Partida Rol por web

- Claro, tu tienes más experiencia orquestando trampas... - malmetiendo - lo mio es más "desaparecer". Pero si pensamos poder tirarles un edificio encima quizá habría que tener claro como y con que.

Me cago en mis muertos, dijo levantándose, oye, que yo no he dicho nunca nada de tirar el edificio, yo hablé del coche... y luego con el lanzagranadas o como quieras llamar a aquello que tiene Mac, freimos uno... ambos se quedaron cara a cara a escasos centímetros, ambos sabían que no importaba un cuerno aquello, pero ninguno quería dar su brazo a torcer.

Max separa su cara de la de la chica, se pasa la mano por la misma mientras niega con la cabeza.
Bien... edificio pues... tú dirás... se gira para no ver su incisiva mirada. ¿Alguna ratonera al lado de una columna que podamos aprovechar? dice mientras vuelve a mirar con cautela el progreso de los T800

Echo un vistazo al lugar, aunque a decir verdad lo mio no era volar sitios por los aires, era ladrona no terrorista. Asi que le echo una mirada al loco, que si ese trasto que lleva lo ha armado él tiene que tener un par de ideas más.

La zona que os rodea no es ni de lejos la más castigada de la ciudad, todo el mundo sabe que hay áreas de varios kilómetros reducidas a un inmenso cráter calcinado, en el que no queda nada que se eleve más de un palmo del suelo...

Este era un barrio humilde, de casas baratas, por lo que el hecho de que todavía queden paredes en pié, incluso algunos edificios abandonados que no han sufrido demasiados estragos en su estructura, atestigua que esta parte de Detroit no sufrió daños directos por armas termonucleares, sino que los destrozos son más bien obra de los bombardeos sistemáticos perpetrados posteriormente por las máquinas automatizadas de Skynet, que buscaban vaciar la ciudad.

Y la cosa funcionó, casi toda la población se desplazó en masa a unos campos de refugiados en las afueras que no eran sino ratoneras destinadas a agruparlos para un eficiente exterminio. Casi un millón de personas fallecieron en esa trampa. Cualquiera que se creyese lo que anunciaba una megafonía que realmente eran voces sintetizadas por las máquinas asesinas, conduciendo a sus creadores al matadero, como si fueran ganado.

Pero bueno, la cuestión es que ahora mismo estáis rodeados de ruinas que a duras penas se mantienen en pié, hay unos pocos vehículos muy dañados y centenares de escondites en los que organizar emboscadas. Claro que nadie sabe con exactitud el alcance o la precisión de los sensores con los que están equipados esos malditos T-800...

Mac se queda callado de pronto - Max, ¿habéis cogido las telas de color oscuro?¿Y algo que sirva de escudo?Sí, la bandeja de algún coche - cuando se les queda mirando y ve que todavía no lo han hecho se enfada - ¡Ostia puta! Para una cosa que pido... está claro que no nos van a camuflar como esos trajes del ejército, pero ¡coño! más vale algo que nada. Esa tela oscura abserberá mejor la radiación infrarroja... - entonces mira hacia los T-800 - Voy a buscar un buen lugar donde montar el explosivo - les dice.

Mac le comenta a Max el plan a seguir - Coged telas de color oscuro. Y esta vez, no la caguéis...yo mientras voy a examinar el techo de la planta para ver si encuentro alguna fractura para colocar el explosivo - el policía miente para no tener que dar explicaciones a Alice, pues el pretende poner el explosivo en el vehículo - Cuando terminéis de lo vuestro venís cagando leches a dónde esté yo. Espero que en el lugar dónde vaya a detonar la bomba encuentre algún resquicio por donde colarnos y salir al exterior. Vosotros saldréis, y yo me quedaré un momento dentro para detonarlo en el momento oportuno - y vuelve a mentir, pues lo que hará será poner algún objeto pulsando permanentemente la bocina para atraerles - Entonces, yo saldré fuera también, y cuando muerdan el anzuelo la detonamos. Si esos mierdas sobreviven, suponiendo que pican los dos, saldrán de entre los escombros...y entonces gran Max, será tu turno. Les metes el supositorio. Así que tú deberás buscar un buen lugar por la zona para no errar el tiro

Lenta pero inexorablemente, las dos máquinas asesinas se acercan a vosotros... con un siniestro chasquido mecánico tras cada firme paso de su buen centenar de Kg de peso. Y eso que su estructura se limita al esqueleto de un chasis blindado y unos cuantos servomotores. Apenas queda rastro de la cubierta de carne falsa, simples cultivos celulares, que una vez los hicieran parecer humanos. Y lo cierto es que su aspecto es terrorífico, evoca la viva imagen de la muerte...

