Partida Rol por web

La mujer sigue pareciendo algo distraída.

-... ¿Solo son civiles? Entonces ¿usted actúa como garante de su confianza? Es decir... si expongo información relativa a mi organización ante estas personas, asumo que usted se hace responsable de garantizar que no saldrá de este círculo, ¿no es así? En estos tiempos y dada la urgencia de las circunstancias las medidas de seguridad parecen redundantes, pero dado lo que está en juego en realidad son más necesarias que nunca. -Sus palabras son firmes, pero su expresión, inescrutable, de alguna forma no las acompaña. Tampoco mira a las personas a las que se está refiriendo, como sería lo común.

Decide arrancarse un poco y da un pequeño paso al frente y se presenta
- Bruce Forrester. Soy... cuidador de Eevees y entrenador pokemon- acaricia a Tide suavemente.

-Mi nombre es Alex y soy compañero de aventuras de Bruce...- dije en tono bajo y luego volviendo a mirar al piso.

El asunto se volvía más complejo y lamenté por no haber dejado todo más claro en nuestra conversación previa.
La verdad es que los chicos parecían buena gente pero no los conocía demasiado.

-Son buenos chicos, pero será mejor que solo des datos estrictamente necesarios. Por vuestra seguridad y la suya misma.

-Yo me llamo Nadia y soy cama... ¡soy su ayudante! -Se corrige, dando un paso al frente y colocándose orgullosamente junto al detective. -Es verdad lo que dice, estamos aquí para ayudar, aunque no "pertenezcamos a su organización", como usted dice. -Apostilla, dirigiendo una fugaz mirada suspicaz a Zero, preguntándose a qué organización se refiere la extraña mujer. 

En contra de lo común, la mujer no dirige la mirada a las personas que se presentan sucesivamente ante ella. En su lugar, su mirada sigue perdida, vagando. Tarda un poco en responder, pero cuando lo hace, sus palabras suenan resignadas, aunque su tono se mantiene distante.

-Está bien. Como soléis decir, "de perdidos al río".

En algún lugar en el silencio de la ciudad se oye una frase en un idioma desconocido.

La mirada de la mujer está desenfocada. Tanto es así que diera la sensación de que cada uno de sus ojos mira en una dirección. De hecho, si uno se fija puede vérselos separarse uno de otro y, junto a ellos, su cabeza se divide por la mitad como una célula haciendo mitosis. Para no quedarse atrás, su cuerpo, con su ropa inclusive, se desintegran como restos de natillas en un plato bajo el grifo.

Todos los presentes, humanos y pokémon, sienten una punzada de dolor en lo más profundo de la cabeza, como si sus cerebros se estuvieran dando de hostias contra sí mismos y los límites de la realidad gimen.

Ante sus ojos, la persona con la que han estado hablando hace solo unos segundos ha desaparecido por completo y en su lugar dos extraños pokémon -solo pueden ser pokémon, aunque ni Alex, ni Bruce ni Nadia los han visto en la vida- flotan en el aire. Su cuerpo, curiosamente plano, es blanquinegro y se asemejan a letras estructuradas alrededor de lo que parecen ser sendos ojos enormes.

-Nrunnrúu...

De un callejón diferente al que viniera la mujer, se oyen unas pisadas exactamente iguales a las suyas.

-Discúlpenme. Quizá he alargado esto hasta el punto del tedio y el tiempo no nos sobra precisamente, pero ya me han pillado con la guardia baja una vez esta noche. -Una mujer idéntica a la anterior se presenta ante ellos. Conforme llega a su altura, los extraños pokémon flotan hacia ella y dan un par de vueltas a su alrededor alegremente. Ella les dirige una frase en un idioma desconocido con tono cariñoso y luego se vuelve de nuevo a los presentes en el idioma común.

