Partida Rol por web

Ojo por Ojo

2. Gambito de Dama.

Cargando editor
12/12/2016, 15:44
Kara

Estando Kara juntó a Lirath, susurro por lo bajó! Que te parece! al contemplar la escena que se llevaba a cabo entre Maldrek y Ópalo. Luego mirando a todos, exclamo en alto: Me temo que Ópalo fue generosa con nosotros al darnos la oportunidad de salir de aquí y ganarnos nuestra libertad. Nada te debemos salvo rencor por habernos tenido en condiciones inhumanas y haber acabado con nuestros compañeros. Mirando los cuerpos sin vida de aquellos que habían luchado por su libertad. De hecho en cierto modo ellos ya por fin eran libres. 

Mirando a la aguerrida pirata, Kara exclamo: Mi eterna gratitud a Ópalo! Estoy contigo! 

Luego dirigiéndose a Lirath, susurro: No querías unos kukris!?

Maldrek, tira tus armas a los pies de mi compañero y no opongas resistencia. Yo respetare mi parte del trato. Dirigiéndose con el mestizo para desarmar al Capitán con cierto recelo. Lirath esos te irán bien. Cógelos.  

Y que alguien traiga unos grilletes!  No me gustaría encontrarme con esas manos sueltas! Exclamo mordaz la sacerdotisa de Kossut.

 

Notas de juego

Con Ópalo!

Desarmamos a Maldrek y le quitamos sus pertenecías.

Buscamos grilletes y lo esposamos y enjaulamos. Sí Opalo se lo carga se me da igual.

Curo a Kailee y después a recolectar mediante detectar magia. 

 

Cargando editor
13/12/2016, 00:13
Lirath

La elección podría haber resultado clara desde el primer momento. Ópalo les había liberado, ayudado en el momento que más lo necesitaban y les había devuelto a donde merecían estar, sacándoles de las infrahumanas condiciones en las que aquél insidioso tiefling les había metido. Pero había un problema: su hermana. Todo el viaje que había hecho desde el lejano norte era por una simple razón. Encontrarla era su único objetivo, y Maldrek bien podría ser su única pista. Necesitaba hacerle hablar, pero algo le decía que la tortura no iba a ser demasiado efectiva. Tal vez, si le ayudaba, él le ayudaría a él a encontrar a la última de su familia.

Tardó un instante en darse cuenta de que la hechicera ígnea le hablaba a él. Sonrió a Kara, y después miró a su alrededor, fijándose en los allí presentes mientras se debatía en su interior. Ópalo tenía el número a su favor con aquellos sahuajines, y una pistola, además del apoyo de la elfa y la sacerdotisa roja. No dudó que era una locura hacer nada contra ella en esos momentos, así que finalmente la decisión era sencilla. 

Suspiró, miró a Maldrek, y compuso una sonrisa cansada. 

- No le matéis, tiene que responderme a unas preguntas. - Sus palabras eran claras, no dejaban margen de error. Si el ex-capitán moría, no iba a sentirse contento. - Por favor, Maldrek, suelta las armas, tíralas hacia mi y da un paso atrás. 

Cargando editor
13/12/2016, 15:50
Kailee Malakiir

El capitán depuso las armas, abrumado por el número de sus enemigos, pero la cuerda del arco seguía tensa. Toda aquella situación, que ahora se inclinaba a su favor, distaba mucho de estar resuelta. ¿Porqué Ópalo no había dado la cara hasta ahora? Tres de sus compañeros habían caído. Sus cuerpos aún estaban calientes. ¿Aquella mujer que ahora se erigía como nueva capitana podía haber evitado de algún modo aquella carnicería? ¿Habían hecho bien al confiar en ella?

Kailee miró a su alrededor. Aquellos pensamientos le habían hecho caer en la cuenta de que no conocía realmente a ninguno de sus compañeros. Al menos no más de lo que conocía a Maldrek. Su sangre salvaje le instigaba a alzar su arco. Y no sólo contra aquel mestizo.