Está claro que su diseño no contemplaba el sigilo, ni una movilidad remarcable... pero claro, es que su función principal se fundamenta en simular la morfologia humana, al menos lo bastante como para infiltrarse someramente en una comunidad de refugiados. Con superar la primera barrera de vigilancia tenían suficiente. Aunque eso era antes, cuando los grupos de supervivientes eran grandes y disponían de armamento pesado. Ahora las unidades T-800 que han perdido su cobertura orgánica son reclicladas en una suerte de basureros, que persiguen abiertamente a los escasos supervivientes. Como los desratizadores que hacen batidas para acabar con una plaga, algo molesta pero que ya no es una amenaza significativa.

Será tarea vuestra demostrar que están en un error...

Cuando se aproximan a vuestra posición se hace evidente, con tan solo observar la forma en que mueven secuencialmente sus horribles cabezas metálicas parecidas a calaveras, que están trazando un barrido sistemático del entorno con sus sensores.

Además, resulta intimidante darse cuenta de que están perfectamente coordinados entre sí, cada uno de ellos observa y rastrea un arco de visión complementario. No cabe duda de que los datos que recogen son compartidos por ambos, seguramente transmitidos instantáneamente al compañero.

Lo que ve uno, lo ve en el acto el otro. Y vete a saber el alcance que pueda tener esa transmisión de datos, sólo os queda desear que no pueda abarcar tanto como para llegar a otras unidades lejanas.

En este momento, cuando Max se percata de que uno de los T-800 está mirando fijamente justo hacia los escombros entre los que se oculta... y da un paso en su dirección... empieza a sonar el claxon de un vehículo destartalado, casi al final de la calle.

Uno de los Terminator se separa del compañero y avanza hasta allí para examinar lo que ocurre, y podéis ver como el cañón rotativo de tipo Gatling GAU 17 empieza a girar sus seis cañones, preparándose para un disparo que puede llegar a ser de varios miles de proyectiles por minuto. La enorme mochila que ambas máquinas llevan a la espalda da fe de que pueden mantener esa cadencia de fuego bastante tiempo. Demasiado como para que nada sobreviva.

El otro T-800 para vuestra desgracia se separa varios pasos del rumbo de su compañero, caminando hacia donde se esconde Max, encogido sobre sí mismo y sin atreverse ni a respirar.

La tensión es máxima...

Y entonces se produce una explosión en el interior del vehículo, justo al pie de un muro casi derruido.

Cuando el T-800 se aproxima hacia Max, Mac está a punto de delatarse, no por un acto heroico, sino por decirle a ese terminator que qué estaba haciendo, que debía cumplir el plan trazado. Sí, ese hombre era tan perfeccionista que no soportaba el no poder controlar una situación. Así que cuando cayó el muro y una polvareda se interpuso en su línea de visión, comenzó a sacar la cabeza para ver qué pasaba. Cuando la nube comenzó a disiparse, parecía que habían acabado con un problema, sin embargo las piedras del suelo comenzaron a vibrar. Fue entonces cuando apareció la mano de esa monstruosidad de metal. Todo indicaba que quería aferrarse a lo que para eso significara el concepto de vida. Entonces pensó - ¿A ver a quién coño le mete el supo Max? - temiendo que se lo lanzara a ese que ya estaba tocado. Así que Mac, que ahora estaba agachado, intentó hacerle señales a Max para que disparase el misil sobre el que estaba intacto. Era mejor dejar a uno o a dos tocados, que a uno entero.

Los derrumbes siempre dejan esas útiles piedrecillas por el suelo, y pese a que Max me había detenido ahora estaba en el punto de mira y lo nuestro... lo nuestro ya lo resolveríamos más tarde, si es que había un "después". 

Cojo una piedra que tenga a mi alcance, no muy pesada para poder enviarla lejos sin esfuerzo y la mando en dirección opuesta a Max para que la hojalata le de la espalda. Seguro que esos trastos tenian algo menos de blindaje por la espalda ¿no? O si le daba en la mochila de munición... ¡kaboom! Bueno, en realidad no tenia ni idea de si eso explotaba, pero era bonito pensar que si. Busco a ser posible algún trozo de metal, quizá una puerta o un coche, para que sea difícil que el ruido "pase desapercibido". 

