Partida Rol por web

- Estoy segura. - asintió dejando los papeles y mirando al hombre - Pero sé que tú tienes tus propias conclusiones, - explicó señalando al ghoul y haciendo un gesto para que se acercase - hablame de ellas, cuentame tus divagaciones. - sentenció con tono amable pero firme - Quiero saber que piensas de esto, eres un ex-agente de Inteligencia; - señaló como si él lo hubiese olvidado - te traje conmigo precisamente para arreglar cosas como la que ha ocurrido esta noche. - terminó clavando sus ojos en los de él, esperando hablase.

*Crack*

*¡Crash!*

¡Mierda! Exclamó el vástago cuando tropezó contra una de las mesillas, tiró un jarron al suelo y quedo en una posición poco decorosa despatarrado contra una de las paredes.

Creo que a la mierda el factor sorpresa.

Disimula, Ed, disimula.

Maldita, sea. ¿Quién demonios ha puesto eso allí? Dijo mientras se levantaba del suelo quitándose las piezas de jarrón rotas de su cuerpo.

Con Wu, es urgente...habla Khan - Digo paciente pero cortante, estos tramites burocraticos no me agradaban para nada. La brujah se alegraria de escuchar mi voz, como se alegra un vastago sabiendo que el alba se acerca y esta solo en medio del campo. Maldicion, en que situacion bizarra me ha metido esta puta.

Lo último que dijo el sujeto, quedó apagado por la torpeza de Edward L'strange, justo antes de que cualquier cosa más pudiera ocurrir

*Crack*

*¡Crash!*

William Danton se había girado, estaba cerca a las escaleras, y Edward L'strange estaba tratando de levantarse, quitándose fragmentos de lo que podría ser llamado un jarrón, si no hecho bastantes fragmentos desparramados sobre la alfombra, el suelo y e mismo vampiro que se ponía en pie con una pintorezca frase:

Maldita, sea. ¿Quién demonios ha puesto eso allí?

Las deducciones que se podían sacar eran amplías, pero Danton había llegado hasta la escalera sin ser visto mientras que el otro había hecho un ruido infernal. De que iba todo esto? Y en el oído de Jones, una respuesta telefónica resonó.

-Wu no está disponible Kahn, pero si deja un teléfono de contacto, haré que le llame en poco tiempo- la voz masculina del otro lado del auricular te dió las instrucciones precisas mientras la escena frente a tí era sospechosa.

¿Hacía donde iban esos dos y porque iban tan silenciosa y sigilosamente?

Apago el telefono cuidadosamente y los miro con curiosidad y al mismo tiempo de forma suspicaz. ¿Que están haciendo? - llevo mi mano al pecho, como un reflejo... acabo de recordar que estoy... desarmado.

-Pues según lo que me cuentas Lauren y como tu no eres culpable, necesariamente debe haber un actor material, no solo del asesinato del protegido de Kingsley sino del otro sujeto... lo que significa que él tuvo que haber preparado todo... y creo que lo mejor que podrías hacer es buscarle a él... y buscar lo que lo inc...- pero antes de que tu querido ghoul terminara su razonamiento, un ruido bastante peculiar llamó tu atención.

*Crash*

Algo como cristales rompiéndose, venía de abajo, del primer piso. Erik fue el primero en reaccionar. Llevó su mano al cinto. -Quédate aquí Lauren- dijo mientras se giraba y salía por la puerta, para revisar que había sucedido allá afuera y a que se debía eso... que estaban haciendo tus invitados?

Para completar la escena, de una de las habitaciones del segundo piso, viene el hombre que todos identifican como el chofer de Lauren Rienne, mano en el cinto, parece alarmado, se para en el balcón del segundo piso y observa hacia abajo, primero a Danton en la escalera, luego a Edward en medio de los destrozos del jarrón y la mesita de medio lado y finalmente Jones con el teléfono en la mano.

-:¿que está sucediendo aquí?- preguntó con un aire imperativo, y quizás algo nervioso, seguramente hasta arriba se había oído la torpeza de L'strange, y ahora el confidente de Lauren Rienne hacía su aparición para evaluar la situación. Bonita situación en la que estaban todos.

Pues... Dijo Edward intentando no sonrrojarse.

Lo cual era imposible, él era un vampiro y estos no se sonrojaban.

Ibamos caminando y me he tropezado con la puñetera mesa. Nada más. Así que tranquilo amigo. Respondió al confidente de Lauren mientras este bajaba. Sin embargo, me viene usted de perlas. ¿Dónde está la señorita Lauren?

- Oiga, busco a Lauren. Tiene algo que me pertenece. Digame donde esta.- Interrumpe Danton tratando de hacer olvidar el tropiezo de Edward poniendo un tema más relevante en juego.

