Partida Rol por web

Parecía que si. Los pujadores se estaban dejando la pasta. Pero ¿Les estaba saliendo a cuenta? Pues por el momento no lo parecía. Pero quizá andan calentando motores aún, hay que pillar la dinámica, aprender a valorar y... si, tener fortuna también debe de contar.

El grupo se dirige al siguiente trastero. En esta ocasión vuelve Laura, con unos preciosos morritos al estiro celdil. Sólo le falta decir “oinc oinc”

- Bien mis queridos concursantes, espero que aún os quede dinero en los bolsillos pues esto no ha hecho más que comenzar. Y sinceramente, con tanto trasto... me estáis quitando un peso de encima... - Hace una pausa alargando el cuello cual grácil jirafa. Alguno se queda en plan ¿Ein? ¡Ah, debe de ser un chiste!

Hace un aspaviento con la mano y prosigue - ¿Listos para el siguiente? - El operario utiliza esta vez una lima de uñas para cortar el candado.

Palmeo con fuerza mi muslo mientras me río a plena carcajada del chiste de Laura. Esta jaca, además de atractiva, tiene sentido del humor.

- Si quieres tener un peso encima, no tienes más que decírmelo. - Guiño el ojo derecho para acompañar mi sutil insinuación, no vaya a ser que no lo pille.

A ver si saco pasta en este trastero para poder invitar a Laura a un sitio sotisquifado sofiscitado finolis como el Pizza Hut o alguno de esos que les gustan a los jóvenes. Ya me veo llevándola en mi John Deere...

Me concentro en el curro y vuelvo a utilizar la técnica de los empujones que tan buen resultado me ha dado en los anteriores trasteros para poder ser el primero en mirar.

muy bien, miro a chocolate, al tratero, a chocolate, al trastero, al trastero, a chocolate, a chocolate, al trastero y le pregunto a chocolate, -que dice tu instinto canino choco?...- pocas respuestas recibo... veamos que hay... y me asomo a mirar que hay en este trastero...-veamos choco...-

Huan Cho acabó engachándose a la maquina de marcianos. Al fin y al cabo, Space Invaders es lo que tiene.. Y como la máquina es suya, las partidas le salen gratis. Colocó a otro de sus sobrinos, Mu-Cho, a suministrar electricidad a la máquina dándole pedal con una bicicleta estática. Sólo interrumpió la partida para echar un ojo al nuevo trastero.

-Veo, veo... ¿Qué velé?.. -murmura, poniéndose de puntillas.

Fue durante el camino hacia el siguiente trastero que Brittany se fijó bien en todos los perretes que acompañaban a Miguel. ¡Eran adorables! Justo el tipo de criatura a la que le encantaba mimar después de ella misma y sus hijos. ¿Cómo no los había visto antes? Eran tan monos que casi no se fijó en los nuevos morracos que Laura se había traído. Casi.

Con sus andares contoneantes, Brittany se acercó a mirar el interior del guardamuebles poniéndose cerca de Miguel Cañeras.

 -Pero qué ayudantes más monos que te has traído cari. ¿Son todos tuyos? ¿Cómo se llaman?

Y mientras hablaba echaba vistazos al trastero. Ojalá éste fuera su guardamuebles ganador.

-estos bichitos se llaman:-

-"Espuma", "Alfombra", "Nube", "Cacao", el pequeño "Chocolate", "Peluca" y "Mutante"... sin duda adorables, cuando no estoy en casa los cuida la "nana", si, como una niñera para perros, pero hoy justo los deje solos y se les escaparon a mi madre que tiene llaves de la casa, por suerte llegaron todos hasta acá... no sabia que mi madre tenia llaves, lo sospechaba porque mi heladera estaba siempre llena...-

-como te fue en los trasteros? complicados hasta ahora, y el calor no ayuda, ojala baje el sol pronto... veamos como nos va en este...- sonrie amablemente... pero el sol resalta tu belleza... dice coqueteando y guiñando un ojo...

Paso junto a Laura y, sin volverme directamente hacia ella pero en voz alta con la intención de que se me oiga, comento.

- Esto empieza a olerme a pollo quemado... ¿dos trasteros llenos de basura? Esta audición está más cruda que... -

Sin terminar la frase extiendo una inquisitiva mirada hacia el interior de la unidad.

- Espero que este tenga algo que por fin merezca la pena... -

Siendo sinceros raro sería hacerse millonario con un guardamuebles. En este... ¿Trabajo? Uno se lo curraba, había que sudar para ganar algo del vil capital. Nunca había que rechazar un golpe de fortuna cuando ocurría claro está. Pero sois los operarios de las subastas, los barriobajeros de los trasteros, la inmundicia de... Bueno ya vale, creo que os hacéis una idea.

Laura mostró una de sus sonrisas falsas más exageradas y abrió la puerta y allí se vio...

Martillos, llaves de tubo, sierras. Hay un panel con todo tipo de herramientas. En el suelo hay cajones abiertos con más herramientas. Y en la pared contraria al panel, hay un par de armarios metálicos cerrados con llave. Al fondo también hay una caja de cartón grande y cerrada.

Laura con su aguda voz - Bueno chicooooosssss... ¿Quién me da cincuentaaaaaaa?

para no perder la costumbre empiezo a soñar despierto y me pongo a soñar saliendo con la joven rubia que me acompaña...

claro esta que mi mente esta algo bastante lejos de la realidad...

