Partida Rol por web

Tengo mis dudas. Coincido en la mayoría de cosas que has resumido Fin...lay, pero hay cosas que has dado por hecho y que no sabemos con certeza. Lo primero, ¿todos sangre limpia? ¿Y si hay sangre mestiza entre sus filas que odian a los muggles? También se puede dar ese hecho, cada persona es un mundo... como si tuviera la mente en otra parte, Brelen se pasa la galleta por los dedos como si fuera una moneda e hiciera malabares.

Segundo, no sabemos si tienen un líder o son un club de caza digo esto último con una sonrisa así que no nos precepitemos acusando a alguien de líder de estos pirados.

Y Fin, Finlay, Brelen mueve la cabeza para recordar que debe decir Finlay y no Fin mientras tú estás en el departamento algunos de nosotros podríamos ir al hospital a hablar con los Proudfoot.

 - Tienes razón, Brelen... He dao por supuesto que tienen un lider... porque no me parece que sean una simple jauría de pirados. Unos atentados como los perpetrados... necesitan de una estructura firme para que salgan bien.... Sobre lo del hospital... si... tienes razón. Deberiamos de mandar a alguien al hospital... yo tengo otros... motivos personales por los que pasarme por alli. - Dijo con un leve leve de tristeza o decepción en su mirada. - Creo que deberiamos meternos en las mentes de los integrantes de esa banda... para intentar conocerles mejor... y llegar a conclusiones más acertadas. Pero siento deciros, damas y caballeros... que aún tenemos muy poco a lo que agarrarnos... muy poco... Fijate, Brelen... no tenemos nada porque no nos han dejado nada. Solo un cadaver, fortuito... pero no han dejado nada más. Contestame... ¿Una simple panda de pirados sería tan meticulosa?

- Finlay tiene razón en eso. Unos meros camorristas no serían tan meticulosos ni harían sus trabajos con tanta perfección, Barry Gibb. - le había cogido gusto a llamar así a Brelen. - Además, todos tienen un líder. Hasta los clubs de caza tienen un presidente o un miembro fundador... de modo que deben tener un líder, eso está claro. ¿No lo tenemos nosotros?

Su mirada se dirige un segundo a Albus ante su pregunta retórica. - Yo estaría dispuesto a ir al hospital, pero no me gustan nada esos sitios, me producen náuseas. Aun así hay muchos sitios donde podríamos empezar a buscar. Los bajos fondos, ya sabéis. Quizás buscar en algún libro algún tipo de organización antigua que tuviera en poca estima a los muggles... no sé. - Brent se mete en la boca y se acaba la segunda y última galleta que le había cogido a la Weasley. - Por ahora creo que lo más conveniente es dejar la política al margen de nuestras sospechas hasta que no sepamos más sobre los encapuchados.

–Supongo que nosotros –intervino Frank refiriéndose a los aurores–. Podremos solucionar el asunto de la autopsia sin ningún problema... En caso de que no nos incluyan a ninguno de nosotros en el procedimiento creo que Emma podría hacerse con los informes. De todos nosotros es quien tiene más acceso al despacho de Boxley.

El auror se encogió de hombros.

–Sobre lo de los encapuchados… He luchado contra ellos, como Finlay y como Alice, y diga lo que diga el ministerio no son moco de pavo. Esos desgraciados mataron a… a Ada. Pobre Ada –suspiró Frank mirando el suelo apesadumbrado–. Mañana celebrarán el entierro, por cierto, el de los dos aurores y el resto de los magos que murieron en el atentado de ayer. Es un asunto oficial, así que estará el Ministro y bueno… Yo tengo que ir de todos modos porque es mi deber, pero todo aquel que quiera estar presente es libre de ir. Y no tengo nada más que decir.

- Un auror debería ir a ver a Proudfoot, me parece. Si va un auror, parecerá oficial. Yo recogeré el informe de la autopsia, si queréis. Sobre la organización, señor Darrel, puedo buscar en los archivos del Ministerio. Si ha habido otros grupos que... con... que hayan hecho cosas como estas, habrá registros.

Buscando un punto seguro donde mirar, lejos del rostro de nadie, su mirada se posó en las rodillas de Brent. No era aurora, pero Chapman también era (había sido) una compañera de trabajo. No su mejor amiga, precisamente, pero la conocía, había muerto y era su obligación. Y no estaba muy segura, pero a lo mejor hasta era realmente su obligación.

- Yo también iré. Así que creo que deberíamos aclarar qué hay qué hacer ahora, en vez de dar vueltas sobre si hay un líder o no. Yo... hay cosas que preparar antes de los entierros.

