Partida Rol por web

Obsesión Carmesí

Acto IV, Escena I: Juez, Jurado y Verdugo.

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29/05/2012, 22:14
Director

"El hombre que no teme a las verdades nada tiene que temer de las mentiras."
Thomas Jefferson

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29/05/2012, 22:16
Director

Una noche nueva llega. La política se movía a su ritmo y aunque el juicio sería esa misma noche, Edward tenía la seguridad de que el veredicto le sería favorable. Sólo debía ceñirse al plan, leer el libreto, esperar que los poderes sobre la mesa estuviesen satisfecho, tomar su sombrero y comenzar a pagar favores. Porque había tenido que empeñar hasta el alma para salvar su vida.

Observó los papeles y los residuos de su investigación. Dos días sin tocarla, dos días sin dedicarse a ello, tratando de salvar el pellejo para poder seguir haciéndolo. En el fondo, una sensación de frustración le quedaba. El misterio parecía enrevesarse a cada paso más y más, y parecía que más de un vástago estaba interesado en que las cosas no se movieran demasiado. Un conflicto de los Toreador y los Ventrue, algunos neonatos cabezas de turcos, asesinatos y desapariciones. Era un coctél que tenía de todo. O casi de todo.

No se podía quejar.

Debían ser las nueve y media de la noche. Samantha seguro iría al juicio, luego de la medianoche. Ramsey seguro estaría allí, y Kingsley. "Viejos amigos" pensó con amargura. Aún tenía la mitad de la noche para seguir tomando decisiones. O para mandar el resto de no-vida que le quedaba al carajo.

Notas de juego

-1 punto de Sangre. (4/12)
+1 punto de Fuerza de Voluntad. (2/5)

Mensajes sólo para el director, por el momento.

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29/05/2012, 22:24
Director

La noche cae una vez más. Los ojos de Lauren Rienne se abren de par en par, mientras la oscuridad la rodea. Tarda unos segundos en adaptarse a la oscuridad, antes de que pueda ponerse en pie. La bestia ruge en su interior, con una ferocidad insospechada, con un hambre inhumana. El reloj de la habitación indicaba casi las nueve. Se puso en pie y caminó hacia la sala. Tendría que enfrentarse con Danton de nuevo, bufó esperando no tener que tolerar por más tiempo aquello.

Joseph no estaba por allí, caminó ella sola hasta la habitación de Danton y golpeó un par de veces. Silencio. Lauren maldice silenciosamente, pero se detiene a olisquear el aire. Huele a sangre. Y proviene de la habitación.

Entra intempestivamente, está oscura. Enciende la luz rápidamente, y lanza una segunda maldición. Sobre las sábanas blancas descansa el cadáver de Jospeh, en un charco seco de sangre, con una fea herida en su cuello. La Ventrue se acerca furibunda, para comprobar que ha sido desangrado, está muerto. Sus ojos sin vida parecen petrificados en una expresión de horror. Danton se aseguró de que no le fuera placentero.

Descendió las escaleras y miró por la ventana. La motocicleta no estaba. El Brujah se había ido, dejándole un cadáver en su propia casa, dejándole con el problema. La bestia comienza a tomar lentamente el control, mientras una ira inmensa empieza a contagiar a Lauren Rienne, quien parece a punto de explotar. Sus colmillos aparecen, y sus pupilas se contraen, en su mente, sólo un nombre aparece justo ahora...

Notas de juego

-1 Punto de Sangre. (2/10)
+1 Punto de Fuerza de Voluntad (2/9)

Tu herida se cura automáticamente durante el día, pero te ha consumido un punto de sangre más, por lo que estás, además, hambrienta.

Tira por frenesí (dif 8+2 por el defecto colérica), o interpreta la furia para desahogarte ;). Luego, tú dirás.

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29/05/2012, 22:48
Edward L´strange
Sólo para el director

Bueno.

Otra noche.

¿Tal vez la última?

La verdad es que Edward tenía estudiado todo, completamente todo lo que tenía que decir en el juicio. No iba a salir de rositas de allí, eso estaba claro. Tal vez los poderes lo traicionarían, y también lo mataran a él. No tenía nada que perder, y mucho que ganar, así que, esta noche, quizás la última noche, no la iba a pasar encerrado en su casa.

