Partida Rol por web

-¿Es muy común que las tropas recorran los muelles y barcos en busca de piratas? ¿Ha habido algún ataque o avistamiento?

El tabernero, como si el tema le molestase, responde:

-Ayer llegó un comandante de la marina y está trabajando muy muro para acabar con los piratas, pero se pasa demasiado a veces, se cree que tiene el poder para hacer lo que quiere y por su culpa, mi taberna, que siempre suele estar llena, hoy está casi vacía, pues ayer vino personalmente y arrestó a mas de la mitad de mis clientes acusándolos de piratería, la gente tiene miedo de que vuelva hoy y les quiera arrestar por lo mismo...

El tabernero le pone la comida al hombre y se va a hacer otras cosas, entre este hombre y el que está con la chica están haciendo demasiadas preguntas, si entrase la marina, sospechase de que son piratas y les arrestase, le arrestarían a él también.

 ¿Piratas?¿Marina?¿Arrestos en esta taberna? Tengo que descubrir qué es eso de la Marina. Y tampoco me gustaría que me arrestaran sólo por estar aquí. Espero que se me lleve este hombre, parece fornido además de apuesto. Y creo que tiene algo que esconder. 

Ainoa empieza a acariciar a Zarkov, aprovechando la situación en la que se encuentra. Lo hace de una manera muy sensual, tratando de excitar al apuesto joven,  pero su verdadero objetivo es ver si puede encontrar ese papel que parece haber cogido.

Empiezo a comer tranquila y modosamente. Al terminar dejo a un lado mi plato y cubiertos perfectamente ordenados, y pongo frente a mi la copa y la botella de vino. Levanto la copa como haciendo mentalmente un brindi y empiezo a tomar suavemente.

Ainoa se recuesta sobre Zarkov y empieza a acariciarle, tonteando con él, de forma sensual y tratando de excitar al joven...

Pero Zarkov no es tonto, nota la segunda intención de la muchacha, y se da cuenta de que su mano ronda por donde guardó el papel que se guardó (el mensaje que se había guardado del tablón de que se busca tripulación). Quizá sea solo casualidad pero...

Termino la botella.

-En definitiva un buen vino. Deme otra botella por favor. ¿Son ciertos los rumores que he escuhado señor? ¿Han habido en verdad tantos ataques de los reyes del mar?.

El tabernero trae otra botella y dice:

-Pues depende señor por lo que entienda por comunes, no sufrimos los ataques todos los dias, pero alguna vez a la semana si que hay algún ataque o algún susto. Pero tomando medidas de seguridad cada vez es menos común un ataque señor.

Como podra ver soy un extranjero, y me gustaría conocer esas medidas de seguridad; ya que odiaría ver hundirse mi pobre barco.

Intento ser afable con el posadero. Y no ser bastante inoporturno, pero lo que sea por cuidar mi barco.

El tabernero, algo cansado de tantas preguntas, responde antes de irse a hacer otra cosa:

Partir en el horario de partida señor, es la unica forma de consegir seguridad, y ante de que pregunte, el horario es a primera hora de la mañana, y ahora señor, me voy a hacer cosas.

guideon desde que llega a la taberna se acerca a la barra y pide una cerveza, mientras se la sirven, ve al sujeto guapo hablar al tabernero sobre ir a la gran linea, le interesa el tema, el tambien esta interesado en ir alli, toma su cerveza y trata de pasar desapercivido, se sienta en la mesa mas cercana a la barra que encuentra y escucha toda la platica sin hacer movimientos que lo puedan delatar, se rie de la escena de la chica pensando en lo trillada que es esa tactica y despues se voltea bajando su sombrero cuando ve que harlock llega "otra vez este idiota, me esta siguiendo o que?"

escucha acerca de la seguridad y del marin que arresta a todo munndo preocupandose de que lo quieran arrestar por su aspecto, termina su cerveza y espera en la silla a que pase algo

Parece que el viaje no empieza tan mal...

Zarkov ha bajado la guardia ingénuamente y deja que la chica juegue con él. Pero de repente siente una mano debajo de su chaqueta y se dá cuenta.