- Lo siento, Maldrek - comentó la elfa - a estas alturas no tienes nada que poder ofrecernos. Quizá haya algo de verdad en tus palabras, pero no daremos la espalda a quien nos liberó de nuestras cadenas. Da igual cuales hayan sido sus verdaderos motivos.

Bajando su arco y llevándose la mano a la cintura Kailee miró a Lirath. Una punzada de duda se clavó en su mirada.

- El tiflino es todo tuyo, ebrath - dijo arrojándole un par de grilletes - Ten, asegúrate de que no vuelva a empuñar esos cuchillos.

Cargando editor
14/12/2016, 10:24
Maldrek

No tenéis ni idea de con quién os estáis aliando... -insistió el tiefling-. Ni enfrentando.

Gruñó de pura frustración y clavó los kukris en la cubierta del barco. Cuando Lirath fue a ponerle los grilletes, opuso fuerte aunque nominal resistencia.

Cargando editor
14/12/2016, 10:27
Morgan "Ópalo" Evans

La tormenta amainaba rápidamente, el barco había dejado de zozobrar peligrosamente en las olas y ya no llovía. Lo que no dejaba de reforzar la teoría de que aquello había sido obra de Umberlee, la Reina Puta de las Olas.

No habíais podido tomar una decisión mejor -les dijo Morgan a los esclavos fugados, que chorreaban agua, sangre y sudor-. Encerrad a Maldrek en una celda, y traedme aquí a todos los esclavos que puedan tenerse en pie. Sé que no sois marineros, pero necesitaré toda la ayuda que pueda obtener para llevar este cascarón de nuez a puerto. Una vez estemos en Athkatla, cumpliré mi promesa y os dejaré marchar en libertad. Con todas vuestras cosas.

Notas de juego

Pues nada, abrid las celdas de Takashi y de Trino. Haced las presentaciones pertinentes. 

Kailee, puedes sacar también a Weilyn.

Lirath, puedes preguntar a Maldrek lo que quieras cuando lo encierres.

Cargando editor
15/12/2016, 13:23
Kara

Kara asintió ante las palabras de Morgan! A continuación lanzó detectar magia y comenzó a recoger el equipo mágico de aquellos que habían matado y el del capitán. Después de todo uno era dueño de lo que mataba. Para posteriormente repartirlo con Lirath y Kailee. 

Vio las auras de los objetos aparecer y comenzó a investigar que propiedades podían tener. Después curo a Kailee todo su daño y se dispuso a ayudar a llevar el barco a buen puerto.

El resto de los presos fue liberado y comenzaron a limpiar el barco de cadaveres.

Luego dirigiendose a Opalo, exclamo: Capitana Morgan! Tras desvalijar los cuerpos, queréis que los tiremos por la borda? 

Seria conveniente dejar a Maldrek vigilado y bien encadenado! 

Notas de juego

Saqueamos el equipo de Maldrek, de la hermana oscura y del enano! El resto lo respetamos al ser de los compañeros. Digamos que los honramos dejándoselo.

 

Cargando editor
15/12/2016, 14:03
Takashi

El estruendo de la tormenta y de lo que parecía ser un combate, me habían sacado de mi penoso sueño. Fue entonces cuando una silueta recortada en la oscuridad se apersonó frente a mí. Escuché el crujido del cerrojo y la puerta de la jaula se abrió.

Como una rata de las alcantarillas o un lagarto temeroso por su vida, me arrastré fuera. Pronto volví a recordar quién era, que hacía allí y que tan valiosa era mi libertad ahora que la había recuperado.

Avancé confundido y mareado por las cubiertas inferiores. Criaturas y personas andaban junto a mí, pero yo las percibía como seres de ensueño, borrosos e inteligibles. Repté escaleras arriba, siguiendo el aire fresco, lejos de la putrefacción y el encierro. Súbitamente, alcancé la máxima gloria que la vida me podía regalar: las gotas refrescantes golpeaban mi rostro, el aire reavivó mi cuerpo y mi mirada recuperó su nitidez. 

Contemplé con horror lo que ahora quedaba de mí: un ser huesudo, mugriento, débil y ajado, vestido con trapos cubiertos de porquería y pestilencia.