Uno de los monstruos mecánicos ha sido alcanzado de lleno por la explosíon y a continuación sepultado por el muro que se derrumbaba... pero el otro, que no ha recibido daños, activa al instante el cañón giratorio de su ametralladora GAU 17 y se dispone a abrir fuego sobre todo el perímetro.

En ese instante una piedra arrojada con pericia vuela imperceptible, fuera del área cubierta por sus sensores, para golpear unos cascotes sueltos a su espalda. La reacción es fulminante, el T-800 se vuelve con una velocidad pasmosa, girando el tórax en un ángulo imposible para un ser humano... y dispara una larga ráfaga que devasta todo lo que encuentra a su paso.

Por fortuna, apunta en dirección opuesta a donde se ocultaba Max, inmovilizado y con la adrenalina palpitándole en las sienes. El duro ex-patrullero percibe con claridad que este es su momento. Sabe lo que debe hacer.

Se incorpora, poniéndo una rodilla en tierra para afirmar su puntería, situa al T-800 en el improvisado visor del lanzacohetes casero... y dispara sobre su espalda.

La primera explosión había sido terrible. Parecía mentira ver, segundos después esa metálica mano saliendo de entre los escombros... y luego la otra... la visión era como de una pesadilla... pero espera... no todo había sido en balde, pues el T800... ¡se estaba arrastrando! el tren inferior parece que sí estaba tocado y parecía que le impedía la locomoción. Pero el robot, inmune al desfallecimiento, se arrastraba ahora hacia su compañero y, por ende hacia nosotros, de manera inexorable.

Sin tiempo para regocijos, Max ve como Mac le señala el otro Terminator. Con la mano busca raudo el abreculos. En ese momento observa como Alice le guiña un ojo y lanza una piedra con gran maestría. El entendimiento es instantáneo, las rencillas han sido borradas de sus mentes en un instante, por lo menos por ahora, y en cuanto comienza a oír las descargas del segundo T800 contra los escombros, asoma como un rayo la casera arma y profiere un instintivo grito.

VETE AL INFIERNO

HIIIIII
JOOOOOOO
DEEEEEEEE
PUUUUUUUUU
TAAAAAAAAAAAAAAAA

Grita mientras el proyectil atraviesa la atmósfera, humeante, e impacta en el tronco superior de su objetivo, a la altura del hombro.

La detonación es muy potente y el Robot es derribado en dirección opuesta a nuestros héroes*

¿Habrá sido eso suficiente? piensa mientras respira aceleradamente con una sonrisa mitad alegría, mitad mueca de desconfianza.

El proyectil casero autopropulsado vuela hasta el Terminator de Cyberdyne Systems modelo T-800 e impacta sobre su hombro, estallando a continuación con una violencia estremecedora. Está claro que el bueno de Mac O´Connell lo ha cargado de C4 hasta arriba...

Al principio, la nube de humo que ha generado es tan espesa que no permite distinguir nada, sólo lo vieron salir despedido hacia atrás. Y tras el ensordecedor estruendo de la explosión reina un silencio sepulcral. Pero luego el silencio se rompe con el zumbido de los servomotores. Sonidos metálicos que no presagian nada bueno.

Y entonces, como una visión infernal, la maquina asesina surge de entre el humo con un brazo robótico amputado y medio chasis destrozado... pero con el cañón de la ametralladora gatling girando a toda velocidad provocando un zumbido frenético, justo antes de vomitar una lluvia de balas sobre los supervivientes humanos.

Y por otro lado, el primer T-800 que habían derribado acaba de salir de entre los escombros, aun cuando ya sólo es un torso sin piernas y ha perdido su arma, para arrastrarse hacia Alice de un modo lento pero implacable. E intenta agarrarla con su zarpa mecánica, capaz de reducir los huesos a pulpa...

Esto todavía no ha acabado.

Solo tengo una 9mm así que trato de atinar a cualquier cosa que me pueda parecer un sensor, si no nos "ven" no nos pueden dar caza. Esas cosas (sensores), al menos antes, eran bastante más frágiles que una pedazo de acero. 

Y por supuesto, si es necesario cambio de cobertura a otra cercana, si la chatarra esta demasiado cerca.

Max da una voltereta dejando ir el lanzamisiles hasta pararse tras una columna, saca de la espada su arma y, capoyado de lado sobre la columna, intentando estar lo más cubiero que puede del Robot manco, dispara al mismo que Alice, confiando que alguna de las balas se cuele por un resquicio de la armadura del T800.