz de mujer.
Justo cuando la oscuridad empieza revelarme su secreto, poco inesperado por otro lado, el grito de una mujer, que no identifico, rompe el aplastante silencio.
En un movimiento automático, de resorte, me giro en dirección a la voz. Y dudo. Sé que abajo ha ido Eva, pero no parece que el peligro esté ahí, no para ella. Sino atrás. Parpadeo, perpleja, dudando aún.
Maldita sea, esto es tan surrealista... ¿Qué está ocurriendo aquí...?
La incertidumbre me mata, no soy una mujer de resoluciones rápidas. Por fin dejo a Eva, y vuelvo sobre mis pasos. Pero con la máxima prudencia de nuevo, no quiero encontrarme en medio de un tiroteo, o algo peor... ya he visto bastante sangre por hoy...
Recorro el pasillo a la inversa, después de haber atravesado la cocina de nuevo. Y escucho antes de esconderme entre las sombras, intentando ver sin ser vista.
Bueno, salvada por la campana... o no.
:P
Al volver al pasillo, ves que el grito ha sido sustituido por una conversación. Recortadas contra la luz de la entrada, de tal forma que no puedes ver sus rostros, pero sí adivinar que son un hombre y una mujer, dos personas han entrado en la casa y parecen haber descubierto a tus compañeros en la sala de los documentos. Ves cómo Frank sale bamboleante de la misma, murmurando algo. ¡Está simulando una borrachera! Stephany no sale. El hombre que acaba de entrar empuja amable a Frank, dirías que hacia la salida, mientras le dice Bueno, bueno, amigo. ¿Quién es usted? Ha bebido mucho. ¿Dónde vive?
Agazapada y acechante en mi refugio de sombras, me mantengo en silencio, tan invisible como me es posible. Quiero saber más antes de mostrarme, quizá cuando lo haga sea para ayudar a Stephany, o no. O quizá ellos sean la ayuda, y la mía no sea necesaria, al contrario. No lo sé, ahora mismo mi cabeza bulle con las dudas...
Observas cómo Frank se gira hacia la mujer y se queda mudo al verla. Pero por fin dice dijo ehhh! Que haceis en mi cassssa quién eres tu- y mientras mira a la chica, añade -Yo a ti te conozco? Como te llamassss?
-No... no, estoy seguro de que no me conoce.- dice la chica un tanto angustiada y mirando a menudo a su espalda, como si buscase a alguien en el interior de la casa, en tu dirección.
-Venga, compañero. Se ha equivocado de casa. Pero... no pasa nada. Es verdad que hace frío. Venga a la cocina que le serviremos algo caliente.- el hombre hace ahora el gesto contrario, moviendo a Jack en dirección a la cocina, queriendo llevarle por el mismo pasillo por donde te marchaste antes.
Entonces, Frank se quita de encima al hombre de repente y dice gritando, mirando a la chica TU ERES ROSE, ROSE WARREN! Ya esta bien de esta farsa, tienes que venir conmigo inmediatamente tu padre te busca.
¿Así que es ella...?
Sanne sigue escondida, quieta y sin dar señales de vA tiempo de dejarse ver siempre está, pero quizá sea necesario que actúe de otra manera, y no piensa precipitarse.
De momento piensa en los cuchillos que acaba de dejar atrás, en la cocina, a falta de otra cosa, pueden ser un arma defensiva. Aunque reza para que no sea así...
-Muy bien, amigo.- responde el hombre poniendo la mano en el hombro de Frank y haciéndole un gesto imperativo a Rose. -Es hora de que se explique. ya me resultaba rara la historia del vagabundo en un pueblo como este y en pleno invierno. Más vale que la explicación sea buena.-
Frank aparta la mano del joven con delicadeza para no enturbiar más si cabe la situación y dice: ¿Explicación? Quizás deba usted explicar que hace Rose aquí, sabiendo que su padre la está buscando. Esta situación empieza a ser insostenible y necesito una respuesta ya. A no ser que quiera que me lleve a Rose a la fuerza.-
El joven y Rose intercambian una mirada imposible de descifrar para ti desde donde estás.