Esta noche saldría a cazar.

Y a degustar de la vitae de un humano.

Tal vez, sea la última vez que lo haga.

Salió de su refugio con sus mejores ropas, con todo el dinero que tenía encima, y con el alma en un puño.

Hoy sería su noche.

Sea la última o no.

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30/05/2012, 16:07
Lauren Rienne
Sólo para el director

Bastardo malnacido -gritó Lauren mientras arremetía con lo primero que encontró a mano, en este caso la mesita de noche que literalmente voló a través de la habitación hasta estrellarse en la pared opuesta, rompiéndose con el golpe-.

La furia de Lauren Rienne, sin embargo, no se detuvo en esto. Arrancó las sábanas y las hizo trizas mientras murmuraba los peores insultos y mostraba sus colmillos al aire. Parecía poseída por alguna criatura demoníaca, de esas que abundan en las leyendas y mitos sobre las bestias de la noche. Y, de hecho, lo estaba, poseída por la rabia y la escasez de vitae, un cóctel explosivo que Lauren apenas podía controlar.

Quería destrozar esa habitación, no, quería destrozar la casa entera. Reducirla a cenizas, como lo haría con ese maldito William Dalton al que se imaginaba arrancándole las entrañas. Debería haberlo matado cuando tuvo la oportunidad y la perdió.

No sabe como logró contener la rabia, pero lo consiguió. Al final, su mente racional le recordó que aquello no tenía sentido, que ya conseguiría su venganza después, que le quedaban pocas horas de no-vida. Necesitaba unos instantes para recuperarse y luego iría a ver al contacto nosferatu... eso si se presentaba.

Recogió sus cosas, el chaleco y las armas, junto con una de las estacas que había robado a su asaltante y salió de la casa. Si tenía tiempo pasaría por ese local de moda, en donde las mujeres refinadas como ella podían encontrar hombres acorde a su estilo y disfrutar de su compañía en una cómoda habitación. Nada mejor que eso para atajar un mal despertar.

- Tiradas (1)

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 8, 8, 6, 6

Éxitos: 2

Notas de juego

Pues eso, que si tengo tiempo pasaría por uno de esos lugares que supongo que Lauren debe frecuentar para encontrar presas a su gusto. Si no hay tiempo, pues nada a por el nosferatu :P

Por descontado, si puedo entrar en el local a saciarme no voy a hacerlo con el chaleco y las armas :P

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02/06/2012, 20:53
Director

Una brisa fría golpea contra el rostro de Edward. Arregla su sombrero, completamente ajeno al clima o a su temperatura, y si algo había aprendido Edward, es que ser un cadáver andante tenía ciertas ventajas, que a veces se contraponían pálidamente a los problemas. Después de todo, había quienes se referían a esa condición como "la maldición de Caín", de forma poética y otros tan sólo como un estadío en la evolución, un paso más allá de la humanidad.

Sus pasos le llevaron a un pequeño parque a unas cuantas calles de su propio refugio, por el que solía pasarse cuando el hambre lo requería. A aquella hora algunas parejas aún paseaban tranquilamente, ocultos por la oscuridad para tener un momento a solas; así como jóvenes vestidos deportivamente, para quienes la oscuridad no significaba un impedimento para jugar al baloncesto.

Tras pasar algunos árboles, cerca a una zona algo más aislada en el centro del parque, Edward se dedica a esperar una presa. Cazar una pareja habría sido sencillo de estar Samantha, como en los viejos tiempos. Les habrían dado el beso con tanta rapidez, que terminaban pensando que aquella sensación orgásmica era más un producto del amor que del ataque de dos depredadores. Se hacían un favor y le hacían un favor a la humanidad.

No, esta noche Edward estaba solo, y necesitaba a alguien que no le otorgase resistencia, sin que fuese a cometer los mismos errores. Debía controlar su hambre, sus instintos y saciar su naturaleza...

