Partida Rol por web

El presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, y el general americano almando en Vietnam, Westmoreland, salieron en la tele no hace mucho, hablando de la guerra. Eso está ganado, juraron. Los Charlies están contra las cuerdas. En unos meses todos los chicos volverán a casa con sus madres.

Al parecer el enemigo (Vietnam del Norte) no vio ese reportaje. Porque hace dos días lanzaron por sorpresa un ataque masivo contra las principales ciudades de Vietnam del Sur. La ofensiva del Tet. Vosotros estabais en la selva, claro.

Os vais poniendo al día rápidamente mientras sobrevoláis un país en llamas. El Vietcong (guerrilla comunista) se ha lanzado a degüello, masacrando tanto americanos como "traidores" (Cualquiera que trabaje o tenga contacto con americanos). El USArmy responde con toda su potencia de fuego, destrozando ciudades sin distinguir amigos de enemigos. 

Vuestro pequeño avión aterriza en una pequeña base al Norte de Saigón. Corréis por la pista agachados con ruido de ametralladoras de fondo. Pasáis seis horas en un búnker hasta que alguien se acuerda de vosotros.

Prueba del caos que reina es que nadie os lleva a ver a uno de los mandos. El mando viene directamente a veros. Un coronel de marines, nada menos. Su ayudante da unas órdenes bruscas y vacían el búnker incluso de heridos. Quedáis a solas con él, un tipo que viste de civil (arrugado, como si llevara varios días con la misma ropa) y el ayudante.

Intercambian con vosotros unas palabras claves que os dan a entender que son de Delta Green ("el Programa").

Claramente el cabo Lepus y el Coronel se conocen. Lepus abandona su habitual pose desabrida y adopta modales militares. Incluso se pone firmes para saludar al superior.

- Descansen. Excomm* me ha informado de su misión. Por fax. Después de iniciarse. Vengo a recibir su informe. Sean breves. Tengo una batalla que ganar ahí fuera.

El viaje se vuelve incómodo y encima dura más de lo que tendría que durar. Desde la ventanilla del avión se pueden ver los morterazos y no puedo evitar girar mi vista hacia los marines que tenemos con nosotros. De seguro que a muchos les gustaría salir ahí y cargarse a cuanto vietcong pillaran.

Pero nuestro destino no va a ser este aeropuerto. Los comunistas están a degüello así que nos tienen que buscar un sitio alternativo, otro infierno sobre la tierra donde las balas vuelan por todas partes y tienes que caminar casi a ras de tierra para que no te vuelen la cabeza. En este momento ya hemos perdido de vista a los marines que a buen seguro se han lanzado a ayudar a sus compañeros, algo que les honra. Realmente siempre he apreciado a los marines.

Conseguimos entrar en un búnker donde estaremos a salvo a menos que nos lancen una granada dentro y allí esperamos y esperamos hasta que a alguien se le ocurre que estamos esperando.

Cuando veo entrar al coronel me levanto de inmediato poniéndome en posición de firme y saludando esperando su saludo para bajar mi mano como es protocolario. Encima está claro que está molesto, y por si fuera poco conoce a Lepus. Vamos, que el cabrón este encima tiene suerte.

Aún así nos pide nuestro informe y yo doy un paso adelante para dar el mío.

Se presenta el agente Jay Merill, señor. Me gustaría ser el primero en presentar mi informe.

Luego si me lo permite adoptó posición de descanso mientras hablo.

Tras un largo vuelo conseguimos llegar al aeropuerto de Da Nang. Allí nos encargaron buscar al cabo Lepus, que iba a ser nuestro francotirador. Al final lo terminamos encontrando en una cabaña junto al río Song Sai Gon, junto a un soldado muerto según él por sobredosis.

Tras compartir el vuelo con unos marines llegamos a una pista de aterrizaje cerca de nuestro destino. El resto del camino lo tuvimos que hacer a pie atravesando la selva con todo lo que implica, pero conseguimos llegar hasta las inmediaciones de la hacienda.

Una vez allí nos dividimos en dos grupos. Todos menos el cabo Lepus, el agente Freeman y yo mismo entraron por unos túneles bajo la hacienda buscando las pruebas que nos habían pedido y al brujo, mientras nosotros tomábamos una de las torres de vigilancia para atentar contra el general.

Si bien tuvimos algunos encuentros, se pudieron solventar bien hasta que llegó el momento de acabar con el general. Reconozco que quizá le dimos demasiado tiempo a nuestros compañeros para que acabaran su misión y casi se nos escapa, pero el disparo del Cabo fue preciso y acabó con él.