Sus movimientos, sus miradas, su tono de voz... todo en ella corresponde ahora a los de una persona normal. Claramente, aunque los pokémon, a todas luces psíquicos, la conocen lo suficientemente bien como para crear una ilusión perfecta de su persona y, de alguna forma, han sido incluso capaces de replicar las palabras que ella les iba indicando mentalmente, no eran capaces de recrear incluso la variedad de expresiones con las que responde al entorno un rostro humano, o al menos no han sido capaces de reflejar en su ilusión los sentimientos de la joven.

Ahora esboza una ligera sonrisa amable, esperando no haber molestado en exceso a sus interlocutores con las medidas de seguridad.

-Me llamo Fusun Sadik -dice, dirigiéndose especialmente a Bruce, Nadia y Alex-. Quizá les suene mi apellido, mi familia es la fundadora y poseedora de la corporación Stoneclock. -Si ven asiduamente las noticias económicas en el periódico o en el telediario, cualquiera de ellos puede recordar vagamente que se trata de una empresa importante, aunque no sepan decir mucho más. -Hace unas horas... -Se detiene un momento, pensando la mejor forma de explicarlo todo-. Bueno, lo mejor es que sea clara: hace unas horas -Esto es, sobre las una, las dos o las tres de la madrugada- un soldado del Team Rocket ha irrumpido en mi casa mientras dormía, me ha secuestrado y me ha llevado a una de las bases secretas del Team Rocket, no sé a cual, mediante el uso de un bulbasaur con somnífero y un abra con teletransporte, con la intención de obligarme a que le contara cierta información clasificada relativa al pokémon legendario Celebi -Esta vez sí, en su rostro se lee claramente que la experiencia le ha afectado bastante, aunque lo lleva con sorprendente entereza-. No he tenido más remedio que compartir con él la información que me pedía, negarse hubiera sido... en cualquier caso, contraproducente -No puede evitar un estremecimiento-. Tras... esto, hemos llegado a un acuerdo: él me ha devuelto sana y salva a casa y se compromete a garantizar mi protección siempre que mi familia le deje vía libre para intentar contactar con Celebi y convencerlo de que detenga el caos en el que, como podéis ver, está sumiendo el mundo. Sorprendentemente, Celebi se presentó ante ese tipejo y decidió salvarle la vida en un momento dado. No tengo ni idea de por qué, pero me consta que es cierto porque mis pokémon -señala a las dos criaturas que retozan en el aire a su alrededor- entraron en su mente y un recuerdo de un encuentro con Celebi no es algo que se pueda inventar. Por supuesto, nuestro acuerdo implica que no pondré a la policía sobre su pista y realmente no me interesa que lo detengan: tengo curiosidad y una leve aunque quizá vana esperanza de que su plan realmente funcione... Pero, en cualquier caso, ustedes no son ni la policía ni miembros de mi familia.

Sonríe.

Paolo, sin embargo, sí podría decir algo más de la Stoneclock: es una de las pocas grandes empresas con capacidad para hacer lobbying al gobierno que el Team Rocket no controla en absoluto. Ni Charlotte, con su habilidad para el mundo financiero y la intervención en sociedades fue nunca capaz de mover un solo hilo del entramado de esa compañía. Tampoco fue nunca objeto de ninguna operación del Team Rocket, pues aparte de su influencia, ni los miembros de la familia Sadik ni la empresa en sí ofrecían ningún objetivo jugoso susceptible de ser robado o controlado de otra forma, ni a nivel económico -el Team Rocket ya controlaba empresas con activos mucho mayores-, ni tecnológico -a todo esto ¿a qué era que se dedicaba la Stoneclock?-, ni ningún otro. Y, en cuanto a colocar agentes del Team Rocket dentro de la empresa, que hubiera sido el mejor movimiento, la empresa resultó estar blindada en todos sus flancos, pese a su apariencia tranquila y desapercibida.

Escucho atento sin cambiar el gesto, aunque segundos antes he evitado la mirada curiosa de Nadia, y la intervención de los unknowns me ha pillado por sorpresa, como al resto a pesar de que ha usado una artimaña que no me es para nada ajena.