Notas de juego

Te dejo decidir presa, pero interpreta bien :)

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02/06/2012, 21:01
Director

No había tiempo que perder. Tendría que acallar a su bestia lo que fuese necesario. Sin detenerse a hacer nada más, tomó su auto, esperando que pudiese acabar pronto con aquello. Su última salida eran los Nosferatu. Lauren quería convencerse de ello, su única salida era que ellos tuviesen la pista que necesitaba. La última pieza del rompecabezas.

Tomó su auto y condujo hasta el City Tavern tratando de evitar los embotellamientos. No tenía la paciencia ni el humor para lidiar con los mortales y su parsimonia, para permanecer en los atascos de tráfico... al tiempo que deseaba poder encontrar a Danton para darle una lección o dos de etiqueta.

El City Tavern era un lugar pequeño, casi oculto entre varios edificios, no muy lejos del centro de Filadelfia. Un sitio discreto que tampoco era muy frecuentado por los vástagos, ya que su clientela se basaba en parejas maduras y nostálgicos de los años 70s, ancianos que aún esperaban encontrar algo de juventud en sus venas. Un sitio indigno, pero que seguro estaría lejos de los oídos de cualquier otro vampiro.

A la hora indicada estaba allí, pidió una mesa cerca a una esquina, preguntándose cómo llegaría su 'cita'. Lauren no había visto personalmente a un Nosferatu, lo que hablaba bien de su capacidad de permanecer ocultos y no dejarse ver, y sólo sabía por las referencias de su sire, que se trataba de criaturas deformes y asquerosas, apenas humanas, a las que se les permitía permanecer en las ciudades mientras controlaran sus instintos monstruosos (o al menos los disimularan) y ofrecieran sus servicios a los demás clanes. Intentar sacar una descripción más explícita y gráfica de Lawrence había sido un fracaso, siempre con su aire escandalizado al mencionarles.

Aquella noche, una mujer rubia de treinta años estaba en el pequeño escenario al fondo de la taberna. Sentada sobre un taburete, sosteniendo una guitarra, cantaba alguna canción que era aún más vieja que la propia Lauren, cargada de algún sentimiento que parecía lejano, distante y moribundo en aquel momento, para la vástago.

Oh-oh, yes I’m the great pretender
Pretending that I’m doing well
My need is such I pretend too much
I’m lonely but no one can tell

La voz ligeramente desafinada de la mujer llenaba el lugar, algo que parecía no importarle a las escasas personas allí presentes. Algunos ancianos vestidos como hippies, y un grupo de mujeres robustas que parecía estar esperando algo. Ya habían pasado treinta minutos desde la hora indicada y no había señales del Nosferatu, nada. Quizás simplemente había rechazado su oferta, como Lawrence había advertido, y esperar más tiempo fuese una pérdida de tiempo...

Notas de juego

Cuidado con las dificultades, la tirada era a dif 8+2 (10) :P

Estás algo sobre el tiempo, así que te tocará hacerlo sobre la marcha, si tienes suerte.

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02/06/2012, 21:20
Edward L´strange
Sólo para el director

Edward esperó apoyado en un árbol muy tranquilo.

No tenía prisas.

Como había dicho antes de salir, tal vez esta sea su última cena, la última vez que probaba la sangre de un humano, y la última vez que vería las estrellas y la luna, por lo que sacó un cigarrillo de su paquete y lo encendió, dándole algunas caladas con mucha tranquilidad.

Y esperó.

Sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que alguien pasara por allí y lo viera, y seguro que se acercaría a él, y le pediría un tabaco. ¿Tal vez una prostituta? ¿O un simple humano que paseaba por el parque esa noche y se había olvidado los pitillos? ¿O alguna cría intentando liarse un peta y le faltaba el tabaco para hacerlo?

Y siguió esperando.

Hasta que apareció.

Era una chica de unos veintipocos años, venía corriendo justo por el sendero que pasaba por delante de donde estaba el vampiro. Mentalmente calculó cuanto tiempo tardaría en llegar hasta su posición, y supuso que eran unos tres minutos o así a la velocidad que llevaba.