Las lágrimas resbalaron sobre mis mejillas y se perdieron fundidas entre la lluvia mientras contemplaba con esperanza el horizonte del mar embravecido. 

Cargando editor
15/12/2016, 15:30
Trino

Finalmente las cosas parecían serenarse, la tormenta y los gritos de combate. Pero l sorprendió que no hubiera bajado Chaz.

-¿Y Chaz?-Mi querido.-¿El guerrero cambiante que subió con vosotros...?

La congoja se apoderó, nuevamente, del corazón de Trino, no hacía falta que lo dijeran con palabras, ella podía leerlo en sus rostros fatigados y manchados de suciedad y sangre. No pudo reprimir un apagado ¡no! Tras ser liberada la muchacha subió cuan rápido pudo hacia la cubierta para ver por si misma lo que había sido del orgulloso Chaz.

...y el corazón, aquel órgano marchito y quebrado tras ser arrancada del seno de su tribu, de ver como mataban a Sagaz quien la defnedió hasta la muerte, ahora terminaba de quebrarse ante la visión del noble guerrero, del ser que la protegiera en vida y que acudiera en su rescate. Un herido y descarnado ¡NNOOOO! escapó de su garganta antes de derrumbarse junto al cuerpo muerto de muchas heridas de Chaz, amargas lágrimas caían por sus mejillas dejando surcos en la suciedad de su piel, mientras se abrazaba al cuello del difunto.

-No... mi guardián...  mi sol y estrellas... mi vida. Tu que me sostenías en este mundo mezquino y malvado, tu que me calentaste con tu amor y pasión. Ahora no me dejas más que un frío y triste recuerdo.

La joven besó los fríos labios del guerrero mientras le mesaba la larga caballera en un sentido adiós. Completando el tatuaje que compartían en los dos antebrazos de uno y otra, lo acarició por última vez...

 

Cargando editor
15/12/2016, 22:26
Morgan "Ópalo" Evans

Eh, eh, eh. Deja esas cosas donde las has encontrado, encanto -dijo encañonando a Kara para demostrar que no bromeaba-. Os he ofrecido la libertad, y quedaros con vuestras bagatelas mágicas. Pero todo lo demás de a bordo me pertenece. ¿Ha quedado claro?

Cargando editor
15/12/2016, 22:30
Kara

Tranquila Opalo! De dónde yo vengo uno es dueño de lo que mata. Por eso recogí el equipo de la vencidos. Si quieres podemos repartirnos el botín entre los victoriosos, pero no voy a permitir que me amenaces con una pistola.

No soy una chiquilla a la que asustar! Si los demás están de acuerdo en que te lo quedes me callo. Oigamos al resto: Lirath y Kailee que opináis?

No seas peor que Maldrek!

Notas de juego

Kailee esta curada tal como dije en post anterior. 

Cargando editor
15/12/2016, 23:36
Lirath

Había recogido los kukris de Maldrek, los había examinado frente al tiefling, y mientras lo hacía había aprovechado para guiñarle un ojo al ex-capitán del barco. No había habido una burla directa en el gesto, simplemente un guiño que podría interpretarse de muchas maneras, pero que solo el mestizo de demonio sabría como hacerlo. Luego se guardó los grilletes que le habían dado, enganchándolos en su ropa sin usarlos. 

- Vamos Maldrek, tenemos cosas de que hablar. - Luego Kara le preguntó. La nueva capitana, muy segura de sí misma, apuntó a la clériga con la misma pistola con la que había amenazado a su prisionero, y él se encogió de hombros -. Deja que se quede las baratijas, cuando lleguemos al puerto seremos libres, no necesitamos esas cosas. Yo devolveré después estos cuchillos - Dijo refiriéndose a las armas de Maldrek.