-Está bien- dice más calmado el compañero de Rose -Nos explicaremos, pero no aquí, en medio del pasillo y cerca de la ventana. Pase a la sala, por favor. Además, tenemos que ver si una amiga, de hecho la dueña de esta casa, está bien. Como entenderá, encontrarle a usted aquí y no a ella nos hace tener una necesaria precaución. Imagino que no se la ha encontrado...-
Como si la expresión llamase al azar, un sonido te llega desde la puerta de las escaleras al sótano. Desde más allá de ella, estás segura, desde las profundidades. Pero te es difícil saber de qué se trata exactamente. ¿Eva hablando en voz alta? ¿Una canción?
Estoy en una encrucijada... les oigo, y les entiendo. Jack desconfía, pero parece lúcido. Parece el hombre normal que reacciona con normalidad a un allanamiento, y a la pregunta de Frank... no parece el tipo que nos han descrito, un hombre que vuelve de hurtadillas por la noche, manchado de sangre... y Eva... ¿una ramera que gime con desenfreno, o un alma en pena, asustada...?
Sanne no lo entiende. No sabe qué ocurre, no le gusta, pero además no sabe en quién confiar. Siente que está todo distorsionado, que lo que es y lo que parece no van de la mano...
...el sonido del sótano le hace dar un respingo. ¿Qué diablos...? Está asustada, y, al mismo tiempo, llena de curiosidad. Y... de pena. Eva le ha dado pena, y no Rose. Pero, por otro lado...
...parece loca... Y ese montón de libretas, y la foto, y esta casa... y la muerte de ese pobre tipo... y esa... ¿canción...?
Es una realidad distorsionada. Sanne se incorpora lentamente y va reculando, despacio. Hasta la cocina de nuevo, entre paredes, escondida en la oscuridad. Allí los brillos del metal la reciben de nuevo, y ella coge uno de los cuchillos de carne, el más grande. -Absurdo, Sanne.-Piensa. Como una psicópata de novela se acerca a la puerta del sótano, cuchillo en mano, enarbolado. Y no se detiene. Baja las escaleras, esta vez sí, temblando, aunque sin saber a qué teme exactamente...
¡Qué jodido eres! XD
Como jugadora sé que es una temeridad, pero he de interpretar a Sanne... :(
Al abrir la puerta y mientras bajas las escaleras hacia una luz temblorosa y amarillenta que proviene del sótano, el sonido de la canción, pues te das cuenta de que eso es, va llegándote cada vez más claro, paso a paso y escalón a escalón, aunque susurrada.
Hush, .... ...., don't .... .... word,
Mama’s .... buy .... .... mockingbird.
If .... mockingbird .... sing,
Mama’s gonna .... you a .... ring.
If that diamond .... turns brass,
Mama’s gonna .... you a looking glass.
.... that looking glass gets broke…
El final de la escalera. Un corto pasillo que termina en dos puertas, una de frente, otra a la izquierda. Con la cabeza apoyada en esta última, de rodillas, iluminada por una vela casi finalizada que hay a su lado, está Eva. No te ve o no te siente mientras sigue cantándole a la puerta, de recia cerradura, o a lo que esté al otro lado. Quien esté. Quien. Eso quisiste decir.
;)
¿Una canción... de cuna...?
Lo es, Sanne la ha oído muchas veces. No en su tierra, sino en el Hospital, una canción que siempre le ha parecido algo tétrica. No puede evitar que le vengan a la mente pesadillas, pesadillas infantiles. Y la luz amarillenta de la vela consumida casi, Eva arrodillada, absorta, ausente en su cántico monótono, no ayudan nada a disolver esa sensación.
¿Qué hay... tras esa puerta...?
Lo piensa, sin decirlo en un primer momento. Parece como si decirlo fuera a romper un hilo débil que mantiene la cordura, que sostiene el equilibrio, tan precario...
¿Por qué he dicho "qué"...? No, es "quién". ¿Quién hay... tras esa puerta...?
El macizo aspecto de la madera, el cerrojo. Encierran, pero, ¿encarcelan...? ¿o por el contrario guardan...?
Callada, de pie tras Eva, el cuchillo baja lentamente. Contempla, piensa. Inútil.
-¿Qu...ién... quién hay tras esa... puerta...?
Las palabras han sonado por fin. Vacilantes cual la llama, filnas cual la hoja del cuchillo. Pero han sonado, sobre las otras, sobre las de la canción de cuna, sobre las pesadillas. O en ellas.
Rose da un pequeño respingo al escuchar la voz de Sanne llegar desde el vano. La mira y su lloro se acrecenta hasta hacer incomprensibles sus primeras palabras. Pero por fin entre murmullos incoherentes le llegan algunas a la enfermera.