Se apartó del camino, colocándose a un lado del árbol, justo en un sitio que ella no lo vería llegar... sentía sus pasos, calculaba el tiempo, hasta podía sentir los latidos de su corazón a mucha velocidad... se acercaba... cada vez estaba más cerca...

3, 2, 1... contó mentalmente, y giró hacia el camino, rodeando el árbol.

El golpe fue fuerte para la chica, que cayó de espaldas al suelo, sin embargo al vástago simplemente le resultó como una picadura de un mosquito. Edward le pidió disculpas al mismo tiempo que se acercaba a ella para ayudar a levantarla, sin dejar de mirarla a los ojos.

No era un salvaje, estaba acostumbrado a estas cosas, y no iba a matar a nadie, ni siquiera a desangrar a esa chica sólo por saciar su sed... pero si le quitaría un poco de su sangre, ¿por qué no?

- ¿Estás bien? - Le preguntó mientras la ayudaba a ponerse de pie. - Lo siento, no te vi venir, me iba a mi casa y... bueno, pero ¿Estás bien? -

No estaba bien.

Se había hecho daño en la muñeca, pero no parecía fracturada.

Ella alzó su mano y se la enseñó, y él, con mucha empatía, le revisó la muñeca.

- Estás de suerte de que haya sido yo, soy Traumatólogo, ¿sabes? - Y revisó la muñeca con sus manos. - Siéntate en el suelo, estarás más cómoda. No, no parece rota. -

La chica, al principio desconfiada, le sonrió cuando comenzó a hacerle un masaje en la muñeca.

- ¿Te calma el dolor, no es así? - Le dijo y siguió cinco minutos más con el masaje. - Ya está, creo que con esto no tendrás problemas. Cuando llegues a tu casa, ponla en hielo, ¿vale? -

La muchacha asintió con la cabeza, y le volvió a dedicar una sonrisa. Ed también sonrió.

- Me alegro que estés bien. Y para terminar, lo que me hacia mi madre, un beso en el lugar dónde te has lastimado. -

La corredora al principio titubeo, pero era un beso en la muñeca, ¿qué podía pasar? Además, Edward era guapo, de montón, pero guapo, así que accedió con una pequeña carcajada y con algo de rubor en las mejillas.

Y Edward acercó su muñeca a su boca, y la beso... despacio... hasta que sus colmillos encontraron el pulso de la arteria radial y los clavo en ella suavemente. La muchacha se inclinó hacia atrás, disfrutando de lo que estaba recibiendo, mientras Edward bebía de su sangre, notando como el corazón acelerado de la corredora hacía que esta entrara como un torrente en su boca.

No bebió mucho, sólo un poco. 

Cuando terminó, pasó la lengua por la herida y cerró los dos puntitos de sus colmillos rápidamente. La chica aún estaba en extasis, por lo que la acomodó junto a un árbol, sentada, y se retiró de allí tan rápido como había venido.

Al final, había habido suerte y todo salió como lo esperaba.

Después de todo, algo de suerte le quedaba encima.

Encendió otro pitillo y se fue fumando tranquilamente, hacia su reunión.

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04/06/2012, 13:19
Lauren Rienne
Sólo para el director

La noche no había empezado bien para Lauren. Aunque las últimas noches habían sido un infierno, ésta pretendía ser la peor de todas. No sólo por la amenaza que pendía sobre su cabeza sino por la impertinencia de Danton, la de ese vástago nosferatu que parecía querer jugar con su destino.... todo bien amenizado por una vieja canción y la desesperante necesidad de vitae.

Podía irse en cualquier momento y afrontar el juicio con lo que tenía eso implicaba que tendría que ser jodidamente buena defendiéndose de las acusaciones porque las pruebas que había recabado eran más bien pocas. Y a nadie le importa desarcerse de un neonato, quizás a Laurence, pero su influencia no llegaba tan lejos.

Esperaría algo más en ese extraño lugar, le daría otra oportunidad al burlesco destino. Mientrastanto se dejaría envolver por el ambiente que, por extraño, parecía que le ayudaba a alejarse de sus pensamientos. Se fijó en la mujer que estaba cantando, parecía que pasaba desapercibida por todos.