¡Rayos y retruécanos! Esta chica se está pasando de lista. ¡Era todo una treta para robarme!

Como una bala, el chico agarra la mano con la que le está intentando robar y la saca de su camisa, mientras con la otra le dá un soberano empujón... ¡hacia el techo! Sin embargo no la suelta, y una vez está ahí arriba la estampa de cabeza contra el suelo.

-¡Escúchame bien! Estaba cansado y por ello te iba a dejar pasar una noche conmigo. Pero finjir que te encuentras mal para que te ayude e intentar robarme... ¡Lárgate antes de que llame a los marines!

Mientras dice todo esto, Zarkov no deja de revisar sus bolsillos y echa un ojo a su mochila para asegurarse de que sigue cerrada tal y como él la dejó.

¡Maldita ratera!

Ainoa esquiva con un movimiento reflejo el golpe de Zarkov y acaban los dos depié mirandose el uno al otro.

 -No pretendía robarle señor. Solo quería saber que era eso que había cogido de la pared, parecía un papel o algo similar.

La voz dulce retorna a mis labios. Ainoa dice esto mientras retrocede. Hay demasiada gente, y espera que se pongan de parte de la chica inocente, en el caso de que suceda una pelea. 

-Para qué iba a querer robarle. ¿Es que no me ha escuchado?

Mientras retrocede, mira a los presentes. Espera conseguir un poco de ayuda. 

Al menos no me pillará de nuevo de sopetón.

Vuelve a clavar la mirada, esa bella mirada de ojos rojos en los azules del apuesto hombre. Mientras me te la mano en su bolso.

-En serio cree que quería robarle. ¿Por qué?

Zarkov se sorprende de haber fallado. Parece que la inocente chica mareada, ni está mareada ni es tan "inocente". La mano en su bolso no le inspira mucha tranquilidad.

¡Joder! Estoy llamando demasiado la atención. Será mejor que me largue de aquí lo antes posible.

-Pues para no querer robar, parece que tienes mucha facilidad para coger las cosas de los demás sin su permiso.

El chico, tras haber comprobado que todas sus pertenencias siguen en su sitio, carga su pesada mochila y se pone en pie.

-¡Viejo! La señorita pagará mi cuenta como muestra de agradecimiento por no llamar a los marines. Y perdona las molestias, de verdad. No era mi intención montar un espectáculo. ¿Puedo acompañarte a al cocina antes de irme para comprar algo de comida para el camino?

 -¿Por que voy a pagarte la consumición? ¿No he hecho nada?

La voz de Ainoa vuelve a sonar inocente, aunque realmente no ha mentido, esa voz es ya un acto reflejo. Sus ojos buscan el contacto con cualquier hombre, o mujer, entre la gente que se encuentra en la taberna. Busca comprensión, apoyos, que le defiendan de ese chico tan grosero.

¿Marines, que es eso? Da igual, soy totalmente inocente, no soy yo el que se ha llevado eso de la pared.

-Llama a esos marines si quieres, ¿que van a hacer? Arrestarme por acariciarte, y por casi recibir un golpe de tu mano. Maltrato. Eso es lo que has hecho.

Rápidamente, Ainoa saca la mano de su bolso, tiene algo entre los dedos. Es un espejo. Un pequeño espejo de metal.

-¿Sabes? No me has hecho daño, parece que he tenido suerte. Dice mientras se mira al espejo. Sin perder de vista al hombre.

Zarkov se dá la vuelta al oir esa sarta de estupideces. Es obvio que la chica no es de aquí, pero no tener ni la más mínima idea de lo que está pasando...

No ha sonado a farol, luego solo quedan dos opciones. La primera es que sea una persona realmente fuerte, que sea capaz de oponerse a un capitán de la marina ella sola, pues no creo que tenga una banda si busca la manera para ir a Grand Line.

El chico mira a la pequeña pelirroja de arriba a abajo para asegurarse de que no la ha visto antes en ningún cartel de "Se busca".