Mientras da la información que realmente poco tiene de nuevo para mi me sorprende la entereza de la chica, aunque sigo sin estar seguro de como habrá sido el secuestro, ya que de alguna forma me empiezo a imaginar a ese miembro del Team Rocket como una persona amable. Si no no habría sido elegido por Celebi para ser salvado, ¿o tal vez Celebi respeta cualquier vida? hasta una rastrera como la de un miembro del Team Rocket...

Tras el ataque de los pokémon casi reacciono sacando la pokéball, pero escucho atentamente la explicación de la mujer mientras asimilo la información, esto era grande, mucho más de lo que sospechábamos.

Me quede en silencio esperando que el detective nos dijera como proceder, sabiendo las cosas que nos dijo la mujer ahora nos tocaba actuar a nosotros.

Viendo que tiene la atención de sus interlocutores, la joven asiente y hace un gesto a sus pokémon.

-Está bien. Esta es toda la información que tenemos... -Se dirige a sus pokémon otra vez en la lengua desconocidad, con amabilidad, y enseguida los extraños seres se acercan a los chicos y ponen sus mentes en contacto con las de ellos.

Unas escenas ajenas fluyen por la mente de los cuatro chicos casi como si fueran recuerdos propios. Están algo deslavazadas, pero más o menos se entienden bien.

Hay una casa vieja, un cortijo o algo así. En realidad es poco más que una nave con muebles viejos y unos tabiques que la dividen en habitaciones. Y está ese chico. Pelo negro desaliñado, cicatrices, ropa negra. Es el dueño de los recuerdos, pero como los unown lo han visto, pasan su imagen a los muchachos. Se está peleando con alguien en el cortijo, pero no puede verse claramente quién. Hay un bulbasaur, un sandshrew, un elekid y otros pokémon.

La pelea se pone fea y el chico decide activar unos explosivos. La explosión es terrible. Dolor. Una pared se derrumba y las pokéballs que había en la mochila junto a los explosivos, con pokémon dentro, salen despedidas, quedando destrozadas. Y todo se vuelve negro.

"Shiert..." En medio de la oscuridad y el silencio de la inconsciencia, una luz verdosa, una voz incorpórea. Es la mente de Celebi, solamente, la que se introduce dentro de la consciencia del desconocido cuyos recuerdos están compartiendo, y en sus mentes, como un eco. Un recuerdo dentro de un recuerdo.

"En el cénit empieza la noche, en el corazón del invierno se esconde la semilla de la primavera".

Celebi es un pokémon. Como tal no puede hablar, sino que tan solo transmite conceptos, puras ideas. Y, sin embargo, los conceptos que transmite son sorprendentemente complejos.

"¿Qué es lo que deseas?"

Es lo más profundo de la psique de ese desconocido lo que los cuatro chicos están recibiendo ahora. Y no es en absoluto amable. Se trata de un corazón oscuro, atormentado y amargado que solo busca... que alguien le demuestre que está equivocado.

"Ella quiere que vivas. ¿Y tú? ¿Deseas vivir?"

Otra vez esa persona. Con la que estaba peleando en la vieja casa. No es vivir lo que desea, es que sea ella quien le conceda la vida... demostrando superar el odio que él no ha podido superar.

"Deseo concedido".

Y ahí están todos otra vez, vivos y coleando: Shiert, los pokémon, la chica... -borrosa, pero parece claro que es una chica... Tiene un no sé qué de pureza o dulzura en torno a ella que llama a la confianza- ...y Celebi.

Ahora pueden verlo con claridad. Revolotea alegremente y come dulces con ellos, como si se encontrara entre amigos. Todos los presentes en la escena han recuperado la salud, excepto los pokémon que han quedado atrapados en las balls rotas. El pequeño pokémon verde se asegura de que no han muerto, pero parece incapaz de abrir un ingenio mecánico como una pokéball. Los dos seres humanos hablan entre ellos, aunque el contenido de la conversación no aparece en el recuerdo. Parece ser que el tal Shiert tiene una voluntad de ayuda o protección sobre esa persona.

Al cabo de un rato, Celebi sale por la ventana del caserón y

la visión se desvanece.

Bruce abre los ojos y se queda embobado en los pokemon y la mujer.

