Partida Rol por web

Decidiendo que ya ha esperado más que demasiado Stan descarga la primera de sus cinco cargas contra la criatura en la que se ha transformado el zombie de Maria.

-¡Vuelve al infierno del que saliste, engendro!

En el preciso instante en que la criatura recibe el impacto del disparo de Stan, yo descargo una rápida estocada sobre su abdomen.
Noto como la punta de mi sable penetra en la carne de este engendro y giro mi muñeca a la derecha para agrandar la herida.
Libero mi hoja de las entrañas de este ser y vuelvo a alzarla sin perder de vista a mi oponente esperando su reacción.

La rubia se cubre la cabeza con los brazos, haciéndose un ovillo ante el aviso de Peter, y tras la explosión, abre los ojos para volverlos a cerrar al instante.

Elisabeth se tapa el rostro, horrorizada ante la visión del cuerpo de María volando por los aires... parece que la voluntad de la chica noble empieza a tambalearse... y más cuando los restos del cuerpo de la morena se convierten poco a poco en una bestia horripilante. ¿Qué era eso?

Retrocediendo hacia atrás todavía tirada en el suelo, asustada, se maldice a sí misma por su comportamiento. Cierra los ojos y pasa el filo de uno de sus cuchillos por la palma de la otra mano, muy suavemente. Lo justo para notar una punzada de dolor que la saque de ese estado. Un par de gotas de sangre resbalan por su mano, pero el flujo se corta enseguida por lo superficial del corte.

Ahora sí, más tranquila, hinca una rodilla en el suelo mientras la otra pierna se flexiona para mantenerse agachada mientras lanza los dos cuchillos hacia... lo que dios quiera que sea esa cosa.

Me incorporo con un ligero zumbido en mis oidos -Bueno, asi si disparo, no notaré ese tipico pitido molesto...- veo el cuerpo de Maria, hiba a decir: -Ya esta muerta tio, no hace falta que....- cuando se empieza a transformar en esa cosa. -Joder, estaba claramente mejor antes, esta mujer.- Apunto con el rifle al bicho-verde-asqueroso-que-fué-antes-Maria y cuando mis compañeros actuales terminen de dispararle-arrojarle cuchillos-y ensartarle, si sigue con vida, disparo yo.

El engendro que antes era María, recibe por todos lados. Todos disparan, ensartan, pinchan y demás, pero eso no parece afectarle demasiado.

El bicho lanza otro grito cuando las balas y demás golpean en su cuerpo, haciéndole saltar pedacitos de hueso, pero aún así, continúa con su transformación...

Parece que ya le queda muy poco para que se levante y se lance sobre alguno de los piratas, convirtiéndolo en pedacitos...

Si es que Maria tenía mucha mala leche...

Carmen susura al oido de Crow - ¿Te queda alcohol?Podríamos lanzarselo y ... después le tiramos la antorcha, tal vez asi....- le comenta de forma insegura.

La capitana observó la grotesca situación, viendo como el cuerpo de la chica se transformaba en un monstruo.

Apuntó a la bestia a sus puntos débiles, a los que tubiera a la vista: Ojos, rodillas, cuello (por si tenia por ahí yugular xD).

El mejor punto para poder, si almenos no podía matar la bestia, si herirla gravemente.

En el mismo movimiento con el que se desprende de los dos anteriores cuchillos, Elisabeth saca otros dos de algún lugar escondido entre sus ropajes y los lanza al mismo punto que antes, al cuello de la bestia.

El engendro que tenemos delante, sigue mutando y cambiando de forma. Y he de admitir, que su capacidad para resistir castigo es extraordinaria.
Por tanto, equilibro mi sable dispuesto a dar un segundo golpe mientras digo a mis compañeros.
¡Si completa su transformación, llevad cuidado!. ¡No seamos un blanco facil estando todos juntos!.
Y dicho esto, doy un paso al frente y aprovecho el impulso adquirido para ensartar nuevamente al engendro.
De nuevo perfora mi acero su carne y al retirar mi hoja, trato de agrandar la herida todo lo que pueda

La bestia sigue recibiendo los golpes...

La bestia sigue perdiendo pedazos de cuerpo, los cuales van quedando detrás mientras avanza hacia vosotros...

La bestia parece terminar de transformarse, ya que levanta los brazos al cielo y grita... grita tan fuerte que los cristales de la sala se rompen...

Ventanas, lámparas, jarrones... todos quedan convertidos en cenizas ante el grito de la criatura, que ahora os mira enfurecida...

-...Mmmmmm...por qué quemar el ron?....- comento a Carmen con voz tristona, pero en el fondo tiene razón. -Esta bien, pero me invitas a una jarra cuando estemos a salvo.- La guiño un ojo.