Partida Rol por web

Jummm... - murmuró por lo bajini el grandullón mientras seguía al druida - Esto está demasiado silencioso...

Y procuró pisar lo más levemente posible, al tiempo que intentaba afinar el oído todo lo posible.

Uno se siente como en casa con varias toneladas de tierra sobre su cabeza. Lapidus hasta parecía casi risueño en el sotano. Vamos, busquemos mas trasgos a ver si podemos hacer una fiesta completa de esto.

Por cierto, tengo una vela por si os hace falta.

El pasillo termina en una esquina que vuelve a girar hacia el norte. Kaddok abre la puerta a su derecha y se asoma a un almacén bastante grande donde se guardan ventanas y otros trabajos de cristal ya finalizados, probablemente pendientes de ser transportados a su destino.

Kaddok revisó rápidamente la habitación antes de pasar a la otra habitación.

No hay nada en el almacén máss allá de porductos manufacturados de cristal. Kaddok avanza unos metros e intenta abrir la siguiente puerta, pero se encuentra cerrada con llave.

-¿Alguien quiere intentar derribar la puerta?¿o tiene un hacha para abrirla? - Preguntó Kaddok dirigiéndose al resto de sus compañeros

Por favor, parece mentira que hagas esa pregunta. Teneis con vosotros a un maestro cerrajero!

El enano se acerco a la cerradura, lleno de una súbita alegría, y echó mano a las herramientas del semielfo. Tras asegurarse de que no había ningún mecanismo defensivo comenzó a trabajar en la cerradura.

Seguro de que la cerradura no le deparaba ninguna sorpresita, el enano utilizó sus herramientas para abrir la cerradura. Con un ligero empujón la puerta se abrió ante ellos.

Lo que parece otro almacén ha sido convertido en una celda improvisada. Tumbada en el suelo se encuentra Ameiko Kaijitsu. Está amordazada y con las muñecas y los tobillos atados con unas tiras de cuero. Además, un pañuelo le cubre los ojos para que no pueda ver absolutamente nada. Parece bastante magullada y no da señales de haber escuchado la puerta. Podría estar dormida, inconsciente... o muerta.

Rápidamente Kaddok se acercó a Ameiko para comprobar si estaba bien - Mierda, espero que esté bien, ya me he quedado sin hecizos. ¿Ameiko?, ¿estas bien? - dijo Kaddok con voz baja mientras se aproximaba a la tabernera. 

La muchacha no reaccionó.

Me agacho y compruebo si todavía respira, la desato con mi espada, le quito la mordaza y el pañuelo de la cara. -Malditos bichos, espero que no hayan acabado con ella.

Todavía respira, pero está comida a hostias.

Kaddok colocó sus manos suavemente en el vientre de Ameiko mientras pronunciaba unas pocas palabras. Después de ello Ameiko parecía estar un poco mejor, pero no con una gran diferencia.

El varissio se acerco a la chica tendida despues de que Kaddok intentara despertarla.

- Dejame a mi - le dijo al druida - siempre he tenido mano para las chicas.

Grygory se escupio las manos sin pestañear, como si estuviera muy acostumbrado a hacerlo, las puso a unos centimetros del cuerpo de la muchacha, ante las caras de asco de sus compañeros.

- vă sunt foarte drăguţă, preot, Dumnezeul meu a dat-mi cadou .....

Los cuidados proporcionados por Kaddok y Grygory consiguen que Ameiko abra los ojos, pero es evidente se encuentra en muy mal estado.
-¿Qué...? ¿Quiénes sois? ¿Qué lugar es éste?- consigue preguntar la muchacha, claramente desorientada.

-Ameiko, hemos venido a rescatarte, tranquila, te sacarémos de aquí lo más rápido posible. - Le dijo Kaddok a la muchacha. Kaddok se giró hacia sus compañeros- Debemos sacarla de aquí, llevarla adonde la puedan curar. También podríamos llevarnos al semielfo para que lo encarcelen, pero me gustaría que termináramos de explorar la fábrica después ¿Os parece bien?

Yo preferiría terminar de explorar estas cuevas, no vayan a escaparse los trasgos que queden... La chica puede esperar arriba.

-Podemos terminar de explorarlas cuando hayamos dejado a buen recaudo a esta gente. No sabemos que puede haber por aquí y si no es demasiado peligroso para una sola persona, pero no puedo impedirte que sigas si es lo que quieres. Yo no voy a continuar mientras no dejemos en un lugar vigilado a Ameiko. - Kaddok guardó su arma y escudo y se inclinó hacia la mujer - ¿Puede andar? Si es necesario yo puedo llevarla sin problemas, pero creo que lo mejor es llevarla a un sitio donde pueda descansar.