Partida Rol por web

La cosa se va animando y la gente comienza a ganar dinerito con las subastas ¿La gente? Bueno, al menos “una gente” Al fin y al cabo ¿Quién dijo que ganar dinero era fácil? En caso de ser así la gente en vez de trabajar iría a las subastas. Hay que afinar muy bien para conseguirlo.

Basta de cháchara de la voz en off. Llega Laura con sus dos melones y su sonrisa despampanante. Luego deja los melones en el suelo. - Son para luego, de postre... Ahora acompañadme al siguiente trastero...

Os indica el camino y se planta delante de la puerta. Llega el operario y coloca un petardo gigante en el candado – Apartad un poco, esto puede hacer ruido - ¿Nueva técnica para evitar los empujones tal vez?

- Seré el primero en mirar. EL PRI-ME-RO.

Cuando el petardo estalla, casi me quema las cejas. Suerte que las gafas me protegen un poco, aunque ahora están completamente borrosas por las manchas grisáceas de la pólvora. Lo mismo ocurre con mi nariz, la frente y parte del pelo. Si supiera escribir deshollinador, diría que me parezco a uno. - Éste es el toque distinguido que me faltaba. - Pienso mientras elevo las cejas a lo Groucho Marx en dirección a Laura.
 

Huan Cho ya se sentía como en casa, pero además con pólvora..

-¿Ya sabe usted que la pólvola la inventamos en China? -preguntó a Laura, de paso que se asomaba. Recordarle al mundo que casi todo procedía de China era una de sus pasiones-. Qué pena no tenel la patente -añadió, pensando en la cantidad de petardos y fuegos artificiales que explotan por el mundo. Qué poca visión comercial.

Brittanny caminaba medio contoneándose de pura felicidad por lo bien que le estaba yendo el día. Y con el siguiente trastero sus beneficios sólo iban a aumentar, ¡qué gustazo trabajar en las subastas!

Cuando aquel petardo explotó casi se le cayeron los implantes del susto. ¿No tenían otra manera más civilizada de abrir esas puertas? Despacio y con cuidado, por si había más cosas a punto de estallar, la rubia se acercó a curiosear un poco.

Ala, y ahora empizen con los fuegos artificiales... hay que joderse, ¿que va a ser lo próximo? 

Avanzando el último hasta el límite de la nueva unidad, asomo brevemente la cabeza entre el holor y la nube de pólvora que inunda el lugar.

El petardo parece haber creado cierto alboroto, pero ello no es impedimento para que decaigan las ganas de subasta. Así que cuento el humo y el olor a pólvora se disipó un poco todos se congregaron de nuevo a la pronta subida de la puerta. Como los toros a punto de salir en San Fermín, como las marujas a la puerta del Corte Chingués el día uno de julio, como los niños al salir del cole, como... ¡Bastaaaaaa!

Se abre la puerta y... En otros guardamuebles no se ve nada, en este se ve bastante. Un par de lámparas, lo que parece ser los cabeceros de un par de camas, dos armarios. Una mesa, sillas. Hay bastante, parece la mudanza de una vivienda, aunque no de todo el piso al completo.

- Vamos pollitos, dadle a la gallinita los primeros cincuentaaaaaa coo coo cococooo- Dice Laura chillona y sin sentido del ridículo.

El chino se asomó de nuevo al trastero, viendo unos muebles viejunos. Pensó en sus (otros) sobrinos, siempre cortando verdura para los rollitos de primavera.. Qué vida más triste.. ¡Pero cuánto dinero le ahorraban! Así que se decidió a pujar.

-¡A vel, ocsidentales! ¡A pol el tlastelo! Que se me hase talde pala ablir el "todo a un dólal"! ¡Sincuenta pavos pol aquí!

^{Cartel promocional de las filiales españolas de Huan Cho diseñado por él mismo}

Huan Cho se dio cuenta de su impaciencia, que le hizo precipitarse y hablar antes de tiempo. Pero como es más chulo que un ocho (chino) y un poco bipolar, él mismo se sube la puja:

-Ale, a aselelal el tema.. ¡sien dólales!

Ya sabía que luego iban a llegar los demás inflándolo todo, así que se dio el gustazo de pujar contra sí mismo. El mejor rival que podría tener. Ya se había ganado a sí mismo jugando a las damas chinas y al mahjong. Hasta jugando al fútbol de portero se autometía goles.