-Hijo... el hijo de Rose... y de mi Jack... el hijo de su alma...-
Se vuelve a la puerta poniendo en ella las palmas de las manos y el rostro, llenando de lágrimas la madera y reiniciando la canción de cuna.
Cuando te acercas a ella intentando tranquilizarla, Eva se vuelve más calmada pero también más distraida, como si su mente vagase por alguna otra parte. -No debió haber venido... ella ya tuvo su oportunidad, con Jack y con el reverendo... este hijo debería ser mío...-
Agachada junto a la joven en el sótano, escuchas de repente pasos encima. Sí, alguien, una mujer a juzgar por los tacones, se mueve con confianza por la cocina. El sonido de las tazas te revela que prepara café o te o quizá otra cosa similar.
Una voz interrumpe tus intentos de tranquilizar a la mujer. Es la voz de un hombre en la planta de arriba que parece recitar algo, un poema o un rezo a pleno pulmon. El caso es que las palabras parecen un galimatias sin sentido, un texto del todo inventado.
Eva abre mucho los ojos. Mira a la puerta y la señala, con gesto mudo de grito. Cuando miras alli, ves cçomo la puerta ha comenzao a humear mientras ALGO pareciera abrirse paso a traves de ella como una masa de acido viviente. Antes de ver mas alla de esa extremidad que se alarga a traves de la madera, te escuchas a ti misma gritar...
Cuando Frank llega hasta el sótano, se detiene al encontrarse con un escenario de pesadilla. Justo al pie de las escaleras, cuchillo en mano y observando a Frank de reojo pero tambien lo que ocurre en la sala, asi como murmurando de nuevo sus incoherentes ensalmos, esta Jack. En la sala, arrodilladas una junto a la otra, espalda contra la pared y en un extasis de terror se encuentran Eva y Sanne, observando una puerta de madera, cerrada.
Cerrada, si, pero humeante fruto del agujero hirviente dejado en el material por el paso de una criatura. Un ser abyecto, delgado, supuroso, acido, de movimientos a la vez liquidos y quebrados, biologia imposible y entidad esquiva. Una COSA horrenda que se acerca paso a paso a las mujeres.
Tira 1d6, querido. Si sacas un 1, puedes actuar con libertad. Si sacas mas de 1, tu locura sube de 1 a 2 y puedes actuar pero interpretando que la vision de la criatura supone un horror y un shock mental serio para ti.
Frank entro con el cuchillo en la mano esperando encontrar al pirado de Jack haciendo alguna de sus locuras, pero al fijarse en lo que habia detras de los barrotes vio algo imposible algo que su cabeza califico como imposible y algo que le recordo a sus mayores temores, sueños imposibles de alguien ebrio, algo que ningún ojo humano podría calificar como ser. Esa cosa podía andar podia moverse pero Frank no entendia que pasaba. y tras bajar las escalera no pudo hacer nada solo que desviar la mirada y esperar a que alguien le dijera algo. bu... ba ...be ...pu ... Empezo a balbucear algo sin sentido y penso que su mundo se habia destruido solto el cuchillo y a gatas busco un lugar fuera de la mirada de esa cosa. En un momento de lucidez, Frank volvio por donde habia venido y subio las escaleras a gatas y arrastrandose con tan mala suerte de resvalar y volver otra vez al punto de partida. Su mundo, su locura y algo le habia robado parte de su vida y solo estaba entre barrotes. huyehuyehuyehuyehuyehuye......Se repetia una y otra vez pero sus movimentos eran torpes y caia una y otra vez... Que hacer...
Motivo: asustarse
Tirada: 1d6
Dificultad: 1+
Resultado: 6 (Exito)
Bua 6 eso que es pifia? vaya toalla!!!
Espoleadas por la reacción de Jack, las dos muchachas se levantan de repente e intentan huir escaleras arriba también, buscando salvarse de la temible bestia que se relame y gime avanzando hacia ellas, rezumando el mismo tipo de baba que encontrásteis en su momento en casa de Tomah.
Vamos a tirar para huir. El bicho se lanzará sobre el que menor resultado obtenga en los dados (ya veremos si le pilla). Frank puede tirar tres dados (desglosados), dos porque es un hombre fuerte y ágil y uno más por la ventaja que lleva a las dos mujeres. Además, si quiere arriesgar su salud física, puede tirar 4 dados en lugar de 3.