Recogió su bastón, el bastón que en su interior portaba un estoque y siguió a su ghoul al piso inferior, dudaba que sus invitados tuviesen algo que ver. Sus pies descalzos daban la nota de color a su aspecto ejecutivo serio, con aquel pantalon de vestir negro, aquella blusa y aquel recogido. Caminó con calma mientras apoyaba el bastón en el suelo al paso.

Antes de que Erik, el sirviente (a falta de un mejor calificativo) de Lauren Rienne pudiese responder, esta misma en persona apareció tras de él, ya no tenía el elegante vestido negro que había usado en la recepción y que le daba ese aire ligeramente clásico y algo pedante, propio de la naturaleza de los suyos, ahora, estaba descalsa, con un pantalón negro, una blusa y apenas arreglada, a diferencia de hace unos instantes. En su mano, llevaba un bastón, como si esperara encontrarse con algo más.

-Ella, está aquí mismo- respondió Erik con seriedad a sus dos interlocutores del piso de abajo, con gesto de pocos amigos.

Y es que la escena para Lauren debía pintarse rara, William Danton estaba a los pies de la escalera, de pie, dispuesto a subir, con su personalidad intimidante, y gesto de pocos amigos, más allí, L'strange miraba hacia arriba también, a su lado una mesita de madera tirada y por el suelo los fragmentos de los que la vástago podría reconocer como los restos alguno de sus valiosos jarrones, que había encontrado su fin en la presencia de los invitados. Y finalmente Jones, al otro lado de la sala, teléfono en mano, ceño fruncido y aparentemente molesto, una mano en su pecho y un silencio absoluto.

-Lauren, al parecer han tirado uno de tus jarrones... y te estaban buscando- comentó Erik sin quitarle la mirada de encima a William Danton. No aprecía muy contento. El silencio cayó unos instantes sobre el salón, de nuevo los cuatro allí, enfrentados, y tensionados, si se puede decir, por los comportamientos del otro...

Sí. Te buscábamos. ¿Qué haces allí arriba que tardas tanto? Le preguntó a la chica sin dejar de sonreir. Creo que en este momento tenemos que estar juntos y no cada uno por su lado... ¿Sabes lo que digo? Yo no digo que alguien nos vaya a traicionar, no, no, no. Pero bueno, es inherente en los vástagos la traición y bueno, ir cada uno por su lado no está bien visto.

Miró a su compañero que estaba a su lado y sonrió.

Y tienes algo que es de él, creo.

El labio inferior de la cainita tembló de ira un instante antes de hablar, apoyó el bastón con la zurda en el suelo y la diestra sobre la balaustrada de la escalera.

- ¿Que tengo algo suyo? - preguntó intentando evitar replicar al vastago para no enfadarse.

-¡El maletín Negro mujer!- dijo Danton con autoridad, imperativo y sin muchos ánimos de discutir con la anfitriona -démelo ahora mismo- exigió con un nivel de delicadeza prácticamente nulo, parado frente a las escaleras, mirando hacia arriba y con actitud desafiante, para ella y su sirviente.

"¿Que pretenden realmente estos dos?" dijo mientras daba un paso, con cuidado, acercándose más a Danton y a L'strange. Quizás fuese paranoico, pero... intentaban pasar desapercibidos mientras el hablaba por teléfono? era una mierda, y encima le habían hecho cortar con su "contacto".

Se quedó silencioso observando cuidadosamente la reacción de Lauren Rienne y el desarrollo de las exigencias de Danton.

Erik sonrió con amargura mientras miraba a Lauren. Cualquiera hubiese podido notar que estaba dispuesto a darle un par de respuestas no muy corteses a William Danton, no obstante guardó silencio, era evidente que no iba a entrometerse, seguramente para no herir el orgullo de su ama, o para no evitarle que ella misma se enargara de aquel desagradable vástago.  Por las razones que fuesen, dedicó una poco amistosa mirada al grandote al final de la escalera, en el primer piso, sin desviarla y casi sin parpadear.

El silencio tan solo era el preludio de la consistente tensión que ahora rodeaba a los cinco. Mientras parecía posible que entre los actores de esta obra saltaran chispas solo con alguna otra amable intervención viniendo de cualquier lado.

¿A qué está emocionante la noche? Dijo Ed mientras giraba su cabeza hacia Bernard, mostrándole sus ojillos rojos brillantes.

Tal vez saquemos algo en claro de todo esto, o tal vez no, pero por lo menos pongamos las cosas claras desde el principio. Irse en solitario, no, no. Eso hace sospechar, las sospechas hacen pupa.

Hoy me siento inspirado.

El labio inferior de Lauren tembló de ira mirando como esos dos cainitas rompian sus pertenencias y se alzaban exigentes en su propia casa - Erik, acompaña al señor Danton al coche para que recoja su maletín... - sentenció con un hilo de voz firme - Después, conducelo a la puerta, con el señor L'strange; - continuó mientras volvia a caminar hacia la parte superior de la casa - ya no son bien recibidos aquí. - terminó casi arriba del todo.