- ¿Qué... era eso exactamente...?- algo confuso por la extraña escena, acaricia involuntariamente a Tide, buscando la presencia de su compañero. Necesita sentirlo, la intranquilidad le recorre el cuerpo.

Me rasco un poco la cabeza tras compartir tal experiencia, lo más importante es que el tal Shiert tiene alguien importante que proteger o al menos ahora lo tiene y que quiere cambiar...

Ahora la ubicación de Celebi, el solo se fue, que hacíamos ahí exactamente?

Atormentado por los recuerdos de su pasado solo quiere cambiar y hacerse el bueno, y encima por una chica.

Que clase de patético ser es?! Como pude haber pertenecido a MI organización alguien así!

Por gente como esta es que debería de haber terminado la Siega!

Pero ya habrá tiempo...la venganza es un plato que se sirve frío...

-Esto... -Fusun mira dubitativa al detective un momento, luego vuelve su mirada a Bruce- Son unos pokémon psíquicos. No son muy conocidos... se les suele llamar unown. Bueno, en cuanto a Celebi, no tengo ni idea de dónde está -cambia de tema-, pero, pensándolo bien... Creo que tratar de encontrar a un pokémon que viaja en el tiempo es... no es la mejor forma de afrontarlo. No creo que Celebi pasara por ahí casualmente cuando ese canalla cayó inconsciente... creo que se presentó allí expresamente, invocado de alguna forma. Ahora, si fue ese tal Shiert o... la persona que se encontraba con él, o los pokémon o qué fue el detonante de esa "invocación"... no tengo ni idea, pero creo que si encontráis a ese tipejo, lo sabremos. -Suspira y se cruza de brazos, pensativa.- Por supuesto, se cuidó bien de que yo no supiera adónde iba, aunque aseguró que contactaría conmigo. -Niega con la cabeza para sí. -Como comprenderéis, no me fío en absoluto... Quizá podáis rastrearlo con su número de teléfono, aunque... -mira a la Torre Radio, aunque esa plataforma no tiene relación con la telefonía de Johto, afortunadamente- dado el estado de las telecomunicaciones igual tenéis problemas. O quizá se os ocurra mejor a vosotros adónde puede haber ido una rattata del Team Rocket en estos momentos. Quizá vayan a intentar liberar los pokémon de esas balls antes de intentar contactar de nuevo con Celebi...

Se encoge de hombros, pero en sus ojos brilla la esperanza. El detective y su equipo son su as en la manga. No puede hacer nada más sin ponerse a sí misma y a su familia en grave peligro, así que, de otra forma, está atada de pies y manos... de forma no muy diferente a como se encontraba hace solo unas horas.

-¡No te preocupes, Fusun, déjanoslo a nosotros! >:D -Exclama Nadia, antes de que a nadie más le dé tiempo a intervenir y saltándose alegremente el protocolo-. ¡Venga, chicos! ¡Allá vamos! :D

-¡Gaau! :D -Contesta Tide, contagiado de su entusiasmo.

Nadia, sin embargo, se queda parada un momento mirando a sus compañeros, dándose cuenta de que no tiene ni idea de por dónde empezar. -Esto... ¿Adónde va la gente del Team Rocket cuando no está, eh... cometiendo delitos y esas cosas? ¿Se reúnen en alguna parte o algo? ¿Es posible que ese tipo haya ido allí? Estaría guay si pudiéramos rastrear su teléfono como en las películas. O... Mm... No hay ningún pokémon que pueda hacer eso, ¿no? O... no sé si se necesita una pista o algo... ¿Quizá en el cortijo ese? Que... ¿dónde era donde estaba? ¡Aaagh! -Exclama con disgusto. Luego, de repente, junta las manos en actitud de oración, cierra los ojos y entona: -"Oh, Celebi, te ruego que nos concedas una pista para encontrarte. Amén" -Abre un ojo-. Mm... No ha funcionado, ¿verdad?

Fusun la mira alzando una ceja, probablemente preguntándose de qué manicomio la han sacado.