Le dedica una sonrisa a James, una que a distancia podía notarse algo forzosa, y sale tras Sebastian. Seguía preocupada por él, y su actitud misteriosa no ayudaba.
¿Que demonios fue todo eso, Lawler? - le pregunta al salir del local.
Arquea una ceja, parece no entender a que te refieres - por favor, se más específica, los antibióticos me tienen algo idiota...- cierra los ojos y se masaje a la sien -ven, dímelo por el camino, tengo que llevar algo a la tienda de Mr. Gold - resopla cansado y deja caer los hombros - que día más interminable... - dice con voz ronca. Se dirige a su coche y del maletero saca algo grande que está envuelto en unas sábanas.
El niño al ver que la alcaldesa se va, se relaja un poco más. Mira al reverendo y sonríe- sí, sí ¿a dónde vamos?- da saltitos por toda la sala, bastante ilusionado.
Suelta una risita -oh, lo decía por mi, si, si - termina de beber su té y tira la taza atrás, haciendo que esta se rompa en muchos trozos- perdón un lapsus, ahora lo recojo - se encoge de hombros y cruza las piernas, sonriente-¿ dónde estabas antes de caer aquí?
Da un brinco cuando la taza se hace añicos y se levanta del sofá donde estaba, dejando justo antes la taza en la mesa. — ¿Qué te pasa? — Dice alzando ligeramente la voz y frunciendo el ceño. — Creo que hemos hablado lo suficiente, si me disculpas voy a continuar mi camino al castillo. — Tras esto se encamina hacia la puerta para irse.
Del trío del mal solo quedas tú por responder ;) esto es solo un recordatorio, no sé si tienes bien ya el ordenador.
El hombre chasquea la lengua disgustado - eh, pero no has respondido a mi pregunta- sigue sentado en el sillón, sin hacer ningún esfuerzo para evitar que te vayas. Sales del edificio y no recuerdas bien donde estaba el castillo. No muy lejos de ti ves una pareja, uno de ellos portar un bulto (algo grande) tapado en una manta. Un poco más lejos ves a un muchacho solo, cruzado de brazos, esperando a alguien.
Justo cuando sale del edificio se gira para mirarlo, fijándose en el número de este y observa su alrededor, para por si acaso, recordar más o menos el lugar donde estaba el edificio y el número. Camina por la calle y al observar a un chico cruzado de brazos aparentemente esperando a alguien se acerca a él. — Hola. Perdona.. Eh... ¿Sabes dónde está el cast.. Digo el ayunta..miento? — Dice intentando recordar como lo había llamado Scott a lo que ella conocía como castillo.
El chico te mira sorprendido y se rasca la nuca -eh... está cerrado ya - señala el cielo y ves que empieza a caer la noche. Sonríe un poco tímido -pero mañana por la mañana abren, no se preocupe, señorita - te tiende la mano- soy Erick
La noche comienza a caer en Storybrooke
Toca vida nocturna :3
Se lleva las manos a la cabeza cuando le dice que ha cerrado suspirando. — ¿Qué voy a hacer ahora..? — Murmura casi para sí pensando en que anochece y debe pasar la noche allí sin saber ni donde. Suspira de nuevo y le coge la mano al chico. — Elsa de Arendelle. Siento que me tengas que conocer en esta situación.. Normalmente soy más simpática. — Sonríe levemente.
El muchacho te estrecha la mano con suavidad -un placer- ladea la cabeza algo y te mira preocupado -¿ocurre algo? Bueno... si necesitas algo puedo ayudarte
— Bueno... He llegado aquí buscando a la Reina Blancanieves por una urgencia en mi reino y lo primero con lo que me encuentro es con un loco que me dice que nadie aquí sabe quien es.. Y ahora, he perdido el tiempo con él, está anocheciendo y no tengo a donde ir... Aaaaayy... — Gruñe exasperada por la situación tan extraña que ha vivido en el día de hoy, dándose cuenta ahora que ha hecho ese breve resumen.
¿Blancanieves? ¿tu reino?- vuelve a ladear la cabeza, recordándote a un cachorro -¿eres forastera? - mira a todos lados y frunce los labios -el Granny's es un buen sitio para quedarse, además de barato - te dice con una sonrisa tranquilizadora- puedo llevarte allí, para que no te pierdas
Se rasca la nuca frustrada cuando ve que el chico parece no tener la menor idea de lo que le cuenta y suspira dándose por vencida, parece ser que deberá jugar su juego un tiempo hasta que pueda encontrar de nuevo a aquel loco, parecía que al menos lo que decía tenía sentido pues acertó en que nadie sabía nada, ''Erick parece no tener ni idea... Que extraño...'' — Bueno... Está bien. Si eres tan amable... — Dice bajando ligeramente la voz quedándose pensativa, no sabe que decirle al chico, si seguir probando a ver si recuerda algo o es que se hace el tonto. Es todo tan raro...
- ¿Os venís a cenar a mi casa? Así tendremos tiempo para hablar de muchas cosas.- Les propongo a ambas.
Si Perfecto vamos a tu casa a cenar, y así estamos mas tranquila..
vale! respondo contenta. hay mucho de lo que hablar. Por lo menos por mi parte.
Seguid por aquí. Si pasa algo yo escribo, pero podeis continuar sin mi
Pásate por el bar morena, andaré por ahí - me despido de Raphaelle, y poco después que se vaya , yo también lo hago.