Después, acompañado por el antiguo oficial, bajó a las bodegas inferiores, y -a punta de estoque si era necesario- le obligó a entrar en la misma celda que él mismo había tenido. No era simple venganza, ni odio, sino una fácil aclaración de en que posición estaba. No le ató las manos, consciente de que -de momento- no iba a escapar, y manteniendo un ojo puesto en él se dedicó a liberar a los otros prisioneros. En otro momento, tal vez, habría sentido pena por la hermana del mago caído, la mujer del bebé, pero ahora no. Les había liberado para que le dejaran a solas en ese lugar y subieran a ayudar a Ópalo o lo que les diera la gana, nada más.

Cargando editor
15/12/2016, 23:45
Lirath
Sólo para el director

Cuando todos se hubieron marchado, y sólo por si acaso, se aseguró que no había nadie más en las inmediaciones ni oídos indiscretos y se acercó hasta la ahora única jaula ocupada. Sonrió a su inquilino, y permaneció así unos instantes.

- Bueno, parece que las cosas han cambiado. Has perdido a todos tus hombres y, sin ellos, los marineros que te seguían por miedo ahora siguen a Ópalo. Podría hacerte hablar mediante la tortura, pero creo que me llevaría mucho tiempo. - Dejó clavados ambos kukris en el suelo de madera, y se quedó callado casi un minuto. - Entiéndeme, lo disfrutaría, sobre todo después de que intentaras, dos veces, que la sacerdotisa me apuñalara, pero no tengo tanta paciencia ni creo que sea la mejor forma de tratar contigo. Eres un pirata y encima orgulloso, así que quieres oro, y ahora también resarcirte de esta derrota sufrida.

Dejó que sus palabras calaran en el hombre, antes de simplemente encogerse de hombros.

- Ambos sabemos que Ópalo no te dejará vivir, ahora mismo ni una cucaracha te envidiaría, pero Ópalo no tiene porque decidir, no sé si me entiendes...  - Pausa. Sonrisa. Y continuación. - Yo puedo interceder por ti, no me pareces peor que ella, aunque tampoco mejor. El único motivo por el que tú estás aquí es que ella supo aprovechar una oportunidad, ¿harás lo mismo? 

Finalmente, alzó la voz, dejando el anterior susurro atrás. 

- Pues bien, como todos, yo quiero algo. Seguro que no te ha pasado desapercibido que no soy un semielfo al uso, sino que por mis venas corre sangre drow. No somos muy típicos, pues la mayoría acabamos muertos o escondidos, perseguidos por estúpidos que no sabrían distinguirte a ti de un demonio.

Pero me voy por las ramas, lo siento, lo siento. ¡Ja! Ni que no tuvieras tiempo para escuchar mi historia si me apeteciera, pero no, no me apetece. Sabes de mi lo que tienes que saber, nada más. El caso, es que tengo una hermana. Como yo, sangre de mis parientes élficos de la infraoscuridad corre por sus venas. Hace años que no la veo, pero sé que sigue viva, es hermosa, con una voz angelical y, en definitiva, un raro hallazgo para cualquiera. Fue vendida en Athkatla, y me dirigía allí cuando me atrapaste.

Su sonrisa, hasta ahora afable, se tornó dura. Una mueca peligrosa que no auguraba nada bueno. 

- Ya ves que me has causado problemas, pero estoy dispuesto a olvidarme de ellos. Escuché rumores sobre ti y sobre tu barco. "La Arpía", decían, "mejor morir a que te cojan con vida ". Yo no estaba preparado para morir, y en cierta forma, creo que no fue solo la suerte cruzarme en tu camino. Estoy seguro de que algún dios benévolo te puso tras mi estela. Así que te lo voy a preguntar, porque estoy seguro de que, dada tu fama, sabrás todo lo que se mueve en Ahm y en su mercado de esclavos. Dime, amigo mío, ¿recuerdas haber escuchado algo sobre ella?

Cargando editor
16/12/2016, 10:10
Maldrek

Maldrek contestó muy rápidamente.

Sí -dijo rotundamente, mientras la sonrisa también se contagiaba en su rostro-. Llévame sano y salvo a la Corona de Cobre, en Athkatla, y te diré todo lo que sé sobre tu hermana.