Sin embargo con todo lo preciso que fue en ese momento, a la hora de escapar de allí salió por patas y no esperó por nadie dejando a todos tirados. Mientras tanto el agente Freeman y yo mismo nos dedicamos a hacer escándalo arriba para que el resto pudieran salir y escapar. Una vez fuera nos reunimos en un punto acordado y estuvimos escapando de las patrullas enemigas hasta que pudimos hacernos con un camión con el que llegamos a la pista de despegue. Pista en donde estaba el cabo Lepus junto con los marines con los que hicimos el primer viaje como si no se hubiera comportado como un cobarde, dejando a sus compañeros tirados.

Tras dar mi informe me quedo esperando por si el coronel tiene algo que decir antes de retirarme hacia atrás y dejar que otros den su informe.

En el vuelo intento no pensar en el cabrón de Lepus ni en lo que transporta el avión, y solo descansar. Legamos por fin a nuestro destino, y es todo un desastre. La zona esta bajo ataque y nos llevan directos a un bunker.
Me dedico a charlar de manera amistosa con los compañeros, me intereso por las heridas de Charley, y solo dejo que pase el tiempo. Me mantengo eso si muy distante de Lepus, e intento no dejarme llevar por la rabia y darle unos buenos golpes.
No pregunto por lo ocurrido, y que fue lo que paso, como los dejo, pues esta presente, y solo muestro indiferencia hacia el.

Parece que por fin se acuerdan de nosotros y aparece un coronel, el cual quiere un informe breve, pues tiene una guerra que ganar, y por las explosiones que se escuchan y el caos que se vive, diría que tiene mucho trabajo.

Jay va primero y da su informe, una vez que termina, miro a los demás, refiero esperar un poco y así poder enterare mejor de que fue lo que hizo Lepus, por que quizá no salga bien parado del bunker, y el coronel tendrá que preocuparse de buscar otro tirador, ademas de intentar ganar una guerra.

Lepus se tensa ante la acusación de Merill. Achica los ojos.

El general pasea su mirada por ambos hombres. Repasa un papel que le pasa su ayudante.

- Veo en el informe que tenían dos objetivos: el general Bao y un tal MingYuan. ¿Confirman la eliminación de ambos?

- Como ha dicho el agente Merill, yo y los otros dos nos colamos por un túnel y emboscamos el brujo aprovechando la confusión de la muerte del pez gordo. Le cosimos a tiros.

Palmer da un sorbo largo a su cantimplora. El agua ha cogido un saber extraño, y hace una mueca.

- ¿No nos traerán cerveza, verdad?

- ¿Confirma la eliminación de los dos objetivos con extremo perjuicio, agente...?

- Mi nombre es confidencial como el suyo, coronel.

Al coronel no le gusta el tono de Palmer.

- ¿Tiene algo que añadir al informe presentado, cabo?

- Permiso para hablar, señor.

- Concedido.

- Hace tres días recibí por el canal oficial la orden de unirme a la operación Fénix de Jade. Mis órdenes eran estar disponible para cuando llegaran los especialistas desde USA a las 22 h. Llegaron antes de tiempo y me localizaron estando aun de permiso de 12 horas, como puede confirmar mi oficial al mando. Durante mi permiso un soldado que había conocido aquella noche falleció por sobredosis. Siendo que no pude ayudarle. Informe de esa circunstancia a la Policía Militar.

El coronel despacha ese asunto con un cabeceo.

- He recibido el informe policial. No es relevante. Continúe.

- Procedo, señor. Según debe constar en el parte,  Excomm me dio tres órdenes. Paso a describirlas en orden de prioridad:

"La primera era abatir al blanco o los blancos que me designaran estos civiles. Tras ayudarles a ocupar la torre de vigia, eliminando varios enemigos. Al recibir la orden, maté al objetivo prioritario. No se me ordenó abatir a nadie más.

"Mi segunda orden era evitar caer prisionero a cualquier precio. Dado mi conocimiento de operaciones del Programa en Vietnam del Sur. Por ello a la vista de que el equipo civil quedaba paralizado por la indecisión después de disparar, opté por la retirada. Dado que había un riesgo real de ser yo capturado. 

"Mi tercera orden era supervisar si mis compañeros de misión sufrían peligro de ser capturados, interrogados y/o... contaminados por lo antinatural. Por ese motivo me parapeté a cierta distancia de la pista de aterrizaje para observar cómo volvían por su cuenta. Luego les observé en el viaje de vuelta.