-No sé qué decir respecto a eso, señorita Angove. Me consta que el señor Proudfoot ya no se fía ni se su sombra y menos de alguien que representa al ministerio. Podéis ver que es bastante arisco con el señor Boxley. Lo mejor es que vosotros solo os encarguéis de enteraros de todo lo que podáis sobre el cadáver del encapuchado, que ya es suficiente trabajo y el asunto del hospital levantaría demasiadas sospechas sobre vosotros.

Dumbledore miró a los presentes durante unos segundos recapacitando sobre la mejor forma de actuar.

–Lo mejor es que vayan el señor Brent y Brelen de mi parte, como amigos míos. Nadie sospechará de ellos y Proudfoot puede que se tranquilice al oír mi nombre, solíamos tener una buena relación. Si fuese por mi iría yo mismo, pero me temo que estos días voy a estar demasiado ocupado –se disculpó–. Si os parece todo correcto, creo que es hora de que os cuente lo que ha averiguado nuestro querido Remus Lupin, quien pro desgracia no ha podido estar presente.

Me parece una idea magnífica Albus, el ir Brent y yo al hospital de tu parte, cuenta conmigo. Por cierto Brent, no conozco a ese tal... ¿Barry Gibs? ¿Es un tipo importante? Brelen pone buena cara, esperando que sea eso.

Estoy ansioso por ver lo que sabes Remus... por cierto, tengo en mente un cuento sobre un licántropo, ya te comentaré cuando lo vaya a sacar dice Brelen con gesto amigable y se lleva a la boca la galleta con la que hacía malabares.

 Finlay se acomodó en su silla y terminó de comerse su galletita que había dejado olvidada, con tanta palabreria. Escuchó a Albus y asintió. No podía negarle nada al miembro más sabio, y fundador, de la Orden. Y además era cierto que Irving ya no se fiaba de nadie, y menos de los hombres del ministerio y, pique a quien pique, los aurores son hombres del ministerio. finlay sonrió sarcástico al escuchar a Brelen. Cuentos sobre licantropos.... Finlay transformo su sonrisa en otra mucho más amigable y se dispuso a escuchar lo que Dumbledore les diría. Y le costó, vaya si le costó sonreir. Porque la licantropía no es algo con lo que hacer cuentos y juegos. Que hicieran cuentos con eso sería insultar a las innumerables víctimas de seres salvajes y desalmados. Finlay trató de no mirar hacía Brelen, pues no quería ocasionar conflictos... pero por dentro nacía en él un deseo de mostrarle en sus propias carnes lo que se siente al ser la víctima de un licantropo. Lástima que los efectos de Finlay no vayan más allá de tener más pelo, sus rasgos un pelín más... salvajes y bestiales... y un humor de perros.

Brent se encoge de hombros con resignación. Pues al hospital, sea... Y sí, Barry Gibb, es un tipo muy importante... otro suspiro, esta vez del estilo de: 'Qué cruz'. ¿Es que el mundo mágico no tenía ni oídos para el mundo muggle? ¡Por Dios, son los Bee Gees!

De acuerdo, entonces la cosa queda así: Barr...Brelen y yo vamos al hospital e intentamos que Proudfoot hable con nosotros. Emma, agradecería cualquier información sobre grupos que puedan tener un Modus Operandi similar al de nuestros encapuchados. Ah, y bienvenida... lástima que no llegues en mejor momento.

Aunque pensándolo mejor si estuviéramos en un buen momento ni yo estaría aquí ni la Orden existiría. Y bien Albus... ¿qué ha descubierto el colmillitos?

En ese instante unos ruidos comenzaron a escucharse fuera de la habitación. Primero fueron extraños y lejanos, pero según se aproximaban se asemejaban a pasos, pasos de alguien que corría hacia allí. Unos segundos más tarde llamaron a la puerta con insistencia y Benjy Fenwik se apresuró a abrir con cuidado con la varita en ristre y eliminando antes los conjuros que protegían la sala. Quién entró fue Sirius Black. El joven tenía la cara enrojecida y perlada de sudor.

–¡Ha despertado! –exclamó entre jadeos y se quedó en silencio durante unos instantes intentando recuperar el aliento-. El hijo de Proudfoot ha despertado. Solo he podido verle unos segundos y parecía algo peturbado, pero estaba despierto. Son buenas noticias, ¿no? Gary es un petardo, pero me cae bien el padre.

Dicho esto se sentó en la silla que Benjy había dejado libre. El pobre se tuvo que quedar de pie.

-¿Qué se estaba discutiendo?

Emma se había quedado mirando la puerta, sin hacer ademán de ponerse en guardia. Cuando entró Sirius y todos se relajaron, ella también. Había coincidido con Sirius Black en Hogwarts y no creía haber hablado con él jamás, pero sus andanzas eran conocidas por todos.

Emma no dijo nada, no sabía qué repercusión podría tener la noticia. Más tarde le enviaría una lechuza a su padre preguntándole por el estado de Gary, o algo. Miró a los otros, buscando una pista que le indicara si aquello era bueno para la Orden, malo, o qué.