Con esto podría amueblar el cobertizo y acondicionarlo como casa de invitados. Y hablando de invitados, seguro que a Laura le gustaría venir a visitar mi terruño...

Los 'sien' dólares del chino me sacan de mis ensoñaciones.

- Trescientos dólares, panda de pobretones. ¡TRESCIENTOS!

Segruo que todos estos muebles quedan de perlas en la nueva tasca de MacDonovan... este tiene que ser mío a toda costa. Además, el chino pase, por lo de su restaurante y tal, pero el granjero, ¿'Pa' qué narices quiere los muebles? ¿Para que sus vacas tengan un salón en medio del 'prao'?

- Quinientos que van! -

¿Pero qué dice el rubiales este? ¿500 dólares por semejante mierda de trastero?

- ¡Seiscientos dólares, maldita sea! ¡SEISCIENTOS!

El granjero lanza un nuevo envite, pero esta unidad tiene escroto un nombre irlandes en ella

- yup! -

Inesperadamente por todos Huan Cho reaparece de la nada, y tras haberse subido la puja a sí mismo*, con fina sutilidad china da un salto sobre todos los demás, para que se le vea, gritando..

-Pala China se va.. ¡¡¡Setesiento!!!

- ¡Adjudicado al chinito tú por setesiento, digo setecientos! - Declara Laura dando un saltito - Puede inspeccionar su nuevo bazar... - Le indica con la mano que puede pasar.

Lo hace y se pone a inspeccionar, para encontrarse con... Son muebles clásicos, el estado podría ser mejor, pero es madera de la buena y se pueden restaurar. 100 pavos por las sillas, 200 por la mesa. 180 más por los dos armarios. 70 por las dos lámparas. 60 por los cabeceros de las camas. También hay una cómoda bonita, 200 más. Abres los cajones y... ¡Sorpresa! Pulseras, anillos collares... La clave es ¿Será bisutería o joyas de las buenas? Puedes venderlas por 30 pavos o consultar con tu amigo experto en...

El chino no se corta, y grita:

-¡Pol Confusio! ¡El factol solplesa! -refiriéndose al contenido de los cajones.

Llamó a los sobrinos para carretar todo el contenido a casa de Chin-Chao, su amigo experto en cosas occidentales. Él podría aconsejarle sobre lo que había en el trastero.

Consultas a tu amigo experto en joyería y pedruscos varios - A vel que me tlaes - Inspecciona el género - ¡Oh shit! - Hace cara de sorprendido

- ¿Sel bueno? - Le preguntas impaciente

- No que va, es eso mismo, una shit... Ah, espela, aquí habel algo intelesante...

Fundido en negro, momento dramático - Este anillo sel bueno. De olo, con un pequeño diamante - Se pone una de esas horribles lupas en el ojo - A vel... chi... no está mal el pedlolo... el olo, más el anillo, más la bisutelía te lo taso en... 930 pavos.

Bueeeno, al final había decidido ser buena gente y no abusar de los trasteros para que sus compañeros pudieran pillar algo de pasta. ¡Lo que no se esperaba era que el chino encontrara joyas de casi mil dólares! ¡Qué suerte que había tenido el dichoso amarillo! Pero bueno, no había que llorar por la leche derramada. Además, teniendo en cuenta que el anterior trastero que había comprado fue un desastre apestoso, pues un poco de suerte al hombre no le venía mal.

 -Felicidades cari. Pero no te acostumbres, ahora es cuando la cosa se pone interesante para todos.

Porque si ya habían salido las mierdecillas junto con un par de trasteros decentes… ¡Lo mejor tenía que estar aún por llegar!

-¡¡Yujuuuu!! - Huan Cho se alegró de su inesperado éxito. Después de surtir su restaurante con el provecho del anterior trastero, ahora aprovecharía que el anillo que había encontrado era de los buenos para hacerle copia barata para los "todo a un dólar".

Se quitó su anillo habitual de auténtica joyería tecnológica china (hasta llevaba la efigie de su tatarabuelo por parte de cuñada en la pera de apretar)

y se puso su nuevo modelo de aburrida y cara joyería occidental, para no perderlo. Éste sí que no se lo dejaría a los sobrinos.