My need is such I pretend too much

I'm lonely but no one can tell

Ciertamente su necesidad era grande y estaba sola pero... Se fijó en esa mujer, de nuevo. Sus palabras parecían proféticas, como si describieran lo que Lauren estaba pasando y como si llevaran un mensaje. O estaba tan desquiciada que, directamente estaba alucinando. Miró interrogativamente a la cantante otra vez, como si esperara un mensaje más claro, como si ella tuviese las respuestas que estaba buscando. Éster era el último as que le quedaba bajo la manga, no había más trucos y tenía que ganar la partida.

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14/08/2012, 23:18
Director

Edward decide que aún puede tomar el metro a esa hora. Tras un viaje entre mortales, ajenos a la presencia del predador entre ellos, sumidos en sus propios mundos, alejados de la realidad en las sombras. Camina hasta el elíseo ignorando el olor a humedad del aire que anuncia que una vez más, ésta noche también lloverá.

Su bestia parece comportarse ésta vez, habiendo saciado su malsano apetito, Edward se prepara para una noche dura. Es la noche definitiva. Los edificios residenciales se alzan a lado y lado, en el barrio tranquilo, escondiendo el núcleo de la sociedad vampírica de Filadelfia. Una tapadera que pasa discretamente para cualquier transeúnte y en particular, para los enemigos de la Camarilla.

El primer paso del gangrel es recibido con la mirada despectiva del mortal. Se acerca a preguntar por su ahora protector y benefactor, su carta en el peligroso juego de la política de la ciudad. El vigilante sólo extiende su mano sobre la madera depositando una llave.

-Apartamento 213. Ramsey le espera- dice con voz ronca. Edward toma la llave mientras se dirige hacia el elevador. Sube hasta el segundo piso, hasta donde se encuentra la placa con el número marcado. La llave entra en la cerradura y el gangrel la gira lentamente.

El apartamento amoblado tiene una ténue luz. Un juego de sofás y una lámpara elegante. Cortinadas pesadas tapan las ventanas. Hay una separación entre la sala y el comedor, más cerca en de la ventana. Allí se encuentr Ramsey. El vástago sostiene un teléfono. Sus ojos se fijan en Edward en cuanto éste entra al apartamento.

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15/08/2012, 07:40
Horatio Ramsey

-Muy bien. Si la policía descubre algo más, lo reportaré inmediato a Langley.- dice con la mirada fija en el recién entrado. Guarda unos instantes de silencio. -Creo que tendremos una noche movida. Acaba de llegar uno de los protagonistas- y lanza una sonrisa.

-Vale- dice y cuelga el teléfono con el sonido metálico de una campanilla.

-L'strange.- enuncia tranquilo. -A quien clamaba el público- dice mientras camina hacia la sala. -Creo que su tarjeta de "salga de la cárcel gratis" acaba de llegar. Ésta noche tendremos fuegos pirotécnicos en el elíseo- dice divertido.

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15/08/2012, 16:55
Edward L´strange

- Estoy ansioso por saber que me depara el destino, Señor Ramsey. - Dijo Ed serio, como siempre.

Y allí se quedó.

De pie.

Sin decir mas nada y con las manos en los bolsillos.

Ahora debería esperar.

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20/09/2012, 04:23
Horatio Ramsey

El rostro de Ramsey se deforma en una mueca parecida a una sonrisa socarrona. Sus ojos se clavan sobre ti con un aire divertido y despectivo al mismo tiempo.

-Tome asiento L'strange- dice mientras señala un sofá frente a él, busca en su abrigo una cajetilla. Sus manos pálidas toman el paquete y juguetean con él, sin observarlo siquiera. La luz del recinto parece acentuar sus rasgos pálidos, mientras sus pupilas se fijan automáticamente en cada movimiento que haces. Ramsey parece más muerto que de costumbre esta noche.

-Se han cargado a dos mortales más anoche. Y no cualquier tipo de mortal... del tipo que se relaciona con Kingsley y su ralea.- dice dejando que cada palabra surja con cierta dulzura, como si lo estuviese disfrutando. -Lo que por supuesto, ha hecho llover mierda en todo el Elíseo. ¿Linda forma de despertar, verdad? lo mejor, es que tiene usted su coartada, L'strange... la mejor que se podía proveer.- y hace una pausa dramática.