La otra posibilidad no me termina de gustar. Significaría que esta chica no es capaz de comprender que puede meterse en un lío mucho más grande que ella en un instante. Aunque haya intentado robarme, nadie se merece ser ejecutado por la marina solo por cometer un error...

Con dos enormes zancadas, Zarkov se planta enfrente de la chica. Con voz baja, susurra:

-Mírame a los ojos, y dime sin mentir que sabes lo que está pasando en esta ciudad. Que sabes que un capitán de la marina está purgando la isla y que solo ayer arrestó a un montón de personas solo por estar donde estás tú. Incluso mató a unas cuantas acusadas de piratería sin pararse a pensar si era verdad o mentira. Dímelo.

Al ver la situación me levanto con la copa de vino en una mano, y la otra en mi estoque.

-Señor que esa no es forma de  tratar a una dama, en todo caso, tendría que probar si le ha robado o no.

Con la misma tranquilidad me tomo la copa de vino y la pongo sobre la mesa

 Los ojos de Ainoa demuestran una incredulidad manifiesta. Pero, retomando el control de nuevo, intenta parecer que no está nerviosa. Al menos para el resto de la taberna, pues Zarkov está lo suficientemente cerca como para sentir que su corazón se ha acelerado y su respiración se ha cortado tras sus palabras.

Baja la cabeza y junta sus brazos mientras sostiene el espejo, mientras acerca su cuerpo hacia el hombre, tratando de que éste le rodee con sus brazos. La idea es no parecer sospechosos. Lo que Zarkus ha dicho le ha herido en la mente como un disparo de la más precisa de las pistolas.

Cuando está lo suficientemente cerca, vuelve a susurrarle al oído:

-Puede que no te lo creas, pero voy a contarte mi verdad. No sé que es la marina. No sé que coño está pasando en esta isla y tampoco sé quién eres o cuales son tus intenciones para querer ir al Grand Line. Ni siquiera sé lo que hay allí. Puedes no creerme, estás en tu derecho, pero te digo que estas palabras son las más sinceras que recuerdo que han salido de mis labios. Y no es una exageración. Tengo habilidades, puedo serte útil. Pero lo que no quiero es morir. Si algo está pasando en esta isla. Algo tan grave que no se pueda esquivar con solo mirar a otro lado... por favor, ayúdame.

Estas palabras vuelven a no sonar como las demás, son serias, pausadas, frías. Propias de una persona mucho más racional de lo que aparenta. Incluso en la última petición no trata de dar pena con un tono mimoso. El ritmo es tan serio como el resto del monólogo.

Aunque su voz sea seria, intenta mantener un movimiento juguetón con sus piernas. Así cualquier persona que mire, verá lo que parce lógico. Intenta volver a seducirle para que se calme. Pero la realidad, de nuevo dista mucho de las apariencias.

En ese momento, se abren las puertas de la taberna, por ella entran 6 marines armados con espadas, y uno de ellos, el cual reconoce rápidamente Ainoa, dice:

-Mira lo que tenemos aquí, si parece que hay mucha gente hoy en esta taberna, quizá sean piratas, ¿usted que piensa tabernero?

Dice apuntando con su arma al tabernero, el tabernero, asustado responde:

-La verdad señor, es la primera vez que veo a la mayoría de las personas que se encuentran hoy en mi taberna, y no se quienes son...

Uno de los marines que va con el que ha hablado de repente dice:

-¡Señor! Ese es "tres de espadas" un hombre buscado, tiene una recompensa de sesenta millones millones.

El marine que parecía estar al mando vuelve a hablar y dice:

-Entonces son todos piratas ehh, creo que el comandante estaría contento si los arrestamos, ¿verdad, chicos?, ademas de esa jugosa recompensa.

Los marines ponen una cara sádica, y todos apuntan con sus armas a las cuatro personas que permanecen conscientes en el bar, ya que el hombre obeso solitario parece estar inconsciente y los tres bebedores borrachos han caído en lo que parece ser un sueño profundo sin que nadie se diese cuenta. Por otro lado, al parecer, al tabernero no le arrestan.