Cargando editor
17/12/2016, 01:58
Lirath
Sólo para el director

- No, Maldrek, ese no será el trato. Una vez en Ahm es posible que tengas contactos que te permitan escapar. - Lo dijo sin juzgarle, simplemente exponiendo los hechos. - No eres de fía, así que quiero que me digas lo que sabes ahora. Pero no voy a amenazarte, ya te lo he dicho. La tortura, aunque efectiva, requiere paciencia, y yo no la tengo, así que, ¿qué será? 

El tono, una vez más, bajó al de un susurró.

- Verás, tengo aquí tus kukris, y como ves, no te he encadenado, ni encerrado. Estamos charlando como amigos, ¿verdad? - Se encogió de hombros -. Y como amigos que somos, te propongo lo siguiente...

Si me cuentas todo lo que sabes, y a mi me parece que no mientes, La Arpía amarrará en Athkatla con el mismo capitán que comandaba el navío cuando zarpó. Los prisioneros que he liberado se irán conmigo, pero las baratijas de los que han muerto te las podrás quedar, no las necesito. Sacarás un buen dinero por lo que llevaban, y ahora que te has quedado sin guardias a los que pagar, bueno, será para ti. ¿Qué me dices? ¿Quieres devolver el favor a Ópalo? Me encanta dejar las cosas en paz allá por donde voy.

Cargando editor
17/12/2016, 09:51
Maldrek

Y tú eres incapaz de mantener tu promesa -dijo Maldrek, tajantemente-. Lo más probable es que Ópalo me mate en cuanto se termine de hacer con el barco y lo saque de la tormenta. Y tú no podrás hacer nada por evitarlo, y mucho menos por devolverme el control del barco. Así que no voy a decirte nada, salvo que haya visto con mis propios ojos que eres capaz de cumplir lo que prometes.

El tiefling sacó el rostro por los barrotes de la celda.

Jamás lances una amenaza que no tengas las agallas de cumplir. O será como si  te hubieras rendido.

Cargando editor
17/12/2016, 16:34
Lirath
Sólo para el director

Entornó los ojos. El tiefling era demasiado traicionero como para contarle un plan, pero a la vez no se fiaba de él, lo cual, por supuesto, era lógico. Si la situación hubiera sido al contrario tampoco habría hablado hasta tener una prueba de lo que decía, pero por supuesto, las cosas no podían ser así. Si ahora mataba a Ópalo, corrían el riesgo de que la tormenta hundiera el barco, y aunque no lo hiciera, no tendrían capitán que les llevara a Atkathla. Por supuesto, soltar a Maldrek en ese instante, tampoco serviría de nada, más que para que la elfa y la sacerdotisa roja se pusieran en su contra. 

No, las cosas debían hacerse en el momento adecuado, ni antes, ni después. Apresurarse sería su sentencia de muerte, retrasar los planes que se iban formando en su mente, supondrían perder la información que aquél despreciable ser tenía en la cabeza. Esperaría, y actuaría cuando tenía que hacerlo, nada más que eso. Sus ojos volvieron a abrirse y sonrió de medio lado.

- Ponte cómodo, hablaremos más adelante.

Recogió de nuevo los kukris, que se guardó en la cintura, y tras dejar encerrado al ex-capitán salió de allí para subir a cubierta y ver como estaban las cosas.

Cargando editor
17/12/2016, 16:42
Lirath

Salió de nuevo a cubierta, entornando los ojos a causa de la luz. La conversación con Maldrek no había ido mal, pero tampoco bien. Era necesario darle tiempo y trazar un plan antes de actuar, y de momento carecía de sentido quedarse encerrado en la bodega esperando a que se quebrara por simple aburrimiento. 

Miró a su alrededor, buscando con la mirada a los recién liberados prisioneros y, en especial, a Kara. No sabía como habían acabado las cosas con Ópalo una vez se había ido, pero quería descubrirlo.

Cargando editor
17/12/2016, 17:54
Takashi

Saliendo de la neblina que turbaba mis pensamientos, tras la limpieza que obró la lluvia sobre ellos, decidí que era tiempo de recuperar lo mío. 