-Kinsgley- anuncia con tranquilidad y extiende la cajetilla abierta, ofreciéndote un cigarro.

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20/09/2012, 06:00
Director

La canción continúa, perdiéndose alguna de sus frases debido a la mala acústica del sitio y del micrófono. La función continúa con algunas otras melodías regulares y éxitos country desconocidos que seguramente Lauren no habría escuchado viva y que ahora, muerta, se veía obligada a atender.

El tiempo pasa, transcurre, repta con lentitud sin que nada suceda, luego de unos 30 minutos la Ventrue comienza a impacientarse al no ver señales de nada ni nadie. Las dudas se acumulan en su cabeza. Los Nosferatu eran criaturas deformes y horrorosas por naturaleza, su mismo sire parecía reacio a tratar con ellas... ¿cómo se manifestaría en un local mortal un engendro así? ¿Qué debía suceder? preguntas, sólo más preguntas sobre los misterios existentes.

-Disculpe. ¿Es usted Lauren Rienne?- dice un joven de cabello castaño y ojos claros, ataviado con una camisa blanca y un delantal. Trabaja para el bar, parece serio. La ventrue asiente afirmativamente.

-Tiene una llamada para usted en la barra- dice mientras señala hacia el centro del local. La ventrue se levanta y camina lentamente para encontrarse con el barman, un hombre calvo con una afeitada reciente, que deja los rasgos apenas notables de una barba incipiente, como si hubiese hecho varios intentos por hacer que creciese ordenadamente. No dice nada, seriamente, señala la bocina de un aparato negro sobre la barra.

Lauren lo toma entre las manos y saluda dubitativa.

-Rienne. En la calle del frente, en la esquina hay un bar. La mesa del fondo.- la voz parece un susurro ronco, con un acento marcado en cada palabra y una lentitud exasperante. Acto seguido se oye el tono de marcado repicando repetitivamente del otro lado del teléfono. Al colgar, la mirada del barman se queda congelada intensamente sobre Lauren. Mascando un chicle lentamente, sin sonreír.

-Gracioso, me dio la impresión de que quien la llamó, sabía exactamente en dónde estaba sentada- dice sin sonreír, sin quitarle la mirada de encima.

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21/09/2012, 13:26
Edward L´strange

Ed coge un cigarrillo y se lo enciende con su mechero, para después, darle un par de caladas antes de soltar el humo.

Vicios de humano, diría su Sire, pero bueno, algo de humanidad tenía que tener.

Sino no habría hecho lo que hizo.

- Coartada, eso es interesante. - Dijo el vástago.

Lo que no entiendo es que estarán haciendo los otros tres... ¿pueden seguir cagándola aún sabiendo que esto los supera demasiado? Malditos chiquillos... menos mal que los dejé ni bien salimos del Eliseo.

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25/09/2012, 00:14
Horatio Ramsey

-Y lo mejor está por venir- dice mientras con una sonrisa enorme y confiada. -Los dos crímenes tienen algo en común. Amba víctimas fueron... desangradas hasta morir- repite con una sonrisa gatuna. -Bastante inusual, ¿verdad?- añade con un tono irónico.

Luego guarda silencio mientras observa las espirales de humo que emanan de tu boca. Parece pensativo, justo como cada vez que está a punto de agregar otra sorpresa a su interlocutor, regocijándose en las reacciones que provocaba. -Y no es todo...-

Hubo una tercera víctima anoche, al parecer sin una relación directa con los otros dos, sólo que el pobre desgraciado fue demasiado cerca del último asesinato... un corte en la garganta, varios moretones...- dice mientras saca un cigarrillo y juguetea con él entre sus dedos largos y blanquecino. -... y al parecer una mujer muy cerca del sitio dónde encontraron al infeliz. ¿No es bella la vida? El patíbulo parece tener nombre propio ya...-

Y pone el cigarro en sus labios, observándote. Sientes entonces el impulso de encenderlo para complacer a Ramsey, un impulso natural y apenas lógico ante las circunstancias actuales, una forma de agradecimiento.