-¡Eso es fantástico! Me alegro por Irving. Es duro perder a un ser querido... -Albus hizo una pausa pero se recuperó enseguida-. Eso significa que tenemos trabajo por delante y que ya podemos hablar con Gary. Por cierto, Sirius, ibamos a hablar de tú amigo Remus. Seguro que te interesa.

Albus carraspeó y volvió a hablar a la sala.

-Como sabéis, hace tiempo que Remus está infiltrado para el ministerio en la sociedad de los hombres lobo. Y como es natural, nos pasa más información a nosotros que a ellos –sonrió-. Al parecer hay rumores de que en un par de semanas los hombres lobo van a reunirse con un hombre misterioso que les va a ofrecer un trato importante. Creo que es fácil sospechar de quién puede tratarse… -Albus se permitió sonreir-. No sé qué os parecerá a ustedes… Pues bien, lo que quiero decir con esto es que tenemos que evitar ese encuentro porque si los encapuchados se alían con los hombres lobo sería nuestra ruina ya que no les será difícil convencerlos. Muy a mi pesar todos sabemos el mal trato que han recibido los licántropos por parte del mundo mágico y habrá unos cuantos que no desecharán la oportunidad de devolvernos el “favor”… Bueno, el caso es que tenemos que impedir que se reúnan con ellos, pero me temo que junto con los licántropos que les dé tiempo a convencer serían demasiados, pero… Emmelyne Vance ha tenido un buen plan, aunque no sé si los aurores que estáis aquí estaréis de acuerdo, ya que para llevarlo a cabo habría que engañar a su jefe y a sus compañeros… Puede hablar cuando quiera, señorita Vance.

Una mujer joven de unos veintipocos años y de pelo largo y ondulado se adelantó. Parecía algo nerviosa, pero una vez cogió carrerilla recuperó la confianza en sí misma y la voz su voz sonaba firme y segura.

-Lupin ha pasado esta información al departamento de Defensa y Cuidado de las Criaturas Mágicas, pero por lo que hemos podido comprobar nada de esto ha llegado al departamento de aurores porque si no lo sabríais –dijo refiriéndose a los aurores presentes-. Probablemente hayan comprado o coaccionado a Amos Diggory. El caso que ellos no los saben, por lo que tenemos que filtrar la información en el departamento para que actúen con su ejército particular. Por desgracia tenemos que convencer a Boxley de que lo haga a espaldas del ministerio sin descubrir nuestra organización.

Entonces Albus intervino.

-Lo que tendríamos que contarles es lo que sospechamos, que los terroristas va a reunirse con los hombres lobo para ofrecerles algún trato poco beneficioso para la sociedad muggle como para los mestizos. Según Remus eso pasará el viernes 22 de este mes. Dentro de casi dos semanas.

Vance volvió a tomar la palabra.

-Existe la posibilidad de que decidan no intervenir, porque hasta donde sabemos el Ministro de Magia puede tener comprado al feje de aurores, pero no podemos malgastar esta oportunidad, ya que si los hombres lobo se unen a los encapuchados… Bueno, podéis imaginároslo.

-Lo que la señorita Vance quiere decir con esto es que tenemos que actuar con precaución. Desde luego que hay que informar al jefe de aurores de lo que sucede, pero hay que hacerlo de tal forma que no sospeche del que se lo diga ni descubra nuestra organización. ¿Alguna idea?

 Finlay escuchó con atención e hizo una mueca cuando insinuaron que Boxley podría estar comprado. Eso era materialmente imposble. El día que Boxley estuviera comprado, él y mucho como el joven auror estarían perdidos.

 - Albus... puedo decirselo yo... licantropos... desde que me enfrenté a uno de ellos... en el ministerio saben mi peculiar obsesión. No por cazarlos, sino por conocerlos y juzgarlos según sus actos, que son el noventa y nueve por ciento de las veces demenciales. Leo, estudio y sigo pistas en mis ratos libres... podría haberme enterado en una sordida taberna del Callejón Knockturn... Si quereis, nuestro jefe lo recibirá directamente de mis labios.

- Sinceramente no se me ocurre nada... lo mío no es el protocolo. - dice Brent, frunciendo el ceño. Se levanta y, estirándose, coge otra de las galletas de Molly mirando a la mujer con una leve sonrisa de agradecimiento. - ¿Qué tal una serie de cartas de cada uno de nosotros? Puede parecer que todos nos hemos informado del mismo problema, que estamos preocupados... pero sin relacionarnos los unos con los otros, como si hubieramos hecho el 'descubrimiento' a título personal y quisiéramos decírselo a él mismo por nuestra cuenta... Igual cuando vea que hay varias personas que le escriben con la misma 'sospecha' se cerciore de la realidad.