.

tras mirar es trastero, vuelvo al mundo y le comento a la dama a mi par (Brittany)-bueno, no es tan malo, no siempre pueden ser buenos, pero este es bastante bueno, tal ves no se saque mucho dinero de aquí, pero si nos puede servir para completar nuestro armarios con herramientas faltántes... aparte veo un martillo neumático que puede tener buen valor, no mas de 300 dolares y una misteriosa caja al fondo que bien podría tener algo valioso, o tornillos aceitosos...- dijo "nos puede servir", conjuga el "nosotros" con facilidad en sus frases, se ve que se le hace fácil congeniar con los demás o es simplemente simpático en general, a pesar de una apariencia de hombre mayor y duro...

ahora le susurra a Brittany para que nadie escuche-en este caso dejaría que los demás pujen para no inflar la puja y podernos llevar esta a bajo precio- y guiña un ojo, mitad complicidad, mitad coqueteo sexy...

Para no perder la costumbre, Huan Cho empezó con sus clásicos 50 dólares para empezar la puja. No se iba a quedar ahí la cantidad, pero siendo chino le gustaba empezar con una cantidad baja e ir subiendo. El regateo va en vena.

-¡Sincuenta dólales! Y la plóxima ves, bótox en mi clínica. Hago plesio y legalo abanico, calendalio de bambú y chupito de licol de floles -dijo a Laura con su sonrisa de negociante, que era igual que todas las demás.

Ya empezamos con el chino Cudeiro adelantándose en la puja. Pues éste me lo pienso llevar.

- Tlesientos pol aquí. - Digo con un acento chino bastante mejor que el de mi rival. - Entélate chinito vas a moldel el polvo.

Hago una pausa porque me entra tal ataque de risa que no puedo seguir hablando. Lo cierto es que mi imitación ha sido tronchante.
En cuanto me recupero, grito a todo pulmón:

- ¡TRESCIENTOS DÓLARES!

-Ja-ja.. el "glanjelo último modelo" se líe de su plopio chiste.. Segulo que tú nesesital las helamientas más que yo, pelo velemos si líes el último -contestó Huan Cho al gritón del tractor. Y en chino, farfulló alguna cosa más - 誰笑得最好笑到最後，但在這些拍賣依賴

-¡Quiniento! -indicó con un gesto a la subastadora

- ¡Pero...

Lo del chino ya empezaba a ser irritante.
¿Acaso tiene una reserva de dinero inlimitada porque explota a sus co-patriotas? ¿O fabrica sus propios billetes falsos en el sótano de alguno de sus 'lestaulantes'?

- Mira, chinito, te lo voy a dejar bien claro, ¡ochocientos dólares! - Aunque me gustaría ofrecer más, la gasolina para volver a casa me va a costar un pastón y no sé si tengo suficiente. Sin embargo, conforme estoy hablando, se me calienta la boca y no puedo evitar una resubida. - ¿Me habéis oído? ¡MIL DÓLARES!

El chino y el granjero han comenzado fuerte, y además picados entre ellos.

- A ver Confucio, ¿para qué narices querras tú todas estas herramientas? Estas no sirven para cocinar "aloz tles delicias"- digo haciendo el gesto de comillas con los dedos.

- ¡Mil quinientos! -

Grito por encima de Robert a quién le lanzo una mirada desafiante.

-Eso en un momento lo lecombielte mi soblino Pe-Cho en layadoles de veldula pala la ensalada china de mi lestaulantes chinos, y lo que soble, en móviles Huawei.. ¡Que no tenéis iniciativa, los occidentales! -contestó el aludido-. ¡Pues mil quiniento sincuenta!

Lo que le molaban a él los billetes de 50$ no era normal.

Miguel le susurra ultra bajo a brittany mientras juega con chocolate y disimula -"Socia", creo que es mejor dejarlos comprar este trastero, si cualquiera de los tres lo compra, y el rubio (macCoy) y el chino, ya compraron a mil y mil tres cincuenta, con lo que han subido la puja, en poco no van a tener dinero para seguir comprando, la caja del fondo podría podría tener algo, o podría no tener nada...- y guiña un ojo de absoluta satisfacción...mientras sonríe y coquetea...

miguel no oferta, parece que quiere llevarse el trastero con poco gasto y no quiere pujar hasta ultimo momento, pero se le ve coquetear y sonreir con Brittany usando a chocolate como juguete para llamar la atención de la dama, típica de salir con los cachorritos tiernos para coquetear en la plaza con las chicas... mientras le dice cosas sexis al oido... todo un Don Juan...

Ojiplática se había quedado Brittany viendo cómo las pujar habían empezado a subir astronómicamente antes de que ella pudiera decir “silicona”. Desde luego ella ya no pensaba participar en aquel duelo por un trastero que no valía ni la mitad de lo que había ofrecido el chino. Así que la rubia se concentró en los adorables perretes de Miguel.

 -Son cuquísimos todos. Mi padre tenía un perro, una raza de estas grandes y que huelen a muerto aunque los bañes cincuenta veces.

Se acercó a acariciar al perrito que tenía más cerca.

 -Hola cari. Ven a saludar a tita Britt…

Cuando le hizo un par de mañas al perro, se levantó para susurrar a Miguel.

 -La verdad cari, pienso como tú. Se están peleando por ese trastero como si fuera un Versace al 90% de descuento cuando ni siquiera vale ni la mitad de lo que pujan. Que se lo gasten todo. Seguro que para cuando llegue lo mejor ya no tienen dólares.