-La primogenitura se reunirá extraordinariamente antes de lo previsto. Creo que oiremos a Kingsley y a Cavarley vociferar bastante esta noche...- añadió con voz perdida.

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30/09/2012, 11:35
Edward L´strange

Ed encendió el cigarrillo de el vástago con una sonrisa.

Sus palabras lo tranquilizaron aún más.

Sin embargo, él sabía muy bien que nada es lo que parece, y que probablemente todo cambie de un momento a otro.

Ahora si, había algo que lo carcomía por dentro.

¿Dónde estarán los demás?

- Señor, ¿sabe dónde se encuentran los otros tres? - Preguntó al fin.

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01/10/2012, 15:06
Lauren Rienne
Sólo para el director

Lauren se encogió de hombros y sonrió al barman. Tenía una mirada dulce, como si nunca hubiera hecho nada mal, como si nunca hubiera roto un plato.

Sí, me lo imagino. Es un amigo, le gusta hacer ese tipo de bromas. Seguro que me ha visto aquí y ha decidido gastarme una broma. Siento las molestias.

Dicho esto se dio la vuelta y salió de bar para dirigirse hacia donde le había indicado el desconocido a través del teléfono. No tenía tiempo para perder con ese tipo de juegos. Necesitaba esta información y la necesitaba ya.

Más me vale que esto sirva de algo, si no...

Notas de juego

Perdón por el retraso, vi el post hace unos días y en ese momento no podía responder. Luego se me olvidó, pero aquí sigo :P

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30/03/2015, 19:13
Horatio Ramsey

Horatio Ramsey negó con un gesto suave, medido. -Me temo que esa información no le concierne L'strange.- comenta secamente.

-¿Y bien? ¿Cómo tiene planeado celebrar su absolución? - dice mientras mira hacia afuera. -En un par de horas Langley hará traer a los demás, podréis despediros y mañana os dejaremos ver las cenizas de Rienne en exhibición en el elíseo, para que sirva de advertencia. - dice con sorna, disfrutándolo.

-Y con un sangre-azul menos, los Ventrue seguro que van a tener que apañárselas para mantener su influencia con el príncipe.- ahora parece estar hablando sólo en voz alta. -Adoro los finales felices- dice mirándote con cierto brillo alegre en sus ojos.

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01/04/2015, 20:22
Edward L´strange
Sólo para el director

- Bueno, supongo que ya tenéis todo planeado. - Dijo el Gangrel mientras repasaba a cuantos les debía un favor en tan sólo un par de noches. - Por mi parte, con que pueda seguir vivo me basta, aunque, nunca mejor dicho, tendré que sudar sangre para devolver los pequeños favores durante todo el recorrido hasta mi absolución. - 

Por un momento, Edward sonrió compungido.

Estaba hasta el culo de deudas.

¿Tal vez la muerte sería más barata?

- Usted dirá, señor Ramsey, ¿necesita algo más de mi? Ya que yo, por mi parte, esperaré lo que suceda dentro de unas horas con mucha tranquilidad. -

Notas de juego

True Post:

- ¿Planeado? ¿Tu crees que recuerdo algo de todo esto después de casi tres años? ¡TRES AÑOS, MACHO! Nada, nada, tu tranquilo, que entre los endogámicos -leys y demás, ya tengo la no-vida ganada. Me he bajado los pantalones con muchos vástagos, y ni siquiera la Toreador me ha follado. ¿O era Ventrue? Bueno, para mi todos los mierdas esos son iguales. Así que, me voy a sentar por aquí, esperando al puto Príncipe, y a mi absolución. Que te den mucho por culo, yo me voy de esta ciudad en nada. - Dijo el Gangrel. - ¡Ah! Y tengo algo para ti. - Continuó mientras rebuscaba en sus bolsillos. - ¿Dónde está? Hum... -

Tras unos segundos, sacó la mano de su bolsillo derecho, mostrándole el dedo mayor a Horatio.

- Súbete y pedalea. -