- Ya veo. ¿Y cuál es su conclusión oficial sobre su tercera orden, cabo?

- Pues he observado, señor, que uno de ellos lleva en su mochila un artefacto capturado en la base. Pero por algún motivo no ha dado señal de querer entregarlo. Lo cual según los parámetros de la misión, puede ser un indicio de contaminacion antinatural.

El agente Logan Freeman da un paso al frente.

-Señor, si se me permite -dice Freeman-

- Suscribo totalmente las palabras del agente JAY MERILL. Por mi parte, solamente quería comentar que mi misión ha sido de apoyo, con disparos a distancia y dando cobertura a mis compañeros.

- Tengo que reconocer que el comportamiento extraño de Lepus ha creado cierta tensión entre el grupo pues todo parecía indicar un abandono del grupo, una retirada por pánico indigno de la bandera a la que representamos. Al estado Mayor le corresponderá evaluar si Lepus ha cumplido con la misión que se le encomendó.

- Debo añadir, Señor- que el grupo ha estado cohesionado en todo momento lo que a mi humilde entender ha sido la clave -junto a la idoneidad del plan estratégico trazado por el Estado Mayor- para el éxito de la misión.

- Ha sido un honor participar en esta misión, Señor.

Hace el saludo militar y se retira un paso atrás.

No puedo negar que torcí el gesto al ver que Lepsus sabia mas de lo que aparentaba sobre la misión y el mismo tenia una agenda secreta de la que desconocíamos, al parecer los altos mandos siguen tan divididos como de costumbre y prefieren mantener a sus soldados desinformados en vez de dejar que sean un grupo consolidado para llegar a buen puerto y mas rápidamente las misiones, en fin.

-¿Civiles? -Susurre sorprendido, cuando el francotirador estaba dando su informe.
Esperaba que fuera el Sargento quien diera el parte de nuestro grupo, después de todo las formalidades, mas haya de cuadrarme antes mis superiores, como hice ante la presencia del Coronel, no se me daban bien.

-Si se me permite. -Di un paso adelante por acusaciones.

-Puedo confirmar las palabras de mi compañera, sobre la baja del objetivo, ademas de tomar fotos y evidencias sobre los alijos que tenían dentro antes de que se desatara el caos. -En ese momento señale con la cabeza mi mochila y espere a que el Coronel me diera permiso para poder mostrarle el anillo de Jade, previamente envuelto apresuradamente con tela.

-Este artefacto, fue extraído de una de las salas del bunker, es peligroso, por eso decidimos traerlo con nosotros y entregarlo a los altos mandos, recomiendo encarecidamente su destrucción, aun sin estar el brujo el artefacto puede ser peligroso simplemente con mirarlo. -lo mantuve envuelto en todo momento, dejando ver ligeramente su contorno redondeado y que al menos tenia una gran hendidura en el centro, por como se movía la tela que lo ocultaba.

- No toque eso.- ordena el ayudante a Quieter. 

El coronel se limita a miraros fijamente.

El tipo del traje arrugado se pone unos guantes, gafas protectoras y una mascarilla y se lleva la mochila (con la cámara y los carretes de fotos) fuera del bunker.

- Bien. Creo que he tenido suficiente información. Cabo Lepus, firmes.

Lepus se cuadra con un "señor".

- Considero que aunque ha cumplido su misión, su conducta ha sido indigna de un marine a mis órdenes. Si fueran circunstancias normales, le sometía a consejo de guerra. Pero estamos en guerra. Así que será destinado alIII Marine Expeditionary Force en Hue. Allí la lucha es la más intensa de esta batalla. Redención en el fuego. ¿Está claro?

Bajo la apariencia de marcial estoicismo de Lepus, hay un rencor profundo. Tenéis la impresión que memoriza vuestras caras y la del Coronel. Para futuros ajustes de cuentas.

- Señor, sí señor. 

Recoge sus cosas y se va.

Observo de reojo a Lepus, en parte para quedarme con su cara y en parte para observar su reacción. Después de lo que ha dicho el coronel muchos hombres perderían la cabeza y el cabo Lepus no ha demostrado ser la persona más equilibrada mentalmente que existe. Seguro que ahora nos está echando la culpa a nosotros en vez de echársela a sí mismo.

Espero no reencontrarme con él en el futuro, pues no sé si en el futuro estaremos en el mismo bando. Por lo demás me quedo esperando las órdenes del coronel respecto a nosotros, bien sea de su parte o bien sea la que le hayan transmitido desde América.