Partida Rol por web

-Bien, no parece que nadie nos vaya a sorprender viniendo por aquí...

El gigantón tuvo que aguantarse las ganas de volver a sentir el aire fresco en la cara, pero no desesperó- Bueno, al menos no tenemos que temer una invasión del pueblo por otro lugar, aunque estaría bien saber a donde llevaba este túnel, cuando volvamos arriba, y asegurarnos de que está bien tapado. Volvamos a ese pasillo que decías, Lapidus, ¡parece que cada vez queda menos de este maldito laberinto por explorar!

El grupo continúa tras los seguros pasos del enano, acostumbrado a estas incursiones subterráneas. Regresa casi al punto de partida y toma el túnel que dejasteis atrás, un túnel que lleva a un callejón sin salida al cabo de unos cuantos metros.

Lapidus parece notar algo. Mirando al techo, casi instintivamente, descubre un pozo que comunica esta caverna con una de las celdas del piso superior.

El hechicero mira a Lapidus dubitativo. Ya anda despistado y no sabe por donde continuar.

Decide dejarse llevar de momento e intentar superar su angustia.

-Bueno, creo que sólo nos faltan las escaleras del piso de abajo, ... salvo que ya las hayamos visto ya y no lo recuerde...

El bardo abre camino hacia donde indica su compañero Druida, con la ballesta y su conjuro de luz por delante.

Las escaleras son de bajad, y tienen el mismo problema que las anteriores: un derrumbamiento impide avanzar.

-Creo que eso era todo. No sabemos que pasa con la maldita diablesa, ni entiendo que es lo que ocurre con este lugar, pero seguro que a las autoridades les interesa saber la clase de estancias que tienen debajo de su ciudad. Me parece que no nos hemos dejado nada por explorar y si queréis podemos marcharnos ya a la superficie. - Dijo Kaddok con cara de cansancio.

-por mi nos marchamos, si-contesta el hechicero, harto de aquel lugar.