Mi katana no podía estar lejos, o al menos, eso deseaba. Intentaba mantener la cordura y no caer en la desesperación mientras descendía a las cubiertas inferiores. La idea de no recuperar la espada, que hubiese sido vendida como un vulgar objeto, utilizada por un ser deshonroso u obligada a ejecutar actos viles, me perturbaba profundamente.

Rebusqué entre cada tumulto de todo el barco, ignorando a los esclavos libertos y a los marinos amotinados. Como un caballo cegado por su jinete solo caminaba hacia delante, sin detenerme en cualquier cosa que no fuese mi objetivo. Con cada segundo que pasaba, el temor crecía en mí. Si no encontraba mi espada, pocas opciones me quedaban para recuperar mi honor. ¿Y si me veía obligado a cometer sepukku y no cumplía con la misión de mi Señor? Solo el más horrible de los tormentos le depararía a mi alma.

El crujir de la caja de madera al partirse dio paso a un bálsamo sublime de alivio y alegría. Allí se encontraba, espada y armadura. Todo preparado para ser vendido penosamente en algún puerto lóbrego y asqueante.

Sentí como la fuerza volvía a mi alma y en parte a mi cuerpo débil por el cautiverio, cuando la armadura se ceñía a mi cuerpo y mis armas volvían a mi costado.

Finalmente subí hasta la cubierta, donde parecían estar los participantes de la refriega y hablé:

-¿Quién está al mando? -dije con firmeza.

Cargando editor
18/12/2016, 17:17
Kailee Malakiir

La lluvia y la tormenta habían cesado de pronto, como si supieran que todo había acabado. Se habían ganado su libertad, pero habían pagado un alto precio por ella. El Azote se mecía suavemente sobre las olas, su cubierta teñida de sangre, ahora bajo el mando de su nueva capitana.

Sin perder un solo instante Kailee descendió hasta las bodegas. Pasó por delante de Lirath mientras éste encerraba a Maldrek en su propia celda en un alarde de ironía, sin prestarles demasiada atención. Rápidamente abrió la celda en la que se encontraba su compañero. Weilyn, el único superviviente de su grupo, se debatía entre la vida y la muerte, cubierto por un manto de sudor y alucinaciones.

- Todo ha acabado, arael'sha - apoyó su mano sobre el hombro del semielfo - volvemos a casa.

Si no recibía atención pronto era probable que su compañero no llegase a puerto. Ahogando un gruñido la elfa alzó el cuerpo del enfermo. Sus heridas, cerradas gracias a la intervención de Kara, restallaron de pronto, haciéndole sangrar nuevamente. Nada de eso importaba ahora. Subió las escaleras nuevamente hasta que la brisa volvió a golpear su rostro.

- ¡Kara! - gritó la elfa con tono compungido - ¡Necesito tu ayuda! Este hombre requiere tus dotes de curación. No creo que pueda aguantar mucho tiempo más. Por favor.

Kailee cayó sobre sus rodillas, agotada, quizá esperando que el aire fresco reanimase de algún modo a su amigo. La esperanza de recuperar su ansiada libertad había devuelto la fuerza a sus miembros cansados, dando ánimos a un cuerpo maltrecho. Ahora que todo había acabado el cansancio y el hambre volvieron a tomar posesión de la elfa, recordándole que hacía pocas horas no era más que una esclava lista para ser vendida al mejor postor.

Cargando editor
18/12/2016, 20:56
Trino

El silencio fue todo cuanto tuvo por respuesta la abatida mujer. Tomó la cimitarra del guerrero y tomó una de las trenzas del caído cambiante, anudó esta trenza en la parte cercana a la piel y con ternura cortó la raíz del pelo, tomando la trenza y guardándola. Luego, con esfuerzo, acercó el cuerpo a rastras hasta la borda.

-Con tu vida te ganaste la libertad, valiente, que ahora tu alma sea libre.-Dijo entre dientes mientras arrojaba el cuerpo para que regresara al ciclo de la vida. Viendo como ese se hundía por el peso de la armadura...

Y allí se quedó, con la mirada perdida en el sitio donde el cuerpo se hundiera, devorada por la pena y la tristeza.